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*ૢ Capítulo 42*ૢ

La luz que anunciaba una nueva mañana comenzó a ser molestosa para aquel azabache que abrazaba con fuerza a su pareja, por lo que resintió el hecho de tener que despertar. Sin embargo, Jungkook abrió lentamente los ojos, y lo primero que notó fue como su precioso castaño yacía entre sus brazos en un profundo estado de sueño.

La respiración ajena era tan suave, como la piel desnuda con la que seguía teniendo contacto. En su mente seguía rememorando cada uno de los increíbles momentos que vivieron en su primera noche de entrega absoluta.

Para finalmente culminar su sesión de cariño pasional, acomodándose el uno contra el otro en la íntima posición donde el joven de piel nívea era la "cucharita" más grande, cubriendo la anatomía ajena con la propia. Dejando caricias en el vientre impropio con sus manos. 

Jeon abrazaba a Taehyung con tal intensidad como si este fuera a desaparecer, repartiendo castos besos sobre la nuca del mayor que estaba a su completa disposición. Embriagándose al sentir su propio aroma mezclado con el de su pareja en la tersa dermis canela. Aquello era mejor de lo que alguna vez pudo imaginar.

Kim abrió sus párpados con pereza luego de sentir los mimos de su bonito novio, acompañados por las suaves caricias sobre sus brazos flexionados contra su pecho, mientras por inercia comenzaba a dejar besitos en los nudillos impropios, demostrándole a su chico que por fin había despertado.

Cuando consiguió que sus ojitos pudieran enfocar al menor, girando su carita para apreciarle mejor, le saludó con su voz un poco ronca. 

—Hola Jungkookie, ¿esto no es un sueño? - le preguntó, sintiendo la emoción revolotear en su organismo al ser consciente de que la única respuesta lógica era que por fin había vencido a su maldición.

—Hola, TaeTae, esto no es un sueño, mucho menos es producto de tu imaginación. Sigues aquí conmigo, fantasía.

—Por y para siempre, mi suerte.

Después de tan dulce respuesta, Jungkook acarició con ternura su nariz con la contraía, en un beso esquimal, cerrando una vez más los ojos para grabar la bonita sensación en sus corazones. Estuvieron así por unos segundos que parecieron eternos, hasta que la realidad golpeó al joven de piel canela, avergonzándolo por completo, pues su comportamiento no fue el mejor. O eso era lo que creía.

Distintas épocas, distintos pensamientos, pero nada que no se pudiera aclarar con una sincera conversación.

Mientras que Taehyung se preguntaba: ¿cómo pudo ser tan descarado?, el azabache notó como su chico se separaba de su cuerpo, provocando que abriera los ojos con rapidez para encontrarse con una curiosa estampa.

El mayor se alejó lo suficiente solo para tomar el edredón con el que se cubrieron durante la noche, subirlo hasta su cara con la intención de taparse por completo. Jeon apenas y podía ver los lindos ojitos claros. Pero antes de si quiera preguntar, ya suponía cual era el motivo que tenía tan cohibido a su novio.

—Anoche vi todo de ti, Tae... —afirmó, llevando su mano hacia el cabello castaño para dejar suaves caricias—. No tienes que avergonzarte por esto, pero si es por algo más puedes decírmelo con total confianza.

—Claro que no—murmuró, mostrando un poco más de su cara sonrojada. Nunca consideró un problema que el menor descubriera hasta los lunares que rara vez podía ver, es más, el deseaba con su alma que ese momento llegara. Pero era otra cuestión la que lo tenía tan tímido. 

—¡Solo que no puedo evitar estar avergonzado por mi comportamiento! —admitió en voz alta, sorprendiendo al otro joven—. Yo me dejé llevar y tuve mi primera vez fuera del matrimonio...

"Oh..." y como si un click resonara en su cabeza, Jungkook supo lo que debía decir.

