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*ૢ Capítulo 45*ૢ

—¡Llegamos!

Jungkook le anunció en voz alta a su novio, después de estacionarse en la calle frente al hogar de su querido primo, su pareja y su hijo. Ayudó a Taehyung a salir de su Mercedes, tomándolo de la mano, y llevándole hasta la puerta de la moderna casa. El castaño felizmente se dejó hacer, y con solo una mirada de Jeon, supo lo que este quería que haga.

Dándole el gusto, tocó el timbre que avisaría su llegada a la familia Kim.

Los segundos pasaron, y no había respuesta, lo que extrañó en demasía al azabache.

¿Acaso no estaban en casa?

Eso sería muy raro considerando la forma en la que su primo se comportaba cuando su marido estaba libre del trabajo.

Bajo la mirada intrigada del doncel, el joven de piel nívea esta vez fue quien presionó el botón que creo un característico sonido en el interior de la vivienda.

Pero el resultado fue el mismo, nada de nada.

—Jungkookie, tal vez no están aquí—el mayor evidenció, con una pequeña mueca. Le ilusionaba ver a la pareja y a su lindo hijo, pero si no se encontraban presentes de nada servía—. Quizá tuvieron algo de improviso, creo que hubiera sido mejor si antes les llamabas para asegurarte de que podían recibirnos.

—Tienes razón, Tae. Tal parece que me precipité demasiado.

—Es una lástima que se dañara la sorpresa, pero lo mejor será que nos vayamos, les llamamos y ahí confirmamos si este fin de semana estarán libres, considerando que debes volver al trabajo.

—Me parece una buena idea...

Sin embargo, antes de que el doncel pudiera acabar la oración, un chillido de emoción llamó la atención del par de enamorados. Apenas dándole tiempo al menor a agacharse, y tomar en brazos al pequeño niño que venía corriendo hacia él, completamente entusiasmado cómo para darle un abrazo muy efusivo.

—¡Tío Kookie, volviste!

—Hola Binnie—Jungkook saludó, plantando un beso en la frente del menor que rio lleno de emoción al ver a una de sus personas favoritas en el mundo, después de sus queridos padres, obvio—. Volví, como te lo prometí.

—Sí, lo hiciste—confirmó, y acto seguido el menor por fin fue consciente de que su tío iba acompañado de alguien más. 

De primer momento no le había dado importancia, pero cuando sus grandes ojos se cruzaron con los más claros, pudo sentirse en total confianza de pedir ser recibido en brazos por el joven que le dedicaba una mirada llena de cariño y fascinación. Aunque cierto detalle era diferente a como lo recordaba, poco le importó al dejarse llevar por el ansiado encuentro.

—¡Y también trajiste al tío TaeTae!

—Así es, pequeño. Yo también tenía que cumplir mi promesa contigo. Nos divertiremos mucho.

El doncel encantado tomó al infante entre sus brazos, dándole un cálido abrazo que fue correspondido a la misma intensidad. A la par que dos siluetas se iban acercando a paso lento. Jungkook había estado con los orbes perdidos en la bonita escena de su doncel y su sobrino, que al sentir que estaba siendo observado, levantó su rostro encontrándose con Seokjin y Namjoon.

—Jin, Namjoon hyung—con alegría les dio la bienvenida, siendo correspondido con un fuerte abrazo por parte de los mayores—. ¿Dónde estaban? Un minuto más y ya no nos encontraban.

—Es una larga, pero feliz historia—contó Seokjin con ojos brillantes por las lágrimas que derramó con anterioridad, recibiendo un beso en la mejilla por parte de su marido, quien luego de envolver a Jungkook con sus brazos, se adueñó de la cintura del mayor, abrazándolo con fuerza—. Pero ya habrá tiempo para eso. Estoy feliz de verlos.

—Hola hyungs.

Taehyung se acercó, todavía cargando a Soobin que parecía reacio a soltarle. Siendo testigo de los rostros emocionados y llenos de amabilidad de los esposos que habían sido parte fundamental para su liberación.

—Tae, no hay duda de que eres más hermoso en vivo y en directo—halagó el pelirrojo con honestidad—. Es un placer conocerte.

—Opino igual, hyung. Tú también eres precioso—correspondió al cumplido, y luego concentró su atención en el moreno a la del joven de hombros anchos—. Es muy gratificante conocerte, Namjoon hyung.

—Lo mismo digo, Taehyungie. Es bueno saber que todo resultó como planeamos, y al fin podrás gozar de la vida de la que se te fue privado.

—Así es, créanme que la aprovecharé al máximo.

—Lo sabemos. Soobin estaba más que ansioso por conocerte—acotó el doncel mayor, al ver lo cariñoso que su hijo estaba con el susodicho. 

—Pero cariño... —refiriéndose a su retoño, Seokjin hizo una petición—. Tae debe seguir cansado del viaje, así que mejor permítele que te baje al piso para que no se le adormezcan los brazos.

Ante eso, Jungkook se permitió una pequeña sonrisa, mientras un pensamiento travieso se posaba en su mente.

