Hoseok

Miles de años, miles de experiencias, miles de mujeres. Nada de eso me servia en estos momentos tenerla dormida en mi hombro, es una tortura, su respiración es placida, su calor me deja tranquilo pero estará conmigo por un mes completo, no tendremos al estúpido príncipe cerca, ni sus hermanos, ni sus padres, es mia en totalidad, aunque sea para entrenarla pero estará conmigo en mi casa.

Pero me siento nervioso, temo arruinar algo tan preciado como lo es Rawa. De cierta manera es enfermo pues la vi crecer, aunque al mismo tiempo me enamore de ella.

—Rawa, princesa —solo se removió —anda despierta, llegamos.

—Solo un minuto mas —la subi a mi regazo acunandola contra mi pecho —me encanta como hueles.

—¿Si? ¿A que huelo?

Su nariz se delizo por mi cuello haciendo que la sangre se fuera a mi entrepierna —A viento, aire fresco, como cuando el aire es frio pero te llena los pulmones, de ese que aspiras y sientes renovarte.

—Es un aroma interesante.

—Eres interesante —sonríe contra mi cuello —¿me bajaras en brazos?

—Lo que ordene mi princesa.

Nos bajamos del carruaje, ella miro hacia la cabaña, bostezo un poco y bajo de mis brazos.

—Es algo pequeño, pensé que sería más ostentoso, eres egocéntrico, esto es todo lo contrario de lo que pensé.

—Tiene lo que necesito —tome su mano, mientras los guardias bajaban las cosas de la princesa —vamos a dentro.

La nieve empezaba a caer, por lo que mi cabaña se veía mas hogareña, en cuanto abrí la puerta la chimenea se encendió, tenía algo de polvo pues ya hacia tiempo que no la visitaba. Rawa miro alrededor sorprendida, se centró en una pequeña quemadura en el piso.

—Obra de tu madre —me senté y estire un poco —¿quieres descansar? ¿Comer?

—¿Qué clase de entrenamiento me darás? —miraba mis cuadros de la pared —no hay nada que no me hubieran enseñado como mis hermanos.

—Tu no recibiste el entrenamiento del Ninfa de Yaak, o el de oscuridad de Daren, los tres tienen una habilidad diferente, son híbridos, pero asi como las personalidades nunca serán las misma, sus dones son variables.

—Quiero ver entonces...

Rawa

Salimos de su cabaña y en la parte trasera, lo vi tomar una vara, el suelo se volvió arena lisa sin darme cuenta, su gabardina relucia como si fueran sus alas, el circulo que formo primero fue una de protección, el bosque al fondo desapareció.

—Imposible.

No lo vi invocar nada, no lo escuche conjurar nada, todo se habia oscurecido, la silueta de Hoseok seguía moviéndose sobre la arena lisa, las runas que iba formando las reconocia muy bien.

—Soy un arcángel desterrado —su voz se hizo mas gruesa y demoniaca —recupere mis alas, pero jamás deje de ser un nigromante.

El aire empezó a faltar, su rostro se lleno de plumas negras combinando resaltando sus ojos dorados, se sentía el aura del inframundo, pero ellos están fuera del dominio de los demonios, atraen seres que no pertenecen ni a Eden ni al infierno.

Por instinto mis llamas se encendieron pero asi como aparecieron un viento helado las apago, ya no veía nada, no sentía la presencia de Hoseok, sabia que algo estaba en la oscuridad, pero no identificaba el que, trate de usar el dominio de las sombras, pero ¿en que las dominaba?

Empecé a poner nerviosa, necesito luz, pero el fuego se me apaga.

—Hobi.

Escuche mi voz temblar, tenia miedo, mis manos se extendieron y sentí la piel calidad de alguien mas, la oscuridad se disipo y estaba en brazos de Hoseok sosteniéndome por su ropa mientras temblaba.

—¿Entiendes ahora? —acaricio mi cabello.

Los arcángeles dan miedo.

—No puedes controlar todavía lo que alejaría a las pesadillas.

—Lo hice ese día.

—De manera descontrolada, lo que estamos buscando es que lo puedas manipular, el exceso de uso de tu energía es una desventaja enorme en el territorio enemigo, por lo que si eres una de esas que explota en poder pero no puedes ayudar mucho.

—Ahora entiendo porque Vilma odiaba entrenar contigo.

—Vilma no tenia la piedad del profesor.

Me tomo de la cintura, para besarme, pero no pude seguirle el beso ya que me sentía demasiado débil.

—Vayamos a que comas algo y repases algunas cosas, tenemos tiempo para jugar, si logras completar la primera parte del entrenamiento prometo darte una recompensa.

Me preparo la cena mientras estaba leyendo algunos libros que trajo, hablaba sobre la energía que los arcángeles manejaban, es un don extra que se les da cuando ascienden de rango, a excepción de los hijos engendrados los cuales estaban prohibidos hasta hace poco, el abuelo Jin si que fue un rebelde.

Entre los libros que tenia que leer, hubo uno algo delgado que llamo mi atención, las letras doradas decían "el don de los sueños"

Los humanos dormían de la manera mas simples, entonces Morfeo e Hypnos llegaron para cambiar algo simple en ventajas para aquellos que anhelaban poder.

—¿Algo interesante? —dejo la bandeja con comida aun lado, miro el libro que tenían en la manos e hizo una mueca —ese libro es mas un cuento infantil.

—Pero ya había leído algo de esto, coincide mucho con lo que esta pasando.

—Es imposible que ellos existan de nuevo, fueron sellados porque eran muy peligrosos, no hay poder en ninguno de los dos reinos que los pudiera haber liberado.

—¿Y un poder de los dos reinos unidos?

—¿A que te refieres?

—Mi madre dio a luz a tres hijos híbridos con la sangre de las castas mas fuertes, cuando mi madre dio a Luz a Daren tengo entendido que la energía que se sintió fue impresionante.

Tomo el libro entre mis manos y se quedó pensando —Podría ser posible —se levanto y fue por otro libro mas, busco la pagina antes de volver a sentarse — si están buscando ser libres, necesitaran mas energía.

—Las pesadillas.

—Eres impresionante.

Leyó el libro un poco mas y su expresión cambio, lo cerro para desaparecerlo —Termina tu cena debemos entrenar lo mas pronto posible.

Beso mi frente y salió de la habitación.