—No te preocupes por eso, Tae. Los tiempos han cambiado y ahora rara es la persona que se escandaliza por eso—aseguró con calma—. Estoy seguro de cuál es tu preocupación, pues fuiste criado con otras costumbres, pero tener relaciones antes del matrimonio no te hace menos digno, porque es algo que sucedió de forma espontánea.

El azabache explicó, enredando sus dedos en los cabellos claros. Mientras que el susodicho iba perdiendo la vergüenza al dejarse ver por Jeon.

—Ambos lo quisimos así, lo que vivimos no fue algo impuesto por ninguno de los dos... ¿o es que tal vez te arrepientes?

Le dolía preguntarlo, pero confiaba en que la respuesta sería negativa. Así que teniendo eso en mente, lo hizo sin pensarlo dos veces.

Y en cuestión de una fracción de segundo, el menor consiguió la contestación que anhelaba.

—¡Eso nunca! —se removió, incorporándose lo suficiente para atrapar entre sus brazos al joven de piel nívea. Temiendo que, por sus inseguridades, le hiciera creer cosas que no eran. Jungkook tenía tanta razón con lo que había dicho. 

Era más que obvio que tantas cosas habían cambiado con el tiempo, por lo que solo debía acostumbrarse a ello. - Me hiciste sentir muy amado con cada uno de tus besos, caricias y acciones. Yo mismo fui el que te lo pidió, por eso no me arrepiento en lo más mínimo.

Un suspiro salió de los labios del azabache, quien devolvió con cariño el abrazo, acariciando la espalda desnuda. Para luego hablar en voz bajita en el oído del mayor, pues la posición en la que estaban se lo facilitaba.

—¿Ya ves, cariño? No tienes que reprimir tus propios deseos, y que sepas que si yo me animé a continuar es solo porque tú me disté el consentimiento y la confianza necesaria para hacerlo. Créeme que, si no te hubiera visto bien con ello, me habría detenido en ese preciso instante para no incomodarte—confesó con una suave sonrisa, separándose lo suficiente para acunar el rostro del castaño.

Kim no pudo no sonreír por la mano que acariciaba una de sus mejillas de pan con mimo.

—Ya que sin problema podría esperarte el tiempo que necesitaras—porque Jeon lo amaba, y lo respetaba y quería que cuando se diera ese momento tan íntimo, fuera porque ambos así lo quisieran—. Además, estaba tan nervioso por hacer algo que no te gustara, que fui tan cauteloso con cada uno de mis movimientos. Pero me alegro saber que eso no sucedió y te gustó tanto como a mí.

—Así fue, Jungkookie, lo disfruté mucho—afirmó, atrapando la mano ajena que yacía sobre su mejilla con la propia—. Gracias por tus palabras, y lo siento si te hice sentir mal por ello, yo soy el único que te debía esas disculpas.

—Pensándolo bien... Yo también debo disculparme por algo, Tae.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —interrogó al ver cambiar el semblante de su novio a uno más serio y un tanto avergonzado—. ¿Qué sucede, cariño?

—Por la emoción del momento ni siquiera tuve la precaución de cuidarte para que no quedes en estado...

"Ah, con que eso era". Pensó el castaño, quien no demoró en volver a sentir calor en sus mejillas. Sería un milagro que no quedara en cinta después de tanta acción en una sola noche. Obviamente una parte suya sabía el gran riesgo que era, sin embargo, no temió aventurarse, porque confiaba en lo que sentía en ese momento.

Pero también se preocupó porque no fuera algo que le agradara del todo a su bonito chico, ya que a fin de cuentas, apenas formalizaron su noviazgo y tal vez un bebé no era algo que estuviera en sus planes.

—Lo lamento tanto, fantasía—se disculpó con una mueca en sus finos labios—. Pero de lo que sí puedes estar tranquilo es que estoy completamente sano. 