"Si hyung supiera que mi chico no está cansado solo por el viaje, si no por todo lo que hicimos... Hasta a mí me duele el cuerpo".

—¡Sí, papi!

El infante accedió con obediencia y tal cómo su padre dijo, este pidió ser devuelto a tierra firme, solo para ubicarse al costado del bonito castaño.

—Ese es mi niño lindo. Por favor pasen, tenemos tanto que conversar.

—Concuerdo con Jinnie, la mañana se nos quedará corta para todos los temas que debemos tratar—Namjoon sonrió de lado, por fin soltándose del agarre a su doncel, con el único fin de entrelazar sus dedos con los ajenos.

La pareja asintió conforme, y Taehyung tomó de la mano a Soobin para ingresar junto a los presentes a la bonita casa una vez la puerta fue abierta de par en par.

Cuando todos se acomodaron en los sillones de la sala, el primero en romper el hielo fue Jungkook, quien estaba muy curioso por la desaparición de sus hyungs.

—No quiero sonar como alguien chismoso, pero me tomaré el atrevimiento de preguntarles... ¿dónde estaban?

—En el hospital.

El infante fue quien respondió antes que cualquiera de sus progenitores, los cuales hubieran deseado tocar el tema con mucho más tacto que Soobin.

—Cariño, que te he dicho de interrumpir las conversaciones de los mayores—Seokjin reprendió a su hijo, y el niño sonrió avergonzado. Pero no podían culparle, no después de tan dulce noticia.

—Lo lamento, papi. Es que estoy muy feliz—alargó la última palabra, queriendo denotar su sentir que solo desconcertaba a la otra pareja—. No lo volveré a hacer.

—De acuerdo, Binnie.

—¿Feliz? —cuestionó Jungkook, sin comprender todavía el trasfondo de las curiosas palabras del menor—. ¿Qué sucedió, hyungs?

—En la mañana, Jinnie se levantó con nauseas, por lo que me preocupé y le dije que lo mejor sería llevarlo a un doctor... 

Namjoon fue el encargado de explicar la situación. 

—Él no quería, pues decía que no era para tanto, que seguramente la comida del día anterior le había hecho daño. Sin embargo, yo no estaba del todo convencido porque días antes estaba mareado y creíamos que era por cansancio, por lo que no le dimos más importancia hasta ahora.

—Tú mejor que nadie sabe lo insistente que es mi esposo Jungkook—intervino Seokjin entretenido con lo que su marido relataba—. Así que le tomé la palabra y todos juntos fuimos al hospital en el primer taxi que encontramos al ser tan temprano. Me hicieron algunos exámenes para descartar posibilidades y nos tomamos con la sorpresa de que una vez más estoy en cinta.

—¡Por eso tendré un hermanito! —exclamó Soobin, abrazando por la cintura a su padre doncel—. ¡Ya no estaré solito, y cuando este bebé crezca un poco más podré jugar con él!

—Serás un hermano mayor excelente campeón—alegó el moreno, regalándole una sonrisa de hoyuelos a su hijo, quien asintió rápidamente, con la única intención de seguir mimando el vientre del doncel—. Fue una verdadera sorpresa, pero es muy bien recibida.

—Muchas felicitaciones, hyungs. Harán un maravilloso trabajo como con Soobinnie.

Jungkook y Taehyung celebraron al unísono la buena nueva, esperando pronto ellos ser los que estuvieran en los zapatos ajenos.

—¿De cuánto tiempo estás, Jin hyung?

—Apenas tengo dos semanas, Tae—confesó con las mejillas sonrojadas al verse expuesto ante los menores—. Cuando estuve esperando a Binnie, los síntomas los sentí desde el inicio, así que no es algo nuevo para mí estar pasando por algo similar. Aunque para ser sincero nunca relacioné mis malestares con un embarazo, pues Joon y yo nos cuidamos mucho, pero tal parece que siempre existirá ese margen de error.

—Ya veo hyung, pero bueno, lo importante es que están felices con la noticia.

—Eso es cierto, a pesar de todo este bebé llega en muy buen momento—argumentó el doncel mayor, desbordando alegría en el tono de su voz—. Dejando eso de lado ustedes también tienen mucho que decir, ¿no?

—No te equivocas, hyung, pero lo más relevante es que Tae y yo... —el azabache levantó la mano que yacía entrelazada con la de su pareja—. Estamos saliendo oficialmente.

—Qué alegría, desde que los vimos sabíamos que esto iba a pasar—Seokjin soltó una risita al igual que su marido—. Más con lo de la leyenda, pero es muy bueno escucharlo.

—Sí, les deseamos muchos éxitos en su relación.

—Gracias Namjoon y Seokjin hyung.

Taehyung sonrió en grande, y conmovido dejó que las palabras fluyeran de su boca.

—Nada de esto hubiera sido posible sin ustedes, así que les estaré eternamente agradecido.

—No hay de qué, Taehyungie. Con que seas feliz, es suficiente para nosotros.

