Extra
Algunos años después de su luna de miel, Mario y Rosalina regresaron al mismo lugar en la playa para su 10 aniversario de bodas. Polari se habia quedado acargo del observatorio, y Marina (la hija de 9 años de la pareja) se habia ido de viaje junto a Destrella, Yoshi, Luigi, Daisy y su primo Luis.
Totalmente cansados por todo lo que habian hecho últimamente, la pareja se arrojó a la cama inmediatamente después de llegar.
Mario (suspira) : No se de quien fue la idea de darnos un descanso, pero estoy en una eterna deuda con ese alguien.
Rosalina : Creo que entre nuestros amigos y familia lo decidieron.
Mario : Cuidar del universo es más agotador de lo que pensaba.
Rosalina : Y tu solo has tenido que hacerlo por diez años.
Mario (rie) : Touche.
Rosalina se acurrucó a la par de su esposo, quien la sujetó entre sus brazos.
Rosalina : ¿Sabes? Es bueno estar solos tu y yo. No es que no quiera a Marina o a los destellos, pero ... extraño un poco el estar solos.
Mario : Bueno, lo extraño un poquito. Después de todo, no necesitamos estar totalmente solos para abrazarnos.
Rosalina (bosteza) : Estoy algo cansada ¿te parece si nos dormimos así?
Mario : Sí. Que pereza cambiarme.
El héroe de rojo y la reina del universo se quitaron los zapatos y se acomodaron en la cama, tras lo que se quedaron dormidos.
Al día siguiente, ambos se despertaron más tarde de lo habitual y bajaron a desayunar. Pasaron el resto del día en la playa y el recientemente construido casino. Curiosamente, ese lugar también tenía un restaurante, por lo que se vistieron para asistir. Rosalina se colocó un vestido negro con pequeños brillos repartidos por el mismo, simulando una noche estrellada, y Mario se colocó un pantalón negro, camisa blanca y saco y corbata negros.
Una vez que terminaron su cena en el restaurante, ambos regresaron a su pequeña casa.
Mario (abre la puerta y deja entrar a Rosalina) : Ah, vaya que me divertí hoy.
Rosalina : Igual yo, la comida en el restaurante estuvo bastante buena para el precio que pedían por ella.
Mario (entra y cierra la puerta) : Siendo honesto, creo que nos dieron descuentos por ser los protectores del universo.
Rosalina : Pues habra que agregar eso a la lista de beneficios que no le diremos a Marina que tiene hasta que sea adulta.
Mario (se quita la corbata) : Por supuesto.
Mario dejó la corbata en uno de los sillones y se acercó lentamente a Rosalina, tomandola de la cintura. Ella sonrió y se dejó sostener, quedando pegada a su esposo. Ambos pegaron sus rostros y Rosalina colocó sus manos en los hombros de su esposo.
Mario (tono pícaro) : Y dime ¿que haremos ahora?
Rosalina (tono juguetón) : Pues, podemos irnos a dormir ... o aprovechar la noche para otra cosa jiji.
Mario (en un leve susurro) : Me gusta como piensas.
Mario posó su mano derecha en el rostro de su esposa y procedió a besarla en los labios. Luego de un tierno y suave beso bastante prolongado, se separaron y se vieron a los ojos. Rosalina sonrió y comenzó a darle cortos besos a Mario en los labios, terminando con uno prolongado. Al separarse, ambos estaban respirando agitadamente y no dejaban de verse a los ojos.
Rosalina : Voy a subir ... sigueme cuando estes listo.
Rosalina se fue separando lentamente de su esposo, deslizando sus suaves manos por sus hombros y dedicandole una seductora mirada antes de salir de su campo de visión. Mario se quitó el saco y lo dejó en el sillón donde habia dejado su corbata, y comenzó a subir las gradas bastante entusiasmado. Al llegar a su habitación se encontró con Rosalina sentada de piernas cruzadas en la gran cama. Ella le sonrió de forma pícara y levantó su mano izquierda, moviendo su dedo índice a manera de invitación.