El menor siempre fue cuidadoso en ese tema, se realizaba chequeos médicos de manera continua y para su suerte los resultados eran los más óptimos.

—En este aspecto debí ser más responsable, y no dejarme llevar tanto, porque apenas vas a comenzar tu nueva vida y talvez esto sea un gran cambio para ti—soltó apenado, encontrándose un poco temeroso de la reacción del castaño, pues no quería que lo detestara por ello.

Ya había vivido una situación similar con Yugyeom. Por lo que las crueles palabras de su ex no demoraron en resonar en su cabeza con fuerza. 

—Yo te apoyaré en lo que sea que decidas, porque se trata de tu cuerpo y nadie más que tú tiene la palabra final.

Para ser honestos, las exparejas de Jungkook siempre le negaron el deseo de tener un bebé, aun cuando le ilusionaban con ello, dándole a entender que también lo querían. O cuando su relación era lo suficientemente formal a tal punto de que casi les había pedido matrimonio.

Sin embargo, el azabache los respetaba tanto que llegó un momento en donde dejó de insistir, porque quería confiar en que algún día llegaría esa buena nueva tan esperada para él.

—¿Qué? No. Yo quiero tener un bebe contigo, Kookie. Siempre tuve muy presente las consecuencias de mis actos... ¿o es que a ti no te gusta la idea?

—Me encantaría, Tae. Me harías el hombre más feliz del mundo. Siempre tuve el deseo de ser papá, pero ya había dejado de lado la idea, porque cada vez que se lo comentaba a mis ex parejas, me decían cosas hirientes al respecto—comentó, y el mayor se pegó más al cuerpo ajeno. Buscando brindarle un poco de apoyo, pues se notaba que ese tema ponía sensible al azabache. Quería mimarlo hasta el cansancio. 

—Hasta que con mi última ex llegué al punto de creerme insuficiente, y que, por eso ella no quería dar ese paso conmigo, pero luego comprendí que fue lo mejor que me dijera que no, ya que luego ese bebé sería el que sufriera las consecuencias, siendo rechazado por su propia progenitora, viéndose descuidado por alguien que no está preocupado en lo más mínimo por cuidarlo. Y aunque yo hubiera dado mi mayor esfuerzo para que ese bebé se sintiera amado, no sería lo mismo.

Jeon siempre fue alguien de compromisos serios, pero siempre tuvo en cuenta que si llegaba el día en que quería dar el paso de unirse a una persona, esta debía tener los mismos anhelos a largo plazo, pues nunca jamás le insistiría a alguien a que tomara la responsabilidad de tener un bebé con él. 

Ya que la paternidad o maternidad siempre debían ser deseadas y jamás tomadas a la ligera. Así que su relación con Jieun también fue el detonante que necesitó para abrir los ojos, y dejar de vivir en esa burbuja de apariencias.

—Tienes tanta razón, cariño. Me alegra saber que compartimos el mismo pensamiento, ya que ser padre no es fácil, es una gran responsabilidad. Pero yo de verdad deseo tenerlo—respondió con seguridad—. Siempre fue uno de mis sueños al igual que tú, y saber que lo aceptas, me llena de alegría el alma.

—Eso me alegra mucho, mi fantasía, pero si de verdad no quieres tener al bebé, espero que tengas presente que en la actualidad hay algunas soluciones que pueden ayudarte, porque tampoco quiero sentir que te estoy obligando con mi propio deseo...

—Nunca digas algo así Jeon Jungkook—pidió con firmeza. Su corazón diciéndole que debía hacerle sentir lo suficientemente confiado, después de que este le haya confesado las malas experiencias con sus exparejas. 

—Estoy más que preparado para hacerlo, por lo que, si realmente un bebé decide llegar a nuestras vidas, seré el más feliz. Ya que es el fruto del amor de ambos y ni eso sería capaz de cambiar en algo el amor que te tengo, solo aumentarlo para de esa forma disfrutar el camino que nos queda por delante.

