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*ૢ Capítulo 29*ૢ

Seokjin fue hasta el trabajo de su marido para poder analizar juntos algunas cosas que podrían servirles para de una vez por todas eliminar la maldición de Taehyung. El tiempo se les estaba acabando y debían actuar antes de que fuera demasiado tarde.

Por ese motivo, dejó a su retoño al cuidado de una buena amiga suya. Yongsun era un amor cuando de niños se trataba, y el pequeño Soobin la adoraba. Por lo que sabía que no existía mejores manos que las de ella cuando de cuidar a su hijo con tanto amor como él mismo hacía se trataba.

Decir que el trabajo de recopilación que hicieron en conjunto con Namjoon no había servido para nada, sería mentir. Porque justo ahora, después de varias lecturas, de quitar y agregar información, aquel folder que guardaba todos los detalles sobre personas, maldiciones y leyendas que pudieran estar relacionadas al caso de Taehyung, estaban clasificadas de una forma que hasta el más despistado podría comprender con éxito.

Y después de pasar aquel día de biblioteca en biblioteca, los esposos lograron reducir las posibilidades a una sola. En la que confiaban con los ojos cerrados, pues aquella mujer era la que más se adecuaba a lo que estaban buscando.

Tenía que ser ella.

Con los papeles regados por todo el escritorio de caoba del historiador, Seokjin y Namjoon tomaron asiento uno al lado del otro, para adentrarse en los últimos hallazgos conseguidos aquel día en el que no se reunieron con Taehyung y Jungkook.

El nombre de nacimiento de la misteriosa mujer era Moon Eunyeong, hija de unos prestigiosos nobles, quienes aportaron en lo necesario para que fuera criada con las mejores enseñanzas de la época y vestida con las telas más finas y vistosas, que cualquier persona podría envidiar.

Desde temprana edad, la susodicha había demostrado comportamientos muy extraños, por lo que lograba asustar a la gente de su entorno. Sin embargo, sus padres la excusaban asegurando que lo más posible es que fueran comportamientos pasajeros al ser todavía una niña. Pues confiaban en el ejemplo que le estaban dando, y que eventualmente se corregiría por si sola cuando llegara a la edad adulta.

Algo que nunca sucedió.

Y que Eunyeong aprovechó. La fémina que contaba con las capacidades de una persona noble, tales como el estudio, los modales y el poder desenvolverse con gente de su nivel. Por lo que no titubeó cuando a espaldas de sus padres, comenzó a trabajar como tutora de otras distinguidas jovencitas, ganando un dinero extra que le serviría para escapar de su hogar.

Sus padres nunca comprendieron que ella había nacido con un don, al que verdaderamente quería dedicarse. Moon supo que jamás encajaría con las personas a las que solo les importaban las apariencias por lo que, siendo una rebelde como todo un siempre se refirieron a ella, cambió su identidad, desapareciendo del mapa.

La joven de veintidós primaveras, pasó a volverse una leyenda entre las chiquillas y jovencitos que querían seguir sus pasos y desistir del destino que sus familias habían creado para ellos. Dado que esta les inspiró a que no tenían por qué vivir una vida en la que simplemente eran las marionetas de sus maridos. 

Donde lo único que les debía preocupar era lucir elegantes y regias, y mucho menos cargar con una gran responsabilidad como la de traer hijos al mundo, si no lo deseaban.

Porque para ser padre, debías tener vocación. Podías cometer errores en el proceso, ya que nadie te enseña a serlo, no obstante, se debe tener la responsabilidad para asumirlos y enmendarlos para no causar un daño irreparable en tu descendencia.

Los ideales de Eunyeong comenzaron a hacer mucho eco en diversas personas que ayudaban a esparcir el rumor de la mujer enigmática e independiente. Algo que, por obvias razones, se volvió un blanco fácil para que muchos detractores la criticaran y la quisieran a raya. 

Porque bien sabía que pronto no solo ella sería la que se opondría a las tradiciones que mujeres y donceles debían seguir desde hace tanto tiempo atrás.

