Parte.3
Samara miraba hacia fuera mediante la ventana, el viento había empeorado cada vez más conforme pasaban las horas y la luz del día empezaba a aminorar.
Después de regresar a su habitación y de haber usado el baño con agua caliente, se había podido relajar al fin. Ahora solo estaba tratando de recuperar la paz que había perdido al haber salido corriendo el día de ayer. Esa experiencia cercana a la muerte la había hecho pensar en muchas cosas.
Y por eso, ella se sentó en la orilla de la cama cogiendo la computadora, encendiéndola y abriendo una página nueva de Word, empezó a escribir poco a poco, empezando por pequeñas palabras.
Pasando las horas, ella estaba inmersa en ello, tanto que no se dio cuenta de que la vieja dueña de la posada estaba parada en la puerta de su habitación con una bandeja en manos.
─Se nota que estas muy concentrada ─ Samara pegó un brinco, asustada por la voz repentina y porque casi tira su computadora─. Lo siento, estuve tocando, pero no abrías y además la puerta estaba abierta, deberías de tener cuidado a pesar de que casi no haya personas aquí ─
─Lo siento, solo estaba concentrada... ─
─No te preocupes, te he traído un poco de té y galletas, tal y como lo prometí ─ la señora sonrió suavemente.
─Gracias ─ Samara se levantó de la cama dejando su computadora a un lado.
La mujer mayor pasó a la habitación, acercándose a una pequeña mesita dejando ahí la bandeja con una tetera de cristal, una taza y un plato con galletas.
─ ¿Te has calentado ya? ─
─Si, gracias ─ asiente Samara.
─No deberías de salir cariño, la tormenta podría hacer que te pierdas y puede ser peligroso ─
─Justo eso me pasó ayer, pero el chico que me ha traído a la posada de nuevo me salvó ─ Samara comenta mientras sirve un poco de té en la taza y bebé un poco─. Se portó muy amable, incluso me prestó su abrigo, se me ha olvidado regresársela, ¿usted sabe dónde vive? Quisiera regresársela ─
─Está bien si te la quedas, o bien, puedes dejármela y si viene yo se la daré ─ la anciana sonrió un poco, pero más parecía que estaba forzándose.
─Quisiera agradecerle como se debe, literalmente Sali corriendo y lo dejé ahí solo, fui muy maleducada ─
La anciana caminó hacia ella, acercándose lo suficiente como para que Samara la escuchara perfectamente.
─Cielo, sería mejor que no lo volvieras a ver, pronto pasará la tormenta y podrás regresar a casa, así que solo espera pacientemente ─
Samara frunció un poco el entrecejo, ¿Por qué le decía esas cosas?
─ ¿Es alguien peligroso? Pregunta ella.
─Lo es ─ contesta de inmediato la mujer mayor.
Un silencio incomodo se apodero del lugar, ambas se quedaron mirando a los ojos. Fue Samara quien sonrió algo nerviosa y se sentó en la cama.
─Está bien, supongo que lo dejaré pasar ─
─Es bueno escuchar eso ─ la mujer asiente y sonríe─. Te dejo entonces, tengo que ir a preparar la cena de hoy, dejaré que sigas haciendo lo que estabas haciendo ─
─Gracias por las galletas ─ la mujer mayor solo asintió mientras salía de la habitación.
Samara se quedó mirando la puerta aun después de que la mujer desapareció por ahí, aun con la taza en sus manos mientras el té se enfriaba. Ella se levantó de la cama y caminó hacia la ventana, donde observo todo el lugar.
Mientras el viento soplaba golpeando el vidrio de la ventana, Samara admiraba el paisaje, uno muy gélido y salvaje. Suspiró mientras bebía un poco del té, aunque hizo una mueca cuando lo sintió algo frio. Dejó la taza a un lado y miro de nuevo por la ventana, sus ojos miraron de nuevo esa mancha negra moviéndose por entre los árboles blancos por la nieve.
Parpadeo un par de veces e incluso talló sus ojos, seguía viendo esa mancha negra moviéndose entre los árboles, estaba segura que era lo mismo que había visto ayer. Pero esta vez no se atrevería a salir corriendo como una loca.
