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Parte. 2

Samara empezaba a sentir calidez por todo su cuerpo, a pesar de que estaba muriendo de hipotermia no hace mucho.

Frunció el entrecejo cuando sintió algo suave rodearla, a pesar de que se sentía prisionera de algo, no se sentía cómodo, al contrario, era muy cálido y suave.

─No me molesta que toques más, pero créeme, no te gustará que lleguemos a algo más ─

Escucha una voz profunda con un toque de diversión. Samara abre los ojos de golpe, solo para ver que está siendo rodeada por los brazos de ese hombre, quien tenía un abrigo encima de él, pero nada más que cubriera su pecho.

─ ¿Quién eres? ─ exclama ella, asustada por no reconocer el lugar.

─ ¿Sabes? Pensé que lo primero que dirías sería un 'gracias' por salvar tu vida ─ exclama el desconocido.

─Gracias, ahora dime donde estoy ─

─Estas en mi casa, no había de otra manera si es que querías seguir viva ─ dice con simpleza el hombre─. ¿Te duele algo? Trate de calentarte y creo que lo hice a tiempo, ¿Qué hacías en el bosque en medio de la tormenta? ─

Samara se dejó caer en una silla de madera, parecía que alguien la había hecho a mano.

─Eso no te incumbe... quiero regresar a la posada ─ Samara susurra, mirando a otro lado.

─Claro, pero no ahora ─

─ ¿Me tendrás encerrada? ─ Samara frunció el entrecejo, mirándolo.

─No es como si te tuviera secuestrada, la tormenta ha empeorado ya que ha caído la noche, así que es imposible salir ahora mismo, puedes quedarte aquí hasta mañana, cuando haya amanecido te acompañaré a la posada de la vieja Rita ─

─ ¿Qué? ─

─Es la única posada que hay por aquí cerca y que esté abierta ─ se defendió el hombre─. Soy Jungkook, al menos debemos saber nuestros nombres si vamos a convivir esta noche ─

─Samara... ─ contesta ella después de pensarlo un poco.

─Bien, Samara, puedes dormir en mi cama, hay algo de comida por ahí si quieres ─ dice Jungkook señalando hacia la pequeña mesa.

Samara asiente sin decir anda más. Ella mira todo a su alrededor, desde la pequeña estufa que esta encendida para brindar calor hasta la cama que fue señalada para que ella durmiera un poco.

Parecía una cabaña, pero una muy pequeña y con lo más mínimo para sobrevivir, ¿Quién era esta persona? No lo sabía, pero al menos le había salvado de morir congelada allá afuera.

Jungkook la observó con cuidado, borrando la sonrisa que había puesto en sus labios para no asustarla, ahora mismo ella estaba más concentrada en ver todo lo que había en ese lugar como para que le pusiera atención.

Él no se había equivocado cuando sintió el olor a vainilla hacerse más fuerte cada vez, y al seguir su instinto la había encontrado a ella desmayada y casi congelada en aquel pequeño barranco. La nieve empezaba a cubrirla, si hubiese sido un humano normal jamás la hubiese encontrado.

Sus instintos se vieron despertados de golpe cuando la tuve a su alcance, y temeroso de perderla ahora que la había encontrado, corrió lo más rápido que sus piernas en forma humana le permitían. Había tratado de calentarla pegándola un poco a él, encendiendo la estufa que pocas veces encendía y calentando el lugar.

Poco a poco ella fue recuperando su color y eso lo alivió. La había abrazado por varias horas mientras la contemplaba, desde la más pequeña peca hasta la curva de sus labios. Se le hacía la mujer mas hermosa que había visto nunca, incluso su lobo parecía inquieto, quería tocarla también, y por primera vez sintió lo que eran los celos. Aunque proviniera de él mismo.

─ ¿Dónde dormirás? ─ Jungkook parpadeo rápidamente al escucharla, de inmediato toda su atención cayó en ella.

Suavizó la mirada al ver como ella lo miraba con cuidado, temiendo algo.

─Dormiré en la silla, a veces es bueno para la espalda ─ mentira podría.

─Creo que será mejor que duerma en el piso, con un par de cobijas que me prestes estaría bien ─ empieza ella.

─No, absolutamente no ─ Jungkook afirmó tajante─. Dormirás en mi cama, yo dormiré en la silla, además no tengo mucho sueño que digamos ─ trató de sonreír con suavidad.

