Parte 1
Mario y Rosalina llegaron a la pequeña casa que habían conseguido para pasar su muy esperada luna de miel. Hace ya una semana que se habían casado, pero tuvieron que posponer la luna de miel debido a unos problemas que hubo con los destellos. Pero ahora ya estaban aquí. Ninguno de los dos acababa de creer lo que estaba pasando, pues aún seguían muy felices por haberse casado después de un largo noviazgo. Mario tomó a Rosalina de la cintura y la guió hasta su habitación, donde ambos dejaron su ropa y lo acomodaron todo. Habían llegado en la noche, por lo que se acostaron, dispuestos a disfrutar al máximo de sus momentos a solas.
Al día siguiente se dirigieron a la playa, donde estuvieron jugando toda la mañana. Ya en la tarde regresaron a su casa, almorzaron y decidieron quedarse hablando entre ellos en la entrada de la misma, donde había una pequeña banca. Allí se sentaron uno a la par del otro y se tomaron de las manos. No dejaban de verse el uno al otro, y las palabras no surgían de sus labios, pues no las necesitaban. Fue Rosalina la primera en romper el silencio.
Rosalina : Realmente te luciste al encontrar este lugar amor.
Mario : Sabes que para mi dulce estrella solo lo mejor.
Rosalina : Jejejeje , realmente estoy disfrutando el poder estar contigo ... solos.
Mario : Lo sé amor, creo que ya necesitabamos un pequeño tiempo a solas.
Rosalina : Sí.
Ambos se vieron fijamente, para después juntar sus labios en un apasionado beso. Mario se juntó más a su esposa y la tomó de la cintura, ella colocó sus manos en sus hombros. Ambos se besaban alocadamente, dejando que sus cuerpos tomaran el control. Mario se separó del beso, pero tomó a Rosalina de la mano y la guio hasta su habitación. Una vez allí, él se sentó en la orilla de la cama y Rosalina se sentó sobre él. Ella puso sus piernas a los lados de las de él y continuaron besandose. Mario movía sus brazos por toda la espalda de su esposa, acariciandola. En un momento, Rosalina se separó del beso y se acercó a su oído.
Rosalina : Amor ... hace algún tiempo que vengo pensando esto y ... creo que quiero hacerlo.
Mario : Lo sé, tus acciones te delatan.
Rosalina : Sí ... pero recuerda que es mi primera vez, así que trata de ser gentil conmigo ¿esta bien?
Mario puso su mano sobre el rostro de su esposa.
Mario : Tranquila, yo sé que todo esto es nuevo para ti ... yo te guiaré ¿esta bien? Solo confía en mí. Además ... también es mi primera vez.
Rosalina asintió. Ella quería ponerse más íntima con su esposo, pero la ponía algo nerviosa. Por ello, Mario decidió que debía acercarse de otra forma distinta a la que tenía planeada. Por ello, colocó sus manos sobre el abdomen de su esposa, para después comenzar a subir lentamente hasta llegar a sus pechos, a los que les dio un suave apretón. Rosalina se estremeció al sentir a alguien más tocando sus pechos, pero lo dejó seguir. Mario comenzó entonces a masajear sus pechos, haciendo que sus manos describieran movimientos circulares alrededor de ellos.
Rosalina solo se quedó sentada donde estaba. Entonces, Mario se quitó la gorra y los guantes, tras lo que llevó sus manos a su espalda, y comenzó a bajar lentamente el ziper de su vestido. Una vez estuvo abajo, Mario subió sus manos por su espalda lentamente, acariciando cada centímetro de la suave piel de su esposa. Luego, tomó su vestido y lo deslizó suavemente por sus brazos, acariciandolos tambien. Luego hizo lo mismo con su estómago y volvió a tomar sus pechos, esta vez cubiertos solo por su sosten celeste. Al sentir la piel desnuda de Mario haciendo contacto con la suya, Rosalina volvio a sentirse extraña, pero otra vez lo dejó seguir.
Fue entonces que Mario desabrochó su sostén y lo dejó deslizarse por sus brazos y su espalda, para que ella lo tomara y lo dejara a un lado. Ella se ruborizó, pues era la primera vez que alguien más la veía desnuda. Mario, mientras, estaba algo atónito viendo el cuerpo de su esposa. Sus pechos eran más grandes de lo que él había pensado, era como si usara algún tipo de magia para reducir su tamaño y así meterlos en su sostén y su vestido. Él también se ruborizó, pues aunque fuera su esposa, seguia siendo la primera vez que veía a una mujer desnuda.
