Park Seojoon era un hombre sumamente frio y calculador. Por lo que no le pareció mala idea aprovecharse del hijo mayor de la prestigiosa familia Kim. Así que poniendo en marcha todas sus viles artimañas fue que consiguió información acerca del bonito castaño de sonrisa cuadrada y piel canela. Pero siempre teniendo en cuenta que debía ser cauteloso para ganarse su confianza poco a poco y, por ende, que no sospechara de sus planes.

El primer paso era conquistarlo, y cuando lo tuviera a su disposición lo sacaría del camino, haciéndose con toda la fortuna que el joven traía consigo por ser parte de los Kim.

El hombre vio la oportunidad perfecta para aprovecharse cuando se enteró que el doncel era un prodigio de los bordados. En definitiva, Taehyung era la victima perfecta, porque un simple intercambio de palabras fue suficiente para que pudiera notar que el susodicho era un inexperto en el tema del amor. Pues gracias a su condición de doncel, el menor se volvió alguien muy inseguro, y de cierta manera sus padres contribuyeron a que se creyera indefenso ante ese mundo cruel que vivía de apariencias.

Sin embargo, también tenía muy presente que los progenitores del castaño estaban un tanto desesperados por casar a su hijo, antes de que nadie quisiera desposarlo por su edad. Ya que en esa época el matrimonio era símbolo de valía en el caso de las mujeres y donceles, a los cuales la sociedad veía como muy poca cosa, siendo incapaces de sobresalir y sobrevivir por cuenta propia sin tener a un "hombre" a su lado.

Por eso cuando Park logró conocer a la familia de su pareja, estos ni siquiera lo pensaron dos veces antes de recibirlo con los brazos abiertos.

¿Por qué quién podría pensar mal de alguien tan caballeroso, inteligente y que aparentemente hacía muy feliz a su hijo?

Nadie, porque muchas veces estas personas son maestros de la manipulación y el engaño. Son gente que vende una imagen de perfección, porque desde pequeños estuvieron acostumbrados a que esa era la mejor forma para poder beneficiarse al sacarle provecho a gente inocente.

Por eso el dicho de las apariencias engañan, o caras vemos, corazones no sabemos eran la más pura verdad. Pues en el momento menos inesperado, se puede recibir una puñalada de quien menos te lo esperas.

Seojoon era huérfano. Nadie le enseñó lo que eran los valores. No conocía la empatía, mucho menos lo que significaba amar a alguien sin querer nada a cambio.

Por lo que desde muy pequeño y con su mente rota, creyó que lo mejor sería volverse un vividor que fuera detrás de las mejores presas. Adueñándose de lo que les pertenecía para luego desecharlas como basura. Y sí volverse un fugitivo que escapaba del problema, para una vez más buscar a otra persona que le fuera de utilidad en sus planes.

Su modus operandi era demasiado práctico a su concepto, obteniendo los mejores resultados sin siquiera esforzarse de verdad.

Ya que con el pasar del tiempo, aprendió todo tipo de tácticas de personas que serían igual o más miserables que él. Su léxico se llenó de labia, y su belleza externa jugó un gran papel cuando se trataba de conquistar a mujeres, a las que luego dejaría abandonados en la absoluta pobreza. Con los sueños destruidos y el corazón roto, mientras él ocupaba la nueva fortuna conseguida como una inversión para su próxima víctima.

¿Y cómo lo hacía? Regalándoles todo tipo de cosas a modo de cortejo, hasta llegar a un punto donde solo les ofrecía su compañía y manipulándolos a tal punto de que la otra persona se sintiera en la obligación de regalarle algo también. Con la promesa de que pronto su situación mejoraría, y podría continuar mimándolos de esa forma.

Acción que también llevó a cabo con el inocente Taehyung, su primera víctima doncel que cayó de lleno en sus redes de mentiras, consiguiendo que este se volviera su prometido en cuestión de meses.

Al que por derecho le correspondía sus riquezas de darse el caso de una desgracia.

Desgracia que todavía en ese tiempo seguía planeando, porque a pesar de todo el doncel era muy amado y si daba un paso en falso, todo su plan podría desmoronarse. No obstante, Park confiaba en sus habilidades y en que su creatividad le daría la solución perfecta para deshacerse de Kim.

Pero no todo era perfecto, y pronto Seojoon lo descubriría.

—¿Por qué tus padres quieren que esperemos más antes de casarnos? —cuestionó con cierta molestia en la voz, detalle que sorprendió al castaño frente suyo. Ya que era la primera vez que su novio se ponía de esa forma—. ¿No se suponía que ellos eran los más interesados en que por fin su hijo mayor contrajera nupcias con alguien decente?

—Claro que sí. No te enojes por eso, Seo—pidió con cierto toque de angustia ante el comportamiento de su pareja—. Es solo que...

—¿Qué cosa, Taehyung?

El mencionado pasó saliva un tanto incomodo por la fuerte mirada del ajeno. De un momento a otro parecía que hubiera desaparecido el hombre con el que más seguro se sentía y eso no le agradaba. Le estaba poniendo de los nervios.

—Mis padres te adoran—aclaró con seguridad—. Pero también quieren que nos tomemos esto con calma, que aprovechemos a conocernos más para que así nuestra convivencia cuando estemos casados sea la mejor.

—Aunque no lo creas esta situación está hiriendo mi orgullo—se victimizó, porque era lo mejor que sabía hacer. Lástima que el castaño era tan ciego para ver lo obvio—. Porque me siento impotente al no poder vivir lo más pronto posible a tu lado como tu marido.

