El principe de las Tierras del Sur.
Rawa.
—Equilibra más tu centro —vi como Daren golpeaba en la espalda a Yaak con la espada —Te estas volviendo lento hermano.
—Creo que estoy perdiendo condición.
Varias de las mujeres del palacio estaban muy atentas a los entrenamientos de mis hermanos. Se pueden oler las hormonas de todas ellas al verlos.
Admito que son atractivos, Daren es idéntico a papá solo con la cara un poco más afilada, y Yaak es una mezcla de los dos, tiene los ojos verdes y cabello rojo, pero su complexión es como la de papá pero los hombros anchos del abuelo Jin. Siempre lleva gafas pero ahora en el entrenamiento luce descuidado.
Yo también soy una combinación de ambos, mi cabello es tan negro como el de papá, mi altura es media no soy tan pequeña como mamá pero al lado de los dos gigantes de mis hermanos pareciera que si. Lo único que me diferencia de toda la familia es el color de mis ojos, son un ámbar casi amarillo, dice el abuelo Jin es una característica común en los ángeles aunque el no lo tiene así.
—¡Ataca por su izquierda es más lento!
Yaak me escucha y logra darle un golpe a Daren.
—¿Te crees muy lista? —Daren me sonríe —Ven y hazlo tu.
—¿Puedo padre?
Mi papá asiente y me levanto sacudiendo un poco mi vestido, ato mi cabello y Yaak me pasa la espada de entrenamiento.
—Patéale el trasero chispita —Yaak me palmea la cabeza.
—Quiero ver que tanto te enseño el tío Gyu —mueve su espada de manera fanfarrona y yo solo tuerzo los ojos —¿Lista?
Asiento y lanza el primer ataque, me toma desprevenida haciéndome tambalear hacia atrás, su sonrisa burlona me molesta, pero cambió mi peso hacia enfrente y lo empujó con la espada. Retrocede y me rodea, sus movimientos son rápidos, pero como dije es lento por la izquierda, él espera que lo ataque por ahí.
Así que me muevo hacia la derecha, su expresión cambia y logra esquivar mi ataque por poco, no dejo que recupere la estabilidad cuando de nuevo me voy hacia la derecha esta vez esperando que lo repela.
De nuevo cambio mi peso y voy a la izquierda en un parpadeo.
—¿Qué mierda?
Se defiende de la estocada pero ya es muy tarde que estabilice su peso, mi empuje es más fuerte y esto hace que caiga de espaldas, sus ojos cambian a rojo y desaparece de mi vista. Noto a mi papá tensarse, pero mis ojos también cambian a un dorado más fuerte, me giro y pateo a mi hermano que venía por detrás, lo lanzó contra la pared del castillo y veo como escupe un poco de saliva por el impacto.
—El tío Gyu no sólo me enseñó a pelear —me acerco para ayudarlo a levantarse —me enseñó a esperar, y aprovechar las debilidades de mi oponente, podrás ser más fuerte que yo hermano —toma mi mano —pero yo soy más lista.
—Mocosa —sonríe y me abraza —creo que me rompiste una costilla con esa patada, ahora me vas a cargar.
—Llorón.
Mi madre viene corriendo hacia nosotros.
—¿Están bien? —toca el costado de Daren —Rawa —me reprende —le dije a tu padre que no los dejara pelear así.
Las manos de mamá brillan y cura a mi hermano, que solo termina sacudiéndose el polvo.
—Tranquila madre, jamás le haría daño a la pequeña —me despeina.
—¡Oye!—le empujó la mano.
—Ella no me preocupa, ustedes son los de los problemas.
—Mamá —le digo que no con la cabeza.
—¿Qué pasa? —Yaak se interesa en la conversación.
—Nada, mamá exagera.
—Dejo inconsciente a Taehyung en un entrenamiento y Jimin también terminó herido en otro.
—¿Cómo?
Mis dos hermanos me observaron con la boca abierta.
—Ellos pidieron no contenerme, no es mi culpa.