Mario cerró la puerta de la habitación y comenzó a caminar hacia su esposa, quien dejó sus dos piernas sobre la cama. Al estar cerca de ella, Rosalina puso sus manos sobre los labios de Mario, limpiandolos.
Mario : ¿Que haces amor?
Rosalina : Tenias lapiz labial jeje. Tranquilo, ya me quité lo que quedaba de mis labios.
Mario : No era necesario, pero aprecio el detalle.
Mario colocó sus manos en los hombros de Rosalina y se acercó para besarla en la frente. Ella se quedó quieta, dejandolo actuar. Mario continuó besando su rostro hasta que se topó con sus labios, a los que les dio un beso prolongado y apasionado. Lentamente se separó de ellos y continuó su camino, bajando lentamente por el cuello de Rosalina. Poco a poco comenzó a mover sus manos, acariciando los desnudos brazos de su doncella y esposa, y rozando su vestido con sus labios, recorriendo toda la parte frontal de su divino cuerpo.
Finalmente se separó un poco de ella al llegar a su cintura, y con mucho cuidado tomó uno de sus pies, quitandole el zapato de tacón lentamente. Tomó el delicado pie de su reina y le dio un suave beso, acariciandolo con sus manos y sus labios. Hizo lo mismo con el otro pie, tras lo que comenzó a explorar sus finas piernas. Rosalina, por su parte, simplemente se quedó sentada, disfrutando de la sensación. Su esposo siempre era muy cariñoso con ella, y los momentos de pasión no eran la excepción.
Rosalina (viendo a Mario) : Mmmm ... sí ... jijiji, me haces un poco de cosquillas con tu bigote, pero aún así me encanta lo que haces.
Mario : Bueno, no puedo hacer mucho respecto a mi bigote, es como mi marca personal.
Rosalina : Lo se ... (sonriendo) sigue ... porque mi cuerpo esta pidiendo más de tus caricias.
Mario : Para mi reina, lo que sea.
Rosalina tomó su vestido y lo subió hasta la altura de sus rodillas, dejando sus hermosas piernas a la vista. Mario tomó su pierna derecha entre sus manos y comenzó a acariciarla, rozandola con sus labios y llenandola de besos. Rosalina cerró los ojos y se entregó a la sensación, sintiendo como su cuerpo se iba calentando poco a poco, pidiendo más y más de esas tiernas pero seductoras caricias.
Mario hizo lo mismo con su pierna izquierda, y comenzó a subir más su vestido hasta que dejó al descubierto sus caderas. Entonces comenzó a besar sus muslos, y ella colocó su mano derecha en su pelo, acariciandolo.
Rosalina : Mmmm ... eres tan tierno jijiji.
Mario : Pues, tu siempre serás mi bella doncella, así que te trataré como tal.
Rosalina : Y tu siempre serás mi apuesto héroe.
Mario continuó moviendo sus manos por el fino cuerpo de su reina hasta que sostuvo su cintura. Entonces se metió entre las piernas de Rosalina y le plantó un suave beso en su estómago, tras lo que comenzó a besar los lados de sus muslos, alternando entre ellos. Lentamente se fue acercando a su entrepierna hasta que estuvo frente a sus bragas celestes, por lo que levantó el rostro y le dedicó una pícara sonrisa.
Mario : Creo que ya llegué a la "región prohibida."
Rosalina (suelta el pelo de Mario) : Pues, solo es prohibida si yo lo digo.
Mario : Entonces solo debo convencerte para entrar ¿verdad?
Rosalina (sonriendo) : Sí. Y la verdad eres un muy valiente héroe, además de un excelente esposo ... así que puedes proseguir.