Los orbes oscuros brillaron tanto que las lágrimas casi se escapan, pero si no lo hicieron fue porque el momento era tan bello como para verse manchado por algún tipo de tristeza.

No obstante, la pareja solo con el pasar del tiempo podría comprobar si aquel deseo se hiciera realidad, pues existía la posibilidad de que por el simple hecho de que Taehyung vivió tanto tiempo con una maldición, su fertilidad pudiera verse alterada de alguna forma. 

Pero si se daba, ambos estarían más que dispuestos en tomar la responsabilidad, apoyándose el uno al otro.

—Bien, ahora que tuvimos esta conversación tan sincera me siento mucho más tranquilo—besó la frente ajena y luego dijo—. Muchas gracias, Tae. A fin de cuentas, tú eres quien pasara por todos los cambios que conlleva quedar en cinta. Me alegra poder contar con la suficiente estabilidad económica para hacerme cargo y apoyarte...

—Pero eso será muy brevemente, Kookie. Tampoco quiero ser un mantenido como la mayoría de donceles de mi época acostumbraban.

—Ay, mi fantasía. Tú que no me dejas terminar—rio bajito, ganándose un golpecito en el pecho—. Auch Tae...-se quejó con diversión en la voz—. Obvio eso no sucederá, porque sé que también contaré con tu ayuda más adelante, pero para eso primero debes estudiar. 

Los ojitos del mayor se abrieron más ante la mención del plan de Jeon, porque anhelaba con todo su ser poder hacer realidad ese sueño—. Mientras tanto déjame apoyarte, ¿sí?

—Está bien, Kookie, cuento contigo—acarició la piel del pecho ajeno, y comenzó a dejar besos en la marcada mandíbula del susodicho, provocando unas dulces risitas.

—¿Qué haces fantasía? ¿Estás provocándome?

—Por supuesto que no, esta es mi forma de agradecerte por todo.

—Si quieres hacerlo, prefiero esos besos en otro lugar...

El mayor alzó una ceja, curioso y obviamente pensando mal. Sus ojitos claros por pura inercia se dirigieron hacia cierta parte que era cubierta por las sábanas.

—¿Dónde?

—Aquí... 

Y de un solo movimiento cortó la distancia entre sus bocas. Tomándole de la nuca para iniciar un beso pasional, pero lleno del amor que se profesaron en las últimas horas.

No había otra intención aparte, Jeon solamente deseaba fundirse contra esos suaves y rojizos belfos a los que se volvió adicto. Los labios de la pareja se movieron, encajando tan encantadoramente entre ellos que cualquiera podía sentir envidia por tan sublime contacto.

Sin embargo, la pareja tuvo que detenerse para recuperar un poco de ese aire tan necesario para sus pulmones.

—Me encantó este agradecimiento—comentó Jeon con una sonrisa coqueta que hizo reír al castaño—. Fue una recompensa muy buena.

—Ya lo creo, a mí también me gustó dártela, pero ahora quiero que me mimes mucho antes de que bajemos a desayunar, ¿podrías hacer eso por mí?

—Lo que mi fantasía desee, yo soy más que feliz cumpliendo cada una de tus peticiones.

Y esa era su mayor verdad, por lo que no reparó en atraer nuevamente ese bonito cuerpo a su regazo, para así abrazarlo y llenarlo de besos lo más que pudiera.

Porque Taehyung merecía eso y más, mucho más.

—Muchas gracias, mi suerte. Te amo.

—Yo te amo más.

Y así una nueva sesión de mimos comenzó, marcando una nueva costumbre en la pareja que se sentía tan bien estando entre los brazos ajenos. Dedicándose miradas llenas de fascinación y compartiendo besos rebosantes de cariño.

💙

Una hora más tarde el par de tortolos había terminado de degustar su último desayuno sustancioso en esa bonita casa en el bosque. Por lo que ahora se encontraban limpiando el desorden que causaron entre jugueteos tontos. 