—Seo...

Hace apenas unos meses la pareja había comenzado una relación, pero a este paso ya se iba a cumplir un año y Park no quería seguir esperando más. Ya no aguantaba seguir fingiendo sus sentimientos por Taehyung. Mucho menos ahora que había encontrado a la mujer que quería como madre de sus hijos.

La bonita y risueña Minyoung, una jovencita que lo cautivó desde que aquel día en que cruzaron miradas en la plaza de comercio, cuando él se encontraba haciendo algunas compras.

Por lo que teniendo en cuenta que viviría cómodamente por un buen tiempo con la herencia de Taehyung, por fin podría dejar de buscar personas para estafar y así sentar cabeza para tener su propia familia.

Sí, ese era su nuevo objetivo y nada le detendría para cumplirlo. Así tuviera que ensuciarse sus propias manos para lograrlo.

Seojoon desvió la mirada, como si estuviera a punto de llorar. Taehyung le observaba con tristeza y sorpresa. Jamás imaginó que tuvieran una discusión por algo así. Porque siendo sincero, la causa era una gran tontería.

—De verdad es como si yo ahora fuera muy poca cosa y se estuvieran replanteando si entregarte a mí en matrimonio.

—¡Qué dices! —le reclamó dolido por las acusaciones a sus progenitores—. Eso no es así, es por nuestro bien. Solo quieren que nos amemos más de lo que ya lo hacemos. No deberíamos estar discutiendo por esto.

—Está bien, Taehyung, con esto solo me estás demostrando que te importa muy poco lo que siento.

—¿Perdón?

Manipular era lo que mejor se le daba, pero Taehyung ni siquiera era consciente.

—Lo que escuchaste, parece que solo soy yo el que está anhelando nuestro matrimonio y eso me duele mucho—declaró con fingido pesar y el castaño negó repetidas veces, acercándose lo suficiente para poder encararlo de mejor manera.

—Eso no es cierto y lo sabes, Seo.

—Entonces demuéstramelo.

—¿Cómo? —preguntó en medio del silencio de aquel paseo nocturno que decidieron tomar como ya era costumbre para ellos—. No entiendo cómo puedo hacer eso.

—Escápate conmigo. Casémonos en secreto, y cuando volvamos ambos enfrentaremos juntos a tus padres—propuso con determinación, como si segundos atrás no hubiera estado a punto de llorar—. Acéptalo y olvidaré las inseguridades que el comportamiento de mis suegros provocó en mí.

—No lo sé... No quiero mentirles. Son mis padres. 

—Será una mentira piadosa porque lo estarás haciendo por amor. ¿Acaso no sabías que las mayores locuras se hacen por esa razón?

—Tal vez tienes razón—el castaño bajó la mirada, realmente no sabía si era la correcto. Aunque una parte de sí mismo también le exigía que hiciera caso, porque no había nada de malo en querer adelantar algo que pronto iba a pasar, ¿no?

Seojoon y él se volverían esposos, así que para que perder más el tiempo. 

—La tengo precioso, pero no por eso lo haremos mañana mismo—le tranquilizó, tomándolo del mentón para que cruzaran miradas—. Déjame planearlo todo y cuando esté listo nos daremos esta escapada que te prometo será inolvidable.

—Bien...

—Así me gusta, TaeTae. Tú mismo me habías comentado que no querías nada muy ostentoso y que fuera privado. Y eso es lo que tendrás.

—Pero no estarán ni mis padres ni mis hermanos—refutó sin querer, Seojoon se estaba conteniendo para no hacer una tontería. Detestaba cuando Taehyung dejaba de ser el sumiso que debía ser. Su personalidad a veces se volvía muy fuerte de golpe, y le fastidiaba.

Lo que no sabía Park, era que esa siempre fue la personalidad del castaño, pero con él la reprimía por miedo a perderlo.

A fin de cuentas, era la máscara que se había puesto así mismo para evitar un destino en soledad, al creer que, si dejaba una oportunidad como la que le brindaba Seojoon, nadie más se interesaría en él.

Que equivocado estaba.

—Pero estaré yo, el amor de tu vida y eso es suficiente, TaeTae.

El mayor lo atrajo hacia sí, sosteniéndolo fuertemente de la cintura hasta que sus rostros se quedaron a pocos centímetros de distancia.

—Solo confía en mí. Luego podremos celebrarlo con ellos y asunto arreglado.

Taehyung asintió, rendido. Y de paso recibiendo un beso que parecía querer entregarle un poco de calma, y hacerle olvidar el pequeño malestar sentido.

Lo mejor era no seguir echándole más leña al fuego. Le haría caso a Seojoon y ya. Pues su prometido nunca podría recomendarle algo que luego le hiciera un daño mayor, ¿verdad?

Obvio no, porque lo amaba y solo buscaba su felicidad. Y si esa felicidad aumentaba contrayendo nupcias lo más pronto posible no tenía nada que perder.

Un día después de aquel acuerdo con el hijo mayor de la familia Kim, Seojoon se encontraba bebiendo unos tragos con uno de sus amigos en el hogar del susodicho.

El alcohol era lo que necesitaba para calmar el estrés que había provocado su imprudencia, pues a este paso si no se le ocurría nada interesante, tendría que ensuciarse las manos. Fuera por lo relajado que estaba, o por el simple hecho de sentirse en confianza, terminó confesándole sus verdaderas intenciones al hombre con el que compartía aquel vino de arroz.

