*ૢ Capítulo 8*ૢ
Yoongi esperaba pacientemente a que Jungkook le contestara la llamada, sin embargo, todo indicaba que tenía el móvil apagado.
Aunque la realidad fuera que Jungkook simplemente lo mantenía en modo silencioso.
A la cuarta se vez se rindió, y soltó un bufido de exasperación, dejando caer el móvil a su lado. Para de inmediato colocar las manos a cada lado de su cabeza pidiendo paciencia, mientras sus codos se arrimaban en la fina madera de caoba que poseía su gran escritorio.
Un joven bajito y trajeado, lo había estado observando desde afuera de su oficina, por en medio de una de las aberturas de las persianas que cubrían las paredes transparentes hechas del más resistente vidrio. Aquel rubio simplemente negó con la cabeza un tanto divertido por la situación, y terminó ingresando al lugar.
—Déjame adivinar... ¿Jungkookie no da señales de vida?
El más pálido dejó la posición que había optado momentos atrás para dirigir su mirada y atención, al precioso rubio que le observaba burlón.
Nadie más que el mismísimo Park Jimin. Quien era su pareja y jefe.
—No estoy para bromas Jimin-ah. Ese mocoso no tiene respeto, se va y ya ni siquiera por consideración da señales de vida.
—Ay gatito, Jungkookie simplemente debe estarse divirtiendo mucho en medio de la naturaleza.
—Esa ni tú te la crees, ¿Qué podría ser tan entretenido en medio de la nada?
—No lo sé. Cuando vuelva deberíamos preguntarle, ¿no crees?
—Muy graciosito, Park.
—Y tú muy aguafiestas, Min—Jimin se quejó por la actitud del contrario, pero aun así no tardó en acercarse para ubicarse atrás del mayor, que ahora tenía los ojos cerrados los ojos por el dolor de cabeza que le causaba aquel azabache—. Quien te entiende gatito—le cuestionó, posando sus manos en los hombros del contrario, mientras comenzaba un suave masaje—. Tú mismo fuiste el que me dijo que quería que Jungkookie disfrutara de unas merecidas vacaciones, si te ibas a poner así, mejor hubiera sido negarte la propuesta.
—Lo sé, pero tampoco pensé que se iba a perder tanto.
—Bueno, tal vez se lo está tomando muy en serio—defendió Jimin y Yoongi solamente suspiró dejándose llevar por los suaves pero precisos movimientos que el rubio estaba ejerciendo sobre sus músculos tensos—. Sé que lo quieres como si fueras un hermano mayor mi amor, y por eso es que estás tan preocupado porque no de noticias. Pero tampoco es el jovencito que conociste en la universidad. Jungkookie ya creció y es todo un hombre hecho y derecho, lo sabes, ¿verdad?
Yoongi asintió con un pequeño movimiento de cabeza. Él sabía muy bien a lo que Jimin se refería, pero igual sentía que algo estaba sucediendo como para que Jungkook no se reportara. El azabache en definitiva no era así.
—Bien, yo también lo extraño por ser el buen amigo, empleado y cuñado que es—Jimin desde un siempre se había referido de esa forma al menor, porque literalmente su novio y este eran demasiado cercanos, así que se le había quedado la bonita costumbre.
Además de que a Jungkook no le molestaba que lo hiciera, eso sí, a cambio siempre le pedía que le recordara el genial trabajador que era en su empresa, a lo que el más bajito jamás se negaba. Por eso cuando se refería a él, esos tres adjetivos siempre iban juntos como un solo paquete
—Pero no sirve de nada que tú estés aquí estresándote, cuando muy de seguro él se está leyendo un libro mientras disfruta de la maravillosa naturaleza. Mejor te propongo algo.
—¿Qué cosa, Jiminnie?
—Llama a Hobi, y dile que venga a pasar el rato con nosotros. Tal vez y con suerte ha tenido mejor suerte que tú al momento de contactar a Jungkookie, pues si mal no recuerdo me dijiste que él fue el encargado de todo el plan de viaje.
—Dios Mimi... ¡Eres tan inteligente! ¡Con razón eres mi jefe! —exclamó observando desde abajo a su novio, sintiéndose tan tonto por no haber pensado antes en aquello. No obstante, si tenía que argumentar en su defensa, cuando Yoongi se sentía demasiado exasperado, las buenas ideas no le fluyen con tanta facilidad.
—Ok, gracias... lo tomaré como un cumplido—musitó divertido viéndolo desde arriba, sin soltar los hombros de su mayor, quien ya estaba más animado—. No tardes más y llámalo. Prueba suerte, cariño.
—Eso haré. Gracias por siempre tenerme paciencia, Mimi. No sé qué haría sin ti, eres el único que me puede mantener con los pies en la tierra por más perdido que me sienta.
Jimin no tardó en sonrojarse luego de tan lindas palabras, pues cuando su gatito se lo proponía podía ser muy romántico a pesar del carácter serio y sarcástico que usualmente manejaba. No obstante, con el chico de mejillas regordetas siempre era sumamente suave como lo es un tierno gatito con su dueño.