El menor atrapó a Taehyung entre sus brazos, impidiendo que continuará con su labor, mientras seguía manteniendo el trapo en su mano y sintiendo la espalda ajena contra su pecho.

—Ya Jungkookie, déjame terminar—pidió tratando de sonar serio—. Me falta poco...

—Ya te dije que yo me encargó cariño, ya limpiaste más de lo que debías.

—Es cierto, pero... ¿qué obtengo yo a cambio? —le molestó y Jeon se la pensó antes de responder. Mientras un puchero iba apareciendo entre sus labios.

—¿Un beso?

—Mmm... ¿No se suponía que esos puedo tomarlos cuando quiera?

—Eres muy travieso cuando te lo propones, TaeTae—puntualizó, acariciando el vientre ajeno sobre la tela de su propia playera—. Me sorprendes.

—Ya te lo había advertido, solo tenías que dejar que entrara en confianza—respondió, girando su cabeza para encontrarse con esos ojos tan grandes y bonitos.

—Ya veo, pero ni siquiera así serías capaz de ganarme.

El instinto competitivo floreciendo entre ambos, pues la adrenalina que sentían en dichos momentos era capaz de emocionarles con intensidad.

—¿Así? ¿Por qué?

—Porque solo yo soy más capaz de hablar de ciertas cosas sin avergonzarme tanto como tú. - afirmó, muy cerca de la oreja de Kim, dejando un beso rápido en el lóbulo impropio.

—¿De verdad? —retó expectante, con la piel erizada por la acción de su novio—. Dime un ejemplo, Jungkookie.

—Ayer comprobé lo flexible que podías ser, y eso a decir verdad me gustó mucho.

Una sonrisa ladina acompañó dicha declaración y desde ese momento Taehyung supo que no podía combatir contra eso.

Perdió sin siquiera luchar de verdad, todavía le faltaba tanto como para expresarse de esa manera. Pero siendo sincero, le gustaba mucho la sinceridad del azabache.

—O-Oye... —su boquita imitó a la de un pez necesitado de agua, pero se obligó a recuperase rápidamente—. Eso no es justo, Kookie, fue un golpe bajo.

—Claro que no, solo estoy siendo sincero con mi pareja—se justificó fingiendo inocencia—. Te lo juro, Tae.

—La gente de hoy en día tiene la mente sucia, que terrible...

Jungkook no puedo evitar soltar una sonora carcajada, mientras escondía su rostro en el hombro ajeno. Aspirando el dulce aroma a fresas del jabón del castaño.

—Ni tanto, no creas que no me di cuenta de la cara que pusiste cuando te robé el beso de agradecimiento, de seguro creíste que esos besos los quería en otro lado que no mencionaré solo para que no te pongas tan rojo como un tomate.

—Está bien, lo aceptó—lo mejor era rendirse, pero obvio se aprovecharía de la repentina confianza para pagarle con la misma moneda—. Si lo pensé y si lo hice fue porque ayer noté que te gustó mucho.

—En definitiva, te encanta jugar con fuego.

—Claro, a fin de cuentas, estuve mucho tiempo acostumbrado al agua—le coqueteó, pegando más su cuerpo al ajeno. Ciertas partes encajando como un puzzle, capaz de mandar una corriente eléctrica en sus organismos—. Por eso es que estoy esperando conocer cuál será mi recompensa...

—Creo que ya voy entendiendo lo que quieres, mi fantasía.

—Así me gusta.

—Es una lástima que tengamos que esperar para llevarlo a cabo, pues tenemos el tiempo justo para salir de aquí—se lamentó con un suspiro, acariciando el vientre del castaño.

—Pero quiero que sepas que, si te recompensaré de esa forma, solo que quiero hacerlo lento, por lo que no te queda más que confiar en mi palabra—prometió y arrebató el trapo que seguía estático en el aire, consiguiendo que esa sonrisa coqueta del ajeno se mantuviera por largo rato en tan precioso rostro.

