-¿No me vas a decir que te pasa? –Abi la observo con el ceño fruncido –Llevas todo el día muy extraña y no has querido ir a la playa

-Simplemente no me apetece –Aurora le sonrió forzosamente ¿La playa? No, necesitaba alejarse de Mario, ahora mismo si le veía, si tan solo cruzaban una única palabra su cabeza volvería a confundirse Mas aun –Sigamos con las compras

-Mira esa tienda –Abi señalo una de lencería –¿Vamos?

-Ehm si –Aurora se sonrojo levemente ¿lencería? Inspiro aire profundamente y siguió a su amiga al interior de la tienda

Estuvieron largo rato probándose prendas y las dos se llevaron bastantes cosas, sorprendentemente Aurora se sentía muy cómoda con la lencería.  Muy sexy.  Antes se hubiera sonrojado al verse con algo de eso puesto pero ahora, ahora era distinto.  Se sentía mas mujer, distinta.

-¿Nos vamos? –Abi la espero en la puerta de la tienda con las bolsas

-Si –Aurora camino junto a ella por el centro comercial –He pensado en llamar a mi madre

-¿Quieres hablar con ella? –Abi la miro sorprendida

-No lo se –Aurora frunció el ceño –Pero no puedo estar escondiéndome siempre, necesito saber que es lo que esta pasando allí

-Si crees que lo necesitas, llámala –Abi le sonrió –Solo procura que esa llamada no te haga daño

Al llegar al hotel decidieron tomar algo en una cafetería de la playa antes de separarse y estando sentadas y charlando relajadamente fue cuando Aurora se encontró con sus ojos

-Buenas tarde señoritas –Mario se paro ante la mesa de ellas y les sonrió -¿Me permiten acompañarla?

-Claro –Abi asintió sonriente

-Yo tengo que irme –Aurora se levanto de su lugar rápidamente, cogio sus bolsas y miro a su amiga ignorando a Mario –Tengo una llamada que hacer

-Ten cuidado –Abi la observo preocupada, ella asintió y se marcho rápidamente

-¿A que ha venido eso? –Mario miro a Abi con el ceño fruncido

-Yo podría preguntar lo mismo –Abi levanto una ceja -¿Por qué Aurora salio como alma que lleva el diablo cuando llegaste?

Aurora entro a su habitación y dejo las bolsas a un lado, su pulso aun estaba acelerado.

Ver a Mario no había hecho sino recordarle la sensación que sentía cuando sus manos la tocaban y el miedo se volvió a apoderar de su cuerpo.   Se quito la ropa mientras caminaba hacia el baño y se sumergió bajo el agua de la ducha.   Cerro los ojos y simplemente dejo en blanco su mente, tenia que relajarse, que pensar.  Debía tener la mente clara para hacer la llamada

Cuando salio de la ducha envolvió su cuerpo en una toalla y camino por la habitación de un lado al otro.  Al fin reunió el valor suficiente, tomo el teléfono de la mesa y lo miro fijamente.  Marco el numero y lo llevo a su oído, pito una, dos y tres veces.  Y entonces;

-¿Aurora? –Agnes hablo agitada al otro lado -¿Aurora hija eres tu?

-¿Estas sola? –inspirando aire trato de calmarse

-Si, estoy en casa –Agnes pareció confundida con la pregunta -¿Dónde estas cariño? ¿Por qué no vuelves? Tienes que aclarar las cosas

-No he llamado para responder a tus preguntas y menos para oír tus sermones –Se sorprendió a ella misma siendo tan brusca –Y si insistes colgare y no volverás a oír mi voz

-Esta bien –Agnes pareció resignada –Al menos ¿me dirás como estas?

-Todo lo bien que se puede estar cuando descubres que tu hermana se acuesta con tu marido –la voz de ella sonó aparentemente fría –Solo quiero saber como estan las cosas por allí.  Naturalmente los rumores ya se habrán corrido

-Todos piensan que tuviste una pelea con Cristian –Agnes sollozo –El no quiere que sepan que no conoce tu paradero, quiere arreglar las cosas

-Arreglar las cosas –Negó con la cabeza –Dime una cosa ¿Sigue acostándose con mi hermana?

-¡No! –La respuesta de Agnes fue rápida –Ellos, no, solo. . .

-¿Cómo estas tan segura? –Aurora se trago una sonrisa amarga -¿acaso puedes asegurar que ellos no siguen entregándose a esa sucia pasión? ¿Puedes asegurarme que mi hermana no comparte la cama de mi marido? ¿Puedes asegurarme que el no sigue engañándome? ¿Puedes asegurarme que se arrepienten verdaderamente?