Mario bajó su rostro y metió el dedo pulgar de su mano derecha debajo de las bragas de su esposa, moviendolas a un lado para dejar su vagina a la vista. Con su otra mano comenzó a rozarla suavemente mientras besaba su estómago. Rosalina comenzó a gemir suavemente y colocó sus manos en su vestido, manteniendolo levantado.
Rosalina (gimiendo) : Ahhh, ahhh ... sí ... hazlo suave ... ahhh, así, así esta bien ...
Mario (hablando entre besos) : Me ... encantan tus tiernos gemidos ... aún en estos momentos ... sigues siendo igual de dulce ... y tierna ...
Mario continuó moviendo su mano por la vagina de su esposa por unos segundos más, tras lo que insertó uno de sus dedos en la misma, haciendo que los gemidos de la rubia aumentaran. Comenzó metiendo y sacando su dedo lentamente, tras lo que comenzó a aumentar el ritmo poco a poco. Los gemidos de Rosalina lo iban excitando a el también, por lo que desde su punto de vista ambos estaban disfrutando de este momento juntos.
Rosalina : ¡Ahhh, ahhhh, ahhhh! (baja la vista para ver a Mario) más rápido ... más rápido ¡ahhhh, ahhhh! Por favor ... usa tu boca ... ¡ahhh, ahhh! Tal y como ... lo hiciste en nuestra luna de miel ¡ahhhh, ahhhhh!
Mario detuvo sus acciones y levantó la vista, topandose con la mirada de Rosalina.
Mario : Pues entonces recuestate.
Rosalina se dejó caer en la cama y Mario se acercó lentamente a su entrepierna. Primero besó su estómago, tras lo que bajó su rostro y tomó su ropa interior con su boca, comenzando a quitarsela. Rosalina río suavemente ante esta acción, tras lo que Mario terminó de quitarle las bragas.
Mario : Ahora, abre tus piernas.
Rosalina tomó sus piernas con sus manos y las separó, levantandolas un poco y dejando su vagina al descubierto.
Rosalina : ¿Así esta bien?
Mario : Sí. Ahora quedate quieta ¿de acuerdo?
Mario se inclinó en la cama y acercó su rostro a la expuesta vagina de su esposa, comenzando a besarla. Luego sacó su lengua y comenzó a lamerla mientras veía fijamente a su esposa, quien nuevamente comenzó a gemir.
Rosalina (cierra los ojos) : ¡Ahhh, ahhhh, ahhhhh! Sí ... siiii ... jijiji, dame ... dame más, amor ¡ahhh, ahhh, ahhhh!
Mario (se separa momentaneamente) : Ya no puedo más con esto.
Rosalina : ¿Di ... disculpa?
Mario : Ya no puedo contenerme más. Tengo muchas ganas de ti amor, de tu dulce cuerpo y las delicias que posee, y por eso ... voy a comerte entera.
Mario procedió a meter su lengua en la vagina de Rosalina y comenzó a jugar con ella, asegurandose de cubrirla toda con su boca. Los gemidos de Rosalina se hicieron más fuertes, quien apenas podía sostener sus piernas del placer que estaba sintiendo.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, ahhhh, ahhhhh! ¡Eres increíble Mario! ¡Ahhh, ahhhh, ahhhhh! ¡Me vuelves loca, ahhhh, ahhhhh, ahhhhhh! ¡No pares, sigue jugando con mis interiores, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, que te pertenecen solo a ti, ahhh, ahhhhh!
Mario continuó sus acciones por unos minutos, momento en que Rosalina hizo su anuncio.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, es tan placentero, ahhhh, ahhhh, ahhhh, ya ... ya no puedo más ... voy a correrme, ya ... ya voy a corrermeeeeeeeee!
Con ese último grito, la reina del universo llegó a su clímax y se corrió en la boca de su esposo, quien se lo tragó todo. Una vez que terminó, se movió hasta la altura del rostro de su esposa, quien estaba jadeando.
Mario (se lame los labios) : Deliciosa, como de costumbre.