Y este en lugar de sonar sorprendido o si quiera asustado por los alcances que Park parecía tener, solo rio con ganas.

—Ya lo has engañado suficiente, le estarías haciendo un favor si lo desapareces del mapa.

—Hasta para alguien como yo me parece demasiado fuerte llegar a esos extremos, pero si no me queda de otra, pues ni modo.

—Mmm... Creo que tengo la solución perfecta a tus problemas.

—¿Cual? Claro, si es que se puede saber.

El hombre asintió repetidas veces y luego murmuró—. Prueba suerte con una bruja. En estos tiempos muchas cosas se resuelven con ayuda de maldiciones.

—¿Tú crees? Pero ni siquiera conozco a alguna.

—Yo sí tengo el contacto de una que parece ser muy buena con su trabajo, pero deberás engañarla a ella también.

—¿Y eso por qué? —interrogó con curiosidad. Sus ojos se habían abierto mucho más por lo expectante que se encontraba—. Explícate mejor.

—Porque según ella solo ejecuta maldiciones contra personas que se lo merecen. Nunca se mete con inocentes. Pero sé que lograrás convencerla, a fin de cuentas, parece que el tema de engañar se te da de maravilla.

—Tienes razón, no pierdo nada con intentar. Muchas gracias.

—Un placer—respondió, mientras una vez más se servía más de ese delicioso alcohol—. Ahora brindemos por esa herencia que pronto estará entre tus manos, y con la cual reconocerás mi valiosa ayuda.

Seojoon rodó los ojos y le dio la razón. Contento por la ayuda que el contrario le estaba ofreciendo. Que suerte. 

—Está bien, solo porque eres un buen amigo en el que sé puedo confiar.

—Por supuesto, lo puedes hacer con los ojos cerrados, Seo.

Sí, ese era el mismo amigo que años después lo traicionaría, contándole todo lo que sabía a su mujer.

Porque entre escorias humanas jamás ha existido algo como la lealtad. Ellos no la conocían, y por esa misma razón es que eventualmente la vida se encargaba de ellos.

Pasaron tres días para que Seojoon pudiera dar con la bruja que su amigo le había recomendado, y con ello tenía que realizar la mejor actuación de toda su vida.

Ya sabía lo que debía decirle, lo había practicado muchas veces.

Así que estaba más que seguro de que la dichosa mujer caería en su trampa.

—Pasa por favor—pidió la mujer, y el mencionado acotó la orden con obediencia.

Sus ojos no tardaron en captar la silueta de la bruja Moon Byulyi. Era muy atractiva, su cabello era oscuro y su piel pálida. Su semblante era serio, pero no por eso menos hermoso. Vestía un hanbok sencillo de color azul, y un pequeño adorno de flores rosadas reposaba con gracia sobre su cabeza, recogiendo la que parecía ser una larga cabellera.

—¿Usted es Byulyi-ssi?

—La misma—dijo escueta, con un rostro completamente serio—. ¿Con quién tengo el gusto?

—Park Seojoon, un placer.

—Bien, Park Seojoon. Mi ayudante ya me avisó con anterioridad que el motivo por el que me visitas no es para que te recete alguna medicina natural o te haga una limpia, sino más bien deseas maldecir a alguien.

—Me alegra que podamos ir directo al punto.

—Siempre es así conmigo, pero soy una mujer que trata de mantenerse en un perfil bajo por seguridad. Así que debes estar al tanto de que yo hago maldiciones a cualquier persona.

—Lo tengo presente, esta persona me traicionó y por eso es que merece un castigo.

—Ya veo—la mujer acomodó su cabello, sin dejar de escudriñarlo con sus ojos claros—. Si me pareces convincente, tomaré tu caso y actuaré cuando tú me lo digas.

—Bien, entonces comenzaré desde el principio...

Una semana después, Byulyi se encontraba cerca de un lago que adoraba visitar. Su mirada estaba perdida en el agua cristalina mientras el silencio lo ocupaba todo. Estaba más que lista para actuar en nombre de Park Seojoon, por lo que con paciencia esperaba a que el susodicho llegara junto al doncel que tanto daño le había hecho.

La bruja no tenía motivos para desconfiar por parte del hombre que buscó tan desesperadamente su ayuda, pues en ese tiempo eran contadas las personas que le pedían esos favores. Moon siempre fue muy cautelosa para evitar cualquier situación desagradable, así que por obvias razones Park debía ser de absoluta confianza, ¿verdad?

Alguien conocido seguramente lo envió con ella, por lo que podría ejercer su trabajo sin problema.

Byulyi hubiera seguido perdida en su propia mente de no ser porque escuchó unas voces a lo lejos. Había llegado el momento de actuar. Como pudo se escondió detrás de un árbol, lo más alejada que pudo y observó cómo Seojoon llegaba con un jovencito más bajo de estatura, piel canela, cabello castaño y facciones etéreas.

El discurso de Park sin duda comenzaba a cobrar mucha más veracidad solo con ver la apariencia del doncel.

Luego de unos minutos, la mujer notó como la cara del joven cambiaba y ahora mostraba completo pavor. Seguramente el hombre le confesó el motivo por el que lo llevó hacia lo más profundo del bosque. Pero lo cierto es que no había escuchado nada de nada porque la pareja estaba discutiendo en susurros.

