-Ese biquini te queda genial –Abi sonrió mirando a Aurora

-Muy prometedor –Mario se acerco a susurrarle al oído, ella le miro tratando de aguantar una sonrisa

-Secretitos en reunión falta de educación –Darío tan infantil como siempre les miraba sonriente

-Algo se traen entre manos –Abi miro a su amiga con una ceja levantada

-Entre manos –Mario rió divertido –Eso me encantaría

-Sigue soñando –Aurora se levanto de su asiento y se dirigió a la barra, se apoyo en ella esperando que le atendieran

-Desde luego tu si sabes conquistar a una mujer –Gabriel negó con la cabeza mirando a su hermano

-¿A caso tu sabes hacerlo mejor? –Mario levanto una ceja –El mocoso se pavonea

-¿A quien llamas mocoso? –Gabriel frunció el ceño

-No olvidemos que aquí el chico ha visto mas de lo que tu puedes soñar –Abi sonrió mirando a ambos

-Ahí le has dado –Darío guiño un ojo a Abi

-Eso fue pura suerte –Mario movió la mano restándole importancia –Olvidáis que yo la he tenido en mi cama

-Si y has tenido que dormir en el sofá –Gabriel se quedo pensativo y sonrió –Y aun así cuando desperto casi te mata y solo por haber dormido en tu cama

-Habría dado lo que fuera por ver eso –Abi reía descontrolada

-Vamos a ver si vas a regresar a Nueva York escardado –Mario fijo la vista en su hermano

-Ehh, venga, que estamos en una fiesta de despedida –Darío abrazo a Gabriel –Que se nos va el niño

-¡Que no me llaméis niño! –Gabriel se libro de su abrace

-Lo siento enano pero es lo que eres –Mario sonrió

-Veras de lo que es capaz el niño –Se levanto de su asiento y se dirigió a la barra decidido

-No puede ser –Clauss se paro tras la barra mirando a Aurora –Llevo soñando contigo toda la vida

-¿A si? –Ella rió divertida –A veces los sueños se hacen realidad

-Ya me gustaría a mi –el le guiño un ojo –Dime que te pongo preciosidad

-Sorpréndeme –Aurora volvió a responder lo mismo que aquel día que le conoció

-Todo un placer –Clauss asintió y comenzó a moverse tras la barra

-Aurora –Gabriel se coloco a su lado, la miro y suspiro –Necesito tu ayuda

-¿Qué te pasa? –Ella le miro con el ceño fruncido

-Mi hermano y Darío no paran de meterse con migo, me llaman mocoso y dicen que no soy capaz de conquistar a una mujer –Gabriel la miro a los ojos -¿Te gustaría ayudarme a darles su merecido?

-¿A tu hermano? –Aurora se mordió el labio –Me encajaría

-Parece que mis sueños quedan en segundo plano –Clauss coloco la copa en la barra –Aquí tienes preciosa

Al regresar a la mesa Aurora se sentó junto a Gabriel y durante todo el rato que permanecieron allí ellos no pararan de hablar ignorando a los demás.   Al acabar sus bebidas regresaron a la playa

-Aurora, ten –Gabriel le tendió una rosa

-Gracias –Con una sonrisa ella la tomo y le dio un beso en la mejilla –Eres encantador

-¿Has visto eso? –Darío hablaba a Mario en voz baja

-Si –Mario frunció el ceño

-Te vamos a echar de menos –Abi se acerco a abrazar a Gabriel -¿Volverás pronto?

-¿Tu tambien me echaras de menos Aurora? –Gabriel la miro divertido

-Por supuesto –Ella le guiño un ojo –Pero nos veremos pronto . Estoy pensando en hacer un viaje a Nueva York

-Eso es genial –Gabriel sonrió y la tomo de la mano -¿Un baño?

-Al agua –juntos caminaron hacia el agua, Aurora giro el rostro mirando a los demás -¿No venís?

-Esto es alucinante –Darío camino hacia la orilla mirando de reojo a Mario –Ese niño te esta dando una buena

Toda el maldito día Mario no hizo mas que ver como Aurora coqueteaba con su hermano y sabia perfectamente lo que estaban haciendo.  Jugaban, jugaban con el, pero lo que ella no pensaba era que el tambien podía jurar.

Llego el momento de despedirse de Gabriel y todos le acompañaron al aeropuerto, de regreso volvieron a la playa.  Aunque aun era tarde aun podían disfrutar un poco mas del sol y el mar.

