Capitulo 21; No te quiero
-Hola –Mario se giro al oír la voz de una chica tras el –Me han dicho que eres el mejor profesor de surf y yo quiero ser una experta surfera
-Tendrás que apuntarte en la escuela –el respondió secamente mientras seguía preparando su tabla
-¿Y no puedes hacer una excepción? –con descaro ella se acerco y le acaricio el brazo
-No, lo siento –se alejo caminando hacia la escuela, dejo la tabla a Darío y se dirigió hacia el hotel. Aurora estaba dando su clase en ese momento y el quería verla, quería ver como se movía
Como era de esperar la clase estaba totalmente llena, las mujeres entusiasmadas con seguir los pasos, la mayoría de los maridos agobiados de tener que complacerlas, aunque todos en algún momento fijaban la vista en el trasero de Aurora
-¿Tambien bailas? –la misma chica de la playa se paro junto a el sonriente –Necesito una pareja
-Pues búscala –Mario suspiro ¿Le estaba siguiendo? Por suerte en ese momento la música se paro La clase había acabado Todos se acercaron a dar las gracias a la profesora. El sonrió y camino entre la multitud para acercarse a ella, tomándola por la espalda rodeo su cintura con los brazos y la apretó contra el –Me encanta verte bailar
-Lo que te gusta es ver como muevo mi trasero –Aurora giro entre sus brazos y le dio un beso en los labios
-Como a todos los presentes –le guiño un ojo y sin soltar su cintura caminaron juntos hasta la salida a la playa que había en la sala –Pero tu eres mía, solo mía
-¿Eso es posesividad? –Aurora lo miro de reojo sonriente
-Podría ser –El susurro en su oído mientras le mordía el lóbulo de la oreja
En ese momento un sobrero que era arrastrado por el viento impacto contra ellos, audaz Mario lo agarro
-¿De quien será? –Aurora frunció el ceño mirando a su alrededor
-No se –el se encogió de hombros y con una sonrisa lo coloco en la cabeza de ella –Pero a ti te queda mejor –le guiño un ojo y pasando el brazo por sus hombros y caminaron por la arena de la playa dirección a la casa de el -¿Tienes hambre? –el la miro sonriente, después se acerco a su oído –Porque yo tengo mucha, de ti
Aurora comenzó a reír, pero su risa se congelo cuando escucho la voz que menos esperaba tras ella
-¿Aurora? –Al oír a su madre se quedo paralizada, Mario la observo con el ceño fruncido
-¿Mama? –se giro despacio hasta verla ante ella -¿Qué haces aquí?
-Vine a buscarte –Agnes poso la vista en Mario y después en su hija –Te vi en el salón, bailando
-No me has contestado –Aurora se puso tensa -¿Qué haces aquí?
-Pero si es el profe de surf –Bárbara se paro junto a su madre y paseo su mirada sobre Mario, después miro a su hermana -¿Es tu amigo?
-Mario –Aurora se giro hacia el, ignorando a su madre y hermana –será mejor que nos vayamos
-Claro –El frunció el ceño ¿Qué relación tenia ella con la pesada de la playa? ¿había dicho que la otra mujer era su madre? Juntos reanudaron su marcha, pero la voz de Bárbara logro poner a Aurora tensa de nuevo
-¿No esperas a Cristian? –Mario miro rápidamente a Aurora ¿Cristian? había oído ese nombre antes, es mas había hablado por teléfono con el. Aurora permanecía quieta, tensa, con la mirada furiosa
-Aurora –Y el llego, en el peor momento, con la peor intención –Tenemos que hablar
-Yo no tengo nada que hablar contigo –Se giro hacia el como una leona, nunca había sentido tanta rabia. Ni siquiera el día que lo pillo con su hermana. Ahora ella empezaba a ser feliz de nuevo y el venia destruirlo todo
-Pues lo siento –Camino hacia ella decidido –No tienes otra opción
-¿Puedo saber quien eres? –Mario se interpuso entre ambos y el corazón de ella se encogió
-Yo soy Cristian –el le miro receloso –El marido de Aurora
-¿Qué? –Mario se tenso, esa palabra se repitió en su cabeza una y otra vez ¿Marido? No, no podía ser, tenia que ser una broma. Se giro hacia ella y la miro a los ojos -¿Es eso cierto?