Se dedico solo a mirar esa mancha negra desde su ventana. Concentrada en ello movía sus ojos conforme se movía esa mancha negra, que poco a poco dejo de ser una mancha negra y se convirtió en una especie de animal grande, un gran lobo fue lo que se formó de a poco. Sorprendida e incrédula por lo que estaba viendo decidió seguirlo con la mirada...
─ ¡Pichu! ─ su extraño estornudo hizo acto de presencia─. Mierda ─ volvió a buscar con la mirada ese enorme lobo negro, pero lo había perdido de vista por completo.
Esa fracción de segundo en donde cerro sus ojos a causa del estornudo hicieron que lo perdiera de vista, y ella estaba molesta por eso. ¿Por qué ahora tenía que salir su extraño estornudo que varias veces fue causa de burlas?
[...]
Los días pasaban y ella seguía observando la ventana de vez en cuando, durando ahí parada por varios minutos e incluso horas, pero esa mancha negra que resultó ser un lobo enorme, no lo volvió a ver.
Incluso más de una vez tuvo la loca idea de salir de la posada para mirar un poco por el bosque, al menos sin adentrarse mucho. Pero se detuvo antes de que siquiera lo tuviera como una opción.
Los días de tormenta fueron acabando de a poco, pero conforme eso pasaba Samara pedía por que el día que tuviera que regresar a casa no llegara. Observando de vez en vez a ese lobo que parecía frecuentar ese lado del bosque Dean, quien parecía querer exponerse ante ella, ella seguía soñando con poder salir y verificar el tamaño de ese lobo que siempre la acompañaba a la lejania.
─Quiero salir... ─ murmuró en uno de esos días, tocando la ventana fría y mirando el paisaje vacio.
Aun no llegaba ese lobo negro, y ella empezaba a preocuparse.
Y a pesar de que estuvo esperándolo con paciencia ese día, ese lobo parecía que no aparecería. Decepcionada ella se fue a dormir, esperando que al siguiente día ella lo pudiera ver por ultima vez.
Extrañamente se sentía atraída por ese lobo misterioso, que, a pesar de la noche, llamaba mucho la atención. Teniendo una especie de pequeña luz que lo rodeaba y facilitaba el que ella lo encontrara. Luminiscencia, ese pequeño ser lo era.
Pero de nuevo al siguiente día no lo encontró, y en su lugar obtuvo un sueño, donde aparecía ese lobo, pero no solo el, sino que también ese joven quien la había salvado aquella vez que se había perdido en medio de la tormenta, la primera vez que vio esa mancha negra que resulto ser el lobo negro.
Un sueño donde ambos, lobo y humano, la veía con atención, esperando por algo de ella, algo que no sabia que querian.
Lamentablemente sería el ultimo sueño que tendría en esa posada. Pues la tormenta había cesado y ahora podría regresar a casa con seguridad.
[...]
─Muchas gracias por su hospitalidad ─
─Ni lo digas, puedes volver siempre que quieras, las puertas de esta posada siempre estarán abiertas para ti cariño ─ la mujer mayor sonrió amablemente─. Cuídate mucho en el trayecto ─
─Gracias ─
Samara se despidió de la mujer mayor mientras subía al taxi que había pedido, miró por última vez la posada y después miró hacia tras, donde se encontraba el bosque.
No había podido ver de nuevo a ese lobo, y el día había llegado, no podía seguir atrasando más su regreso a casa, aún estaba insegura sobre lo que había visto, ¿había sido real todo eso o solo su imaginacion?
La verdad es que real o no, sí que le había dejado algo muy bueno todo eso.
Pues después de regresar a casa se había puesto a escribir en su computadora, totalmente concentrada en lo que hacía, moviendo los dedos en las teclas y creando diferentes frases. Dando paso a un hermoso libro que le cambiaria la vida, "La chica del lobo negro".
Una historia llena de fantasía y amor, donde la protagonista conoce a su verdadero amor, quien había sido siempre desafortunada en ello, pero ese hombre no era alguien normal, no, ese hombre resulto que era un hombre lobo. Ese hombre se podía convertir en lobo cuando quisiera, un lobo tan negro como la noche, pero tan llamativo como la luz.
[...]