Así que las personas que estaban en contra de Eunyeong, no tardaron en exigirle a sus padres que le consiguieran un marido que pudiera controlarla y enseñarle que no tenía que actuar como alguien liberal, o pedirían que la ejecutaran por estar inculcándoles ideas erróneas a los más ingenuos y soñadores.

La fémina supo después de eso, que no habría otro camino más que aceptar su destino... Aunque vale recalcar que la susodicha era una excelente actriz, por lo que no le fue difícil aparentar ante sus padres, que, por una vez en su corta existencia, les obedecería en lo que le pedían para salvar su propia cabeza, y dejar de mancillar el orgullo de su familia.

El día de su casamiento, la menor de la familia Moon escapó de su hogar, dejando plantado al hombre que escogieron para ella. Cortó su largo cabello, y cambió sus ropas a unos menos vistosas y humildes con el propósito de pasar desapercibida, y ser confundida con cualquier otra persona de clase media. 

Dichas prendas fueron el regalo de una de sus más queridas pupilas, quien pudo aventuraste a conseguirlas en una pequeña plaza, donde se encontraba de todo un poco.

Y con ello, dejó de lado el nombre que le dio estatus y grandeza por la sangre que corría en sus venas. Cambiándolo a Byulyi, para de esa forma demostrarse a sí misma que por sus propios méritos lograría brillar como lo hacen las hermosas estrellas en el firmamento.

Labrando su camino, en el que ella era la única que decidía y escogía que era lo que le convenía.

Su huida fue un completo éxito, por lo que pocas personas, solo aquellas que eran de verdadera confianza conocían su paradero. Obviamente sus padres iniciaron una exhaustiva búsqueda, para no continuar quedando en ridículo gracias a la osadía de su hija. No obstante, tres años más tarde la dieron por muerta y desistieron de seguir gastando recursos para dar con ella.

Aquel tiempo fue el suficiente para que la mujer empezara a ser conocida como una talentosísima bruja, aunque para no llamar la atención, prefería que se refirieran a ella como una simple chamana. 

Una mujer que conocía de varias hierbas, recetaba medicinas naturales, realizaba limpias para restaurar la armonía del involucrado y de vez en cuando, contactaba con espíritus para hacerlos descansar en paz.

De vez en cuando, las personas que sabían que había sido de ella le visitaban para saludarla o pedirle ayuda, pues tal y como se lo mencionó con anterioridad, la fémina era alguien extraordinaria. Sus habilidades se habían desarrollado de tal forma, que cualquier cosa que se propusiera hacer, la lograría sin problema. Así que, no le fue difícil entrar al negocio de realizar ciertos trabajos que muy pocos se atreverían a intentar.

Maldiciones, amarres, conjuros, eran tan solo una probadita de lo que Byulyi podía hacer por unas cuantas monedas. Pues gracias a su dedicación en el estudio de la brujería, y capacidad innata, logró dominar con facilidad tales habilidades y cosechar provechosos resultados.

Pero no la malentiendan, en ningún momento la mujer fue mala o tuvo razones egoístas y ambiciosas. Ya que solo actuaba si era por una buena razón. En aquella época, los abusos, las traiciones, y los malos tratos eran demasiados normalizados, por lo que ella se la daba de partidaria de la rectitud.

Realmente disfrutaba hacer justicia por su propia mano. Por eso, cuando a ella llegaban mujeres o donceles violentados, adultos mayores que fueron estafados por sus mismos hijos o cualquier persona que pudiera haber sido traicionada por alguien que se suponía era de confianza, a Byulyi no le temblaba la mano para actuar en su contra.

Sin embargo, la joven pecaba de inocente, por lo que creyendo que hacía un bien, muchas veces condenaba a gente buena con sus maldiciones y conjuros. Dando como resultado, casos como los de Kim Taehyung, aquel joven que se vio envuelto en una red de mentiras, a tal punto de que su vida terminó siendo truncada gracias a la maldición que Byulyi impuso sobre él sin la más mínima consideración.