Rosalina (jadeando) : Jijijiji ... te amo.
Mario (sostiene el rostro de Rosalina) : Yo también te amo.
Repentinamente, Rosalina tomó a Mario de la cintura y les dio la vuelta a ambos, dejandolo a él sobre la cama.
Rosalina (pone su dedo índice en la boca de Mario) : Ahora no vayas a hablar ... por favor.
Rosalina se acercó a su esposo y comenzó a besar su cuello, tras lo que se dedicó a desabotonar su camisa poco a poco. Al terminar, la separó y comenzó a acariciar y besar su abdomen. Mario colocó su mano derecha sobre la melena rubia de su esposa, acariciandola. Ella continuó moviendose por su torso, hasta que comenzó a bajar, encontrandose con su entrepierna. Ella sonrió de manera pícara y tomó el bulto en los pantalones de su esposo con sus manos, comenzando a masajearlo. Luego acercó sus suaves labios al mismo y comenzó a besarlo, sonriendo de vez en cuando.
Mario : Parece que estas algo cariñosa con mi pequeño amigo ¿eh?
Rosalina : Tu sabes como sacar mi lado pervertido amor ... y ahora, quiero esto. Quiero tu pene, amor.
Rosalina se bajó de la cama y se arrodilló cerca de la orilla. Dejó sus manos en sus piernas y, con un leve sonrojo en sus mejillas, abrió su boca. Mario se levantó de la cama y se desabrochó el pantalón, quitandoselo. Luego se quitó el calzoncillo, revelando su miembro a los ojos de su esposa, para después acercarce a ella. Posó su mano derecha en el rostro de Rosalina y con su otra mano sostuvo su pene.
Mario : ¿En serio quieres esto?
Rosalina : Sí ... lo quiero.
Mario : Entonces ... abre grande.
Mario comenzó a deslizar su miembro en la húmeda boca abierta de su esposa, quien cerró sus labios sobre el mismo a medida que iba entrando. Mario lanzó un pequeño gemido cuando lo terminó de insertar en su boca, para después proceder a sacarlo. Volvió a repetir el mismo proceso otras tres veces, dejando finalmente su miembro fuera de la boca de su esposa, quitando su mano del mismo y dejandola al lado de su cuerpo. Su pene ya estaba lleno de la saliva de Rosalina, y ella levantó la vista para ver a su esposo a los ojos.
Rosalina : Ya sabes como va esto ... tu sólo sueltalo todo cuando quieras.
Ella comenzó a acercarce al pene de Mario y procedió a lamer la punta, tras lo que lo metió en su boca. Una vez que estuvo dentro, comenzó a mecer su cabeza de atrás hacia adelante a un ritmo realmente rápido, tomando a Mario por sorpresa.
Mario : ¡Gha! ... por las estrellas ... ahhhh ... eres increíble Rosy ... ahhh ... tu técnica ha mejorado mucho estos años ... ahhhh, tu húmeda y cálida boca me encanta.
Rosalina continuó sus acciones y metió una de sus manos en su vestido, comenzando a sobar su vagina. Mario aún sostenía su rostro y la miraba fijamente, igual que ella lo miraba a él. Lo que sorprendía a Mario es que aún en esta situación ella le seguía pareciendo tierna.
Rosalina (en su mente) : 'Mmmm ... con el tiempo creo que le he hayado el gusto a hacer esto ... me gusta mucho tu pene, amor ... y no puedo esperar ... para tenerlo dentro de mi vagina ... y consumar este momento ... ... ... mmmm, algo empieza a salir ... pero ¿es este el líquido preseminal? ... no puede ser ... ¿tan rápido va a correrse?'
Mario (en su mente) : 'Ahhhhh, esto se siente de maravilla ... pero ... si sigue así ... creo que ... voy a correrme más rápido de lo normal ... es más ... creo que ... ya pronto ... voy a correrme.'