Taehyung asintió a las dulces palabras de Seokjin, sin embargo, no tuvo tiempo de agradecerle una vez más, ya que fue interrumpido por el susodicho.

—Sé que tal vez no sea muy importante, pero... ¿qué le sucedió a tu cabello? ¿Acaso fue una consecuencia de romper la maldición?

—Oh... —el doncel por pura inercia tocó los mechones que caían por su frente, mostrando una expresión divertida por la inesperada pregunta—. No te preocupes, hyung. Era obvio que les causaría curiosidad. Mi cabello celeste cambió cuando todo terminó, devolviéndome mi color natural, es decir, castaño.

—Que interesante, ¿no lo crees, Joon? —cuestionó el mayor, a lo que su marido le dio la razón, mientras Seokjin dejaba caricias en la cabeza de su hijo que ya se había quedado dormido gracias a sus mimos, recargando su rostro sobre su plano vientre. 

Soobin estuvo conteniéndose para no dejarse llevar al mundo de los sueños, pero fue una tarea imposible. No estaba acostumbrado a levantarse tan pronto por las mañanas, así que ninguno de sus progenitores podía culparlo. - Pero que sepas que ese color se te ve maravilloso.

—Gracias, hyung. Para ser honesto lo extrañaba, y me alegra que les guste tanto como a Jungkookie—le coqueteó al menor, quien esbozó esa sonrisa de conejito que el castaño amaba.

—Por supuesto Tae, ya te había dicho que me encanta. Aunque a mi parecer, cualquier color te quedaría precioso por el simple hecho de que se trata de ti.

—Ustedes desbordan amor, ¿eh? —Namjoon les molestó, provocando risas en los presentes—. Disfruten mucho de su romance lleno de fantasía, ¿sí?

—Lo haremos, Namjoon hyung. Es una promesa.

Jungkook coincidió, genuinamente convencido de que así sería. Porque estar con Taehyung era un sueño hecho realidad, uno del que no quería despertar. Quería vivir para ver sus sonrisas cuadradas, acompañarlo en su felicidad y tristeza, apoyarle a cumplir sus metas, y sobre todo adorarle en cuerpo y alma.

Porque quizá la vida había sido cruel con ellos solo para darles tan maravillosa recompensa. Y si era así, cada lagrima derramada cobraba un nuevo sentido, uno que era gratificante.

Después de eso, la pareja no tardó en contar a detalle cada cuestión que los mayores se habían perdido luego de cortar la videollamada con el azabache. Desde el ritual que salió espléndidamente, hasta la parte en que ambos cayeron en un profundo sueño, donde la bruja aprovechó a disculparse con Kim, y darle la sorpresa de hablar con sus hermanos por última vez.

Esa parte fue la que más conmovió a la pareja, por lo que Namjoon siendo animado por Seokjin, supo que era buen momento para mostrarle al castaño algo que habían descubierto sin pretenderlo.

Un folder de plástico fue entregado al castaño, quien no demoró en abrirlo para encontrarse con algunas hojas viejas. Revisó su contenido con detenimiento, agradeciendo poder entender lo que ahí decía. Estuvo así por varios minutos, hasta que dejó que las lágrimas salieran de sus orbes cubiertos por espesas pestañas.

Jungkook que yacía a su lado también contó con la oportunidad de revisar lo que su chico estaba leyendo, por lo tanto, comprendió al instante el motivo de su nostalgia resbalando por sus mejillas. 

Le abrazó con fuerza, dejando que el mayor refugiara su rostro en su cuello, tratando de que sus hipidos no salieran tan fuertes para no molestar el descanso de Soobin, mientras Namjoon tomaba la carpeta que había caído en la alfombra que cubría la madera del suelo.

Los esposos decidieron quedarse en silencio, observando la conmovedora escena frente a ellos. Definitivamente se podían hacer una idea de los pensamientos que cruzaban la mente del joven de piel canela.

Y es que, gracias a esos papeles, los cuales eran unos registros antiguos de su época, pudieron confirmar que los progenitores del doncel le buscaron incansablemente con el fin de dar con su paradero, hasta el último día de sus vidas, gastando la poca fortuna que les quedaba. 

Luego de que sus hermanos les hicieran comprender a sus padres lo ilógico que era que su hermano mayor escapara, dejando al aparente "amor de su vida" a la deriva, tal y como el desalmado de Seojoon les hizo creer.

Era bien sabido que los menores de la familia Kim nunca aceptaron a su prometido, pero en un determinado momento, las palabras de los jóvenes cobraron sentido para sus padres, quienes lograron ver el motivo por el cual Seojoon pudo actuar de esa forma.

La respuesta era más que obvia; todo fue por la herencia de Taehyung de la que se apropió por el simple hecho de tener el derecho al ser abandonado por el doncel y por ser su prometido.

Lo que provocó que el castaño sintiera como otro peso de encima se iba de sus hombros, pues sus queridos padres habían dejado este mundo sabiendo que todos ellos cayeron en una trampa. Y a pesar de que no tendría la misma oportunidad como con sus hermanos, ahora sabía que ellos no se quedaron con la idea equivocada acerca de su desaparición. 

