Rawa.

Me había ido con mis hermanos lejos de la conversación de mis padres con aquel joven, la verdad me sentía algo incomoda, pues el que su voz fuera la misma que la que me llamaba era inquietante. No se a que había venido, pero sin duda el asunto que trataba con mis padres era serio pues el rostro de ambos no demostraba ningún tipo de reacción de otro tipo.

—¿A quien espiamos? —Sol aparece tras de mi comiendo una manzana.

—Ese tipo de ahí —se asoma y muerde la manzana.

—Es lindo ¿Quién es?

—Un príncipe de tierras lejanas, su nombre es Hoongjoon, es el primer príncipe que conozco de otras tierras.

—Si, empezaron a aparecer como moscas de cuando se acabo el dominio de los humanos sobre los demonios, le fue más fácil a tu madre el que las tierras fueran vigiladas asi, se nota que tiene mas o menos tu edad, sin duda es de las primeras generaciones.

—Tus sabias algo, no me mientas —se encoge de hombros —Sol.

—En Edén les gusta vigilar a los humanos, pues si conozco a varios, pero este es la primera vez que lo veo, igual no estoy al pendiente de todo, me la paso entrenando.

—Él es el chico de mis sueños.

Se quedo quieta un segundo y después escupió la manzana.

—¿Cómo? ¿LO DICES DE MANERA LITERAL? ¿o de la otra forma?

—Shhh —le cubrí la boca —es el tipo que se ha estado apareciendo en mis sueños.

—¿Tu madre lo sabe? Espera ¿Él lo sabe?

—Claro llegue y me presente, Mi nombre es Rawa Jeon, y tu te me apareces todo el tiempo en sueños, aunque nunca había visto tu rostro, tu voz es inconfundible.

—¿De quien hablas? — ambas saltamos.

—Mierda Yaak, no hagas eso.

—No estas prestando atención —nos sonrio acomodándose las gafas —madre te llama, dice que es de mala educación espiar a los invitados, hola Sol.

—Hola Yaak, ¿ya tienes mi libro?

—En mi habitación, donde lo dejaste.

—Esperen, ¿Qué pasa aquí?

—¡RAWA!

—Te dije que te habla madre.

—Después me encargo de ustedes.

Camine hasta donde estaba mi madre, no me di cuenta cuando se había ido padre, trate de mostrar mi mejor cara, pero mi vista seguía en aquel joven.

—¿Podrías mostrarle el castillo al príncipe?

—¿Qué? ¿Por qué?

—Se va a quedar aquí esta noche, luego regresa a sus tierras, pero en lo que preparamos donde se quedara él y su guardia, me gustaría que lo acompañes antes de la cena también.

—¿Tengo que hacerlo?

—Rawa.

—Descuide su majestad, entiendo que pueda ser incomodo, soy un extraño después de todo —ahora me sentía mal —esperare aquí paciente.

—Perdone, fui un poco grosera, no me suele pasar, será un honor mostrarle los alrededores.

—Gracias hija —me beso la frente —iré a preparar todo.

Note como mi madre se alejaba y mis manos empezaban a sudar las manos, también mi corazón latía tan rápido como el galopar de un caballo asustado. Empezamos a caminar y el príncipe iba tras de mí.

—¿No le agrado? Es justo sabiendo que no nos conocemos.

—Es que es complicado —suspiro y pasamos hacia el jardín principal —no estoy acostumbrada a tener este tipo de interacciones tan formales, estos últimos años me la pase entrenando y aprendiendo cosas para administrar el reino.

—Puros rostros familiares en algo que le gusta, es perfectamente entendible, su familia es grande y agradable.

—¿Y cómo es su familia?

—Soy hijo único, solo queda mi madre y en realidad no suelo interactuar con tantos rostros familiares, por cuestiones políticas ando mas conociendo gente extranjera, un poco opuesto a su situación.

—Totalmente opuesto —me relajo un poco —¿puedo preguntar a que vino al castillo?

—A pedir ayuda.

Detuve mis pasos y me giré para verlo, su mirada se había ensombrecido, se acomodó un poco la vestimenta.

—Unas creaturas extrañas han estado apareciendo en las fronteras de nuestro reino, mi madre levanto una barrera, pero no durara mucho, fue complicado llegar hasta aquí.

—¿Qué clase de creaturas?

—Sombras, pero se materializan en monstruos deformes, depende de la persona que se las topen es como sufren el ataque, la gente las esta llamando "pesadillas" estas ya están llegando a mas tierras, tus padres ya estaban algo al tanto.

—Con que eso es lo que vino a informar mi abuelo, mis hermanos debes saber, esos malditos nunca me dicen nada.

—Usted es la princesa, deben de mantenerla a salvo y tranquila.

—Tonterías, me han preparado para todo, es incoherente que ahora no me dejen participar en esto, son tan buena o mejor que mis hermanos en el campo de batalla.

—Su aura es poderosa lo admito —no me había dado cuenta que estaba aumentando mi aura —parece tan real ahora.

—¿Real?

—Perdone, creo que la estoy confundiendo, es que siento que ya la conocía de antes, al menos su voz me es tan familiar.

—¿Tu me has soñado?

Mi curiosidad se había mezclado con mi emoción, me le acerque esperando una respuesta.

—Mas de una vez, pero nunca había tenido oportunidad de verle el rostro —levanto su mano para alcanzar mi rostro —es tan hermosa —no alcanzo a tocarme cuando una mano lo detuvo.

—Me temo que no se esta permitido tocar a la princesa, ¿Quién es usted?

Hoseok estaba entre los dos colocándome detrás de su espalda, su voz era grave y agresiva.

—Soy un invitado de sus majestades.

Hoseok lo empujo un poco y sus guardias se movieron en nuestra dirección, el príncipe levanto la mano y negó con la cabeza.

—Que sea un invitado, no le da derecho a tocarla, limítese y tome su distancia, no me gustaría tener que ser más rudo la próxima vez.

—Me atreví por que a ella no pareció molestarle mi cercanía, ¿o me equivoco?

—Yo —miré a los ojos a Hoseok —no me sentí amenazada.

—Lo ve.

—Aun asi —miro a su alrededor —¿Dónde esta su escolta?

—Estoy en el palacio, con todos a mi alrededor, no es necesaria.

—Siempre es necesaria, mas ahora, tenemos que reunirnos con sus padres mi princesa.

No me había fijado que tenía una herida junto al hombro, toque para curarlo, ¿Qué había podido herir a un arcángel? 

¿que celos?