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Capitulo 9; Mala punteria

Aurora se removió entre las suaves sabanas y escondió la cabeza en la tierna almohada, olía tan bien, no sabría decir a que, pero le gustaba ese olor.

-umm –se desperezo despacio hasta que oyó ¿una voz?  abrió los ojos de golpe y se incorporo en la cama ¡¿Esa no era su habitación?! ¡¿Dónde estaba?!  Escucho el agua de la ducha y dirigió la vista hacia la puerta que había en la habitación ¡¿Quién demonios estaba allí?!  Se levanto de la cama y entonces escucho unos pasos, quien fuera que estuviera en ese baño se dirigía hacia la habitación, extendió el brazo y agarro lo primero que había cerca, la lámpara de la mesita de noche.

La puerta del baño y se abrió y con toda su fuerza lanzo la lámpara que se estrello contra la pared

-¡¿Pero que haces?! –Mario salto hacia el otro lado de la habitación cubriéndose con los brazos -¡¿Te has vuelto loca?!

-¡Tu! ¡Tu! ¡Te has aprovechado de mi! –Aurora atino a alcanzar el despertador y se lo lanzo, lo siguiente fue una radio que Mario esquivo -¡Pervertido!

-¡¿Pero quieres parar?! –Mario se agachaba nervioso tratando de evitar que algo de lo que lanzaba se estrellara en su cabeza -¡Déjame explicarte!

-¡Me emborrachaste a propósito! –agarro el cuadro que había sobre el comodín y se lo lanzo -¡Lo tenias planeado!

-¡¿Pero que clase de persona te crees que soy?! –Mario corria de un lado al otro de la habitación tratando de salvar su cabeza -¡Si no te estas quieta tendré que pararte yo!

-¡Vete a la mierda! –Aurora tomo el altavoz del equipo de música

-¡No! ¡No! –Mario movía las manos  -¡Ni se te ocurra!

-¿Pero que pasa? –Gabriel entro a la habitación con el tiempo justo de dar un salto atrás y esquivar el altavoz que se empotro contra la pared del fondo -¡Dios!

-¡Salte de la habitación! –Mario miro a su hermano molesto y después fijo la vista en Aurora –Se te acabaron las cosas que lanzar –dio un paso hacia ella

-¡No te acerques! –Aurora paseo la vista por el cuerpo de el ¿Cómo no se había dado cuenta antes de que solo llevaba una toalla? -¡Aléjate!

-¡¿O que?! –Mario sonrió dando otro paso mas -¡¿Qué mas vas a lanzarme?!

-em ¡Esto! –Aurora cogio un cojín se lo lanzo a la cara y aprovecho para tirarse sobre el colchón y rodar sobre el hasta el otro lado

-¡Ven aquí! –el lanzo el cojín al suelo y se subió sobre la cama para perseguirla

-¡Y un pimiento! –corrió hacia el primer lugar que se le ocurrió, el baño. Y una vez que estaba dentro se dio cuenta que era un grave error.  Se giro para cerrar la puerta pero no le dio tiempo, ahí estaba el -¡Apártate!

-¡Ni hablar! –Mario negó con la cabeza, avanzo hacia ella

-¿Qué quieres? –Aurora dio un paso atrás

-Que me escuches –El sonrió, ciertamente quería mucho mas Pero no era el momento, no aun

-Esta bien, pero no te acerques –De nuevo retrocedió un  paso con tan mala suerte que resbalo con el agua que había en el suelo.  Mario reacciono rápido, la agarro por la cintura y cayeron juntos al suelo -¡Ah!

-¿Estas bien? –Estaba tumbado sobre ella, en el suelo y podía sentir sus pechos  pegados a su abdomen

-¡Suéltame! –Aurora  se removió entre sus brazos -¡Déjame!

-Pero que cabezota eres –Cansado le agarro sus brazos y los mantuvo por encima de su cabeza, mientras que con su cuerpo la mantenía inmovilizada –Ahora escúchame bien, buena chica –Aurora permanecía quieta, mirándole –Anoche bebiste demasiado, pedí un taxi para llevarte al hotel, pero te quedaste dormida.  Como no sabia tu habitación y Abi no me contestaba el teléfono solo se me ocurrió traerte a mi casa.  Pero tu dormiste en la cama y yo en el sofá

-¿En el sofá? –Aurora le observo con el ceño fruncido

-Así es –Mario asintió, le soltó los brazos y tranquilo se levanto liberándola de su peso

-¿Pretendes que crea que tu dormiste en el sofá mientras me tenias borracha en tu cama por la noche? –Aurora se incorporo despacio

-Así es –El volvió a asentir con una sonrisa

-¿Eres gay? –Ella frunció el ceño ¿O acaso ella no le parecerá guapa?