-Si –la voz de Aurora apenas se escucho, ella le miraba con ojos llorosos
-¿Y se puede saber quien mierda eres tu? –Cristian camino hacia el
-Si tu eres el marido –Mario le observo después volvió a mirar a Aurora –Eso me convierte a mi en el amante –las palabras se clavaron en ella como un puñal –Yo soy el que sobra –y pasando junto a ella camino dirección a su casa
-¡Mario! –Aurora intento seguirle pero Cristian la tomo del brazo
-¿Dónde te crees que vas? –El la miro furioso –Tenemos que hablar
-¡Suéltame! –Ella le empujo haciéndole caer en la arena, lo miro con rabia -¡¿Quieres hablar?! ¡Pues hablaremos! –el la observo sorprendido -¡Eres un cerdo asqueroso! ¡Me arrepiento de haberte conocido y de haberte entregado años de mi vida! ¡Me das asco! ¡Me repugnas! ¡Y jamás! ¡Óyeme bien! ¡jamás volvería contigo! ¡Antes muerta! –Tanto la hermana como al madre la miraban con los ojos abiertos de par en par -¡Por mi puedes irte al infierno! ¡Y arrastrar a el a la zorra que te has estado tirando todo este tiempo! –señalo a su hermana
-¡No me insultes! –Bárbara camino hacia ella y antes de poder reaccionar cayó al suelo tras la bofetada de su hermana
-¡Tienes suerte de que solo te insulte y no te mate! ¡No se que diablos haces aquí pero no me importa! ¡No me importa que ninguno hayáis venido a buscarme! –miro a su madre y de nuevo a su hermana -¡Y aquí la única que se insulta eres tu! ¡Comportándote como la maldita zorra que eres! ¡Como una cualquiera que se revuelca con cualquiera! ¡Sin importar si esta prometido! –sonrió -¡Por eso ningún hombre te quiere! ¡Porque para ellos solo eres una alfombra que pisar! ¡La puta a la que pueden follarse con total tranquilidad! –apretó los puños furiosa -¡Por mi tu y tu amante podéis pudriros juntos!
-¡Aurora! –Su madre la llamo al ver como ella salía corriendo, corria lejos de ellos, lejos del tormento, del pasado que volvía por ella. Atravesó la playa desesperada, el sombrero salio volando, pero ella siguió corriendo. Llego a la casa y golpeo la puerta pero el no abría
-¡Mario! –las lagrimas salían de sus ojos sin parara -¡Mario ábreme por favor!
-¿Qué haces aquí? –La voz sonó tras ella, se giro y le vio al pie de los escalones del porche -¿No te has reído ya bastante de mi?
-Yo nunca me he reído de ti –Aurora camino hacia el pero Mario retrocedió –No lo entiendes, no es como crees
-¿No es como creo? –Mario la miro fríamente -¿Qué puedo creer Aurora? ¿Qué estas casada? ¿Qué no me lo dijiste? ¿Qué tu marido vino a buscarte? –el rió -¿Qué paso? ¿Demasiado tiempo juntos? ¿Decidiste vivir una aventura? ¿Tu aniversario? ¿Qué haces aquí? ¿unas vacaciones?