Mario : Mama-mía.
Rosalina : ¿Que ... que pasa?
Mario : Nada amor, es solo que ... eres tan sexy y perfecta. Realmente tu cuerpo me vuelve loco.
Rosalina lo vio fijamente mientras él seguía viendola. Sus delicados brazos, las finas curvas de sus caderas, sus senos, su tierna mirada y su melena rubia colgando de su cabeza, realmente era una mujer muy atractiva.
Rosalina : A... amor ¡ahhhhh!
Rosalina lanzó un gemido al aire, pues Mario habia agarrado uno de sus pechos. Su piel era suave y se sentían firmes. Mario agarró el otro pecho de su esposa y comenzó a masajearlos, haciendo movimientos circulares sobre ellos. Sus acciones causaron que Rosalina comenzara a gemir suavemente, pues estaba disfrutando el momento.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh! Si, si, si ... se siente tan bien ¡ahhh! No me sueltes amor, no me sueltes.
Mario (En su mente) : 'Vaya, esto se siente tan bien ... no me siento avergonzado de decir que siempre quise hacer esto, su piel es tan suave ... realmente quiero besarlos...'
Mario se contuvo por un rato, especialmente después de que Rosalina colocara sus manos sobre las suyas, causando que se sintiera feliz de que ella estuviera cómoda. Entonces, él procedió a pellizcar uno de sus pezones, causando que chillara de placer. Siguió masajenado sus pechos y jugando con sus pezones, mientras ella gemía de placer.
Mario : Veo que te esta gustando.
Rosalina : Sssss ... sí, ¡ahhhh! Sigue así, se ... se siente muy bien. Me ... me gusta como juegas con mis pechos ... como ... como los masajeas con tus manos ¡ahhhh!
En ese momento, Mario dejó sus pechos y acercó su rostro a uno de ellos, para darle un suave beso. Luego, comenzó a pasar sus labios por el mismo, lo tomó con una de sus manos y comenzó a chuparlo. Rosalina volvio a chillar de placer ante sus acciones, tras lo que Mario comenzó a lamer y chupar su pecho derecho, mientras con su otra mano seguía masajeando su otro pecho.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiii! Sigue, sigueeeeee ... amor ... ¡ahhh, ahhh! No ... no creí que esto se sentiría tan bien ¡ahhh, ahhhh!
Rosalina colocó sus manos sobre su cabeza, pegando a Mario a su cuerpo. Él alternaba entre sus dos pechos mientras oía sus dulces gemidos, los cuales eran como música para él.
Mario (En su mente) : 'Sus gemidos son tan placenteros de oír ... solo un poco más de esto y pasaré a lo siguiente, que yo tampoco quiero sacar mi cara de entre sus pechos...'
Rosalina : ¡Siiiii, amooooor! ¡ahhhh, ahhhh! Me ... me excita como chupas mis pechos ... ¡ahhh, ahhh! Que ... que son solo para ti amor ... me .. me vuelves loca.
Mario continuó un poco más, hasta que retiró su cabeza de donde estaba y pidio a Rosalina que se levantara. Ella lo hizo y Mario la hizo sentarse otra vez sobre él, pero esta vez de espaldas. Volvio a agarrar sus pechos, pero esta vez también comenzó a besar su cuello. Ella seguía gimiendo de placer mientras él sonreía.
Mario : Vaya amor, jamás imaginé que tus gemidos fueran tan placenteros de oír.
Rosalina : A ... amor no ... no digas eso ¡ahhhh!
Mario : ¿Porque no? Estamos solos. Tus dulces gemidos me gustan tanto que creo que haré que sean más frecuentes.
Rosalina : ¿Que?
Mario deslizó su mano por el estómago se su esposa y llegó hasta su entrepierna. Una vez allí, metió su mano por debajo de su vestido y logró tocar sus bragas. Instintivamente, Rosalina colocó su mano sobre la suya.
Mario : Yo ... lo siento, iré más despacio.
Rosalina : Nnnn ... no. Yo ... lo siento, es solo que es un área algo delicada.