Sin embargo, poco le importaba. Solo debía concentrarse a cuando Seojoon le diera la señal para actuar. Y eso sería justo cuando la luna estuviera más brillante en el firmamento nocturno.

Mientras tanto, Taehyung durante todo el camino estuvo con un sentimiento de culpa en el corazón. Realmente iba a engañar a sus padres y hermanos, escapando con su prometido en lugar de esperar como se lo habían pedido. Y lo peor era que sería en vísperas de su cumpleaños.

Se iban a casar a escondidas, y lo más probable es que su familia no se lo perdonara jamás.

Pero era un pedido de quien sería su esposo. Y él no se podía negar a eso. 

No cuando se suponía que era por amor.

Así que dio lo mejor de sí mismo para convencerse de eso, Seojoon jamás le haría hacer algo que lo perjudicaba porque lo amaba. Sí, eso era impensable.

Pero cuando el mayor se detuvo, provocando que también el castaño se quedara quieto y por fin levantara el rostro para visualizar donde se encontraba, no pudo evitar que se le secara la garganta.

Lo estuvo siguiendo por más de una hora, totalmente ido. Creyendo que llegarían al otro lado de la ciudad, pero estaban en un bosque.

¿Acaso se desviaron del camino y ahora estaban perdidos?

—Seo, ¿Dónde estamos? —cuestionó con preocupación. Moviendo su cabeza de un lado al otro, con confusión y nerviosismo—. Ya es de noche, y esto no parece ser un lugar muy seguro...

—Porque no lo es. Estamos tan adentro del bosque que nadie podría escuchar nada—murmuró con tranquilidad.

—¿De qué estás hablando? —respondió en un susurro, queriendo soltarse del agarre que el contrario ejercía sobre su muñeca—. Suéltame, me estás lastimando.

—No lo haré, querido, porque esto es lo que te mereces. Al fin podré deshacerme de ti, no sabes el asco que me da haber estado con alguien como tú.

El hombre giró su cuerpo, para poder enfrentar cara a cara al pobre doncel que temblaba del miedo. Aquello le dio satisfacción.

—E-Esto no es divertido, Seojoon.

Su voz salió tan baja, que por un instante Taehyung temió que solo hubiera sido un pensamiento de su parte. Pero cuando vio la sonrisa retorcida que el mayor le estaba dedicando, supo que lo escuchó a la perfección. Su piel estaba tornándose pálida por la angustia que le abordaba.

—Me desharé de ti y me quedaré con tu fortuna, mi adorado prometido. Realmente me alegra que hayas caído en mi trampa, porque eras un gran premio—aseguró, dejando paralizado al menor—. Te hice un favor, aunque haya sido una mentira—con burla expresó su verdadero pensamiento acerca de su persona—. Muy pocos son los que se arriesgan a tomar en serio a los donceles, porque ustedes son un error de la naturaleza y eso nunca cambiará.

Esto era un horrible sueño se decía. No podía creer que fuera real. Pero mientras más escuchaba, más se convencía de la cruda realidad.

—Entonces nunca me amaste...

—Por supuesto que no, soy muy bueno para fingir, TaeTae. Pero, ¿sabes qué? Gracias a la herencia que ganaré solo por ser tu prometido, haré mi vida junto a la mujer que amo y que cargará con mis hijos.

—Eres una escoria, Park Seojoon. Me arrepiento del día en que te dejé entrar en mi vida.

El doncel musitó con verdadero asco por sus hirientes palabras. Todo había sido un juego. Tal y como sus hermanos le dijeron incansables veces, el hombre eventualmente le mostraría su verdadera cara. Y por más que el miedo estuviera reflejado en su rostro, tuvo el coraje suficiente para desahogarse.

—Insúltame todo lo que quieras, igual nadie te creerá y tampoco es como que si fueras a regresar con tu familia.

Park declaró con la mirada ensombrecida, provocando que la piel del castaño se erizara al comprender lo que el hombre le había dicho desde un inicio.

El alejarlo de su hogar fue una excusa para que nadie supiera lo que estaba a punto de sucederle. Lo más probable es que Seojoon se haría el desentendido cuando sus padres iniciaran su búsqueda o hasta les prestaría su ayuda para darle más credibilidad al amor que decía profesarle.

—¿Vas a acabar con mi vida? —preguntó, llegando a sentirse un poco mareado. ¿Qué rayos le estaba pasando? —. E-Eres un desgraciado, esto no se quedará así.

—Haré algo mejor para evitar ensuciarme las manos contigo. Y créeme que esto si se quedará así. A fin de cuentas, no eres la primera persona a la que le hago esto.

—Te odio Seojoon...

Las fuerzas comenzaron a escapársele como arena entre los dedos. Recordando que antes de que emprendieran su camino, Park le ofreció beber un poco de té. ¿Acaso estaba envenado o simplemente lo haría quedarse dormido?

—Vaya, la pócima ya está haciendo efecto.

El doncel apenas podía mantenerse de pie, por lo que el mayor lo tomó entre sus brazos al notar que había dejado de poner resistencia.

—Eso es, buen chico. En unos segundos más tampoco podrás hablar y tus ojitos no tardarán en cerrarse—informó, mientras el castaño sentía en carne propia todos esos síntomas—. ¡Ahora pagarás por tu traición, Kim Taehyung!

Los ojos de Kim apenas se mantenían abiertos cuando gracias a esas palabras una fémina apareció entre los frondosos árboles, que se encontraban a una considerable distancia de ellos.

Esa fue la señal que la bruja estuvo esperando por varios minutos.