Samara se le quedo mirando un poco mas antes de solo rendirse, él parecía no ceder por ningún motivo.

El repiqueteo del viento en la ventana era lo único que se escuchaba, además de la estufa que estaba encendida, la cual suaba leña. Al menos se sentía cálido. Se quedo sentada en la orilla de la cama, mirando hacia sus manos, las cuales tenían un toque rosado gracias a la circulación que volvía a su ritmo.

─ ¿No tienes sueño? ─ pregunta Jungkook, haciendo que Samara lo mirase.

─No mucho ─ murmura ella.

─Podemos hablar un poco ─ ofrece él.

Samara un poco dubitativa asiente. Pero a pesar de que ha consentido eso, no sabe de qué hablar, sería extraño hablar de cualquier cosa con alguien que apenas y conocía.

Jungkook se le queda mirando, viendo como ella parece buscar algún tema de conversación. Sonríe de lado cuando en sus facciones ve un poco de duda, es por eso que él es quien empieza la conversación.

─ ¿De dónde eres? Es obvio que no eres de por aquí ─

─Ah, no, yo vengo del otro lado del continente ─ contesta, Samara es inteligente en cierta parte, a respondido a la pregunta, pero sin dar mucha información.

─Ya veo ─ Jungkook ríe por lo bajo al notar eso.

─ ¿Tú eres de aquí? ─ pregunta Samara, a pesar de que quiere golpearse la frente al preguntar algo obvio.

─Lo soy ─ Jungkook sonríe de nuevo─. ¿Qué te trae por este lugar? Son pocas las personas que deciden viajar a este lugar ─

─Vacaciones... ─ contesta con simpleza─. Solo quería alejarme de todo ─

─Ya veo, seguro vienes de una gran ciudad, un lugar así seguro es un dolor en el culo─

─Bueno... ─ Samara asiente, aceptando eso.

Todos sabían que vivir en una ciudad eran problemas constantes en el cuello y dolores de cabeza, el trabajo era necesario para poder sobrevivir, además tenías que morder antes de que alguien más lo hiciera, era la supervivencia en un mundo como esto.

─ ¿A qué te dedicas? ─ pregunta de nuevo Jungkook, interesado en las respuestas que ella dijera.

─Soy escritora ─

─ ¡Vaya! ─ dice sorprendido Jungkook─. Seguro que eres alguien importante ─

─No realmente, aun sigo trabajando en ello ─ ella se sonroja un poco.

─ ¿Qué dices? Seguro eres alguien importante, ¿Qué tipo de historias haces? ─

Samara se siente un poco abrumada, muerde un poco su labio, a pesar de que no se siente apenada a lo que se dedica, el estar frente a alguien que quiere saber todo eso de ti es... es como cuando le cuentas por primera vez a alguien que escribes, y cada vez que hacía eso, siempre se enfrentaba a las malas caras o las palabras de decepción de los demás.

─Escribo fantasía ─ susurra por lo bajo, mirando hacia otro lado.

─Uhm... ─ Jungkook la mira atentamente, viendo como sus mejillas se sonrojaban a tal grado que parecían pequeños tomates─. ¿no te sientes alegre por lo que haces? ¿odias escribir? ─

─ ¡No! ─ contesta ella de inmediato─. Amo escribir ─

─ ¿Entonces porque no lo dices de manera segura? Si amas escribir y si amas ser lo que eres, ¿Por qué no lo dices firmemente? ─

─Es difícil ─

─Tenemos toda una noche para que lo cuentes ─ Jungkook sonrió de lado, alentándola un poco.

─Veras, es... la primera vez que yo conté que quería ser escritora siempre me dijeron que era algo que no me dejaría suficiente dinero como para sobrevivir, pero al menos me dejaron en paz cuando pensaron que era un sueño de adolescente, ahora que crecí y me dedico a ello, bueno, algunas personas siguen con ese pensamiento ─

─ ¿Y de verdad importa lo que digan los demás? ─

─No... ─

─ ¿Entonces? Es fácil, solo tienes que decirles que no tienes la culpa de que no hayan cumplido sus sueños, que no es nada bonito que ellos intentan opacar los tuyos ─

Samara lo observó con atención, él era un desconocido, pero tenía razón en lo que decía, más de una vez ella trató de convencerse de que nadie tenía derecho a decirle que hacer, si ella quería ser escritora, pues bien, o si quería bailar arriba de una mesa también estaría bien, pero sería algo que ella había decidido.