—No es nada. Te amo mucho mi gatito, ahora sigue trabajando, ¿sí? Ya te he quitado mucho tiempo.
—Bien, pero antes dame un beso, hermoso—exigió con una sonrisa ladina, de esas que derretían al menor—. Por favor...
—Solo porque la propuesta es tentadora.
Yoongi rio bajito por la respuesta, para luego cerrar los ojos al sentir los labios de Jimin rozar los suyos, compartiendo esa dulce muestra de cariño que ambos adoraban compartir.
Porque no había nada mejor que esos besos fugaces en medio de un agotador día de trabajo.
💙
Jungkook y Taehyung habían emprendido su caminata, alejándose de a poco del lago que se había convertido en un hogar y prisión para el mayor. Los pasos de ambos jóvenes fueron inseguros y muy cortos, porque, aunque trataran de mantener un semblante calmado, realmente tenían el temor de que el plan del azabache no diera resultados.
El peliceleste por su parte conocía muy bien hasta donde podía llegar. Ya que los dolorosos recuerdos no tardaron en hacerse presentes en su mente, trayéndolo de golpe a la realidad, quitándole las ganas de continuar.
Pues durante todos esos años, siempre había tratado de escapar. Obviamente hasta que llegó a un punto sin retorno, que le hizo rendirse definitivamente.
Aquel límite quedó señalado por la marca que una vez con mucha rabia había hecho en el más grande y frondoso árbol que poseía el espeso bosque.
El cual cada vez estaba más cerca, aproximadamente a unos dos metros.
Por eso, rompiendo el silencio en el que estaban. Taehyung agarró del brazo al azabache, deteniéndolo. El menor paró en seco, regresándole una mirada confundida al peliceleste.
—¿Qué sucede Tae? Íbamos bien, estoy confiado de que lo vamos a lograr—le aseguró—. Ya estamos perdiendo de vista el lago.
-Lo sé, pero por eso mismo no quiero cantar victoria antes de tiempo, Kook.
Realmente no quería hacerlo. Y estaba más que dispuesto a escuchar a Jungkook reclamarle por cambiar de opinión, muy a pesar de haberse mostrarse tan decidido frente suyo. Esperando los regaños como si fuera un niñito inmaduro, que no sabe qué hacer cuando está abrumado.
Sin embargo, en su defensa podría afirmar que así era el miedo, y en parte eso le recordaba que, a pesar de haber sido maldecido, no dejaba de ser humano.
Un humano que sentía, y que luego de analizar la situación, prefería evitar más sufrimiento. Por más que eso fuera de cobardes, pues luego de tantos años su estabilidad emocional ya no era la mejor como para soportar algo así.
—No entiendo...
—Mira ese árbol de allá—Taehyung señaló con su mano libre el fuerte tronco que resaltaba entre sus compañeros que eran mucho más delgados. Jungkook obedeció, sin comprender todavía, a lo que el peliceleste confesó—. Ese es mi límite, lamento no haberlo dicho más antes. Te dejé ilusionarte creyendo que íbamos por buen camino por solo estar perdiendo cada vez más de vista el lago. Lo siento.
—Hey... No te preocupes, Tae.
Jungkook no estaba enojado, ni mucho menos. Aunque no negaría que dentro suyo la esperanza iba en aumento por haber camino ya algunos metros, que, a pesar de sentirse extensos en realidad eran demasiado cortos, por el mismo hecho de que ambos iban a paso de tortuga.
—No lo pensé en ese instante, porque me siento un poco extraño por todo esto, y el hambre que estoy sintiendo tampoco me está ayudando mucho.
El mayor agachó la cabeza y mordió sus labios, enojado consigo mismo. No había pensado en nada más, simplemente se dejó llevar por la emoción inicial sin contar que esto podría volverse una terrible decepción.
Porque sería como volar libremente por los aires. Tocando su ansiada libertad, así fuera por un tiempo indefinido, para luego sentir como le cortaran las alas. Arrebatándole una vez más sus ilusiones, hasta finalmente caer en picada al abismo de su fría y tormentosa prisión.
Para el azabache esas acciones no pasaron desapercibidas. Peor aun cuando percibió como el firme agarre en su brazo se aflojaba, volviéndose débil y tembloroso. Su mirada se clavó en el contrario y pudo descifrar lo que le pasaba.
Tenía miedo.
Miedo de volver a ilusionarse.
Miedo de volver a encontrarse con la verdad de que jamás podría escaparse.
Ese miedo que calaba en lo más profundo de un corazón atormentado por la soledad.
Ese miedo que Jungkook no quería que Taehyung pasara jamás.
Porque él sabía a la perfección después de tantas conversaciones con el mayor, la manera en cómo le había afectado quedarse tan solo, luego de haber sido una de las personas más amigables y extrovertidas en su tiempo.
Así que cuando le había planteado esa duda, Jungkook tampoco pensó en las consecuencias y sentimientos que traería que aquello no pudiera darse.
Como un Taehyung mucho más deprimido.
Pero su corazón estaba seguro. Y Jungkook se había prometido hacerle caso.