Los registros fueron leídos minuciosamente por la pareja, hasta que la noche les alcanzó, anunciando el final del día. El tiempo había sido realmente efímero para ambos, pero totalmente fructífero. Namjoon agradeció haber pedido ese día libre para dedicarse a ello.

El moreno y su esposo estaban realmente impactados por todo lo que descubrieron, pero no pudieron evitar quedarse de una sola pieza, al leer uno de los tantos relatos adjuntos a esos archivos. El cual tenía que estar haciendo referencia al peliceleste.

La leyenda del espíritu del lago y su falso amor. Ese era el título que le otorgaron años atrás, cuando había sido descubierto en un proyecto de investigación sobre leyendas en la Antigua Corea del Sur, que posteriormente serían publicadas en libros relacionados al tema. Y aunque no mencionaban el nombre del desafortunado joven, fácilmente se lo podía relacionar.

Además, Taehyung constaba en aquellos documentos como uno de los mártires de Byulyi, pues aparentemente, luego de unos años de la desaparición del joven, su familia logró dar con dicha información. Sin embargo, nadie prestó la atención que el caso merecía. Por lo que, eventualmente dejaron este mundo, quedándose con la culpa de no haber podido hacer algo para salvar al hijo mayor de la familia Kim.

A medida que Seokjin leyó dicha leyenda, sintió como un nudo se formaba en su garganta y una terrible opresión se instalaba en su pecho. Detalle que no pasó desapercibido para Namjoon, quien intervino para que detuviera su lectura, porque por nada del mundo quería que esto afectara mentalmente a su lunita.

—Jinnie. Es mejor que paremos por hoy—avisó, quitándole con suavidad el folder al pelirrojo que contenía las ganas de sollozar—. No te lastimes. 

—Pero cariño...

Namjoon observó como el mayor hacía un puchero con sus carnosos labios y le dedicaba una mirada de cachorrito abandonado. No estando de acuerdo con su accionar.

—Cariño nada, te estás poniendo mal, Jinnie. No me gusta verte así.

—Tampoco puedo evitarlo, Joon, lo siento—Seokjin desvió la mirada, sintiendo las lágrimas agolparse en sus ojos oscuros, mientras mordía sus labios, evitando quebrarse por lo que anteriormente había leído.

Namjoon suspiró, dejó el folder nuevamente sobre la mesa, y se arrodilló frente a su pareja. Con delicadeza tomó sus manos, y comenzó a dejar besos sobre sus nudillos. De forma casi inmediata escuchó los hipidos de Seokjin y su corazón dolió mucho, porque él era el que más lloraba y era tranquilizado por el mayor al que consideraba su soporte.

El historiador tenía muy en cuenta lo mucho que su esposo se había encariñado con Taehyung, por lo que comprendía el dolor, la impotencia y el coraje que le causaba que el peliceleste tuviera que enfrentarse a una injusticia tan cruel en completa soledad.

Y ni siquiera porque se lo mereciera, o algo parecido. Aunque vale recalcar que de todas formas una maldición le hubiera parecido demasiado radical hasta para alguien que fuera una mala persona. El caso de Taehyung fue provocado por un gran mentiroso y manipulador.

—Eso cariño, desahógate todo lo que quieras—Namjoon no se lo pensó dos veces antes de levantarse y abrazar al pelirrojo que se encontraba sentando, el mayor se afianzó a su chaqueta cuando sintió sus brazos rodeándole, mientras dejaba salir todos los sentimientos acumulados después de tantas revelaciones—. Estoy aquí para ti.

—Él n-no merecía e-esto, Nam...

Seokjin balbuceó con el rostro enterrado en el pecho de su marido, sintiendo caricias en su cabello por parte del hombre al que consideraba su otra mitad y al único con el que sentía la suficiente confianza como para dejar a la vista su vulnerabilidad.

—No lo hacía, Jinnie.

La leyenda fue la gota que derramó el vaso de la estabilidad emocional de Seokjin, pues sin querer se había sentido tan conectado con todo lo que yacía escrito ahí, y hasta una parte de el mismo creía que no era la primera vez que conocía acerca de esa historia.