Unos segundos más pasaron para que Mario quedara totalmente seguro de lo que iba a pasar.
Mario : ¡Ahhh, Rosy! ... ya ... ya no aguanto más ... pronto voy a correrme.
Rosalina continuó chupando el pene de Mario, preparada para lo que iba a pasar. Y efectivamente, con un leve quejido Mario terminó en la boca de su esposa, quien se tragó todo el semen que salió. Una vez que todo terminó, Rosalina fue retrocediendo lentamente, tras lo que se tragó lo que quedaba. Mario aún estaba jadeando, por lo que Rosalina lo empujó levemente hacia la cama, haciendo que cayera en la misma. Ella le quitó los zapatos y los calcetines, tras lo que se quitó su vestido.
Lentamente se subió a la cama y tomó el rostro de Mario entre sus manos, para después enterrarlo entre sus dos grandes pechos en un humor juguetón. Mario colocó sus dos manos en su espalda y comenzó a acariciarla mientras besaba sus pechos. La melena rubia de Rosalina caía hasta la cama, y en un rápido movimiento Mario movió una de sus manos hasta su trasero, dandole un suave apretón y comenzando a sobarlo.
Rosalina (gimiendo) : Ahhh, ahhhh ... dime amor ¿te gusta estar allí?
Mario hizo lo mismo que ella y les dio la vuelta a ambos. Se irguió en la cama y se quitó la camisa, quedando totalmente desnudo, tras lo que volvió a inclinarse.
Mario : Me encanta cuando la gravedad de tus dos planetas me atrae a ellos.
Él bajó su rostro y comenzó a besar sus pechos nuevamente, tomando su sostén con su boca y levantandolo lentamente, dejando sus pechos al descubierto. Luego colocó sus labios sobre su pecho derecho, comenzando a besarlo hasta que llegó a su pezón, el cual comenzó a lamer. Posó su mano derecha sobre el otro pecho y comenzó a masajearlo, describiendo movimientos circulares sobre el mismo, tras lo que comenzó a chupar el otro pecho. Rosalina colocó su mano derecha sobre la cabeza de Mario y con su otra mano se aferró a la cama.
Rosalina : ¡Ahhh, ahhhh, ahhhhh, siiiii ... ahhh, ahhhhh!
Mario cambió de pecho y repitió las mismas acciones. Luego de unos segundos en esta nueva posición, Rosalina tomó la cabeza de Mario y la separó de su cuerpo.
Rosalina : Suficiente de esto ... ya no puedo más ... quiero que me tomes ya ...
Mario : Por supuesto. Pero quisiera que te pusieras en una posición específica.
Rosalina : Claro, tu solo dime.
Mario se acercó a su esposa y le susurró unas palabras en su oído. Ella asintió, tras lo que Mario se bajó de la cama y ella hizo lo mismo. Luego se dio la vuelta, enseñandole la espalda a su esposo, tras lo que se fue inclinando lentamente hasta quedar totalmente apoyada en la cama. Su trasero estaba totalmente expuesto frente a Mario, y ella colocó una de sus manos en el mismo, y la otra la pasó por su torso hasta su vagina, abriendola para su esposo.
Rosalina : Ya estoy lista ... así que ven amor ... entra ya ...
Mario se acercó a su excitada esposa y retiró sus manos, colocandolas a los lados de su cabeza. Luego tomó su trasero con una de sus manos, para comenzar a insertar su pene en su vagina.
Rosalina (agarra las sábanas) : ¡Gha, siiiii, eso es, ahhhhh!
Mario terminó de entrar y tomó a Rosalina de la cintura, tras lo que comenzó a moverse de adelante hacia atrás, metiendo y sacando su pene de dentro de ella.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhhhh, siii, siiiiii, ahhhh, ahhhhh, increíble, me encanta, ahhhh, ahhhhh!
