Después de dos años, aún hay personas que me preguntan por ti...

¿Por qué se acabó?

¿Por qué si decías que era el chico perfecto lo dejaste ir?

¿Por qué si se amaban tanto ya no están juntos?

Esas y otras preguntas más salían de sus labios, como si yo lo supiera, ¿sería extraño responder que aún lo sigo averiguando?

Dice mi mama que las cosas siempre pasan por algo y que todo tiene un porqué, pero ¿por qué sigo arrepintiéndome del día en que te dije que sería mejor terminar? ¿Por qué aun deseo regresar el tiempo a como éramos antes de aquel día?

Hay veces en que me pregunto si quizás, en ese momento te hubiera dado espacio y si me hubiera tomado tiempo para calmarme antes de decir aquello, quizás, solo quizás ¿aun estaríamos juntos? O probablemente la realidad nos hubiera golpeado y terminaríamos de igual modo...

Al final de cuentas la distancia es una maldita perra que siempre se llevara la culpa de esta ruptura, porque es más sencillo decir eso, a decir que, por un coraje dije que sería lo mejor para los dos, que terminamos porque tenía miedo a seguirte amando y que sabía que en algún momento dirías que la realidad no nos iba a ayudar, porque tenía miedo a que fuera cierto lo que todos me decían; que un amor a distancia siempre acaba mal...

Que irónicamente terminamos porque en ese momento me sentía morir solo de pensar en no volver a saber de ti, y que si así me sentía por unos meses estando contigo, no quería saber que se sentiría terminar después de unos cuantos años... la distancia es una perra, sí, pero el miedo es lo que más se le acerca a ese diablito que siempre compite con el ángel, y que por nuestra cobardía, siempre termina ganando.

Hace unos días me regañaba mentalmente, diciéndome que hubiera sido mejor no decir nada ese día y solo alejarme, así no te hubiera lastimado y no me estaría dando de golpes por el arrepentimiento, pero ahora lo sé, se por qué no pude irme solo así, y es que al fin lo entendí, quería hablarte y decirte aquello, solo por el simple hecho que en mi interior, esperaba que me detuvieras, que me dijeras que no me ibas a dejar ir porque me amabas, y que juntos podríamos superar cualquier cosa como lo habíamos hecho hasta entonces.

Porque sin importar que, alguien que realmente quiere irse, se va rápido y sin hacer ruido, pero aquel que se despide una o más veces es porque en el interior quiere quedarse, y yo quería quedarme contigo, yo quería seguir amándote