Con la cual estaba más que dispuesta a actuar.

—La poción ya dio efecto, lo que hará esto mucho más fácil. Así evitamos que ponga resistencia.

—Sí, una vez más gracias por todo—la mujer asintió a lo que Park dijo, y le dio la orden de que acomodara a Taehyung cerca del lago. Cuando lo hizo, lo único que Taehyung podía hacer era escuchar lo que sus victimarios decían.

—Falta un minuto para que sean las doce, así que empezaré ahora—avisó, pues la luz de luna era un elemento que aprovechaba al máximo cuando se trataba de lanzar una maldición. Aquella luz era tan fuerte y efectiva como para no ser utilizada. Seojoon estuvo de acuerdo, curioso por el procedimiento que la bruja realizaría—. Bien, Kim Taehyung, este castigo se te impondrá por hacer sufrir a tu prometido cuando le debías fidelidad.

La mujer rememoró el día en que Seojoon le contó sus motivos para vengarse de Taehyung, hasta había llorado. Y le pareció tan conveniente que por eso estaban ahí.

Parecía que Park descubrió que Taehyung lo había estado engañando con varios hombres, pues se aprovechaba de sus encantos para seducirlos. Convirtiéndolo en un adúltero, lo que estaba muy mal visto en esa época.

La bruja comenzó a recitar algo en un idioma que ninguno de los otros dos presentes conocía, al mismo tiempo que sacaba una daga de su hanbok, y cortaba su mano para que el líquido carmesí cayera en el agua. Tiñéndola de manera momentánea.

Park observaba el panorama fascinado, pero sobre todo satisfecho al ver que su plan salió a la perfección.

Taehyung se sentía tan liviano gracias a su cuerpo adormecido. No obstante, sintió como la fémina lo tomaba entre sus brazos con la intención de lanzarlo al lago.

Sí, todo terminaba aquí. Él sería encontrado ahogado, y todas sus ilusiones ser irían como su propia vida.

Seojoon no mintió cuando le dijo que no sería él quien se ensuciaría las manos. Sin embargo, antes de que terminara de aceptar su triste destino, la mujer le susurró algo en el oído.

"Desde ahora cuidarás este lago, serás su espíritu guardián, pero cada luna llena podrás recuperar tu cuerpo físico como recompensa. Esperando a que, si el universo lo quiere, se apiade de ti".

Y después de eso, todo fue oscuridad.

—Listo. Mi trabajo está hecho—anunció y el hombro no demoró en acercársele para hacerle una reverencia, para luego entregarle el dinero que habían acordado en una bolsa—. Taehyung ha desaparecido de tu camino, por lo que tendrás una nueva oportunidad para comenzar desde cero luego de su traición.

—Mil gracias, lo digo en serio. Le juro que aprovecharé al máximo a pesar del dolor que me causó—expresó cínico. Queriendo mantener un semblante afectado aun cuando había hecho tremenda maldad—. Nunca quise que algo como esto pudiera suceder, pero él se lo buscó al querer pasarse de listo con nuestra relación.

La bruja asintió con simpleza. No queriendo seguir en la conversación, porque cierta parte en su interior le decía que haber hecho era una forma de actuar muy drástica. Por más que en esta época era de lo más normal resolver lo que más se pudiera con maldiciones, amarres o embrujos, por lo que tendría que aprender a vivir con ello.

Para Seojoon no pasó desapercibido este hecho, así que dejó de insistir y luego de despedirse con un ademan, la bruja se marchó por donde vino.

Su vista se posó en el lago, buscando algún indicio del cuerpo del doncel, pero no había nada. Realmente desconocía en qué consistiría la maldición que sufriría Taehyung, pero con el simple hecho de que este dejara de interferir en sus asuntos estaba más que satisfecho.

Así que, sin querer darle más vueltas al asunto, el hombre se fue del lugar preparándose mentalmente para las respuestas falsas que debería dar.

Porque su prometido, el hijo mayor de la familia Kim había desaparecido, y él podría ser uno de los primeros sospechosos. Era una bendición del universo contar con una coartada gracias al mismo amigo que le recomendó el trabajo de la bruja.

Y así fue que sucedió.

Al día siguiente los padres de Taehyung aparecieron en su hogar, muy desesperados. Preguntando si tal vez el chico había pasado la noche con él, algo que también era inaceptable para la época porque los mujeres y donceles debían mantenerse puros hasta el matrimonio. Pero encontrándose en una situación tan desesperante y desoladora, los Kim podían dejarlo pasar. Lo único que querían era saber si su hijo estaba bien. 

Porque en esos tiempos todo era un peligro.

Seojoon se hizo el sorprendido y alegó que estuvo tomando unos tragos hasta perder la conciencia en la casa de un amigo, y que apenas se encontraba regresando a su hogar. Los mayores confiaron ciegamente en él, pero de cierta forma los hermanos de Taehyung le observaban con recelo, no creyendo en su versión.

Nunca lo aceptaron como la pareja de su hermano, ni tampoco pensaban hacerlo a pesar de que contrajeran nupcias. Sus miradas eran tan pesadas y juzgadoras que por un momento Seojoon temió que su plan se fuera por la borda, porque si alguien les llegaba a creer a esos estúpidos mocosos, estaría perdido.

Pero como no existían testigos, le fue fácil salirse con la suya.

Nadie lo culpo de nada, y hasta prestó su ayuda en la búsqueda, mientras eventualmente se iba acercando a la mujer que tomaría como su esposa. Eso sí, evitando ser lo más obvio posible.