─Es hora de que te tomes unas vacaciones, has trabajado muy duro estos últimos dos años, Samara ─
─Lo sé, Leah, lo he considerado muy bien y creo que tienes razón, por eso he comprado un ticket de avión ─ Samara sonríe mientras saca el boleto de avión de su bolsillo.
─ ¿Con que destino? ─ pregunto Leah, su manager, con algo de curiosidad.
─Regresaré al lugar que me dio la suficiente imaginación para crear mi libro ─
─Quisiera ir también y conocer el lugar que te ha dado este éxito ─ sonríe Leah.
─Tal vez un día vayamos juntas, esta vez quisiera ir sola ─
─No te preocupes, me encargaré de que todo esté en orden para cuando regreses, eso sí, promete que regresaras antes de que termine el mes ─
─No te preocupes, una semana será suficiente, regresaré antes de que la tormenta de nieve azote el lugar ─ Samara recordó aquella vez en que se había metido en problemas por no ver el pronostico del tiempo.
Esta vez ella estaba más preparada que la vez anterior, ahora mismo había en ella una gran confianza para poder viajar sin ningún problema, ¿y quien sabe? Tal vez tener suerte y poder ver a ese lobo.
[...]
Samara miró el lugar un poco más tranquilo, ella había pensado que tal vez en esos dos años algo había cambiado en el lugar, pero no había sido así. El lugar se mantenía intacto, tal y como lo recordaba.
Por eso, feliz entró a la posada, sonriendo aún más si era posible cuando encontró a la misma mujer que la había atendido aquella vez.
─ ¿Me recuerda? ─ preguntó ella sonriendo.
─ ¡Claro que sí! ─ exclama la mujer feliz, rodeando el mostrador.
─Que bueno que me recuerde, como lo prometí, estoy aquí de nuevo para tomar unas vacaciones ─
─ ¡Me alegro mucho! ─ asiente varias veces la mujer─. Pero ven acá, déjame abrazarte ─ la mujer la abraza, Samara sonríe un poco sorprendida pero feliz─. Me he enterado ya, has lanzado un libro y el cual ha tenido mucho éxito, muchas felicidades ─
─Gracias, pero no lo hubiera podido hacer de no ser por este lugar ─
─No seas modesta, eres muy talentosa, fuiste tú quien hizo todo el trabajo difícil ─
─No lo fue en realidad, fue más sencillo de lo que había pensado ─
─ ¿De verdad? Bueno, ¿Quién iba a pensar que harías una historia de lobos? ─
─Si, supongo que es algo sorprendente, traté de crear algo que atrajera los corazones de todos, algo que hiciera desear tener un amor como esos, aunque es solo ficción, después de todo no existen los hombres lobo ─
─Tienes razón ─ la mujer asiente y la mira a los ojos con un cierto brillo─. Pero dime, ¿Cuántos días estarás por aquí? ─
─Será una semana, esta vez me fije muy bien en el pronóstico y la tormenta más próxima es dentro de dos semanas, según lo que dijeron, así que me iré antes ─
─Lo has hecho bien ─
La mujer sonrió satisfecha por el hecho de que Samara había aprendido rápido, a pesar de que no era un lugar tan familiar para ella, lo había estudiado muy bien, y eso alegraba en demasía a la anciana mujer.
Samara obtuvo la misma habitación que aquella vez, y también había obtenido largas horas de platica con la mujer, no fue hasta que Samara bostezo, que la mujer decidió dejarla descansar.
Cuando Samara fue a su habitación, lo primero que hizo fue correr las cortinas y ver por la ventana, el viento de invierno soplaba, pero no tan gélido como aquella vez, por eso abrió la ventana y sintió agradable el frio en su rostro.
Deseando en su corazón poder ver de nuevo a ese lobo negro, deseando también poder tener un romance como en su propio libro.
Samara esperaría con paciencia esta vez en la ventana, tenía una semana para observar y esta vez, salir al bosque antes de que la tormenta apareciera.
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Hice spoiler de algo, así que... Ujum 😊
Gracias por leer este gran Oneshot que dividí en 3 partes.
Y aunque sé que el final no es lo que esperaban y también sé que se molestarán, lo siento, esto fue lo que salió de mi corazón. Un final abierto por algo que esta creciendo....
Buenas noches.
Espero te haya gustado o al menos entretenido. De nuevo, feliz cumpleaños.
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