Union, Sangre, Amor
Hoseok.
—Te estas distrayendo.
Podía ver su respiración agitada, trataba de buscarme entre las sombras, pero seguía usando su aura oscura para localizarme, con la base de mi lanza la desestabilice haciéndola caer nuevamente, cerré el circulo de invocación y le tendí la mano para alzarla.
—Déjame —empujo mi mano para pararse ella sola, se sacudió un poco la ropa y camino hacia la cabaña.
—Rawa.
—Ahora no Hoseok.
Su aura se sintió oscura, los cuernos del señor oscuro asi como las alas negras de este se hicieron presentes en Rawa, solo y Daren tienen la capacidad de adoptar apariencia demoniaca, pero en el caso de Rawa solo pasa cuando no esta bajo control.
—Princesa, necesitamos descansar.
—¡No! —su mirada era furiosa, sus llamas eran negras a su alrededor —tengo poco tiempo para esto, mi maldito lado de arcángel es una mierda y no me ayuda.
Su cabello negro ondeaba por la cantidad de energía que despedía.
—Si pierdes el control, iremos en retroceso —me acerque con cautela, la expresión en su rostro es entre frustración y furia —Creo que te estoy presionando demasiado no hemos dejado de entrenar —la tome de la mano y sus llamas me quemaban, se dio cuenta de esto y las apago.
—Hobi —miro mi mano —te lastime.
Poco a poco se calmo, sus alas y cuernos desaparecieron, quedando tan solo mi hermosa princesa, tome sus mejillas y me acerque a sus labios.
—Eso ayudo a que volvieras —le di un pequeño beso —me dejaría quemar por ti con tal de que estés a salvo y tranquila.
—Dañar a los que amo no debe pasar —sus lágrimas salieron — estoy buscando lo contrario.
—¿A los que amas? —sonreí a pesar de verla tan vulnerables — puedes acabar conmigo siempre lo he dicho —la volví a besar —ahora más que nunca.
El siguiente beso, fue más intenso, más rápido, quería atrapar las palabras que dijo hace un momento, seres que amo, ella me ama, y se que no es de manera fraternal, lo se, ella me ve como lo hago yo con ella.
—Hoseok —mordí su labio al abrir los ojos, que tenían restos de sus lagrimas pero ahora eran acompañados de algo mas intenso —por favor.
—El entrenamiento se termino por hoy.
La alce tal cual como la princesa que es, pero mi contexto no era el de salvarla, al contrario soy lo mas peligroso en este momento para ella, soy su depredador.
Entramos a la cabaña, directo a mi habitación, donde la puse en la cama con delicadeza, todo lo contrario de lo que le paso a su ropa, la cual desgarre con magia, exponiendo su cuerpo a mi vista, la note tragar saliva, sus pezones en pico mostraban esa excitación que su mirada tenia, al igual que los pocos rizos entre sus piernas llenos de su lubricación.
Ella es virgen.
Lo cual saca mi lado animal, su interior será profanado por mi, su sangre bañara mi miembro y será mia para siempre, pase lo que pase, ese acto carnal se quedara conmigo por la eternidad.
—He esperado un tiempo, besarte, tocarte, el que te corrieras sobre de mi, todo eso fue nuestro juego previo, mi preludio antes de esto, antes de tomar lo que anhelo, antes de que el dolor y tu placer se mezclen, pero necesito saber ¿lo quieres? ¿quieres que sea yo?
Me quite la ropa de manera lenta ella se apoyo en sus codos flexionando las rodillas, mostrándome su entrada de manera descarada, muestra su confianza hacia mi, de una manera sensual y atrevida.
—Mis dedos han sido acompañados de tu imagen, desde que descubrí como darme placer, desde que mis piernas se humedecían ante la idea de sentirte, ante pensamientos tan incorrectos en su momento, que ahora puedo hacer realidad, por lo que no dudes que es a ti a quien quiero y deseo.
Subi con cuidado a la cama, mostrando masturbándome sin dejar de mirarla, al estar entre sus piernas pase la cabeza de mi erección por su hendidura.
—¿Deseas que te prepare?
—No, estare bien.
—Entonces mírame, no cierres los ojos —meti la punta para empujar un poco mas allá de la cabeza, escuchando su primer gemido —no dejes de mirarme, en mi memoria se quedaran atrapados todos tus gestos, los del dolor previo, hasta tener los que te llevaras al clímax completo.
Entre un poco mas pegando mi frente a la de ella, le tembló el labio, pero no me detuvo, sus manos se aferraron a mis brazos, y sus piernas se enredaron en mi cadera.
—¿Duele? —Asintió —ire despacio —Sali de nuevo hasta la mitad para volverme a meter casi hasta la base, abrió la boca para gemir.
—Hoseok —trago saliva —un poco mas rápido.
—Intercambiemos dolor —levante uno de mis brazos donde ella se aferraba —desgarra mi espalda hasta que cambie la sensación.
Baje la mano para alzar su muslo, ella se aferro a mi espalda, cuando empuje de nuevo, se clavaron en mi todas sus uñas, sacándome un siseo, mientras el hilo de sangre corría por mi espalda. Sali de nuevo para empujar, esta vez mas fácil, sintiendo como su estreches se amoldaba, como el aroma de su sangre se mezclaba con el de nuestras excitaciones.
La intensidad de sus rasguños disminuía, ahora se aferraba a mi espalda para que no me separara, pronto sus caderas también se movían, ansiosas de mas, ansiosas de esa fricción que le hormigueaba hasta lo mas profundo de su ser.
Metí mi mano cadera alzándola para quedar de manera vertical, mis rodillas estaban dobladas en la cama, una de sus pies se apoyaba junto a mis piernas, la otra la tenia sostenía con mi mano mientras con la mano que quedo libre de nuevo le sostuve la cadera.
—¿Escuchas eso? Ese pequeño chapoteo —le hable al oído —mira para abajo y nota lo mojada que estas, como tiñes mi miembro glorificándolo con tu sangre y tu placer.
Bajo la mirada observando nuestra conexión, mirando el carmesí brillante al mover su cadera cuando salía de su coño apretado, se relamió los labios moviéndose un poco mas fuerte antes de besarme.
—Hoseok, no falta mucho.
—Puedo sentirlo princesa, puedo sentir como me aprietas cada vez mas.
Su aura aumento, pero no era la oscura, una luz nos cubrió a ambos, tanto sus alas como las mias se abrieron al momento de llegar al orgasmo, iluminando la habitación, que se armonizaban con los gemidos de ambos mientras nuestros cuerpos dejaban de temblar.
Nuestras respiraciones se calmaron y ella beso mi mandíbula, rascando con sus uñas mi rostro.
—¿Qué fue eso?
—Tu sangre de arcángel —bese su frente — me reconociste como tu pareja.
—Suena fantástico, pero creo que me desmayare ahora.
Su cuerpo se desplomo en mis brazos, pero apenas escuche el pequeño sonido de su nariz respirar de manera profunda, supe que se había quedado dormida.
Bueno la madre de Rawa incendio la habitacion, entre angeles es diferente.
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