Solo tuvo que resistir unos meses antes de que como las familias acostumbraban, le entregaran la parte de la herencia que le pertenecía a Taehyung. Con la que se suponía comenzaría su vida aparte junto a su marido. Algo que nunca sucedió.

El hombre para disimular actuaba como el más afectado, hasta que fue alejándose de la familia Kim, para así comenzar su nueva vida junto a la mujer de la que se había enamorado.

Esa pobre inocente que cayó en las garras de un mentiroso. Pero a pesar de ello, nunca se corrompió y cuando se enteró de la verdad, no le importó nada más que hacer justicia por ese doncel al que se le arrebató todo.

Realmente es una suerte que sigan existiendo personas buenas en el mundo, y que con mínimos actos te pueden demostrar la bondad de sus almas. Porque muchos pueden decir tantas palabras que luego se las lleva el viento, pero son contados los que actúan de buena fe y graban una parte suya en los corazones ajenos.

Y este fue el caso de Jeon Minyoung, quien gracias a su corazón puro fue capaz de conseguirle una nueva oportunidad a Kim Taehyung.

Aquel jovencito que sufrió al volverse un espíritu. Su cabello se había vuelto celeste, su cuerpo ahora carecía de textura y lo que lo volvía humano había desaparecido.

Ya no podía conciliar el sueño ni sentir hambre. Ni siquiera podía conseguirlo cuando volvía a su forma física en luna llena, y a esta instancia no sabía si eso era una bendición o una maldición.

A este paso lo único que le faltaba era comenzar a carecer de sentimientos.

Sin embargo, el universo parecía no querer ser nada benevolente con él.

Porque aquel dolor en su alma solo incrementaba con el pasar de los días.

Pero sin duda empeoró cuando Taehyung fue consciente de que cualquier persona que entrara al bosque lo ignoraría, así contara con su cuerpo real. Nadie lo podía ver o escuchar, lo que dio como resultado su sufrimiento en soledad. 

Cantando para sí mismo cada una de sus penas, acompañadas por tristes melodías que se imaginaba en su cabeza. Con el deseo de que alguien, no importaba quien fuera pudiera escucharle, aunque fuera una vez.

No pedía nada más.

Eventualmente sucedió, pero jamás imaginó que sería un joven de cabello azabache y sonrisa de conejito. Pero siendo sincero, desde el momento en que ambos cruzaron miradas, de forma inconsciente Taehyung le agradeció al cielo por esa segunda oportunidad. 

Porque tal vez, solo tal vez, la llegada de Jungkook significaría recuperar la esperanza perdida.

Y si así era, quizá todos sus lamentos habían valido la pena.

💙

Taehyung abrió los ojos repentinamente. Con su pecho subiendo y bajando gracias a que su respiración se aceleró al revivir su pasado. La bruja posó una mano sobre su hombro, como si con eso quisiera tranquilizarlo.

—En serio lamento todo lo que sucedió—se disculpó—. Fui cruel y debí asegurarme de que no fuera una mentira, pero el discurso de Seojoon fue demasiado creíble.

—Lo hecho, hecho está—le cortó Taehyung cuando pudo tranquilizarse—. Ahora la situación es mucho más clara para mí. Seojoon fue un desgraciado desde antes que yo lo conociera, y si no hubiera sido yo, de todas formas, otra persona sería la que ocuparía mi lugar.

—Seguro, pero de todo corazón espero que saber la verdad te ayude a cerrar más rápido cualquier herida que siga abierta.

—Confió en que así será, y al menos esta vez contaré con el apoyo de alguien muy especial.

En su mente la imagen de Jungkook apareció, y con ello todos los lindos momentos que había vivido a su lado durante el último mes. Esbozó una sonrisa luego de tomar aire por la nariz, sintiendo su corazón menos pesado. Esto era lo que necesitaba desde un principio.

Saber que no había tenido la culpa de nada. Simplemente se topó con la persona incorrecta y se vio envuelto en una situación desagradable, pero eso cambiaría gracias a la nueva oportunidad que le estaba dando la bienvenida a su final de ensueño.

—Lo sé, Jeon será un buen compañero de vida, tal y como tus hermanos querían.

—Estoy seguro de que ellos lo hubieran aprobado a pesar de mostrarse celosos conmigo.

A pesar de su sonrisa, sus ojos se habían vuelto tristes. Ese arrepentimiento sería algo con lo que tendría que cargar hasta su último suspiro, o bueno, eso era lo que creía.

—¿Por qué mejor no les preguntas tú mismo? Espero te guste este regalo.

—¿Qué...?

El doncel le dedicó una mirada extrañada por sus palabras incoherentes, pero no pudo decir nada más después de ver lo que sucedió cuando la bruja chasqueó los dedos.

Frente a sus ojos aparecieron sus hermanos. Manteniendo la misma apariencia de la última vez en la que los vio. Sin duda eran ellos, pero se encontraban en una forma espiritual, muy parecida a la que él tuvo por tanto tiempo.

—Taesung, Taejun... —el castaño volteó el rostro para encontrar respuestas con la bruja, sin embargo, esta parecía no querer decirle nada, y solo con sus ojos le incitaba a que se dejara llevar por su corazón—. ¿E-Esto es real?

—¡Hermano!

Los jóvenes exclamaron al unísono, acercándose lo más que pudieron. Tan felices, pero lamentando que su hermano mayor no pudiera estrecharlos entre sus brazos como años atrás hacía.