—Tienes que darnos lujo de detalles —Yaak se puso las gafas —vamos a almorzar.
Ambos me abrazaron y nos fuimos al comedor, me tuvieron toda la mañana contándoles mis entrenamientos, ahora Daren quiere que le ayude con los suyos y Yaak quiere mis anotaciones de mi diario.
Sin duda no están bien de la cabeza mis hermanos. Ya por la tarde casi noche, tomé un largo baño, quería leer un poco antes de dormir, me estaba manteniendo ocupada, no quería pensar en la misión de Hoseok.
—¿Puedo pasar? —mi madre entró al cuarto.
—Siempre madre.
Me sonrió y se acerco para tomar el cepillo, me acomode en el asiento del tocador.
—Tu cabello es demasiado largo ya.
—A veces pienso en cortarlo, pero me gusta como esta.
—Es precioso —sigue cepillando —¿me dirás que tienes? Desde que llegaste te noto distraída.
—No entiendo ¿Cómo es que siempre lo sabes?
—Soy tu madre —me besa la corinilla— es mi deber saber estas cosas.
—¿Recuerdas como fueron los sueños que tenias con papá?
—Caóticos —me observa —tu padre se me presentó entre cenizas, me llamaba con avidez, de alguna manera me preparo para todo.
—Ya veo —tarareo un poco y ella se sienta a mi lado, coloco mi cabeza en su hombro —¿y crees que sea así conmigo? ¿Qué mi persona destinada se me presente igual?
—Puede ser que si, aunque que me haya pasado a mi, no quiere decir que pase igual contigo ¿has soñado a alguien?
—Si —suspiro— no es muy claro, escucho su voz pero no veo su rostro, él me pide ayuda.
—¿Desde cuándo lo sueñas?
—Desde los quince, pero no lo hago siempre, de hecho mientras estuve en el inframundo no lo soñé.
—¿y estos días?
—No desde que llegue —me tome un segundo —madre ¿y si no quiero conocerlo? Yo...yo estoy interesada en otra persona ahora.
—Yo lo estuve también antes de tu padre, si es tu destino se verá, si no, no debes preocuparte.
Me dio un fuerte abrazo —Gracias mamá.
—De nada cielo, descansa.
Después de leer bastante me di a la tarea de dormir, tenía demasiado tiempo libre ahora.
Rawa, princesa, mi princesa, ya estoy aquí...
Efímero.
Pero esta vez fue más intenso, lo sentí cerca, lo sentí más real todavía, mire por la ventana de mi habitación y unos cuantos rayos de sol se asomaban. Me levante otra abrir las cortinas y por como brillaba el sol, ya era algo tarde.
Me cambie de la manera más rápida necesitaba contarle a mi madre del sueño, esta vez fue diferente.
—Vilma.
—Princesa —me hizo una reverencia.
—¿Has visto a mi madre?
—La emperatriz esta en el jardín con su padre.
—Gracias.
Algo me grito pero yo ya iba corriendo, algunos guardias me saludaron y otra más de la servidumbre, ya estaban acostumbrados a verme correr por el palacio desde que era muy chica, así que no era sorpresa para nadie.
Llegue a la entrada del jardín y me acomode un poco el vestido, el cabello lo medio alise y respire hondo. Apenas di un paso afuera sentí una presencia desconocida, la piel se me erizo y trague en seco.
—Hija —mi padre se levantó de su asiento, había una persona dándome la espalda no la conocía —hoy despertaste muy tarde —me extendió la mano.
El sujeto se levantó conforme llegaba, mi madre se veía calmada, mi padre igual, así que no era alguien hostil. Se giro y me hizo una reverencia.
—Esta es mi hija menor Rawa.
—Un honor princesa, mi nombre es HoongJoon Kim, príncipe de los reinos lejanos del sur.
Tomo mi mano y la beso, quedé paralizada al reconocer la voz de mis sueños...
*Se emociona en ardilla loca* ¿Ya vieron que guapo es el príncipe? Esta en la imagen de inicio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro