Taehyung estaba sentado al borde del lago, observando el reflejo de su figura en el agua cristalina de aquel lugar, mientras jugaba con sus pies como si estos fueran capaces de volver a sentir aquel elemento vital.

Aunque esto lastimosamente solo podía ocurrir en su imaginación, porque estaba condenado para la eternidad, ¿Verdad?... O tal vez en algún momento, simplemente desaparecería y hasta ahí llegaría su historia, o mejor aún, se volvería un espíritu maligno lleno de arrepentimientos que vagaría durante toda la eternidad.

Algo demasiado penoso para quien siempre tuvo sueños que cumplir.

—Soy patético... —declaró con pena—. Aunque ahora lo soy el triple. 

Aquella afirmación había salido de la boca del peliceleste, luego de que, en medio de las remembranzas de sus más profundos anhelos, apareciera un joven de cabello azabache tan oscuro como las noches de las que había sido testigo desde hace tanto tiempo.

Porque podría ser un espíritu, pero eso no le quitaba que siguiera teniendo sentimientos. No era de piedra, seguía siendo tan humano a pesar de su condición actual. Y por ese motivo era que se sentía tan idiota por permitir ilusionarse, aun cuando el involucrado supo expresarle desde un principio, que su compañía no sería eterna. 

No obstante, Taehyung seguía siendo tan necio como siempre le habían dicho que era. Por lo que continuaba esperando por ese joven, como si se tratara de la mejor costumbre. A la par de que sus sentimientos crecían sin parar como lo hacían las plantitas al borde del lago.

Sin embargo, el peliceleste se había prometido no demostrar que dicha situación le afectaría. Kim continuaría con ese estilo de vida a pesar de que Jungkook desapareciera de su lado, porque si algo le había entregado el tiempo era la resiliencia. 

Y desde un inicio, el chico de piel canela tuvo la constancia de que aquello pasaría, por lo que tampoco tenía ningún derecho de siquiera pedirle que cambiara de opinión. No cuando sabía que el azabache poseía una vida fuera de ese lugar.

Simplemente no podía atarlo a él, mucho menos sabiendo que alguien como Jungkook jamás podría corresponderle.

Porque en una de sus profundas charlas, a Taehyung le había quedado más que clara la postura negativa del chico sobre las relaciones.

💙

-—¿Y a ti que tal te ha ido en el amor? De seguro eres muy popular—Taehyung afirmó con una suave sonrisa, demasiado convencido de ese hecho, porque en su mente no creía que alguien fuera capaz de no valorar a alguien como el azabache.

—Que va...—Jungkook se encogió de hombros—. No me consideraría alguien popular, solo alguien normal que ha tenido las parejas suficientes como para saber de qué trata el concepto de amor.

—Ohhh, bueno... Entonces quisiera saber que piensa el gran Jungkook sobre el amor—musitó con diversión y curiosidad—. Anda, cuéntame.

—Pues el amor es algo muy bonito. Sin embargo, ya no creo que sea algo que todas las personas de verdad quieran sentir.

—Dios, esa es la respuesta más ambigua que alguien me ha dado—el espíritu rodó los ojos y Jungkook se rio—. Necesito algo más conciso. 

—Ya, lo lamento—se disculpó—. Todavía no terminaba para tu información—le aclaró y Taehyung asintió, animándolo a continuar. 

—A lo que me refiero, es que el amor es algo que hoy en día ya no es valorado como se debe, porque hay tantas personas que simplemente le han restado importancia, pues prefieren engañar, traicionar, ser abusivos con su pareja, cometer infidelidades, de todo un poco...

Jeon confesó con un tono de decepción, que hizo notar a Taehyung como aquel ambiente alegre en el que habían estado, iba decayendo a uno más apagado y serio.

—Y no es que esto no pasara desde siempre, porque nadie nunca ha sido un santo por completo, pero ahora se puede notar mucho más que el amor es tomado como un juego. Como algo tan banal e insignificante que muchos piensan que no hieren al contrario cuando engañan o mienten. Les da igual, o de por sí, ni siquiera les importa. 

Aquello era una verdad que nadie podía negar. 

—Porque son tan egoístas que creen que es tan sencillo encontrar a alguien que les sirva, y de cual puedan aprovecharse hasta aburrirse en todos los sentidos posibles. Para que luego si este les reclama que no le gusta cómo actúa, simplemente les hacen saber que pueden ser desechados como basura, alegando que pueden encontrar a alguien mejor como reemplazo.

A cada palabra, Taehyung se desanimaba más, pues, aunque en carne propia fue traicionado de la manera más vil, había continuado con la bonita ilusión de que cada persona podía encontrar a su complemento perfecto. Sin embargo, enterarse que el amor se había vuelto de tan poco peso para las personas en la actualidad, era jodidamente horrible.

Ya que eso conllevaba a que valores tan primordiales al momento de establecer una relación sana, tales como la lealtad, la confianza y la sinceridad fueran dejados de lado, como si hubieran desaparecido del mapa.

La venda de sus ojos se estaba cayendo, y no era nada agradable.

—Por esas razones, lo único que les puedo agradecer a mis anteriores parejas son los buenos momentos que vivimos, ya que a pesar de que en realidad fueran unas preciosas mentiras, terminaron ayudándome a darme cuenta de que los romances de novela, simplemente se quedan ahí, en las novelas... 

El joven de piel nívea admitió con lástima, mientras jugaba con sus dedos.

—Por lo que ahora he decidido continuar viviendo por y para mí. Ya que no quiero seguir perdiendo más tiempo con gente que no tiene la misma visión que yo sobre el amor, ya que ni siquiera existe garantía de que eso pudiera cambiar en algún momento. Y quien quiera arriesgarse a enamorarse a pesar de todo, es demasiado tonto e inocente para este mundo, donde es gratis hacer sufrir sin remordimientos. 

El azabache lo explicó tan a detalle, que Taehyung sentía que no era capaz de formular palabra.

—Además, tampoco quiero convertirme en alguien que engañe a los demás solo para mi beneficio propio. Prefiero quedarme solo, siendo fiel a mis convicciones sin hacer daño a nadie.

Jungkook regresó a ver al peliceleste a su lado, notando que su rostro era indescifrable, creyendo que se había pasado de sincero con su opinión al punto de decir algo que talvez no le había gustado. Así que queriendo amenizar la situación otra vez, le dijo en un tono más divertido—. Hey, Taehyung... ¿Te comieron la lengua acaso? No me hagas mucho caso, ¿sí? Solamente es mi opinión, cada quien puede pensar lo que quiera al respecto, lamento si me pasé un poco...

—No te disculpes Jungkook, lo entiendo—dijo fingiendo una sonrisa, mientras realizaba un ademan con las manos, queriendo restarle importancia—. El amor es una mierda tanto en tu época como en la mía, y eso es algo que al aparecer no cambiará, solamente seguirá empeorando.... Tú mismo dijiste que es mejor no tener a nadie, que hacer sufrir a alguien, lo que me parece una decisión muy sabia, así que no pasa nada. Mejor cuéntame más acerca de las locuras que has hecho con tus hyungs, ¿sí?

—Mmm...de acuerdo.

Y así esa conversación en específico dio por finalizada, luego de la pequeña actuación por parte del peliceleste, que muy a pesar de su esfuerzo, pudo notar que Jungkook se quedó muy poco convencido al respecto. 

Sin embargo, de una u otra forma, este también prefirió dejar el tema por la paz. Algo que Taehyung agradeció de sobremanera, pues prefería charlar de cualquier otra cosa, antes que tener un debate que le haría cuestionarse hasta de su propia existencia.

—Sí... Él jamás me haría caso, ni así tuviera mi cuerpo físico—murmuró con pesar—. Así que no me queda más que disfrutar hasta que llegue el adiós...

El peliceleste iba a continuar balbuceando sobre sus desgracias, hasta que se vio interrumpido por ese llamado que se había vuelto inconfundible para él. A su vez que comenzó a sentir como su cuerpo se materializaba.

¡¿Qué demonios estaba pasando?!

—TaeTae... Pero... —Jungkook se quedó paralizado al notar que el chico poseía forma física, tal y como lo conocía hace semanas atrás. Lo que no comprendía era la razón, ya que Taehyung había sido muy claro cuando le comentó que esto solo sucedía cuando había luna llena. Es decir, una vez al mes, con excepciones donde podían ser dos veces, pero que igual no servía de mucho porque estaba atado al lago.

—No lo sé... No entiendo que fue lo que pasó—musitó conmocionado, al sacar sus pies del agua, pudiendo observar cómo estos al fin estaban mojados—. Ni siquiera se ha puesto la noche, no es luna llena y hace apenas unos minutos seguía siendo un espíritu—relató haciendo contacto visual con el azabache que se encontraba a tan solo unos metros de distancia.

Jungkook no tardó en ir rápidamente hacia el joven (luego de salir de su impresión inicial) para tomarlo entre sus brazos, levantándolo para darle un fuerte abrazo que sorprendió al joven de cabellos celestes. Sin embargo, por una vez en la vida no quiso pensarlo mucho, y terminó cediendo.

Porque era algo que hacían los amigos, ¿verdad?

Dejándose abrazar, y él también abrazando con fuerza al azabache como si este pudiera desaparecer en cualquier instante. Como un perfecto sueño efímero. 

Dicho contacto duró tan solo unos minutos, pero ambas partes lo sintieron eterno, dejando las preocupaciones de lado mientras el silencio era su único testigo y compañía.

Aunque no negarían que la sensación que les brindó fue más que satisfactoria. Porque desde hace tanto Taehyung deseaba sentirse cálido y protegido entre unos amables brazos. Al igual que Jungkook quería otorgar protección y calidez a la persona que aceptara dicha acción con la mayor sinceridad del mundo. Embriagándose del contrario sin querer.

Por lo que ambos creyeron que no se habían equivocado en dar ese paso.

Taehyung se había acomodado en el hombro del contrario, ya que fue el primero que salió de su ensoñación, separándose de Jungkook. Lo que también influyó a que el mencionado volviera a la realidad.

—Vaya, no me esperaba un abrazo tan fuerte de tu parte. Gracias por eso, Kookie. Lo necesitaba como no tienes idea—confesó tratando de no ponerse tímido al respecto.

—No fue nada... Lamento si te tomé de sorpresa—se disculpó sintiendo las mejillas comenzar a volverse rojas por su acto tan impulsivo.

Pero entiéndanlo, hace apenas una hora atrás estaba sofocado con tanto pensamiento estúpido sobre su situación. Y que luego gracias a una conversación todo su panorama se aclarará, obteniendo como respuesta que quería pedirle una oportunidad a Taehyung.

Para que cuando llegara a su destino, se encontrara con el chico espíritu que más le gusta, en su forma física. Y siendo sinceros ¿cuántas veces podías abrazar a alguien que es intangible y del que muy probablemente ya estás más que enamorado?

Si, definitivamente era algo que no podía desaprovechar ni ignorar.

—No te preocupes, y no te pongas extraño por esto. Somos buenos amigos, al fin y al cabo—Taehyung le sonrió, dejando apreciar al contrario sus mejillitas de pan—. Mejor ayúdame a encontrar una razón para que esto sucediera.

—Sí, muy buenos amigos—coincidió un poco decaído, aunque en parte tenía razón porque ya ni siquiera les daba vergüenza llamarse por apodos tiernos como "TaeTae" y "Kookie". 

Sin embargo, el peliceleste no lo notó, y Jungkook decidió que el momento no era el idóneo para abrir su corazón, pues tampoco quería abrumar más a Taehyung de lo que ya estaba gracias a su situación—. ¿Pero jamás te había pasado esto, Tae?

—Jamás, por eso es que estoy tan impresionado, aunque no te negaré que se siente tan bien volver a tener forma física.

—Me imagino—musitó recorriendo con la mirada a un Taehyung que parecía maravillado, mientras recorría con sus manos su propia anatomía, como si tratara de convencerse de que era real.

Y Jungkook hubiera continuado de esa forma de no ser porque un peculiar sonido se escuchó fuerte y claro.

Aquel característico ruido que demostraba que un cuerpo necesitaba ingerir alimento. No obstante, lo que más le llamó la atención fue que este no provino de su propio estómago, si no del contrario que ahora mantenía sus manos sobre su abdomen, totalmente sorprendido.

—Pero... ¿Qué me está pasando? —se cuestionó a sí mismo, totalmente incrédulo—. Tengo hambre.

Y Jungkook se hubiera reído, así como Taehyung lo hizo en su momento cuando ambos se conocieron. Pero se abstuvo de hacerlo solo porque al peliceleste parecía que se le iba a bajar la presión en cualquier momento.

