*ૢ Extra I, pt. 2*ૢ
—Y Jin hyung pidió que nos trajeran todas las muestras de los colores disponibles que se usarían en los manteles—relató el castaño divertido al recordar esa situación, mientras su chico le daba un masaje en los pies—. Vimos tantos, pero aun así terminé escogiendo diversos tonos de morado.
—Cierto, ese es tu color favorito después del verde.
—Sí, y el tuyo también. Pero volviendo al tema, los hyungs me recomendaron que sería muy bonito combinar varios como en el de Jimin, pero no convenció. Así que mejor me fui a lo seguro para garantizar que sea el baby shower más lindo, uno completamente digno para nuestra osita.
Jungkook esbozó una sonrisa ante esas palabras, poniendo un poco más de crema en la palma de sus manos para continuar masajeando la planta de los pies de su lindo novio.
Sin querer se había vuelto una costumbre al escucharlo lamentarse de sus pies hinchados por estar en cinta.
Motivo por el cual el azabache no se lo pensó dos veces antes de decidir ayudarlo a aliviar las molestias de esa manera. Taehyung se lo agradeció de corazón desde el primer día en que se lo ofreció.
—Ese es mi chico. Me alegra que ya tengan todo listo.
—Lo supe solucionar gracias a mis increíbles asesores—el doncel halagó a los mayores con una tierna sonrisa en el rostro—. Por eso cuando los veas debes darle su respectivo crédito, mi suerte.
—Está bien, fantasía.
La conversación siguió por unos minutos más con normalidad. Luego de que Taehyung le diera a Jungkook unos últimos detalles sobre la fiesta que harían en honor a su primogénita, el azabache fue quien terminó tomando la palabra, contándole al mayor acerca de las actividades que realizó ese día en el trabajo.
El menor se explayó con lujo de detalles como solía hacer, escuchando de rato en rato suaves contestaciones de su chico. Sin embargo, llegó un punto en el que aquello se detuvo, por lo que Jeon levantó el rostro para ver qué era lo que había pasado.
Topándose con la tierna imagen de un castaño muy dormido gracias a sus caricias. El sueño últimamente lo vencía con mucha rapidez, por lo que no se sorprendió al verlo en ese estado.
Era una suerte que su chico ya hubiera cenado y estuviera con el pijama puesto, así evitaba molestarlo.
El joven de piel nívea se levantó con cuidado del borde de la cama, tratando de no despertar a su bello durmiente. Tomó la crema que había estado utilizando y la dejó en la mesita de noche, para ir con dirección al baño a quitarse los restos del cosmético y de paso lavarse el rostro y los dientes.
Cuando estuvo listo también se cambió su atuendo y minutos más tarde se encontraba abrazando protectoramente a su fantasía. Cubiertos por el abrigado edredón con diseño a cuadros, que los protegía del frío de la noche. Mientras acariciaba con cariño el abultado vientre ajeno, deleitándose con los suaves ronquidos del mayor.
Sí, esta era la maravillosa rutina que extrañaría cuando los nueve meses llegaran a su final.
Al día siguiente, Taehyung se disculpó con su pareja por quedarse dormido, pero el susodicho le restó importancia. Argumentando que comprendía que era una cuestión que se salía de sus manos, por lo que sin problema podría volver a repetirle todo lo que le estaba contando la noche de ayer mientras desayunaban.
Gracias al cielo era sábado, así que Jungkook podría estar con Taehyung todo el día. Su plan sería el de siempre, acostarse en el sofá de la sala y ver alguna serie para hacer maratón hasta que la noche cayera. Luego juntos prepararían el almuerzo para retomar dicha rutina horas después hasta que fuera la hora de cenar.
Y así fue, a veces abrazados o con el castaño en el regazo del menor mimando su pancita, el par de enamorados disfrutó de la compañía ajena al observar la última serie mejor recomendada en Netflix.
La hora de la cena estaba cerca cuando terminaron el último capítulo donde aparentemente uno de los personajes favoritos del castaño lastimosamente fallecía. Jungkook optó por poner ese hecho en duda ante su chico después de que los créditos pasaran, dando un leve indicio de que todavía tenía oportunidad de aparecer en la próxima temporada.
Porque si no lo hacía de esa forma, estaba cien por ciento seguro de que el castaño cedería a sus hormonas alborotadas y por ende lloraría sin control. Ya que sus ojitos se cristalizaron mientras puchero no tardaba en formarse en sus labios de corazón.
—Confía en lo que te digo, TaeTae. Solo debemos esperar a la próxima entrega para que compruebes mis palabras...