Un hecho realmente liberador, porque Kim siempre vivió con el temor de haber sido repudiado por sus padres, debido a una culpa que le quisieron imponer por su ingenuidad al confiar en una mala persona.

Los mayores dejaron que el doncel se calmara bajo los mimos de su pareja. Jungkook no había parado en acariciar la cabeza de su fantasía, susurrando dulces palabras de consuelo que eran como música relajante para sus oídos. Eventualmente el llanto y los gimoteos cesaron, dejando a un castaño con los ojitos brillosos e hinchados, la nariz roja y una pequeña mueca en sus labios.

—¿Mejor? —Namjoon preguntó, entregándole unos pañuelos a Taehyung para que este pudiera sonarse la nariz, bajo la atenta mirada de Jungkook y Seokjin.

—Sí... —Jungkook fue el encargado de tomar el basurero a su costado para que su chico no se moviera de su lugar para tirar los pañuelos usados—. Lamento haberme puesto así, hyungs. El llanto me ganó.

—No tienes que disculparte por esto, Tae, entendemos tu sentir. Por eso cuando encontramos estos papeles sabíamos que teníamos que entregártelos, era tu derecho conocer esta parte de la historia para que no atormentaras más con ello.

—No lo haré, ahora estoy más tranquilo sabiendo que mis padres no me veían como una decepción, solo como alguien que cayó en el mismo engaño que ellos.

—Así es, y ya que te hicimos llorar, queremos hacerte sonreír con algo que Jinnie preparó cuando Jungkook le dio la buena nueva de que todo salió bien.

—¿En serio? ¿De qué trata? —interrogó el castaño, mientras Jungkook enarcaba una ceja, curioso al respecto. No tenía la más mínima idea de lo que podría ser.

El moreno tomó el otro folder que había traído en conjunto al que contenía la información acerca de la desaparición de Taehyung, y se lo extendió al mencionado.

—Bienvenido a Seúl, eres un ciudadano de esta ciudad de forma oficial y legal, Taehyungie.

Jungkook se cubrió la boca para no gritar, aunque el azabache tenía constancia de que ni eso sería capaz de despertar al infante que tenía el sueño muy pesado, a la par que su fantasía comprendía lo dicho por el otro doncel. 

Aquellas hojas eran los registros que daban credibilidad a su existencia en ese tiempo, hasta le habían conseguido una identificación.

—Pero hyung... Yo todavía estaba pensando en cómo hacer esto—Jungkook mencionó anonadado, ganándose una sonrisa confiada de parte de su primo—. Es increíble.

—Un mago jamás revela sus trucos Jungkookie.

—Jinnie... —su esposo lo retó, porque no quería que ninguno de los mejores se hiciera una mala idea de ellos, como por ejemplo estar metidos en algo ilegal como para ser capaces de crear papeles falsos con tanta facilidad.

—Está bien, Joon, le quitas lo divertido a la vida—resopló rodando los ojos, todavía sintiendo la intensa mirada de su primo y pareja—. Yo los hice, un buen diseñador gráfico tiene sus mañas por si no lo sabían.

—Mucho más si se trata de alguien tan perfeccionista como mi esposo, que hasta falsificar documentos puede.

—Jamás imaginé que tuvieras un talento tan útil para situaciones así, Jin hyung.

—Por esta vez lo tomaré como un cumplido Jungkookie—el azabache le dio la razón, y tanto Taehyung como él le agradecieron su esfuerzo—. No fue nada, la ventaja es que nuestro buen amigo Jackson pudo ayudarnos de la manera más eficiente a legalizar esto. Así que nadie podrá ser capaz de poner en tela de duda la existencia de Taehyungie.

—¿Le contaron algo sobre Tae?

—Para nada Jungkook-ah, lo único que le dijimos fue que Tae había perdido sus papeles en un accidente y que eran las únicas copias que existían, porque toda su vida vivió fuera de la ciudad, en la parte rural. Que era alguien que pertenecía al campo y por eso nos pidió ayuda al no saber qué hacer.

—Y se lo creyó, porque no es el único caso que conoce de este tipo.

—Pensaron en todo—Taehyung soltó emocionado—. Gracias por todo, hyungs, de verdad. Algún día se los pagaré.

—La mejor paga que nos puedes dar es que hagas feliz a Jungkookie, y vivas la vida que te mereces en tu nueva realidad.

—Lo haré Seokjin hyung. ¡Pueden contar con mi palabra! —exclamó con decisión, y por más increíble que pareciera eso fue capaz de despertar al somnoliento Soobin.

—¿Ya es hora de comer? —el infante restregó su manito sobre su ojo, queriendo alejar el sueño. Su padre doncel solo se removió para comprobar la hora en su reloj de mano.

—Sí mi amor, tienes razón. Ya es hora de comer, y ni cuenta nos dimos. ¿Les parece si mientras Joon y yo hacemos la comida, ustedes juegan con Binnie?