Pero claro, cuando una persona tiene tantas cosas en la cabeza, y sentimientos desbordados en el corazón, rara vez puede ver lo obvio a primera instancia. Por lo que el pelirrojo optó por no darle importancia al tema y concentrarse en recuperarse de todas las emociones que le invadían, por su bien y por el de su marido al que le afectaba verlo de esa forma.

Porque a pesar de que Namjoon lo estuviera consolando con tanta tranquilidad, Seokjin sabía lo sentimental que podía ser su marido, porque más de una vez le expresó lo mucho que detestaba verle llorar y que lo que más quería era que en su rostro siempre estuvieran presentes esas sonrisas en las que podía refugiarse por lo mucho que curaban su alma.

Así que teniendo eso en mente, se motivó a dejar el dolor atrás para que este fuera reemplazado por la confianza de que todo saldría bien, y Taehyung por fin podría ser liberado de este horrible desastre.

Veinte minutos pasaron para que Seokjin pudiera recomponerse y separarse del cálido abrazo de Namjoon, quien le regaló una sonrisa de hoyuelos que se sintió tan suave contra su corazón.

Lo amaba tanto.

—Gracias, amor... —las lágrimas que habían quedado impregnadas en sus mejillas fueron limpiadas por su pareja con ayuda de los pañuelos de papel que Namjoon siempre llevaba consigo. Cuando el historiador estuvo contento con su trabajo, los tiró en el bote de la basura y le tendió otro al mayor para que pudiera limpiarse su nariz congestionada por el llanto.

—Fue mucho por hoy, Jinnie, es comprensible—le calmó y sugirió con un semblante sereno—. Ya se está haciendo tarde, mejor vamos a ver a Soobinnie, y luego a dormir en nuestra casita para recuperar fuerzas. Mañana será otro día y muy importante.

—Tienes razón, Nam, debemos de contarles esto para que sepan cómo proceder.

Seokjin estuvo de acuerdo con su marido, eso era lo mejor. Justo ahora lo que más necesitaba era tener a su hijo entre sus brazos y darle mucho amor.

Porque ser doncel y tener la oportunidad de concebir era lo mejor que le pudo pasar. Aquello jamás debió ser visto como algo malo y esperaba que Taehyung lo tuviera presente a pesar de lo que le tocó vivir gracias al desgraciado que tuvo como prometido.

—Sí, a fin de cuentas, les queda un poco más de un día para que vuelva a ser luna llena.

—Y este fin de semana Jungkook debe volver sí o sí a la ciudad.

Namjoon asintió con un movimiento de cabeza. Se encontraba un poco ansioso, pero debía disimular o su marido perdería la poca cordura que le quedaba.

Cada vez estaban más cerca de ese momento tan decisivo y nada ni evitaría que les ayudaran a romper la maldición.

No después de encontrar la solución.

Nada podía salir mal, ¿no es así?

💙

Taehyung se removió sobre la cama, incómodo. La luz del día le estaba molestando en demasía, pues gracias a eso la habitación se estaba llenando de claridad y colabora a que no pudiera seguir descansando como quería.

Teniendo presente que continuar durmiendo no sería una opción, se sentó y con pereza comenzó a estirarse, sin la intención alguna de abrir sus párpados. Soltó un quejido, la cabeza le estaba doliendo mucho, tenía una jaqueca terrible y su cuerpo se sentía entumecido. Se encontraba fatal gracias a los detestables síntomas de la resaca.

Ah, ya se estaba arrepintiendo de tomar alcohol.

Porque el alcohol sacaba todo, fuera malo o bueno.

Cuando Taehyung fue consciente del rumbo de sus pensamientos, de golpe abrió los ojos, recordando las barbaridades que había hecho gracias al jodido pero delicioso vino que ingirió el día anterior.

—Dios no... —se cubrió la boca, completamente en shock. ¡¿Qué rayos se le cruzó por la mente para besar a Jungkook?! Esto tenía que ser una pesadilla—. ¿Qué hice...? Dañé todo, no puede ser.