-¿Cómo? ¿Me acabas de preguntar si soy gay? –Camino hacia ella mirándola fijamente ¿enserio esa mujer pensaba que le gustaban los hombres? –Quizás tenga que demostrarte cuanto me gustan las mujeres

-No –la respuesta de ella fue rápida –Es solo que, es muy extraño  ¿seguro?

-Bien, creo que te lo dejare mas claro –la agarro de la muñeca y tiro de ella obligándola a pegarse a su cuerpo, rodeo con un brazo su cintura y sin ningún miramiento tomo su boca

El mundo de Aurora se paralizo por un momento, ¡la estaba besando! ¡un hombre que no era su marido la estaba besando! Y le gustaba, le gustaba como la besaba, como la mantenía contra su cuerpo y como su lengua acariciaba su boca.

-¿Mario? ¿Todo esta bien? –Gabriel se paro en la puerta del baño sorprendido –Perdón, no quería interrumpir

-No interrumpes –Aurora dio un salto hacia atrás sin darse cuenta que tenia agarrada el filo de la toalla que envolvía la cintura de Mario.  Al retirarse la llevo con ella y lo dejo desnudo.

-Mejor me voy –Gabriel se marcho rápidamente

-¿Estas segura de que no nos han interrumpido? –Mario sonrió al ver como ella le observaba -¿Te gusta lo que ves?

-Me voy a casa, quiero decir a mi hotel, a mi habitación –Salio del baño corriendo, después de la habitación y cruzo el salón sin siquiera mirar a Gabriel que estaba sentado en el sofá.  Salio de la casa y corrió por la playa, cuando ya estaba frente al hotel se permitió parar para respirar.   Entonces las piernas le fallaron, cayó de rodilla y ¿sonrió? Si sonreía, la había besado y ella sonreía ¿Acaso se había vuelto loca? Y entonces comenzó a reír, había sido la situación mas extraña de toda su vida

Cuando llego a su habitación se metió rápidamente en la ducha y al fin cuando se encontraba en la gran cama de su habitación fue consciente de todo lo que había ocurrido.  Ese hombre la había ayudado cuando estaba borracha, la llevo a su casa y la dejo dormir en su cama, respetándola   ¿Y como le había pagado ella? Destrozando su habitación, literalmente.  Porque había lanzado por los aires todo lo que pudo pillar, incluyendo el aparato de música 

-Pues vaya genio que se gasta –Gabriel se sentó el sofá negando con la cabeza –Creí que se estaba matando a alguien

-A mi –Mario sonrió –Casi me mata, si no fuera porque tiene mala puntería y yo soy bueno esquivando

-¿pero como se te ocurre meterte en este lío? –Darío se sentó frente a ellos -¿No la conoces?

El timbre interrumpió la conversación, Mario se levanto de su lugar y abrió la puerta para encontrarse con un mensajero

-Disculpe traigo un paquete –El chico hablo dudoso -¿Surfero roba-taxis?

-Ese soy yo –Mario sonrió ¿Surfero roba-taxis? Solo a ella se le ocurría algo así . Tomo la caja que era bastante pesada y cerro la puerta, camino con ella hasta el salón

-¿Qué es? –Gabriel se acerco a su hermano con el ceño fruncido

-No lo se –Mario se encogió de hombros

-Pues ábrela –Darío se arrodillo junto a la caja y comenzó a desenvolverla

-¡Ostias! –Gabriel miro la caja sorprendido -¡Un equipo de música!