—¿Pero y sí de verdad ese fue su final? —inquirió con una expresión desoladora—. ¿Cómo puedes asegurarme eso Jungkookie? ¿No ves que estoy sensible?
—Claro que sí, cariño, por eso te pido que deposites tu confianza en mí. La mayoría de veces lo directores no ponen una escena así solo porque sí. Él estará de vuelta, ya verás—lo animó—. Es lo suficiente fuerte para resistir algo así.
No estando muy convencido, el castaño aceptó solo porque no quería crear un mar en la sala y eso fue suficiente para que Jeon pudiera suspirar de alivio.
—Bien, ¿entonces qué te parece si mejor vamos a comer en tu restaurante favorito?
—¿Al de comida tradicional? ¿Dónde hacen la barbacoa coreana más deliciosa que he probado?
A Kim se le iluminaron los ojos ante la mención de dicho establecimiento. Jungkook asintió repetidas veces, confirmándoselo.
—Ese mismo, TaeTae. ¿Te apuntas?
—¡Sí quiero! —como un resorte se incorporó, teniendo cuidado de su propia fuerza y provocando que el contrario sonriera en grande—. Iré a ponerme un abrigo—avisó y se fue caminando hasta su habitación con mucha despreocupación, dejando solo al azabache.
Que una vez más comprobaba que no había otra cosa mejor que mencionar comida para tranquilizar a su preciosa fantasía y hacerlo olvidar cualquier cosa que pudiera estresarlo.
Los minutos transcurrieron con normalidad hasta que la pareja llegó al dichoso restaurante. Jungkook fue el primero en bajar de su Mercedes para ayudar a su pareja a salir del automóvil. Taehyung se lo agradeció como siempre hacía, y se afianzó a su brazo con cariño, mostrándose orgulloso del hombre que tenía a su lado como novio y padre de su osita.
Una mesera les pidió que esperaran un momento hasta guiarlos a su mesa, sin embargo, mientras hacían eso, Taehyung sintió como Jungkook deshacía el agarre en su brazo solo para rodear su cintura de manera posesiva con una de sus manos.
—¿Kookie?
El castaño giró su rostro y se encontró con el semblante serio del menor, quien observaba fijamente a un hombre que parecía haber estado viéndolos desde el instante en que ingresaron al amplio lugar.
Oh, ahora entendía lo que sucedía.
Aunque cualquiera podría leer que en los ojos de su pareja que decía míos.
Su chico era muy protector cuando notaba miradas que lo pudieran poner incómodo, porque le había sucedido muy seguido durante esos meses.
El hombre después de la advertencia hecha por esos orbes oscuros, ladeó el rostro como si ni fuera con él. Por lo que el mayor simplemente besó la mandíbula ajena para que el contrario volviera en sí. No quería que su cena se arruinara por esa clase de gente.
—Gracias, mi suerte.
—No hay de qué, fantasía. Es lo menos que puedo hacer por ustedes.
La fémina los hizo pasar en cinco minutos hacia su respectiva mesa, y aquel momento de molestia fue reemplazado por un nuevo recuerdo para su historia de amor. Sabiendo de sobre que, mientras estuvieran juntos cubriéndose las espaldas, cualquier situación podría ser superada con éxito.
💙
Un mes exacto pasó para que se llevará a cabo el baby shower de la hija de la familia Jeon-Kim. Cada una de las preparaciones fue fríamente pensada, por lo que Taehyung estaba muy satisfecho con el resultado final.
Su pequeña merecía lo mejor y si en sus manos residía el poder conseguirlo, jamás escatimaría esfuerzos para conseguirlo. Además de que también quería impresionar a Jungkook. En serio ansiaba ver su carita cuando cruzaran la puerta del local de eventos.
Algunas de sus compañeras le habían dicho que la mayoría de veces el otro papá del bebé no asistía a dicha celebración, pero eso a él le parecía una ofensa. Kim quería al azabache consigo, disfrutando de lo que planeó por tanto tiempo.
Y en los planes de Jeon tampoco estaba la idea de negarse a una petición de su hermoso castaño.
—¿Ya estás listo, Tae?
—Listísimo, cariño—confirmó el mayor, saliendo del baño en el que había estado poniéndose un poco de bálsamo en los labios para que no estuvieran tan resecos—. ¿Y tú?
—También bebé... Estás precioso—lo halagó, mirándolo de arriba hacia abajo—. Tan bonito como siempre.