—Acaso desde que te pusieron esta maldición, ¿nunca volviste a sentir hambre cuando volvías a tu forma física?

—Así es... Supongo que por esa parte se apiadaron de mí. ¿Qué hubiera podido comer en medio de la nada?

—Nada...

—Exacto—Taehyung respondió, e inmediatamente preguntó—. Kookie, ¿de casualidad no traes algo que comer?

—No, lo lamento.

—Rayos... ¿Y ahora qué hago? En el pasado prefería que me faltara cualquier otra cosa antes que la comida, no soporto esta sensación de hambre—se quejó y al azabache se le ocurrió una idea.

—Tae, sé que sonará algo loco, aunque no creo que se iguale a todo lo que te está sucediendo en este momento—explicó con rapidez y Taehyung se permitió escuchar con atención lo que el contrario le iba a decir a continuación—. Opino que también deberíamos intentar ir hasta la casa en la que me estoy quedando, porque si bien no comprendemos el motivo de estos cambios, talvez esta sea la oportunidad de alejarte del lago.

—Tienes razón—concordó entusiasmado, sin pensarlo mucho, porque la sensación de hambre estaba ocupándolo todo—. ¡No perdemos nada con intentar! 

Jungkook asintió con una pequeña sonrisa de labios, para luego escuchar algo más que terminó dándole un exceso de ternura.

—Y de paso podrías darme algo de comer. Me conformo con un poquitito... —aseguró haciendo un gesto con las manos—. Tampoco quiero que pienses que soy un glotón aprovechado—el mayor no pudo evitar ponerse tímido por el pedido que había hecho.

A pesar de que tan solo minutos atrás había declarado con seguridad que ambos eran muy amigos. Ya que, a su concepto, un buen amigo jamás le diría que no a un pedido de ayuda de una persona a la que aprecia. Pues si se compartía una relación de amistad, el apoyo era fundamental, ¿verdad?

Jungkook ahora si no pudo evitar soltar una carcajada.

—¡Hey! No seas malo Jeon Jungkook—su timidez desapareciendo para rodar sus ojos, a la par que una mueca de seriedad curvaba sus bonitos labios—. No estaba bromeando.

—Ya, no te enojes, TaeTae... ¿Cómo me dices eso? Solo a ti se te puede ocurrir—afirmó con una pequeña sonrisa, recibiendo un bufido como respuesta—. Puedes tener toda la comida que gustes, por eso no te preocupes, ¿sí?

Taehyung hizo contacto visual con el menor, y notó que lo decía muy en serio, así que dejando de lado su semblante estoico dijo—. De acuerdo...te tomaré la palabra. Gracias.

—No hay de qué. Mejor vamos, ¿estás preparado?

—Realmente no. Pero... ¿qué pasa si no puedo hacerlo? —Era la otra posibilidad que existía, sin embargo, Taehyung realmente quería confiar en la lógica planteada por el menor. Porque si de un rato para el otro volvió a materializarse y sentir hambre, era por algo, y esperaba pronto descubrirlo.

—Mmm... Traeré tu comida en tiempo récord.

—Gracias, nunca nadie se había preocupado tanto por mí—dramatizó y Jungkook entendió la referencia.

Tanto tiempo compartido juntos, no había sido en vano. Mucho menos cuando el azabache le había enseñado tantas cosas interesantes para divertirse en medio de ese bonito lago.

—Estás animado. Eso es bueno, TaeTae.

—Sí, mente positiva—se animó a sí mismo y Jungkook concordó con su actitud—. Mantente de esa forma, porque luego debemos quemarnos la cabeza para razonar el motivo de todo esto.

—Tienes razón. A fin de cuentas, dos cabezas piensan mejor que una.

—Así es.

Jungkook solamente sonrió, esperando que esto fuera la señal que había estado esperando.

Continuará...

Muchas emociones, ¿verdad? Mis felicitaciones a quienes supusieron la situación de este par. Espero que hayan disfrutado del capítulo más largo hasta ahora, conforme los capítulos vayan avanzando se pondrán más interesantes, me comprometo a ello. Gracias por los 1k de lecturas, me pongo muy soft, gracias por comentar y votar, no olviden recomendar este fic.