—¿Cómo es esto posible esto? —cuestionó con severidad a la fémina—. No juegues así conmigo.

—No es ningún juego, Taehyung, ellos son tus hermanos. Bueno, sus almas las cuales justo ahora se encuentran el purgatorio esperando su turno para reencarnar.

—Sí, hyung. La bruja nos ayudó para poder conversar contigo así fueran por unos minutos—aclaró el mayor de los mellizos—. Así que no temas.

—¿No se supone que nadie puede recordar lo que paso en anteriores vidas?

—Al encontrarse en el purgatorio si se puede, pero por favor Taehyung deja de hacer tantas preguntas y aprovecha esto que estoy haciendo con mis últimas fuerzas.

El doncel asintió a lo que Byulyi dijo, y decidió concentrarse en esos chicos a los que seguía amando a pesar de haber cometido tantos errores con ellos. Tenían poco tiempo para decirse todo lo que sus corazones necesitaban expresar.

—Mis niños, por favor perdónenme. Ustedes siempre tuvieron razón con respecto a Seojoon, pero nunca les hice caso y hasta los traté mal—los ojos del mayor se volvieron cristalinos por las lágrimas que amenazaban en salir, pero aun así los menores no dejaban de verlo con mucho cariño—. Soy el peor hermano.

—No digas eso, hyung—pidió Taejun—. Fuiste el mejor, y aunque te dejaste deslumbrar por ese hombre, la vida te está otorgando un nuevo comienzo que sabrás aprovechar.

—Así es, hyung, nosotros te perdonamos—aseguró Taesung—. Sé muy feliz al lado de Jungkook...

—¿U-Ustedes saben sobre él?

—Por supuesto. La bruja nos comentó absolutamente todo—respondió el menor de los Kim con una pequeña sonrisa—. Y que sepas que lo aceptamos, porque él se enamoró de ti cuando no tenías nada que ofrecerle. Con tus virtudes y defectos, aceptando todo de lo que hace parte de tu ser.

—De la misma forma en la que tú hiciste con él, ayudándole a sanar viejas heridas de su pasado y mostrándole lo valioso que es.

Taehyung asintió con suavidad. Conmovido al saber que podría curar esa herida causada por la culpabilidad de no haber escuchado a sus hermanos, quienes siempre desearon la mayor felicidad para él.

—Gracias mis niños. Sus palabras son muy valiosas para mí, como no tienen una idea.

—Lo sabemos, por eso puedes estar tranquilo—Taesung sonrió brillantemente cuando dijo eso y Taejun lo complementó con su voz rebosante de felicidad—. Estaremos esperando coincidir y encontrarte en otra vida, hyung.

—Yo también—el castaño saboreó que esa era su despedida, aunque no se lo dijeran, por lo que debía aprovechar a decirles esas palabras que tiempo atrás se las repetía constantemente—. Los amo, son los mejores hermanos que la vida me pudo dar.

—Nosotros también te amamos, TaeTae. Sé feliz y saludable, no pedimos más.

Y con esa petición que dijeron al unísono, los hermanos Kim desaparecieron de su campo visual y el doncel se dejó caer sobre sus rodillas, dejando salir las lágrimas retenidas.

Había sido una experiencia increíble.

Cuando se calmó, la bruja le extendió la mano para que se incorporara y ambos no tardaron en hacer contacto visual.

—Gracias por eso. Lo necesitaba.

—Sé que sí, no fue nada. Ellos vivieron una vida buena, partieron naturalmente casi al mismo tiempo con una edad avanzada—comentó dejando salir un pequeño suspiro—. Cuando supieron que podían hablar contigo por última vez, decidieron tomar esa apariencia para que rememores los viejos tiempos.

—Entiendo... Pero, ¿de verdad existe la posibilidad de volvernos a encontrar?

La fémina movió la cabeza, asintiendo. - Sus hilos del destino siguen atados a ti por el gran amor que se tuvieron, por lo que es más que un hecho que en alguna vida próxima volverán a compartir lazos sanguíneos, o ser cercanos a ti de alguna u otra forma.

—Me alegra saber eso. Trataré de vivir mi vida sin arrepentimientos por ellos y por mí mismo, me lo debo—la bruja le sonrió genuinamente, y con ello Taehyung supo que faltaba poco para despertar—. Antes de que esto termine, necesito saber algo.

—¿De casualidad tienes curiosidad por saber la verdadera razón por la que te materializaste cuando empezaste a convivir con Jeon?

—¿Cómo lo sabes? —cuestionó y la mayor soltó una risa divertida.

—Solo lo supuse, porque eres muy curioso. Pero también era la última cosa de la que quería hablar antes de irme para siempre.

—Bien, entonces te escucho.

—El que compartieras con Jeon provocó que por más que trataras de contenerte, te visualizaras con él en otra situación. Una donde no existía la maldición, en la que tal vez podrías conseguir algo más a parte de una amistad—especificó—. La complicidad entre los dos existió desde un principio, así que solo era cuestión de tiempo para que desarrollaras sentimientos por él, pero igual existía la posibilidad de que no fuera la misma situación con Jungkook.

—Pero como si sucedió, es que pude retomar mi cuerpo físico.

—Exacto, y como los sentimientos florecientes eran demasiado fuertes, también conseguiste recuperar tus necesidades básicas como tener hambre o sueño. Jungkook fue muy importante para tu liberación, por lo que me alegra que las cosas avanzaran para que todo saliera de acuerdo a lo previsto.