El vestuario del castaño consistía de un blusón de un vibrante color rojo, el cual no incomodaría a su vientre hincado por ser lo suficientemente flojo, unos pantalones negros sueltos y zapatos bajos de charol del mismo tono.
Su cabello seguía húmedo por la ducha que había tomado, pero eso definitivamente le daba un toque salvaje que lo hacía ver más etéreo ante sus ojos.
—Tú tampoco te quedas atrás, Jungkookie. Tan guapo.
El azabache esbozó una sonrisa por el atuendo que usaba, el cual a su concepto no era la gran cosa porque se trataba de una simple camisa blanca, pantalones de mezclilla y sus adoradas botas negras. Ambos definitivamente habían querido estar muy cómodos.
—Exageras, pero tomaré el cumplido con gusto.
—No estoy exagerando... No obstante, estarías mucho mejor si haces esto—el mayor dirigió sus manos hacia la camisa impoluta, abriendo tres botones para dejar descubierta una parte de su pecho—. Perfecto.
—¿Pero mi chico no se pondrá celoso si me quedo de esa forma? —lo molestó, acariciando su mejilla con suavidad—. Solo digo...
—No, mi amor, siendo sincero quiero presumir que soy el único que goza de tener a alguien tan hermoso como tú a mi lado. Yo soy el verdadero privilegiado.
—Te amo como no tienes idea Kim Taehyung—expresó, acercando su rostro al contrario con el único fin de unir sus labios, pero antes de cumplir su objetivo el mayor lo detuvo.
—Yo también te amo, Jeon Jungkook. Tanto como lo hace nuestra osita—condujo la mano ajena hacia su vientre, para que la mimara cómo solo a él se lo permitía—. ¿La sientes?
Jeon afirmó con un movimiento de cabeza, percibiendo en la palma de su mano como su pequeña le recordaba que estaba ahí.
Ahora comprendía porque su chico dirigió su atención a ello en lugar de recibir su beso. Él amaba poder sentir a su niña, porque era algo que solo pasaba cada tanto, mientras que la unión de sus labios con sus ajenos podía suceder cuando ambos quisieran. Aunque lo cierto era que las dos eran especiales a su manera.
Se agachó, quedando a la altura de la pancita del mayor. El susodicho no perdió el tiempo antes de acariciar la cabellera oscura con ternura como recompensa a las dulces palabras que su chico comenzó a murmurar.
—Hoy te celebraremos como mereces bonita. Y aunque no puedas disfrutarlo como deberías, estoy seguro que la felicidad que tu papi experimentará será la tuya también.
El menor dejó varios besos sobre la ropa que cubría esa pancita en la que crecía el fruto de su amor con Kim.
Jungkook continúo susurrando cursilerías dedicadas para su hija, hasta que el tiempo de ir con destino al baby shower de su osita se dio.
Cuando la pareja puso un pie en el amplio salón decorado con distintos tonos de morado, el último color del arcoíris que simbolizaba amor y confianza eterna, se deslumbraron por las vistas, mientras sus queridos hyungs, algunos amigos y familiares les recibían con auténtica alegría para pasar un buen rato.
Un evento privado e íntimo en el que crearían un invaluable recuerdo que se grabaría con fuego en sus corazones. Y aunque en un principio iba a ser un baby shower compartido con Seokjin, el mayor terminó rechazando la idea porque quería que fuera un día en el que los únicos protagonistas fueran la familia Jeon- Kim. Ya luego habría tiempo para el suyo.
El par de enamorados se sonrió con complicidad, proponiéndose gozar esa experiencia única e irrepetible para ellos como futuros padres.
Decir que la tarde fue divertida era muy poco. Las actividades realizadas, la comida y los discursos conmovedores habían sido excepcionales en todo el sentido de la palabra. Y Taehyung y Jungkook lo sabían a la perfección, por eso cuando la mayoría de personas se distrajo, ellos aprovecharon para expresar sus sentimientos en un dulce y duradero beso.
Agradeciéndose mutuamente por ser la razón de la felicidad compartida.
La cual eventualmente sería dada a su primogénita; que desde antes de si quiera ser concebida, sabría lo esperada que fue. Amada y anhelada como ninguna.
Porque así era y nunca nadie podría hacerle dudar de eso.
Continuará...
Gracias por leer esta segunda parte, nos leemos en la última de esta extra dedicado a la bebé de Tae y Koo. Pero todavía no se vayan, porque todavía faltan unos extras centrados en otras cosas.
Y no olviden darle una oportunidad a mi fic Kaibutsu, seguramente les gustará tanto como este de aquí, no se arrepentirán de leerlo.
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