—Es una maravillosa idea, hyung.

—Sí, estoy más que ansioso por ello, ¿estás de acuerdo, Binnie? 

Taehyung le tomó el parecer al niño, y este entusiasmo se lo confirmó.

—¡Claro que quiero jugar con tío Koo y tío TaeTae! ¡Iré a traer mis juguetes!

El niño se incorporó con rapidez, dejando atrás a los presentes que intercambiaban miradas llenas de ternura por la inocencia del más pequeño.

El castaño no dudaba en que ese día sería uno de los más lindos que tendría el gusto de vivir, pero siempre teniendo presente que este apenas era el inicio de una buena vida que le daba la bienvenida después de tanto sufrimiento.

💙

Ya eran las cinco de la tarde cuando la nueva pareja estaba pensando que era hora de marcharse del hogar de los Kim. Taehyung y Jungkook disfrutaron de un ameno tiempo con el infante, quien los incitó a que jugaran a crear historias con sus figuras de acción, y un paquete de legos, con el que se dispusieron a armar diferentes cosas.

Para finalmente ser llamados por los mayores, los cuales prepararon un delicioso almuerzo casero que fue suficiente para saciar su hambre.

El azabache no podía dejar de sonreír gracias al sentimiento desbordado en su pecho al ser consciente de que estos momentos tan preciosos ya no tendría que vivirlos solo, pues ahora contaba con la compañía de su fantasía. Y eso era algo que no cambiaría por nada del mundo.

Sabía que las comparaciones eran malas, pero no podía evitar ver lo obvio, pues el castaño era tan diferente a sus exparejas que jamás tuvieron el mínimo interés de pasar tiempo con la gente que le importaba. Por lo que Jeon lo valoraba mucho más, al tratarse de alguien tan familiar como lo era él.

—Creo que ha llegado la hora de irnos—Jungkook anunció con pesar, observando a Soobin aumentar el agarre en el cuello del castaño, todavía enterrando su nariz para inundarse con el suave olor a fresas de la colonia del mayor.

—¿Tan pronto? —reclamó el infante—. Yo quería que tío Koo y tío TaeTae se quedaran hasta la noche—un puchero se asentó en los labios del niño, causando ternura en los presentes por el berrinche que estaba haciendo.

—Cariño, tus tíos también deben tener otras cosas que hacer... Tal vez para la próxima puedan quedarse hasta más tarde—Seokjin trató de convencer a su hijo, pero tal parecía que nada lo haría cambiar de idea—. Por favor bebé, suelta a Tae.

—Hazle caso a tu papi, por favor Binnie—esta vez fue Namjoon quien lo pidió, pero su hijo le ignoró de forma olímpica, provocando que soltara un suspiro—. Él no suele ser así, pero supongo que es porque quedó encantado con Taehyungie, y además te extrañaba mucho, Jungkookie.

—Supongo que sí—concordó el joven de piel nívea, dejando caricias en el cabello sedoso de su sobrino—. Les juro que nos quedaríamos por más tiempo si no fuera porque Yoongi y Jimin hyung nos invitaron a una cena, que supongo será más tarde, porque quedaron de avisarme los detalles de la hora y el lugar.

—Con más razón deben irse, no vaya a ser que se les haga tarde—el doncel mayor expresó con pesar por su dulce niño y por la situación en la que sus menores se vieron involucrados gracias a este—Vamos Binnie, yo no te eduqué así...

No obstante, el menor no pudo volver a quejarse porque el tono de llamada de Jungkook provocó que todos quedaran en silencio.

—Denme un momento, es Yoongi hyung.

El azabache avisó con el fin de responder a la llamada entrante, saludando al poseedor de ojos gatunos.

—Hola hyung... Sí, si conozco ese local—una pequeña pausa lo mantuvo callado—¿A las siete y media? Me parece muy bien, tendremos el tiempo de sobra para volver a casa... ¿Qué dónde estamos? Oh, en la casa de Namjoon y Seokjin hyung—comentó, intercambiando miradas con los mencionados—. ¿Lo dices en serio? Wow, eso sería genial. Se los diré—afirmó con una sonrisa, causando confusión en los presentes que le observaban atentamente—. Nos vemos en un rato, cuídate.

—¿Qué fue eso amor? —cuestionó Taehyung luego de que el menor guardara su móvil en su bolsillo—. ¿Qué te dijo Yoongi hyung?

—Me dijo que, si los hyungs querían, estaban cordialmente invitados a la cena. Porque les gustaría compartir con ellos una vez más.

—¿De verdad? Vaya, eso es inesperado, pero no creo que haya problema. ¿Quieres ir, Jinnie?

—Por supuesto, aceptamos encantados.

—Entonces eso significa que podré pasar un rato más con mis tíos—interrogó Soobin con ojitos brillantes, ladeando la cabeza como un cachorrito—. ¿Siiiii?

—Se te cumplió el capricho, Binnie, pero será con la condición de que te comportes como el buen niño que siempre has sido, ¿mmm?