Ella jamás pensó que se sentía tan bien como ahora se sentía, después de haber sacado lo que tenía en su cabeza, esos pensamientos que estaban dirigidos para esas personas que se atrevían a opinar sobre el gusto de los demás.

Y fue por eso que ellos se enfrascaron en una charla muy amena, donde ella sacaba todo lo que se había guardado desde la primera persona que se había atrevido a dudar de ella y de su talento.

Jungkook la escuchaba atentamente, opinando de vez en cuando y riendo algunas otras veces. Era curioso como un par de personas que no se conocían hablaban de la vida como si fueran los mejores amigos, y conforme pasaba eso, él se daba cuenta de algo, la había encontrado, a la persona que siempre había estado buscando.

Ahora venia un problema más, ¿Cómo le pediría que se quedara junto a él?

[...]

A la mañana siguiente, cuando un poco de luz empezaba a abrirse paso en las nubes, pero sin dejar de soplar un viento gélido. Samara dormía tranquilamente, mientras sentía calidez en su cuerpo, no quería levantarse, pero ese calor podría llegar a ser algo sofocante, incluso tuvo que quitarse las cobijas.

Abrió los ojos, solo para mirar hacia detrás de ella, donde se encontraba Jungkook abrazándola. Ella se levantó de golpe, haciendo que Jungkook refunfuñara por haber sido despertado.

─ ¡Oye! ─ se quejó ella─. Pensé que habías dicho que dormirías en la silla o en el piso ─

─Pero esos lugares eran incómodos, y pensándolo mejor, no hay mejor lugar que una cama suave, además te calenté, ¿cierto? ─ Jungkook soltó eso sin ningún doble sentido, pero Samara se sonrojo a mas no poder.

Cogió una almohada y se la aventó a la cara, Jungkook perplejo por lo que había pasado la miró, después de unos segundos se rió al darse cuenta de lo que había dicho.

─ ¿Qué hora es? Regresaré a la posada ─ Samara se pone sus zapatos rápidamente, volteando a ver a Jungkook después─. ¿Puedes indicarme el camino? ─

─Te llevaré, solo quédate un poco más, ¿Qué tal si desayunamos juntos? ─

─No, seguro la dueña de la posada está asustada por no haber llegado, ayer salí corriendo sin decir nada, no quiero que pensé que cargara con la muerte de una joven extranjera ─

Jungkook soltó una risilla, pero asintió.

─Vale, disculpa, solo dame un poco de tiempo, me cambiaré ─

Samara asintió, aceptando en darle unos minutos para ponerse presentable.

Se sentó de nuevo en la orilla de la cama, esperando a que Jungkook se cambiara. Y teniendo en cuenta que la casa era muy pequeña, ella tuvo que voltear hacia otro lado cuando vio que él empezaba a desvestirse como si nada estando ella presente.

─Listo, puedes ponerte esto ─ Jungkook le extiende un abrigo muy grueso.

─No es necesario ─

─Lo es, si es que quieres seguir utilizando tus preciosos dedos para seguir escribiendo fantásticas historias ─ sonríe él amablemente.

Samara sonrojada acepta el abrigo, se lo pone rápidamente. Sintiendo la mirada de Jungkook sobre ella, voltea a verlo.

─ ¿Qué? ─

─Nada ─

Ella entrecierra los ojos al ver como él voltea hacia otro lado, pero aguantando la risa.

─ ¿Qué pasa? ─ pregunta de nuevo.

Pero Jungkook solo le hace una seña para que se acerque a él, poniéndola frente a un pequeño espejo para que ella se mirase. Samara se puso roja como tomate al ver la razón porque él parecía aguantarse la risa.

En el espejo se reflejaba ella con el abrigo, que parecía quedarle muy grande, y al ser muy grueso ella parecía tan pequeña, como uno de los enanos de Blanca Nieves.

─He cambiado de opinión, no lo quiero ─ empieza a quitarse el abrigo.