Los recuerdos estaban reproduciéndose en bucle en su cabeza.

Los berrinches que hizo estando borracho, sus risas escandalosas, el pedido de bailar en pareja, el atrevimiento de tomar de la camisa a Jungkook para besarle, y la estampa de subirse a los muslos ajenos, mientras se comían la boca, eran algo que ni perdiendo la memoria, Taehyung podría olvidar.

—¿Dónde quedó tu compostura Taehyung? —se preguntó a sí mismo—. Oh claro, en la basura junto a tu dignidad—se golpeó la cara con la palma de la mano, decepcionado por su absurdo comportamiento.

¿Cómo podría ser capaz de mirar a Jeon a la cara después de tanta osadía?

No creía poder hacerlo para ser sincero.

Sí, esto había sido el resultado de una muy mala combinación. Es decir, el alcohol y los sentimientos reprimidos, pero no quería atormentarse más de lo que ya estaba, porque creyó que no llegaría tan lejos.

Taehyung si toleraba el vino, nunca le sucedió algo así, pero analizándolo con cabeza fría no sería raro deducir que se debía a que había pasado más de un siglo desde que bebió algo parecido.

No se reconocía así mismo, no encontraba respuesta a la pregunta de dónde había sacado valor para besar al azabache si era tan tímido. Sí, ese alcohol estaba más fuerte de lo que parecía. Él estaba perdidamente enamorado de Jungkook, pero jamás en su sano juicio hubiera hecho lo que hizo.

No estaba bien, no eran pareja y ni siquiera sabía si lo suyo era recíproco.

Además de que se avergonzaría mucho si se animaba a preguntarle al respecto.

¿Qué tenía como para que Jungkook pudiera enamorarse de su persona? No podía ofrecerle nada, apenas había logrado aprender cosas tan básicas para la época y no creía que estar con un don nadie como lo era él, pudiera servirle o interesarle a alguien tan genial y exitoso como el menor.

Lo más seguro era que solo lo veía como un amigo al que quería apoyar y ya. Ese debía ser el caso, no existía duda alguna.

No le quedaba de otra más que fingir que no recordaba. Para que de esa forma Jungkook supiera que no había sido más que un desliz estando borracho. Eso era lo correcto y nadie le haría cambiar de opinión.

Se levantó de la cama, y con esa idea en mente, quiso ir a buscar al menor. Sin embargo, ni bien dio dos pasos fue consciente de cierto detalle cuando analizó la habitación.

Había dormido solo. El lado de la cama que Jungkook ocupaba estaba igual que siempre.

"Lo hice sentir incómodo".

Fue lo primero que se le cruzó por la mente, y quiso llorar. Ahora con más razón haría como si nada pasó. Ese beso jamás se dio, nunca existió la sensación de volver a sentirse vivo, ni de lo mucho que lo disfrutó. Porque todavía sentía la suavidad de los labios contrarios sobre los suyos, tanto que no pudo evitar relamérselos.

Había sido tan mágico, como si se tratara de un sueño, pero era la completa realidad porque en algún momento sintió como Jungkook le correspondía sin problema. 

Pero si a la primera le dejaba solo en la habitación, como si no quisiera estar a su lado después de lo que sucedió entre ellos, ¿qué otra cosa podía pensar más allá que si le siguió el juego era porque también estaba borracho y ya?

Su corazón se quebró un poco más, todo lo que le sucedía era desastroso, pero ya debería de acostumbrarse. Para nadie él sería una opción, ni hoy ni nunca. Ahora lo único que quería es que al menos Jungkook quisiera seguir conservándole como un amigo por todo el tiempo que compartieron juntos.

Sí, eso era lo máximo que podía merecer.

Después de ser maldecido, ya debería estar acostumbrado a que todo le saliera mal, ¿no?

Continuará...

Lamento la demora, espero les haya gustado la mayoría de las revelaciones que se dieron en este capitulo, pero esto es una pequeña parte de lo que está por venir.  Actualizaré nuevamente este fin de semana, gracias por leer y comentar mucho.

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