—Sí, papi Jin, lo haré. Muchas gracias.

Los adultos simplemente asintieron, y teniendo el nuevo plan en cuenta, decidieron ver una película para hacer tiempo hasta que la hora de la cena llegara. Entre todos optaron por una del género cómico, con la cual estarían más que entretenidos por casi hora y media.

Cuando el filme finalizó, ambas parejas y el infante salieron de la casa que los acogió durante el transcurso de aquel día juntos, hasta llegar al Mercedes de Jeon, que sería el automóvil designado para transportarlos al restaurante de comida tradicional coreana, donde Yoongi realizó la reservación de una mesa exclusiva para mayor privacidad.

Ingresaron al espacioso local, y al preguntar por la reserva les dirigieron hacia un lugar en particular que estaba ubicado en una pequeña terraza cubierta por un techo transparente, que tenía vista al hermoso Seúl nocturno. Donde no tardaron en divisar a la pareja que conversaba con mucha tranquilidad.

Jungkook fue el primero en sacarlos de su burbuja, saludándoles completamente entusiasmado. Lo mismo sucedió con los esposos y su hijo, los mayores estaban más que contentos por volver a compartir con los otros hyungs del azabache, a los que apreciaban mucho a pesar de no verse tan frecuentemente.

Pero el encuentro más esperado, fue el de la pareja con Taehyung, los cuales habían ansiado tanto conocer al en ese entonces peliceleste.

—La cámara no le hace justicia a tu belleza Tae—Jimin le regaló un cumplido que hizo sonrojar al susodicho que sentía toda su atención sobre él, después de que se ubicaran en la mesa—. Cuídalo muy bien Jungkookie, o no te lo perdonaré. - amenazó de broma, provocando que Jungkook riera.

—Te lo juro. Me esforzaré cada día para hacerlo feliz.

—Esa es la actitud, Jungkook-ah—Yoongi lo alabó, pero una sonrisa maliciosa no demoró en colarse en su rostro—. ¿Quién diría que tendría la oportunidad de decirte te lo dije?

—Oh... —con solo la expresión socarrona del contrario, Jeon comprendió sus palabras—. Y yo que pensé que ya lo habías olvidado. Que malo que eres, hyung.

—Eso nunca. Y no lo soy, tú fuiste el que cometió el error de afirmar algo que obviamente tenía probabilidades de suceder.

—¿A qué se refiere, Yoongi hyung? —Taehyung preguntó intrigado—. ¿Qué fue lo que afirmó Jungkookie?

—Que nunca se volvería a enamorar, pero llegaste tú y ahora puedo ver corazones en sus ojos. Por fin desapareció el Jungkook amargado con la vida.

—Con que era eso—Taehyung se permitió reír, poniendo tímido al azabache que tenía sus dedos entrelazados con los suyos bajo la mesa—. A mí también me lo dijo cuándo me conoció. Sin embargo, me alegra haber aparecido a tiempo en su vida para hacerlo cambiar de opinión.

—Me retractó, pero solo porque me enamoré de alguien que me hizo creer en este bonito sentimiento.

—Como digas, cualquier excusa es buena—Jimin se sumó a molestar a Jungkook, tal y como lo hizo su novio—. Pero eso no quitará que el hecho de que gané la apuesta que hice con Yoon.

—¿Apostaron por su relación con Tae? —inquirió un risueño Seokjin—Eso me interesa, tal vez debí hacer lo mismo con Nam.

—Ay, Jinnie.

Su esposo solo negó divertido. Y Park asintió varias veces.

—Lo hice, Yoon decía que ya estaban como pareja desde ese entonces, pero yo creía que no era así, que solo se gustaban, pero que eventualmente comenzarían a salir y no me equivoqué.

—¿Y cuál era el premio, Jiminnie? —Taehyung interrogó una vez más, y el doncel estuvo más que dispuesto a resolver su duda.

—Pues si yo ganaba, tenía el consentimiento para ser quien elija el nombre de mi bebé y el que era de Yoon me lo reservo, porque hay una criatura presente.

No tenían que pensar de más para saber a lo que el rubio estaba haciendo referencia, pues hasta el inocente de Taehyung comprendió a la primera, riendo a carcajadas por las ocurrencias del más bajito. Mientras Yoongi aceptaba con resignación que su pollito haría cumplir si o si su palabra.

—Felicitaciones por tu embarazo, Jimin-ah—Seokjin le sonrió con amabilidad al menor, quien le correspondió con el mismo gesto—. Ambos estaremos con las mismas prisas en unos meses, aunque sea con diferencia, pero vale la pena completamente. 

El doncel mayor dejó una caricia en la mejilla de un Soobin muy callado, pero feliz por el ameno momento.

—Espera... ¿Tú también? —el pelirrojo se lo confirmó con un movimiento de cabeza—. Qué bonito hyung, felicidades.

—Sí, apenas Nam y yo nos enteramos hoy, porque los síntomas se hicieron presentes.