─Déjalo, te congelarás ─ Jungkook pone sus manos en sus hombros─. ¿O es que te afecta mi opinión? Parece que no aprendiste nada de lo que estuvimos hablando ─

Samara apretó los dientes, dejó a Jungkook hablando solo y solo salió de la casa, al sentir el viento gélido recorrer sus mejillas se estremeció. Por ahora no diría nada y solo aceptaría este abrigo que bloqueaba el viento.

Cuando Jungkook salió de su casa, la miró, no había podido convencerla de que se quedara, pero tampoco podría obligarla, no sería capaz de verla infeliz.

Y viéndola caminar delante de ella, fue como se imaginó muchas cosas, todas ellas eran futuros hermosos que podrían haber pasado ella hubiese decidido quedarse.

¿Ella hubiera aceptado que el amor a primera vista existía?

¿Ella hubiera aceptado vivir para siempre en este lugar?

¿Ella hubiera aceptado todo de él?

Tal vez no, incluso estaba seguro que ella le diría que estaba loco, estaba mal de la cabeza y que por eso él le decía todas esas cosas.

Y sin estar consiente de todo, ambos llegaron hasta donde estaba la posada, Samara entró rápidamente, encontrando a la vieja dueña del lugar, cuando se vieron ella parecía realmente contenta de que estuviera bien. Pero su semblante cambio cuando vio a Jungkook entrando al lugar, ella parecía más seria, Jungkook también, pero por diferentes situaciones.

─ ¡Me alegro que estés bien! ─ exclamó la vieja dueña de la posada─. Me sorprendiste cuando saliste corriendo sin decir nada mas ─

─Lamento haberla preocupado, de verdad que sí, no volverá a pasar ─ Samara sonríe apenada hacia la mujer, después volteo a ver a Jungkook─. Muchas gracias por haberme salvado y por haberme traído de nuevo, gracias ─ Samara hace una pequeña inclinación de cabeza, después da la vuelta de nuevo─. Iré a mi habitación a darme un baño, quiero cambiarme lo antes posible ─

─Vale, te llevaré un poco de té calentito y unas galletas en un momento ─

─Gracias ─

Samara asiente feliz y sale corriendo hacia su habitación, dejando a la vieja dueña y a Jungkook solos. Ella no tenía nada que hacer ahí, le había agradecido perfectamente bien a Jungkook, ahora solo tenía que seguir, esperar que la tormenta de nieve cesara y así poder regresar a casa.

Y mientras Samara corría hacia su habitación en la posada, la vieja dueña y Jungkook se miraron retadoramente.

─Fue por ti que ella salió corriendo, ¿verdad? ─

─No tengo porque responder ninguna pregunta ─ Jungkook dio media vuelta, dispuesto a salir de ahí.

─No deberías de andar rondando por aquí tan a la ligera, el que pocos sepamos de tu existencia no te hace merecedor de que rondes libremente ─

─Oye anciana, ¿Cuántos años crees que tengo? ─ los ojos de Jungkook se oscurecieron un poco, la mujer tragó saliva en seco─. Soy mucho mayor que tú y toda tu descendencia junta, fui yo quien fundó este lugar, ¿no deberías de hablarme con algo más de respeto? ─ una sonrisa siniestra apareció en sus labios─. ¿O es que quieres que te muerda? ─

─No te atreverías ─ dice la mujer, aun intentando salir de su estupor─. Como sea, no involucres a inocentes en tus asuntos ─

─Es como lo has dicho, son mis asuntos y lo que haga o deje de hacer, no te concierne, vieja bruja ─

─Estúpido lobo ─ murmura ella, aun sabiendo que Jungkook la ha escuchado a la perfección.

Jungkook salió de ahí con una sonrisa en su rostro, a pesar de que había sido insultado de esa forma, no le haría nada, pues era una de las pocas personas que le agradaban, ella era valiente por saber quién era él y aun así hablarle de esa manera.

Gloucestershire es un lugar lleno de magia, y solo algunas personas lo sabían, otros sólo habían escuchado rumores y lo pasaban como leyendas urbanas.

Jungkook sabiendo eso, se daba el lujo de poder estar tranquilamente por el lugar, sin preocupaciones, y aún más cuando llegaba el invierno, eran pocas las personas que se atreverían a salir.

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Aquí la segunda parte, esto me está quedando más largo de lo que pensaba. Así que tendrán una tercera parte. Esperenlo, y espero que pueda subirlo hoy mismo, si es que mi dolor de cabeza me lo permite.

Buen día.

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