Mientras el azabache se disponía a continuar limpiando, despegándose del cuerpo ajeno, pues quería que su chico se recuperara del ajetreo de la noche anterior para que no resintiera tanto el viaje que debían hacer.

Kim no estaba acostumbrado, sería su primera vez y talvez sería mucho para él, por lo que estaba siendo exageradamente precavido con las energías y ánimos de su fantasía.

—Lo estaré esperando con ansias, cariño.

La pareja se desconoció aquella noche, y ya estaban ansiando mucho más. Porque cuando estás con la persona correcta, tus deseos se vuelven los propios, y compartir una cama puede volverse realmente divertido. Palabras subidas de tono se mezclan con las de amor, y miles de posiciones pueden llevarlos al clímax absoluto.

Minutos más tarde, Taehyung y Jungkook estaban terminar de arreglarse en la habitación pulcramente arreglada que compartieron por días. El castaño arreglaba su cabello, mientras Jungkook acomodaba las últimas cosas en su maleta.

La sala, la cocina, y el baño también se encontraban en las mejores condiciones, tal y como habían sido entregadas al azabache cuando su descanso inició hace un mes atrás.

Una suave música se reproducía en el ambiente, llenando de paz a la pareja que se sentía tan cómoda con el contrario. Sin embargo, el sonido de la notificación fue lo que llamó la atención de Jeon. Tomó su móvil, cortando la canción que Taehyung había comenzado a tararear por lo bajo. El mayor se giró y se encontró con su novio leyendo algo en el teléfono inteligente.

—¿Sucede algo malo cariño?

—No Tae, es solo la notificación del conductor del taxi que pedí.

—¿Taxi? ¿Qué es eso?

—Oh cierto, soy un despistado. 

Jungkook se avergonzó por no haberle explicado todavía cual era el plan que debían seguir para volver a su hogar. Pues conociendo a su chico, lo más seguro es que creyera que debían ir a pie. 

—Para evitar tiempo caminando, hay vehículos que prestan su servicio para llevarte a cualquier lugar que necesites. Por lo que me contacté con este taxi que se encargará de llevarnos hasta la estación de trenes que será lo que nos dejará en Seúl.

—De todas las cosas que me has contado esta se te pasó, Kookie. Pero igual me sigue pareciendo increíble—dejó a un lado el cepillo, y se sentó al borde de la cama un tanto pensativo—. Porque hasta de los trenes ya me habías platicado con anterioridad.

—Lo sé. Es que son tantas cosas que por más que traté de hablarte acerca de eso, he terminado olvidándolo. Sin embargo, pronto podrás conocer todas esas maravillas con tus propios ojos—lo animó, acercándose lo suficiente para tomarle de las manos y dejar cariñosos besos en sus nudillos—. Solo espera un poquito más, fantasía.

—Créeme que eso es lo que mejor se me da, pero... ¿ya debemos irnos?

—En unos veinte minutos aproximadamente Tae—informó, para de inmediato incorporarse, tomar el cepillo de su chico, y guardarlo en la maleta que yacía en el suelo para finalmente cerrarla—. Pero lo mejor es que ya salgamos para esperarle cerca de la carretera.

—Bien. Entonces vámonos, mi suerte.

Como la pareja dijo, bajaron por las escaleras con dirección a la primera planta, sumidos en un nuevo tema de conversación mientras el joven de piel nívea revisaba por última vez que todo estuviera en su lugar.

—Esa noche me olvidé de preguntarte, ¿por qué terminaste confesando que eras un doncel?

—Por la confianza que sentí contigo, y porque me volví más consciente de que en la actualidad ya no éramos vistos como seres sin valor. Lo comprobé con Jimin-ah y lo reafirmé con Seokjin hyung.

