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Los caballeros negros


Hoseok

Detesto estar molesto con ella, pero lo provoque en primer lugar, no me gusta que ese sujeto este aquí, es bien sabido que es un brujo de siglos, uno de los que no son de fiar, desde que el mundo estuvo siendo reinado por los demonios, el aprovecho para tomar ventaja de esto, haciendo rituales prohibidos, para sostener su inmortalidad, tiene gran poder, pero es uno de los malos, uno que se ha ganado con la muerte de inocentes.

En Edén tenia incluso una especie de precio su cabeza, el cual se olvidó cuando los arcángeles dejaron de interesarse por los humanos, ahora que este aquí, atado al príncipe ese, no me da nada de buena espina.

—Pararemos aquí —Yaak detuvo la caravana, para que los caballos descansaran un poco.

Mi princesa, le sirvió agua y comida a su yegua, para después acercarse al carruaje y esperar que el apestoso príncipe bajara.

—Es bueno estirar las piernas.

Alastor estaba aún lado estirándose y bostezando, yo lo ignore para darle de comer a mi caballo, pero este insistía en seguirme.

—¿Por qué me ignoras miguel?

—Deja de llamarme de esa manera, soy Hoseok, ese ya no es mi nombre.

—Como sea —se encoge de hombros —lo único que interesa es que casualmente estamos del mismo lado, ¿no te parece curioso? Antes me odiabas, incluso eres el único que me dejo una cicatriz —se me acerca mostrando su costado izquierdo donde una enorme cicatriz se asoma —ni con magia pude borrarla, casi muero ese día.

—El casi es lo importante en esa oración, ahora vete con tu amo, no me interesa conversar contigo a menos que quieras otra cicatriz.

Dejamos a los caballos comer y casi todos se pusieron a comer algo para resistir un poco mas el viaje que faltaba, no era mucho, pero había salido muy temprano y algunos de aquí son humanos. Yo trate de ignorar el hecho que Rawa estaba conversando y riendo todo el tiempo con el príncipe.

—Hoba —Yaak apareció aun lado de mi sentándose demasiado cerca para hablarme —algo no anda bien, fui a verificar el perímetro, estamos cercas de una zona boscosa que conocemos bien, todos los ruidos de los animales han cesado, necesito y por el aire.

—De ninguna manera, iré yo, debes de quedarte con tu hermana y el príncipe, sabemos que pasa si desplegar tus alas.

—Ya lo hago mucho mejor.

Lo observe alzando las cejas, la ultima vez que uso sus alas, se convirtió en una versión loca de su madre, el poder que tiene es demasiado similar al de Ashla, pero la cantidad de energía que maneja es impresionante, tanto que tuvimos que sellarlo para que no lastimara a nadie sin querer.

—Cuida a mi caballo.

Desplegué mis alas alzando el vuelo, notando la mirada de confusión de Rawa que rápidamente se acerco a su hermano, ella es demasiado lista para su propio bien.

Tenia razón, no hay señales de ningún tipo de vida en las cercanías del bosque, algo definitivamente no esta bien, es la misma sensación que tuve la ultima vez, pero el cielo sigue despejado, aunque el frio esta aumentando cada vez más. Sentí una presencia, algo que golpeo contra mi pecho, pero no veía nada. Nada hasta que un gruñido con forma de eco se escuchó, es el mismo que la última vez.

La niebla negra parecía correr desde el fondo del bosque, mire la caravana lanzándome en picada, por mas velocidad que trate alcanzar la niebla me cubrió antes.

Mi vista se nublo, pero escuchaba el eco de las voces de los demás soldados, voces pidiendo ayuda antes de ahogarse en el sonido de la muerte, cada muerte la niebla se sentía mas pesada, de nuevo la visión de Rawa, la Rawa que me lastimo la ultima vez, mi pesadilla, mi terror, el que mi princesa me ataque.

—Hobi —se intento acercar, pero saque mi espada esta vez no lograría engañarme —Hobi tranquilo soy yo.

Volvió intentar acercarse, pero un corte en su mano fue mi advertencia de que esta vez estaba listo, su reacción ante el dolor fue genuina, casi que logro engañarme, saco una daga y me observo antes de cortarse también la palma me mostro la sangre.

—Hobi soy yo, reacciona por favor.