-Un buen equipo –Darío abrió la caja mirando dentro, tomo un papel –Trae tarjeta

-Dame –Mario cogio la tarjeta y la leyó

Lamento haber destrozado tu habitación, espero que este pueda sustituir el que yo partí.   Gracias por ayudarme anoche, pero ten algo claro;  SI VUELVES A BESARME TE ASEGURO QUE NO FALLARE EN MI PUNTERIA

 

-Es increíble –Mario negó con la cabeza.  Esa mujer le sorprendía cada día mas

Aurora caminaba por su habitación nerviosa ¿Lo habría recibido ya? ¿Qué le parecería? ¿Por qué estaba tan nerviosa?  Se paro en mitad de la habitación y llevo las manos a su pecho ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué se sentía así? Pero peor aun ¿Por qué no se sentía así con su marido? Cada vez que le recordaba solo sentía dolor, tristeza, todo lo bueno que albergaba su corazón para el había desaparecido.  Pero no debía olvidar que aun era una mujer casada, que el era su marido, que la había destruido ¡Que la causa de su dolor era un hombre! ¡Un hombre!

Miro el teléfono que permanecía en la mesilla.  Tenia que encenderlo, necesitaba algo que le recordaba que hacia allí, como había llegado a esa situación y porque.   Lo tomo y lo encendió, las llamadas perdidas y los mensajes avasallaron la pantalla rápidamente.  Pero en esta ocasión necesitaba algo mas, llamo al buzón de voz y se preparo para oír

Aurora mi amor, estoy desesperado  Ignoras mis llamadas mis mensajes, ya solo me queda esto.  Esperar que al menos oigas mi voz y recuerdes todo lo bueno que vivimos juntos.  Porque hubo buenos momentos, muchos.  Y yo quiero volver a vivirlos, contigo, para siempre.  Eres mi esposa, la mujer de mi vida.  Recuerda lo que nos prometimos ante el altar, juntos ante la adversidad, toda la vida, hasta que la muerte nos separe Estoy aquí esperándote

 

-Ante la adversidad, toda la vida –las lagrimas comenzaron a caer de sus ojos.  Eso era lo que habian jurado ante Dios, en su matrimonio.  Algo que ella siempre había deseado, casarse y quizás había sido el peor error de su vida.   Se deslizo contra la pared hasta el suelo y se abrazo las rodillas

Aunque estuviera lejos, aunque hubiera huido, no podía olvidar quien era, que era lo que había ocurrido en su vida.  Estaban ahí para reflexionar, para averiguar que era lo que quería, lo que sentía.  Pero solo sentía una cosa; Dolor

Sintió que algo vibraba en su mano y la música de su teléfono inundo la habitación, miro la pantalla y contuvo el aliento  “CRISTIAN”  Sin saber como, contesto y llevo el teléfono a su oído.

-¿Aurora? ¿Aurora mi amor? ¿Estas ahí? contéstame –No pensó que oírle así le dolería tanto.  Apretó el teléfono en su mano y lo lanzo al suelo ¡Maldito! ¡Mil veces maldito!

¡Podría ser feliz! ¡Estar disfrutando de la luna de miel! ¡Juntos! ¡Pero el había decidido acostarse con su hermana! ¡Durante cinco meses!
Las lagrimas caían de sus ojos como cascadas, sentía el pecho oprimido, la garganta seca 

Unos golpes en su puerta la sobresaltaron, pensó que seria Abi y se dirigió a ella para abrirla y se encontró con el

-¿Aurora? ¿Estas bien? –Mario la observo preocupado

-Vete, no quiero ver a nadie –y cerro la puerta rápidamente, ahora se sentía mas confundida.  Se deslizo sobre la puerta y termino el suelo apoyada contra ella

-¡Aurora abre! –Mario llamo a la puerta de nuevo -¡¿Qué te pasa?!

Pero ella no contesto, no podía y algo en su interior le decía que no debía.  Su vida era demasiado complicada, su dolor demasiado intenso y su corazón estaba roto.  No creía que nadie pudiera ayudarla.   Y allí permaneció, llorando y escuchando como la voz del hombre que le había sacado mas de una sonrisa estaba tras ella, separados por una puerta

 

 PARECE QUE EL DESPERTAR FUE POTENTE,,, DESDE LUEGO LA HABITACION DE MARIO NO QUEDO MUY PRESENTABLE    Y ELLA TAMPOCO QUEDO CON SUS SENTIMIENTOS MUY CLAROS, AHORA COMIENZA A SENTIR COSAS NUEVAS ¿Y QUE PASA CON LOS VIEJOS SENTIMIENTOS? ¿QUE PASA CON EL PASADO? ESTE SIEMPRE REGRESA

OS DEJO UNA FOTO DE LA CASA DE MARIO, UNA HERMOSA CASA DE MADERA EN LA MISMA PLAYA

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