-Esta es mi luna de Miel –Aurora respondió con la cabeza gacha y el la observo sorprendido –Déjame explicarte Mario
-No –El negó con la cabeza –No quiero saber nada mas No quiero verte mas
-No –Aurora lo miro dolida –Tu, me dijiste que el pasado no importaba
-¡Pero este no es tu pasado! ¡Es el presente! –Mario no pudo controlarse mas, ella se acerco y el la agarro de los brazos -¡Estas casada! ¡Es tu luna de miel! ¡¿Cómo crees que puedo sentirme?! –la miro a los ojos -¡Yo te lo diré! ¡Usado! ¡Engañado! ¡Despreciado! ¡Ni siquiera yo mismo lo se! –la soltó –Pero si hay una cosa que se, no quiero volver a verte No te quiero cerca, no te quiero
Ella se quedo parada en el lugar, observando como el entraba en su casa y cerraba la puerta Sus palabras se repitieron de nuevo en su cabeza ¿No quería volver a verla? ¿podía estar sufriendo de nuevo? ¿No la quería? ¿Realmente el no sentía nada por ella?
Pero su corazón sangraba, como nunca antes. No había rabia, odio, no como cuando descubrió lo de Cristian. Lo único que sentía era un vació y un dolor tan inmenso que hacia que su vida no valiera la pena. Miro la puerta cerrada, el la había cerrado, el la había echado de su vida ¿Para siempre?
Regreso al hotel caminando despacio por la playa, vagando por sus pensamientos, sin saber que seria ahora de ella de su vida. Cuando entro a su habitación se derrumbo sobre la cama y comenzó a llorar. Pronto su puerta fue golpeada y tubo miedo de que fuera Cristian, pero no lo era
-¡Aurora! ¡Abre! ¡Tenemos problemas! –Abi golpeaba nerviosa, cuando la puerta se abrió y vio el rostro de su amiga supo que llegaba tarde –Dios, les has visto –la abrazo rápidamente –Lo siento, me acabo de enterar –Aurora lloraba abrazada a ella –Llegaron esta mañana ¿Estas bien? –Se alejo para ver a su amiga -¿Cristian te hizo daño?
-Mario no quiere saber nada de mi –En ese momento para Abi no quedo la menor duda de que su amiga estaba enamorada, enamorada de Mario
Recostada sobre la cama, abrazada por su amiga y sin dejar de llorar Aurora termino rindiéndose al sueño
-¡Mierda! –Mario lanzo la cerveza al otro lado de la habitación
-¡Tío! ¡Tranquilízate! –Darío jamás había visto a su amigo tan furioso
-¡¿Es que no me has oído?! ¡Esta casada! ¡Casada! –Mario llevo las manos a su pelo y lo movió nervioso -¡Soy su amante!
-Ya no –Darío frunció el ceño, algo le decía que cuando su amigo pensara en frío se arrepentiría de haber dejado a Aurora –Le dijiste que no la querías
-¡Y no la quiero! ¡No la quiero! ¡No la quiero! –Lo repetía una y otra vez con rabia -¡La amo maldita sea! ¡La amo y ella pertenece a otro! ¡Esta casada! ¡Y es su luna de Miel!
-¿Y no hay algo que no te cuadra? –Darío frunció el ceño –Su luna de miel y esta aquí sola ¿Y su marido viene a buscarla? ¿Y su madre?
-¡Tendría que habérmelo dicho! –Mario golpeo la pared con furia
-¿Le diste oportunidad? –Darío lo miro con una ceja levantada
SE QUE AHORA MISMO NO ESTAREIS MUY CONTENTOS; PERO TRANQUILIDAD; TODA AGUA VUELVE A SU CAUCE; SOLO ES CUESTION DE TIEMPO Y DE AVERIGUAR PORQUE REALMENTE OCURREN LAS COSAS, Y CREEDEME ESTO SOLO OCURRE POR UNA RAZON, COSAS DE LAS QUE AURORA SE TIENE QUE DAR CUENTA EL PASADO SIEMPRE VUELVE,,,
OS DEJO UNA FOTO DE AURORA CON EL SOMBRERO QUE MARIO ENCONTRO; LA PRIMERA VEZ QUE SU MADRE LA VE DESPUE DE IRSE ¿CREEIS QUE ESTA DIFERENTE? QUIZAS MAS DE LO QUE ELLOS PIENSAN, DE LO QUE ELLA MISMA PIENSA
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