—Ya veo, esa es la única parte que causa varios inconvenientes, pero Yoon y yo estamos muy felices—comentó un Jimin muy alegre, que sin poder evitarlo soltó una de sus ocurrencias—. Solo faltaría que Tae también fuera doncel, y se nos uniera al club de bebés a bordo.

—Sí, soy un doncel, Jiminnie. Lamento no haberlo mencionado antes—expresó con una sonrisa pequeña en sus labios, mientras un pensamiento se atravesaba en su mente

"Y lo más seguro es que yo también pronto esté en cinta o puede que ya lo esté, así que será un gusto ser parte del grupo de próximos padres".

—Eso es maravilloso, pero solo ustedes sabrán cuando toman esa decisión—Jimin les guiñó el ojo, y la pareja asintió con un pensamiento compartido rondando sus cabezas.

"Si tan tuvieran conocimiento de que lo hemos hecho las veces suficientes como para obtener ese resultado".

—Pero dejando eso de lado—Jungkook desvió el tema por su propio bien, temiendo repetir las veces en las que Taehyung era muy sincero con sus comentarios como sucedió con la señora Choi. No quería salir del restaurante con las mejillas tan rojas como tomates maduros—. ¿Dónde está Hobi? ¿Ya no va a venir?

—Cierto, él nos dijo que...

Y en ese preciso instante, interrumpiendo la participación de Yoongi en la conversación, una nueva voz resonaba en todo el lugar.

—Ya llegó por quien preguntaban.

Solo que no estaba solo.

—¡¿Yongsun?!

—¡Jinnie!

—¡Noona!

Soobin hizo acto de presencia por primera vez en la noche, al visualizar a su niñera en compañía de Hoseok.

—Buenas noches a todos, es bueno verte, Soobinnie—la castaña le sonrió al menor, saludándole con la mano, y el infante copiando su accionar al instante.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó impresionado y a la vez contento de ver a su buena amiga en una situación que no espero—. ¿Hoseok-ah y tú...?

—Sí Jin hyung, yo soy el novio de Sunnie.

—Esa no me la esperaba—musitó el azabache, quien si conocía a la fémina de antemano por ser quien cuidaba a su sobrino cuando su primo tenía cosas que hacer—. Tal parece que por fin encontraste a alguien, pero eso no quita que me sienta ofendido porque lo hayas ocultado de mí.

—Yo debería decir lo mismo—Hoseok se sentó junto a su chica en los lugares que tenían libres—. Yoongi hyung ya me contó todo. Es un placer conocerte, Taehyung-ah.

—Igual, Hoseok hyung. Jungkookie me ha contado maravillas de ti.

—Es lo menos que esperaba de mi amigo. Pero como te iba diciendo, no te resientas conmigo, porque tú también no me comentaste nada de tu relación. Así que dejémoslo en que ambos lo mantuvimos en secreto para que fuera una sorpresa—Jung hizo comillas con sus dedos, y el joven de piel nívea estuvo satisfecho con la proposición.

—Me parece una buena idea.

Luego de eso, Hoseok fue interrogado por parte de su amigo y Seokjin, quienes querían detalles acerca del cómo se conoció con Yongsun, partiendo por el hecho de que la chica ya era conocida por encargarse de Soobin cuando el doncel no podía. 

La pareja ni corta ni perezosa les dio un poco de contexto al respecto, afirmando que todo fue porque se topaban varias veces en el supermercado que quedaba cerca de sus hogares, por lo que con el pasar del tiempo se volvieron amigos y ahora lo estaban intentando como novios.

Y cuando la necesidad de chisme fue saciada, llegó el turno de Jungkook para contar su historia con Taehyung, siendo apoyada por Namjoon y Seokjin, pues con ellos practicaron algunos detalles extra a la versión que en su momento le dieron a Yoongi y a Jimin. Ya que no tenían intención de que nadie aparte de ellos supiera de la verdad del castaño, y no era porque tuvieran desconfianza, sino porque esta era la decisión que Kim había tomado y la respetaban.

Al fin y al cabo, no existía la necesidad de gritarle al viento esa verdad, que era tan especial y secreta para ellos.

La comida que pidieron minutos atrás, había llegado y cada uno se dispuso a degustarla con verdadero placer. Sin embargo, Jungkook en su más puro estado de romántico empedernido, se ofreció a cortarle la carne en pequeños pedazos a Taehyung, pues sabía de sobra lo mucho que se le dificultaba. Y de paso provocando varios halagos por parte de los presentes que estaban siendo testigos de lo amoroso y cursi que el azabache podía llegar a ser.

La cena transcurrió con normalidad, a veces riendo por las ocurrencias de Jimin o por el pequeño Soobin que con la mínima cosa que hacía causaba ternura en los mayores. Hasta que llegó un determinado instante, en el que Taehyung reveló su admiración por Jimin, al mencionar lo genial que le parecía que pudiera manejar una gran empresa siendo un doncel, pues en un principio el castaño creyó que el más bajito trabajaba con como un empleado más y no que era jefe, por lo que Park se permitió sonreír en grande, lleno de orgullo.