Camino lento hacia mí, hasta que su mano rozo mi mejilla, entonces la niebla se disipo todo volvió a ser tan claro como el día, mire a mi alrededor y varios soldados estaban muertos, Alastor tenia encerrado en una especie de circulo al príncipe ese.

—¿Princesa? —la toque acariciando su cabello, ella asintió —mierda —tome su mano —perdón, perdón, perdón.

—No, no me sueltes, estaré bien, no se que esta pasando, pero lo que sea, a mi no me está afectando.

Cure su herida antes de que otra cosa pasara, después hice lo que me pidió entrelace mis dedos con los de ella.

—Yaak debe de estar por aquí, no lo siento Hobi, no lo siento —Apretó mis dedos, y yo la detuve.

—La sangre llama a la sangre, respira.

Pero no necesito llamarlo, ambos sentimos su energía desbordarse, Rawa apretó mi mano de nuevo y yo seguí su mirada, caballeros totalmente negros estaban en el piso, se habían alejado de los soldados que nos acompañaban. Rawa soltó mi mano y sentí su furia expandirse.

—Arco.

Su mano brillo con una runa abriendo un círculo de donde salió un arco dorado, estiro la cuerda y una flecha negra apareció, la lanzo dándole en el corazón al primer caballero negro, este se disolvió, al instante, una tras otras brotaban las flechas que hacían caer a aquello que nos atacó.

—La niña, esa niña es interesante.

Alastor estaba mirando con un brillo siniestro en los ojos a la princesa, quería ir golpearlo, pero la energía de Yaak de nuevo me hizo centrar mi atención al buscarlo, entre los arboles una figura completamente cubierta de fuego estaba de pie, apenas me moví hacia él se giró.

—Quédate ahí Hoseok, ya puedo controlarlo, solo no te acerques.

Su voz era mas gruesa, pero se escuchaba a la par de su voz normal, otro de los caballeros negros corrió hacia él, pero no pudo ni acercarse antes de calcinarse, el rostro de Yaak apareció entre las llamas.

—Malditas sabandijas.

Respiro profundamente exhalando una enorme nube de vapor antes de apagarse, su ropa había quedado consumida, se sacudió las cenizas y camino lento hacia mí.

—¿Mi hermana?

—También lo tiene controlado, esos malditos salieron de la nada, pero solo yo parecía verlos, Rawa no veía nada, jamás la afectaron —camino hasta su una bolsa, saco ropa y se cambió deprisa colocándose los lentes nuevamente.

—Yaak estas bien —Rawa abrazo a su hermano y este le devolvió el abrazo —¿Qué fue eso?

—Pesadillas —el príncipe de cuarta hablo —pero parecen más fuertes que antes.

—Que lo digas, quedamos sin caballos y sin la mitad de los soldados.

—Le enviare un mensaje a Daren.

Yaak tomo una rama empezando hacer un círculo en el suelo.

—Yo me llevare al príncipe, no se deben preocupar, no queda muy lejos de aquí el primer guardia, es mejor que regresen.

—No podemos hacer eso, debemos asegurarnos que estén bien.

—Lo estaré princesa, no se preocupe, ustedes ya hicieron demasiado, nos veremos prontos.

Se acerco a Alastor desapareciendo en una nube roja, nosotros no podíamos movernos hasta que Daren contestara, Jungkook se pondrá furioso cuando se entere de que nos atacaron.

—Hoseok —Yaak me tomo el brazo —el príncipe se cubrió con Alastor en cuanto empezó el ataque, quiere decir que ellos también los veían, se que ese tipo solo estaba aquí para proteger al príncipe, pero no hicieron nada cuando comenzó el ataque.

—Debemos hablar con tu padre.

Asintió, Daren nos respondió, nos encontrarían a medio camino, debíamos ir con la guardia alta, pero el ambiente era muy diferente ahora.

—Hobi —Rawa caminaba a mi lado —¿Qué veías? —tomo mi mano —¿Qué veías cuando nos atacaron?

—A ti.

—¿Soy tu pesadilla? —agacho su cabeza.

—Si, porque el día que tú me ataques, ese día es en el que moriré, de no haber sido tu yo real, probablemente me hubiera rendido al tratar de asesinarte y moriría en tus manos.

—Jamás te haría daño.

—No diga jamás, porque existe mas de una manera de lastimar a un hombre princesa —solté su mano —mi corazón esta en sus manos hace mucho, solo téngalo en cuenta.

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