—Ya me lo había imaginado. Casualmente ese detalle tampoco pudo pasar desapercibido para Namjoon y Seokjin hyung, pues me lo terminaron comentando en el momento en que te desmayaste.

—¿De verdad? ¿Y qué te dijeron al respecto? ¿Se molestaron porque lo oculté? Yo ni siquiera supe como tocar el tema cuando lo mencionaron.

—Claro que no—negó con un movimiento de cabeza, y entrelazó su mano con la ajena—. Ellos fueron sumamente comprensivos al respecto, pero Seokjin se sorprendió gratamente ya que, si bien en la leyenda que habla acerca de tu historia, no está explícito ese detalle en particular, si se remarca que poseías una condición que era la que el desgraciado de Seojoon repudiaba como para hacer lo que te hizo. Pero gracias al recuerdo del abuelo es que lo confirmó.

—Ya veo... De lo que uno se entera a estas instancias—bromeó para alivianar el ambiente. Era la primera vez en la que ni la mención de Seojoon podría cambiar su ánimo, por fin estaba en absoluta paz—. Me alegra saber que no tendré que volver a ocultar mi condición nunca más.

—Así es, cariño, jamás tendrás que pasar por algo así. 

Jungkook afirmó, y Taehyung le siguió de cerca, quedando cara a cara después de salir por la puerta de la preciosa casa—. Y a partir de hoy viviremos el día a día con calma, sin prisas. Disfrutando cada momento como si fuera el último.

Kim movió la cabeza, estando completamente de acuerdo. Ya no más soledad, arrepentimientos, ni sufrimiento. Tan solo amor, confianza, comunicación y momentos que les harían seguir creciendo como buenas personas.

—Pero de lo que sí estoy seguro es que eventualmente contraeremos matrimonio, y tendremos una preciosa familia—el castaño le observa con ojos brillantes y el menor no puede contenerse por lo que le roba un dulce beso, que hace suspirar al joven de piel canela.

—Es de las cosas que más deseo. 

Jeon afianzó su agarre en la cintura ajena ante tan linda declaración—. En serio quiero volverme tu lugar seguro, Jungkookie.

—Desde que te conocí ya te habías vuelto mi lugar seguro, hyung bonito.

—Gracias por decírmelo, pero no soy tu hyung, soy tu novio.

Taehyung volvió acercar su rostro solo para morder el belfo ajeno, queriéndose ver molesto por el hecho de que su chico le llamó "hyung" cuando ya estaba más que acostumbrado con su trato informal. Y cuando se separó, el menor le observaba sorprendido por tal atrevimiento. Realmente estaba ansiando llegar a casa y cumplir su palabra.

—Eso es para que aprendas a no decirme así, prefiero que me llames fantasía.

—De acuerdo, pero si esa será tu respuesta, tal vez lo siga haciendo solo para provocarte.

—Eres malo, Jungkookie, eso no se quedará así.

—Por supuesto que no, pronto tendremos la revancha, TaeTae.

Jungkook se alejó solo para para cerrar la puerta detrás suya, teniendo la mirada profunda del mayor sobre sí. Le ofreció su mano una vez más, y Taehyung la aceptó con gusto, mientras con la otra tomaba su equipaje.

Ambos hicieron contacto visual para después observar por última vez el lugar que los acogió en ese tiempo tan inolvidable para los dos.

Y con esa simple acción, se despidieron de la aventura en la que se vieron envueltos. Dejando atrás ese triste pasado, pero también del comienzo de un bello amor destinado a florecer en un bosque.

Siendo la mayor suerte y fantasía que ambos pudieron vivir.

Continuará...

Espero les haya gustado el capitulo, Tae y Koo ya aclararon todo y están más que dispuestos a cargar con la responsabilidad de un bebé. Así que vayan preparándose para ser madrinas/padrinos de la bendi.  Esto ya está acabándose y me duele en el alma, pero la aventura ha valido la pena.

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