—Debiste tocar el tema más antes, TaeTae, podría contarte más acerca de mi experiencia como CEO.

—Me encantaría, Jiminnie. Seré todo oídos.

—De acuerdo, entonces deberás soportar lo parlanchín que puedo ser cuando hablo de lo que me gusta—el doncel estuvo de acuerdo, y el rubio agregó—. Aunque para ser honesto me sorprende que no hayas considerado como una posibilidad que yo fuera el jefe.

—Eso es porque...

Antes de que pudiera encontrar las palabras correctas para resolver la duda de Park, su pareja se adelantó con gusto.

—Como ya lo había mencionado, Tae fue criado con gente muy tradicional, así que apenas está aprendiendo a despegarse de los tontos estereotipos con los que creció.

—Ya veo, es una decisión muy sana, Taehyungie. No dejes que esos pensamientos sigan rigiendo la forma en la que vives tu vida, porque no importa como seas, tú puedes lograr lo que te propongas. Solo es cuestión de que sigas tus sueños, siendo constante y disciplinado, y te aseguro que será una experiencia más llevadera al poder contar con el apoyo de alguien como Jungkook, que jamás te dejaría solo en lo que sea que quieras hacer.

—Lo tengo muy presente, hyung. Soy tan afortunado.

Kim acarició el dorso ajeno que reposaba sobre la mesa, ganándose una suave mirada de su pareja.

—De acuerdo. Entonces aprovechando esta conversación, y teniendo en cuenta que te sinceraste acerca de tu vida, la cual se desarrolló por tantos años fuera de la magnificencia de una ciudad tan grande como Seúl, me daré el lujo de informarles acerca de una decisión que tomé en base al hecho de has decidido arriesgarte a vivir con Jungkookie.

—¿De qué hablas, Jimin hyung? —Jungkook abrió los ojos, muy expectante, mientras veía la expresión cómplice del rubio y su novio de ojos gatunos, quien parecía tener una leve idea acerca de ese tema.

—Puedes tomarte esta semana libre para que compartes con Tae, y le muestres lo bonito de la ciudad, pues ha estado acostumbrado a vivir en el campo y necesita salir mucho para acostumbrarse a la nueva vida que tendrá a tu lado.

—¿Lo dices en serio, hyung? —un tartamudeo involuntario se hizo presente por la emoción que recorría sus venas. Jimin se lo confirmó levantando el pulgar—. Mil gracias, Jimin hyung, y te prometo que lo recompensaré cuando vuelva al trabajo.

—Confío en que lo harás. De todas formas, tú tomarás mi puesto al ser el más capacitado y mi gatito será tu mano derecha, pues el doctor me dijo que lo mejor será que tome una licencia por paternidad, para no estresarme de más con el trabajo y que eso pueda afectar a mi bebé de alguna forma.

—Lo entiendo. Estaré orgulloso de apoyarte de esa forma, y cualquier decisión importante te haré la consulta directamente.

—Sí, todo será por el bien de la empresa. Los estaré apoyando a ambos.

Yoongi se inclinó dejando un beso en la mejilla de Jimin, y Seokjin se puso de pie. 

—Esto merece que hagamos un brindis a pesar de no estar tomando alcohol.

—Concuerdo.

El moreno se levantó, siguiendo la propuesta de su marido, para que acto seguido el resto de sus amigos imitara su accionar. Cada uno tomando entre sus manos el vaso lleno de limonada, con el único objetivo de chocar los cristales entre sí, mientras el infante les observaba con una sonrisa en el rostro.

—Brindemos por la aparición de Tae en la vida de Koo, por el compromiso de Hobi, por los nuevos cargos que serán desempeñados en la empresa Park, por las vidas que están llegar, pero sobre todo por el tiempo que compartimos hoy, anhelando que no sea el último y se vuelva una tradición entre nosotros.

Los presentes sonrieron por las conmovedoras palabras del pelirrojo, dedicándose miradas entre todos, para de esa forma cerrar con broche de oro la cena de aquella noche tan especial.

—¡Que vivan! —al unísono musitaron en voz alta, bebiendo de una sola todo el contenido de los cristales, realizando el anhelado brindis de celebración.

Ya que a pesar de que el futuro fuera incierto, todos creían fervientemente en que estaría lleno de alegría como ese preciso instante que les sabía a eternidad. Aquel en el que compartieron sinceramente el uno con el otro, creando uno de los más preciosos recuerdos entre ellos, que ni el tiempo sería capaz de borrar de sus almas y corazones.

Porque el cariño genuino se graba como tinta permanente en los corazones y almas de la gente que lo experimenta.

Continuará...

Fue muy difícil conectar hasta el mínimo detalle de este fic, pero estoy feliz con el resultado. Ojito con los bebés del Yoonmin y el Namjin. Espero les haya gustado el penúltimo capitulo lleno de momentos memorables para Tae y Koo. No estoy lista para terminar el fic, pero mi mayor consuelo serán los extras que tengo planeados, así que ojalá me acompañen hasta que la historia concluya con ellos. 

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