—Esto fue de locos, pero igual gracias por no dejarme con la duda.

—Un placer. Y como el abuelo Jeon decía: "Solo hace falta creer para que la fantasía se vuelva realidad". —citó aquella frase con una suave sonrisa enmarcando su rostro—. Por lo que ya es hora de que vuelvan a su realidad y sean muy felices.

—¿Vuelvan? —cuestionó confundido y la bruja lo ignoró solo para recitar algo en voz baja que no pudo entender—. Espera...

—Fue un gusto, Taehyung. Ahora abre tus ojos y vive la vida que mereces vivir.

El castaño no pudo decir ninguna palabra más, porque una fuerte luz nuevamente lo cubrió en su totalidad mientras la bruja desaparecía en lo que parecía ser una escena en cámara lenta.

De golpe abrió los ojos y lo primero que pudo notar fue un peso extra sobre su cuerpo.

¡Era Jungkook!

¿Pero qué le había pasado?

—Kookie—con suavidad movió al chico que descansaba sobre su fuerte pecho, abrazándole con fuerza—. Despierta por favor. No me asustes así, a este paso me quedaré sin la poca estabilidad emocional que me queda. 

Kim intentó bromear, porque confiaba en que no era nada malo, pues el azabache seguía respirando. Su pecho subiendo y bajando. 

—¿Tae...?

—Sí, soy yo cariño.

Jungkook sonrió con los ojos todavía cerrados por el dulce apodo, incorporándose con lentitud. Cuando sus parpados se abrieron del todo, pudo enfocar ese hermoso rostro que ahora lucía más feliz que nunca. Con las mejillas levemente sonrojadas y un camino de lágrimas secas que descendía hasta perderse en su mandíbula, resaltando su suave dermis canela.

—Fantasía...

Jeon parecía no creer que al fin tendría a Taehyung consigo, sin miedo a que algo como una maldición de lo arrebatara.

—Ese soy yo, mi suerte—el mayor le regaló una sonrisa cuadrada, cuando sintió las manos de Jungkook acunar su rostro—. Solo que un poco diferente, ya no cuento con ese algo que me hace especial.

—¿Por qué lo dices?

—No hace falta verme en un espejo para notar que mi cabello volvió a su tono natural—explicó con diversión—. Ahora me veo muy normal.

—Te sigues viendo precioso con tu cabello castaño, Tae. Además, para mí cada parte de tu ser es especial.

—Eres tan dulce, Kookie, gracias—Jungkook besó su frente castamente, y Taehyung puso sus manos sobre las ajenas que seguían en su carita—. Pero cuéntame que fue lo que te pasó...

El susodicho se separó y conectó sus ojos oscuros con lo más claritos.

—Aunque no me lo creas, poco después de que desvanecieras, también caí dormido y escuché y vi todo, solo que no podía participar.

—Supongo que la bruja quiso que supieras toda mi historia al detalle—dedujo. Era la única explicación lógica que tenía sentido—. ¿Qué es lo que piensas?

—Que eres la persona más fuerte y valiente que pude haber conocido, y que me alegra ser aceptado por tus hermanos ya que ellos se fueron confiando en que te haría muy feliz y eso es lo que haré. Porque ahora somos novios, ¿no?

—Si, lo somos—Taehyung no cabía en su propia felicidad y Jungkook estaba igual—. Estaré ansioso por ver que cumplas tu palabra, ya que yo también te lo devolveré con creces.

—Bien, ¿entonces puedo robarte un beso?

—Conmigo no debes preguntar, solo hazlo. Quiero todos esos mimos que me prometiste.

El azabache no podía estar más de acuerdo en cumplir ese deseo desde ya. No existía razón para perder el tiempo. Así que con dulzura lo atrajo con calma hasta sus labios, estampando los propios en los ajenos.

Era tan suave y delicado que podrían llorar de la emoción que les causaba. Su historia de amor apenas estaba iniciando, pero se sentía como si fuera de años. Por la nostalgia, por el sufrimiento, por el amor, por todo lo vivido.

Y lo que se transmitían con esos lentos movimientos entre sus bocas y los latidos de sus corazones que parecían estar sincronizados. Era sublime.

Sin embargo, sus cuerpos no tardaron en hacerles saber que necesitan oxígeno, por lo que se separaron un tanto obligados. Pero manteniendo la felicidad intacta en sus semblantes.

—Ahora volvamos a casa, y les avisamos a nuestros hyungs que todo salió de maravilla, ¿te parece bien?

Taehyung asintió conforme y no demoró en notar el agarre de Jungkook en su cintura. Rebosante de amor, y muy protector. Sonriéndose mutuamente y con la emoción latente por las nuevas aventuras que les esperaban, porque no importaban las dificultades. No tenían de que preocuparse mientras estuvieran juntos apoyándose el uno al otro.

Finalmente, la pareja se retiró dejando atrás el lago que fue el hogar del castaño. Y Jungkook cerraba un capítulo en su vida que jamás imaginó experimentar.

Porque su corazón había estado decidido a no enamorarse, pero el destino tenía otros planes.

Continuará...

Este es el capitulo más largo de este fic, espero les haya gustado, y cualquier duda haya sido saciada. Finalmente cerramos la parte que corresponde a la maldición de Tae, ahora esperen todos los lindos momentos que se vienen para los noviecitos, pero más el que se viene en el próximo capitulo.