-No, no puedo –el llanto de Agnes le dificultaba hablar –Pero el insiste en buscarte, quiere hablar contigo, pedirte perdón  Se esta volviendo loco

-Pues en ese caso que busque un psiquiatra porque si de mi depende Cristian Montiel no volverá a saber nada de mi –Y ahora si estaba decidida, no quería volver a verle, oírle, no quería tenerle cerca.  No quería estar con el  -Solo te haré una pregunta mama ¿perdonarías tu a tu marido si descubrieras que se acuesta con tu hermana?  Yo no puedo –y colgó el teléfono, después lo apago para que no pudieran contactar con ella

Ahora estaba segura de lo que no quería, no quería volver a su vida de antes, no quería estar con Cristian.  No quería ser la estupida mujer que regresaba junto a su marido olvidando todo el daño que le había hecho  ¡Ella no seria esa!

Observo las bolsas de las compras y camino hacia ellas con una sonrisa, escogió una y la dejo sobre la cama para sacar la prenda de su interior.  Un precioso camisón rojo, corto y sensual.  Por alguna extraña razón esa noche quería sentirse sexy, lo deslizo por su piel y se miro al espejo.  Esa era ella, Aurora Messia.   Con una sonrisa dibujada en su rostro se tumbo en su cama y se abandono a los brazos de Morfeo

-¿Qué significa que una mujer te ignore después de haber estado con ella? –Mario suspiro mientras apoyaba la cabeza en su mano. Peor aun, que una mujer te ignore después de haber sido el primero con el que ha estado ¿tan mal lo había hecho?

-Las mujeres son muy complicadas –Clauss rió mientras colocaba otra cerveza frente a el –Nunca te había visto tan abatido por una

-Nunca me había costado tanto acercarme a una y me había dado la patada después de lograrlo –El negó con la cabeza

-¿Esa preciosidad que te tiene loco no será aquella que me cediste? –Clauss le miro con una ceja levantada

-Lo siento amigo, pero no me pude resistir –Mario se encogió de hombros ¿Quién podría resistirse a ella?

-Pues entonces insiste –Clauss sonrió –No dejes que te de la patada, sorpréndela

-¿Sorprenderla? –Mario se quedo pensativo, entonces sonrió  Si, la sorprendería, mas de lo que ella podría imaginar

                                                 *********************

Abrió la puerta despacio tratando de hacer el menor ruido, sigilosamente entro a la habitación, cerrando tras el y camino de puntillas

-Ough -¿Con que había tropezado? Se llevo una mano a su pie, fuera lo que fuera no hizo mucho ruido.   Parpadeo varias veces tratando de acomodar sus ojos a la oscuridad, por suerte por el ventanal de la habitación entraba la espectacular luz de la luna

Cuando al fin sus ojos se adaptaron pudo mirar al lugar donde había tropezado, ¿bolsas?

-Mujeres, todo lo arreglan con compras –negó sonriente, giro la cabeza y fijo la vista en la cama.   Sus ojos se iluminaron y su pulso se acelero, quizás su plan no era tan bueno ¿toda una noche junto a esa mujer sin tocarla? Inspiro aire profundamente y se acerco, con cuidado se tumbo a su lado y observo su precioso rostro, relajado, descansando.  Llevo una mano a su mejilla y la acarició, sin poder evitarlo sus ojos viajaron hasta su pecho, aquel precioso escote le tentaba  ¿Es que acaso ella sabia que vendría esta noche y se había puesto eso para torturarle?  Esto iba a ser mas difícil de lo que pensaba

 ¿QUE PASARA CUANDO AURORA DESPIERTE  Y SE LO ENCUENTRE EN SU CAMA?  ESTO PINTA BIEN  

APROVECHO PARA RECORDAROS QUE TENGO OTRA HISTORIA PUBLICADA; La Doña   Y ADEMAS ACABO DE COMENZAR UNA NUEVA ; Los Ojos De La Venganza; ¿Cual dulce puede llegar a ser la venganza? Preguntadle a Dafne una mujer tan hermosa como fria, calculadora y con un odio ferviente hacia sus enemigos  Pero alguien se interpondra en su camino ¿Que vencera el amor o la venganza?  UNA HISTORIA LLENA DE ODIO Y TRAICIONES PERO TAMBIEN DE UN AMOR PROFUNDO Y UN DESEO INCONTROLABLE

OS DEJO UNA FOTO DE AURORA CON EL CAMISON QUE SE COMPRO