Rosalina retiró su mano de donde estaba, permitiendo que Mario continuara. Él hizo a un lado sus bragas y comenzó a deslizar su dedo por su entrada, causando que los gemidos de Rosalina aumentaran.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh! Amoooor ... se ... se siente extraño que ... que me toques allí ¡ahhhh, ahhhh!
Mario : Veo que te gusta ... creo que aumentare mis esfuerzos.
Sin previo aviso, Mario metio uno de sus dedos dentro de su vagina, y comenzó a moverlo hacia dentro y hacia afuera a un ritmo constante. Rosalina comenzó a gemir más fuerte ante las acciones de su esposo, poniendo su brazo alrededor de su cuello y aferrandose a él.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, sí, sí! No ... no se que haces, pe ... pero me gusta ¡ahhhh, ahhhhh, más, maaaaaas! ¡tu dedo me esta volviendo locaaaa!
Mario comenzó a masturbarla a un ritmo más rápido, causando que se estremeciera del placer. Ella se aferró fuertemente a las sábanas de la cama mientras chillaba de placer. En un momento, Mario se detuvo.
Rosalina : ¿Que ... que pasa, porque te detienes?
Mario : Tranquila, ya sigo...
Mario la hizo levantarse otra vez y la recostó sobre la cama. Lentamente terminó de deslizar su vestido por sus piernas, acariciandolas en el proceso. Luego le quitó los zapatos y finalmente, abrió delicadamente sus piernas y deslizó sus bragas por las mismas, dejandola completamente desnuda. Se quedó un momento viendola, para después pedirle que se acomodara en la cama de tal manera que todo su cuerpo quedara sobre su cama. Mario se recostó boca a bajo cerca de sus piernas, colocando su rostro entre las mismas. Con sus manos mantuvo sus piernas abiertas.
Mario : Vaya, estas muy húmeda.
Rosalina : Y ... y eso ¿que ... que significa?
Mario : Tranquila, no es nada malo si es lo que te preocupa. Pero, creo que alguien debería limpiar esto, y es lo que voy a hacer.
Mario le dio una pequeña lamida a la húmeda entrada de Rosalina, causando que ella se estremeciera.
Rosalina : A ... amor, no ... no creo que debas lamer esa parte.
Mario hizo caso omiso de las palabras de su esposa y continuo con sus acciones, causando que Rosalina comenzara a gemir de placer.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhh! A ...amor si, siii ¡ahhh! No se porque se siente tan bien ... tu ... tu lengua ¡ahhhh! No ... no pares. La ... lame mi vagina to ... todo lo que quieras ¡ahhhh, ahhhh!
Mario (en su mente) : 'Que bueno que te este gustando amor ... porque ahora voy a comerte entera.'
Mario comenzó a besar su vagina para después meter su lengua dentro. Los gemidos de su esposa se hicieron más fuertes y ella colocó sus manos sobre la cabeza de Mario.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh! ¡Amor, tu lengua me vuelve loca ... ahhhhh, ahhhhh, siiiiiii! (En su mente) 'Por las estrellas, nunca pense que esto sería tan placentero, no ... no quiero que pare.'
Mario continuo con sus acciones mientras Rosalina trataba de no moverse mucho debido al placer que estaba sintiendo. Pronto, comenzó a tener una rara sencación.
Rosalina : A ... amor, yo ... no se que pasa ¡ahhh, ahhh, ya ... ya no puedo ahhhhhh!
Con ese último grito Rosalina se corrió. Mario se encargó de tragarselo todo, para después acomodarse a la par de ella, quien seguía jadeando y estaba bastante sonrojada.
Rosalina : ¿Que ... que fue eso?
Mario : Eso fue la señal de que terminamos por hoy.
Rosalina : ¿¡Que?! Pero ...
Mario : Tranquila, iremos paso a paso ¿bien? Lo único que me interesa ahora, es que lo hallas disfrutado.
Rosalina : ¿Pe ... pero que hay de ti?
Mario : Bueno ... el ver tu sensual cuerpo desnudo, el poder tocarlo, y el sonido de tus dulces gemidos ... creo que con eso me doy por pagado.
Rosalina : Amor...
Mario se bajó de la cama y se dirigió a la parte de abajo de la casa, dejando a su esposa recostada sobre la cama.
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