-Oye, he pensado que podríamos ir todos a Wakaya –Mario miro de reojo a Aurora

-¿Wakaya? –Ella miro a su amiga

-Una pequeña isla que hay cerca –Abi sonrió –Es preciosa y se puede ir en lancha

-Me gusta la idea –Darío asintió eufórico –Llevamos comida y disfrutamos del día

-Me gustaría ir –Aurora miro a Mario

-Bien ¿Qué os parece si quedamos a las doce en el puerto? –El miro a todos

-Genial –Darío se levanto de su tumbona –Voy a por algo de tomar

-Te acompaño –Mario le siguió

-Te gustara, es precioso –Abi se quedo pensativa –Hay leyendas sobre ella

-¿Qué leyendas? –Aurora frunció el ceño

-Dicen que todas las parejas que se juran amor allí son felices por el resto de sus vidas, juntos para siempre –Abi sonrió

-Felices –Aurora se quedo pensativa  Una leyenda, una mentira ¿Felicidad? Ella no creía en la felicidad

-¿Cómo se te ocurrió lo de Wakaya? –Darío se apoyo en la barra mientras esperaba a que le trajeran lo pedido –Pasaremos un día genial

-No, tu no lo pasaras –Mario miro a su amigo suspicaz –Tu te quedaras aquí y distraerás a Abi

-¿Cómo dices? –Darío le observo sorprendido

-Lo que has oído –Mario sonrió –Quiero que pases a buscar a Abi y la distraigas para que lleguéis tarde al puerto

-¿Quieres quedarte a solas con Aurora? –Diario le miro divertido -¿Qué planeas?

-Ella se divirtió hoy jugando conmigo –Mario se quedo pensativo –Mañana me toca a mi

-Tu sabes lo que se dice de esa isla –Darío negó con la cabeza –Ten cuidado, no queremos que te atrapen

-A lo mejor es eso lo que quiero –Mario giro el rostro para mirar a la playa, a Aurora que reía sentada en su tumbona –A lo mejor ya me atraparon

                                                *************************

-Cristian ¿Qué estas haciendo aquí? –Agnes bajo las escaleras mirándole desconfiada

-¿No saben nada de ella? –El ignoro la pregunta y camino nervioso por la sala

-No, no contesta las llamadas, no responde los mensajes –Agnes aguanto las lagrimas en sus ojos

-¡No puede haber desaparecido así como así! –Cristian golpeo la mesa de la entrada

-Tranquilízate ¿Quieres? –Bárbara salio del salón y se paro ante ellos –Solo esta tratando de llamar la atención, ya regresara

-Nada de esto estaría pasando si ustedes no hubieran sido capaces de engañarla –Agnes miro a ambos con resentimiento –Ustedes tienen la culpa

-Ya cállate mama –Bárbara miro a su madre cansada –Tu tampoco eres inocente  ¿Olvidas que te callaste? Así que cierra la boca

-¿Ni siquiera sientes algo de culpa? –Agnes miro a su hija decepcionada

-Yo la quiero Agnes, la necesito  -Cristian camino hacia ella –Me equivoque, lo se.  Pero quiero estar a su lado

-Eso tendrías que haberlo pensado antes –Agnes salio de la casa ofuscada

-¿Tanto te desespera no saber nada de tu mujercita? –Bárbara le observo sonriente –Ya ves, no debes significar tanto para ella.  Ni te coge las llamadas

-Eso no es cierto –Cristian frunció el ceño

-¿Qué quieres decir? –Bárbara le observo confundida

-Su teléfono fue contestado dos veces –El se quedo pensativo –Y estoy seguro de que una de ellas fue Aurora, no dijo nada, pero se que me estaba oyendo

-¿Y la otra? –Bárbara camino hacia el -¿Quién contesto?

-Un hombre –La mirada de el se enturbio

-¿Un hombre? Ja y parecía tonta mi hermanita –Bárbara coloco las manos en su pecho –Ya encontró alguien que le caliente la cama

-¡cállate! –El la agarro bruscamente de los brazos -¡Aurora no es como tu!

-¿Cómo yo? –Bárbara sonrió y le deposito un beso en los labios -¿Cómo yo se satisfacerte?

Cristian la miraba fijamente mientras la tenia agarrada, la acerco a su cuerpo bruscamente y aprisiono sus labios.  Se devoraron entre besos y mordiscos, agresivamente.  Hasta que el la empujo alejándola

-Como tu, que solo vales para satisfacer a los hombres unas cuantas veces –Cristian la miro de arriba abajo

-¡Cállate! –Bárbara de dio una bofetada

-¿Acaso no es ese tu trabajo? –La agarro de la muñeca –Trabajas de Gogo, así fue como te conocí ¿lo olvidas?  - la empujo haciéndola caer al suelo –Esa es la diferencia entre tu y tu hermana.  Ella es una mujer, una esposa, tu una cualquiera, una zorra

 ¿GOGO? YA SABEMOS ALGO MAS DE BARBARA Y POR LO QUE PARECE CRISTIAN NO SE DA POR VENCIDO, QUIZAS NO LE GUSTE LO QUE ENCUENTRE SI NO DEJA DE INSISTIR    MARIO TRAMA ALGO ¿QUE OCURRIRA?  OS DEJO UNA FOTO DE AURORA CON SU BIQUINI