Mario : ¡Ahhh, ahhhh, eso es, quedate donde estas, ahhhh!
Mario continuó moviendose, tomando el trasero de Rosalina en sus manos y comenzando a darle nalgadas de vez en cuando con las dos manos, alternandolas. Ella enterró su rostro en las sábanas, lo que ahogó sus gemidos momentaneamente.
Mario : ¡Por favor ... saca tu rostro de entre las sábanas ... quiero oír tus dulces gemidos!
Rosalina sacó su rostro de entre sus sábanas, momento en que Mario agarró sus dos brazos y los puso en su espalda, sosteniendolos para comenzar a ir más rápido.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, eso es ... más rápido, más rápido, ahhhhh, ahhhhh, siento que me derrito, ahhhh, ahhhhh!
Mario dejó de moverse y tomó la pierna izquierda de Rosalina, levantandola y pasandola por ensima de su hombro derecho. Con su mano derecha sostuvo su pierna y con su mano izquierda sostuvo uno de sus pechos, tras lo que continuó moviendose. Rosalina extendió su mano derecha hasta sostener también su pierna y con su mano izquierda continuó aferrandose a sus sábanas.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, esta posición me gusta, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, así puedo verte también, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhhh!
Ambos continuaron teniendo sexo en esta posición por algunos minutos, hasta que los dos comenzaron a sentir su climax llegando.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, es increíble, creo que ... que ya ... ya voy a correrme!
Mario : ¡Ahhh, igual yo!
Mario aceleró el ritmo, y luego de unos segundos y gritando el nombre del otro, ambos llegaron a su clímax y se corrieron. Mario dejó toda su semilla dentro de su esposa, y luego de unos segundos comenzó a sacar su pene de dentro de ella, dejando su otra pierna en el suelo nuevamente. Rosalina se dejó caer, quedando sentada en el suelo y apoyada contra su cama. Ambos estaban jadeando, pero aún no habían terminado.
Mario tomó a Rosalina en sus brazos y la colocó en la cama, tras lo que ella tomó nuevamente sus piernas con sus manos y las separó. Mario se arrodilló enfrente de ella en la cama y procedió a insertar su pene dentro de ella nuevamente, tras lo que comenzó a moverse, sosteniendola de la cintura.
Rosalina : ¡Ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhh, ahora estas llegando más profundo que antes, ahhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh!
Los pechos de Rosalina rebotaban con cada choque de sus cuerpos, y sus gemidos llenaban toda la habitación. Al cabo de unos segundos, Mario se inclinó sobre ella y la besó apasionadamente en los labios. Ella retiró sus manos de sus piernas y lo abrazó, enrrollando sus piernas alrededor de su cintura. Sus tiernos gemidos eran apagados por ese apasionado beso, en donde sus lenguas comenzaron a jugar entre ellas mientras sus cuerpos permanecían unidos.
Finalmente, Mario se separó del beso dejando un fino hilo de saliva entre sus bocas, tras lo que se movió a los pechos de Rosalina y comenzó a chuparlos. Ella se aferró fuertemente a su fornida espalda mientras él comenzaba a ir cada vez más rápido.
Rosalina : ¡Ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh, eso, hazme tuya, ahhhhh, ahhhhh, dame más rápido, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhh!
Ambos continuaron en esa posición por algunos minutos más, momento en el que nuevamente volvieron a llegar a su clímax y se corrieron. Esta vez, Mario salió de dentro de su esposa y se tiró a la par de ella. Con su magia, Rosalina los cubrió a ambos con las sábanas, tras lo que se recostó sobre el pecho desnudo de Mario. Él la abrazó y comenzó a besar su cabeza, olfateando su pelo.
Rosalina (jadeando) : Te ... amo ... Mario.
Mario (jadeando) : Yo también ... te amo ... mi Rosy.
Ambos comenzaron a cerrar los ojos lentamente, quedandose dormidos mientras se abrazaban el uno al otro...
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