—Mírame, Tae—pidió con suavidad, poniéndose delante del joven que estaba temblando como gelatina. Pensando que en algún momento sus piernas terminarían fallándole por completo, hasta hacerlo caer de lleno al suelo—. Por favor.
La voz de Jungkook era mucho más suave de lo normal, por lo que le transmitió una calma que podría ser comparada con la quietud del agua en el lago. Apaciguada y serena.
Por lo que Taehyung no se cohibió al mostrarse totalmente vulnerable, levantando su rostro para conectar sus ojos con los del menor. Aquellos orbes claros que estaban inundados por la aflicción que estaba invadiéndole sin piedad.
—No quiero seguir, Kook. No aguantaría otra decepción—murmuró lo suficientemente alto solo para los dos—. Mejor te espero aquí—le sugirió tratando de sonreír, fallando en el intento—. Ve...
—Vamos Tae, no te rindas antes de tiempo...
—No, no quiero volver a sentir ese muro invisible después de cruzar frente ese árbol—negó con la cabeza repetidamente. A este paso podría tener un ataque de pánico—. En realidad, no quiero hacerlo.
—Tae, estaré aquí contigo para apoyarte ¿sí? Ya no estás solo.
"Claro que lo estoy, y después de que te vayas será peor".
Fue lo que quiso decir, pero se contuvo. Podría estar sintiéndose asfixiado, pero seguía manteniéndose cuerdo como para no soltar alguna tontería que pudiera comprometer la revelación de sus florecientes sentimientos.
Al notar que el peliceleste se quedó callado, Jungkook tomó una bocanada de aire para continuar.
—Sé que tienes miedo Tae, realmente me pongo en tus zapatos y me hago a la idea de que no quieres volver a encontrarte con tu cruda realidad, pero... ¿Vas a dejar que el miedo te domine, y te quite la pequeña posibilidad que tienes para salir?
—Tampoco sé por cuanto tiempo dure, realmente no entiendo nada, Kook—expresó con sinceridad—. No quiero ilusionarme.
—Y por eso mismo estás poniéndote trabas al no querer averiguar si es posible. Lo de menos es el tiempo si de verdad puedes disfrutarlo como te lo mereces.
Taehyung suspiró, abatido. Jungkook jodidamente tenía razón, se estaba poniendo muchos peros. Por una vez debería ser valiente y enfrentarlo.
—Demonios... ¿Realmente crees que esto pueda funcionar? —cuestionó esperando un argumento que pudiera convencerle para tener la misma determinación del inicio cuando había sido movido por el hambre, antes que por sus tormentosos pensamientos.
—Una vez alguien me dijo que, si lo crees, todo es posible—soltó con total naturalidad, como si esa frase hubiera estado esperando ser dicha con total confianza.
Sin embargo, lo que terminó dándole mayor seguridad a Taehyung fue la determinación en la mirada del azabache.
—Está bien... Pero te juro Jungkook que, si no lo hace, veré la manera en cómo salir del lago siendo un espíritu para atormentarte a donde sea que vayas por el resto de tus días.
—Créeme que no me molestaría—luego de esa advertencia pasiva-agresiva de parte de Taehyung, Jungkook le regaló una sonrisa sincera al peliceleste, logrando hacerle olvidar sus nervios y provocando que se tranquilizará al instante, como si del más efectivo calmante se tratara—. Ahora, cierra los ojos.
—¿Q-Qué quieres hacer? —tartamudeó confuso—. N-No estoy para bromas, Jeon.
—Solo ciérralos por favor, ¿confías en mí, o no?
"Además eres jodidamente astuto como para chantajearme con algo que obviamente hago".
—Sí, confío en ti.
—Eso era lo único de lo que tenía que estar seguro, TaeTae—el susodicho terminó haciéndole caso, y en cuestión de segundos soltó un chillido al notar como sus pies dejaban de estar pegados al suelo.
No obstante, a pesar de la impresión el joven de piel canela seguía con los ojos cerrados.
—¿Por qué me cargas como si fuera una princesa, Jeon?
Y ahí estaba el carácter con el que le conocía la primera vez. Esa personalidad que incrementaba la fuerte atracción que Jungkook sentía por el otro chico.
—Para que no te arrepientas de tu decisión—respondió sonriendo de lado, apreciando el ceño fruncido del mayor en sus brazos.
Tan cerca suyo que podría palpar su respiración.
El susodicho era liviano, o al menos su peso era el perfecto para que pudiera sostenerle como una pluma, por lo que no se sentía para nada incómodo. Y sabía que para el peliceleste también era así, porque por pura inercia se había acomodado cerca de su pecho, con su cabeza arrimada a su hombro.
—Ya está, termina con esto de una vez.
—Tus deseos son órdenes, Taehyungie.
Continuará...
De mis capítulos favs y también un poquito largo, Yoon y Mimi haciendo aparición siendo mimosos entre ellos y Kook y Tae siendo el apoyo del otro en una situación que traspasó los nervios del último. Realmente espero les haya gustado leerlo como a mí escribirlo.
No saben como amo leerlos en los comentarios, es muy interesante saber sus opiniones, y gracias también a los que dejan sus bonitas estrellitas, me motivan mucho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro