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*ૢ Capítulo 27*ૢ

El azabache pudo vislumbrar dos siluetas, una sentada al frente de la otra, en unos desgastados sillones de color marrón. El mayor parecía estar relatándole algo al más pequeño, pues su gesticulación y movimientos con las manos le delataban, mientras el infante le escuchaba con suma atención.

—Fin... —el anciano susurró con una sonrisa labial, y su nieto solo pudo asentir conforme después de aquella interesante historia.

Los rostros no demoraron en volverse visibles para el dueño de aquel sueño. Pues se trataba de su querido abuelo y su persona.

Espero pronto pueda tener su final felizmencionó el niño, dejando ir un pequeño suspiro ilusionado—. Tiene que tenerlo.

—Deseo lo mismo, Jungkookie, se lo merece. Tú más que nadie lo sabes.

Sí, era muy bueno y amable. No tenía que sufrir por las decisiones egoístas de su pareja.

Así es, eventualmente todo se pondrá en su lugar, no queda más que ser paciente.

Hwan alborotó con cariño los cabellos oscuros de su nieto, y luego le tendió la mano para llevarlo a comer algo. Una vez más se pasaron toda la tarde compartiendo su gusto por las leyendas.

Más específicamente con esa que trataba sobre un falso amor, la cual le fascinaba al menor de la familia Jeon.

—Tienes razón abuelo, la paciencia es una virtud.

Exacto, Jungkookie. Por eso no desesperes, por más que las cosas se pongan malas para ti... serás recompensado ¿sí? le cuestionó mientras el niño le veía con la boca abierta, tratando de digerir esa información—. Solo basta creer para que la fantasía se vuelva realidad, no lo olvides, pequeño.

Sí, abuelito.

El de piel nívea sonrió a lo grande, mostrando esa sonrisa tan especial que todavía portaba dientes de leche, después de hacerse una pequeña idea sobre lo que su mayor le dijo. Jeon Hwan no quería que sufriera, o se lamentara si llegaba a tener una mala experiencia como el protagonista de dicha leyenda. Debía ser paciente hasta que su otra mitad llegara a su vida, para que pudieran compartir un final de cuento de hadas.

No obstante, a lo único que el infante no le encontró sentido fue a la última oración, sin embargo, prefirió no darle importancia, porque según Jungkook se quedó con el mensaje más importante.

O eso fue lo que creyó, sin imaginar que eso era lo de menos.

Porque más pronto que tarde, aquel conjunto de palabras cobraría un sentido tan fuera de este mundo, que ni en sus mayores fantasías imaginó pudiera volverse la más pura verdad.

Pero... por algo dicen que la realidad supera a la ficción, ¿no? 

Jeon se levantó agitado, su respiración era errática. Su propia mano llegó hasta el lado izquierdo de su pecho, donde se encontraba su corazón que latía como si hubiera corrido una maratón. Trató de calmarse, pues su pecho subía y bajaba, mientras unas gotas de sudor caían por su frente.

Sí, cada vez más esos flashbacks se hacían más lúcidos, más vívidos, más realistas. Provocándole ansiedad por no saber de qué rayos se trataba o porque justo ahora los recordaba.

Aunque bueno, tal vez la conversación con Seokjin había sido la gota que derramó el vaso al recordarle sobre el gusto que compartía con su abuelo.

Definitivamente a eso se debía.

Volteó su rostro, tratando de encontrar en medio de la oscuridad de la noche esa preciosa estampa con la que se estuvo deleitando los últimos días.

Pues sabía que era lo único que en ese instante podría traerle paz, y devolverle las ganas de dormir.

A su lado se encontraba un peliceleste muy dormido, abrazando una almohada con brazos y piernas, para así evitar cualquier incidente. Algo que decepcionó a Jungkook, pero que a la vez lo tranquilizó, porque sabía que era la mejor opción. Pues ya no tendría que seguir reuniendo fuerzas para no mandar todo a la mierda todo y confesar que deseaba ser la única almohada que abrazara el mayor.

La carita de Taehyung era pacífica, sus cejas rectas y labios entreabiertos demostraban lo relajado que estaba. En conjunto a su respiración acompasada.

No había nada que le atormentara, por lo que el estado del contrario se sentía como un bálsamo para el nerviosismo y confusión de Jeon. Una vez más se acomodó de lado, tumbándose sobre el mullido colchón, quedando cara a cara con Kim.

Detalló su rostro como si fuera lo más interesante, aunque siendo sinceros, para él era eso y más. Era precioso en todo el sentido de la palabra.

Con lentitud acercó su mano al cabello desordenado, acariciando de forma superficial la cabeza del contrario, quien suspiró al sentir el cálido tacto.

Jeon le dedicó una mira de cariño, mientras se preguntaba: "¿Qué es lo que mi abuelo trata de decirme?"

Y así estuvo por varios minutos, hasta que finalmente volvió a entregarse a los brazos de Morfeo, quien lo sumió en ese profundo sueño capaz de calmar las ansias de su corazón.

💙

—¿Qué decía el mensaje de Seokjin hyung?

—En pocas palabras que hoy no podrán reunirse con nosotros, porque parece que encontraron algunas cosas importantes y quieren tener todo listo en el folio de la investigación para poder presentárnoslos. Alegando que el tiempo es oro, y que están muy confiados.

—Wow... ¿está bien que me sienta emocionado? —Kim cuestionó terminando de guardar los platos que habían usado en el almuerzo.

Jungkook asintió y se acercó lo suficiente para establecer un adecuado contacto visual con el peliceleste, después de que este se quedara con las manos libres, recargándose en el mesón de mármol que estaba a lado de la cocina.

—Estamos en iguales condiciones, así que sí.

—De acuerdo, aunque me siento muy nervioso—confesó—. Tanto que podría desmayarme.

—Me imagino, pero... ¿en qué quedamos? —el menor puso las manos en los hombros de Taehyung, dándoles un suave apretón para reconfortarle.

—Mente positiva.

—Eso mismo.

Taehyung intentó sonreír, pero fracaso en el intento. Algo que Jungkook notó, así que se dispuso a darle una buena noticia que sabía ayudaría a mantener un ambiente calmado en aquel día que fue pasando con total normalidad.

—Quita esa cara Tae, te tengo una sorpresa.

—¿Qué sorpresa?

—Bueno, ya sabías que después de tremenda regañada que Yoongi hyung me dio sobre que no le he contestado el móvil, comencé a hablar más seguidamente con él para que se quedara tranquilo y adivina qué...

—¿Mmm? —lo animó a hablar y Jungkook tomó una bocanada de aire antes de contarle.

—Me dijeron que se han tomado el día libre, por lo que quieren hacer una videollamada y conversar un rato con nosotros. Sé que no es la gran cosa, pero puede ayudar a distraerte un poco, ¿qué te parece?

—No digas que no es la gran cosa, me parece genial—el peliceleste aseguró sonando un poco más animado—. Tus hyungs son geniales, por lo que me hace feliz tener una nueva oportunidad para verlos.

—Entonces, vamos a esperar a que inicien la videollamada, Yoongi hyung me dijo que terminaban de almorzar y ya.

Taehyung afirmó con un movimiento de cabeza, y Jungkook le sonrió, soltándole para tomarse el atrevimiento de tomar su mano y llevarlo hasta la sala. El menor se sintió contento al notar que aquella acción fue bien recibida por Taehyung, que se dejó guiar sin más. 

Ah, en definitiva, ya quería que todo esto terminara para declararse.

Ya no aguantaba vivir así, con la constante angustia de ser correspondido o no, porque era obvio que no le desagradada al mayor, a pesar de que en algunos momentos las actitudes del susodicho provocaron que todo se volviera confuso para él.

Taehyung podía llegar a ser difícil de leer cuando se lo proponía.

Sin embargo, el azabache no perdía la esperanza, al ser consciente de que cada vez ha sentido que se encontraban más cerca de traspasar esa línea entre los dos. Por lo que Jungkook obtendría la respuesta más pronto de lo que imaginaba.

Una hora transcurrió, cuando el teléfono de Jungkook comenzó a sonar, alertando a los jóvenes sobre la entrada de una videollamada. Los menores se encontraban viendo un programa en la tv, mientras compartían el mismo sillón, estando sentados uno en cada extremo.

El dueño del móvil respondió con mucha rapidez y colocó el dispositivo frente a ellos, para que sus hyungs pudieran observarles adecuadamente a ambos. Cuando la pantalla finalmente mostró del otro lado a Jimin y a Yoongi, los más jóvenes los saludaron con entusiasmo, siendo correspondidos con el mismo ánimo.

La conversación siguió tan amenamente después de los cordiales saludos que el grupo se dio mutuamente, hasta que finalmente la pareja decidió que había llegado el momento de contarle el motivo de su videollamada a Taehyung y Jungkook.

—Bueno, chicos... Cambiando abruptamente el tema, hay algo que debemos decirles—inició Jimin, tomando de la mano a Yoongi, quien no tardó en entrelazar sus dedos con los más pequeños.

—No te preocupes, Jimin hyung, ¿qué sucede?

El menor de todos interrogó, y Yoongi carraspeó. Aquel particular dúo serían los primeros en enterarse acerca del fruto del amor que concibió junto a su encantador rubio.

—Verán, Jimin ha estado un poco enfermo estos últimos días. Situación que ya comenté levemente a Jungkook—el mencionado asintió recordando aquello. La sugerencia que le hizo a Yoongi se basó en que llevara al más bajito a un doctor si la situación persistía, pero por estar tan en las nubes con el asunto del peliceleste, se olvidó por completo de volver a preguntarle.

Que mal amigo había sido.

—Dios, ahora que lo mencionas, me olvidé de preguntarte acerca del estado de Jimin hyung... Los siento mucho—el chico juntó sus manos, pero Yoongi le restó importancia con un ademán.

—Igual no te lo hubiera dicho, porque después de seguir tu consejo, preferimos reservar para nosotros la noticia que el doctor nos dio.

—La intriga me está matando, ¿de qué va todo esto Yoongi-hyung? —intervino Taehyung, emocionándose al imaginar que talvez atinaría con su deducción según lo poco que los mayores comentaron.

—Algunos de los síntomas de Jiminnie han sido cansancio, mareos, vómitos...

—¡Oh por Dios! —Taehyung se cubrió la boca, impresionado—. Acaso es...

Esto solo tenía una respuesta, la más obvia de todas. Además de enterarse que Jimin era un doncel, igual que él.

—Jimin hyung...

-Así es Jungkook-ah, Jiminnie está en la dulce espera.

Jimin y Yoongi no tardaron en escuchar los gritos de sus dongsaengs, los cuales estaban completamente emocionados al saber la buena noticia.

—Que hermoso hyungs, estoy muy contento por ustedes—aseguró Jungkook con una brillante sonrisa—. Serán los mejores padres que ese bebé podría desear.

—Gracias, Jungkookie, esperamos hacer un buen trabajo.

Jimin le devolvió la sonrisa, acariciando suavemente su vientre que apenas y estaba curvándose gracias a la nueva vida que se estaba formando.

El azabache asintió de acuerdo. Él también desearía cumplir ese deseo que se ha ido tornando cada vez más lejano, por lo que no pudo evitar observar de reojo a Taehyung. El peliceleste se notaba auténticamente contento. 

Jungkook no dudaba del hecho de que podría ser un espléndido padre, pues se notaba en demasía lo mucho que le encantaban los niños. Lo había comprobado al ser testigo de su suave comportamiento con el pequeño Soobin.

—Lo harán, no lo pongan en tela de duda—respondió Taehyung—. Felicidades.

—Gracias Taehyung-ah—Yoongi también sonrió, mostrando sus encías—. Son los primeros en saberlo.

—Que honor, Yoongi-hyung. Nos has alegrado el día.

—Kookie tiene razón, estamos con los ánimos muy arriba después de esto. Pero si no es mucha curiosidad quiero saber más detalles.

El pelinegro no tardó en comenzar a explicarles como había sido todo, mientras Jungkook y Taehyung escuchaban ensimismados hasta el más mínimo pormenor con Jimin participando cada tanto.

Hasta que tuvieron una pequeña pausa en donde los menores les pidieron a sus hyungs disculpas, porque les entraron unas fuertes ganas de comer algo, pues el almuerzo de esa tarde no los llenó tanto como usualmente lo hacía, debido a que las porciones no les rindieron tanto como el mayor había previsto. 

Jimin y Yoongi les dijeron que por ellos no se preocuparan, que podían hacerlo sin problema, lo que le dio luz verde a Jungkook a irse hasta la cocina a preparar unos fideos instantáneos para el peliceste y su persona.

La conversación se alargó por una hora más hasta que finalmente el rubio admitió que los malestares estaban volviendo por lo que lo mejor sería cortar la llamada. Su pareja le apoyó, y ambos se despidieron de sus dongsaengs, disculpándose por no poder compartir más tiempo con ellos.

Los susodichos les respondieron que no era nada, y que ya habría otra oportunidad. A pesar de que eso era una verdad a medias, pero por el momento trataban de convencerse de que así sería, para no atormentarse y dañar el ambiente.

Cuando la videollamada finalizó, Jungkook y Taehyung se miraron, regalándose una sonrisa por lo que se habían enterado en esa tarde.

—Me siento feliz por mis hyungs. Tal vez fue una sorpresa, pero ambos se notan muy seguros de recibir como se merece a su hijo.

—Sí, la mirada les brillaba cuando nos contaron como sucedió todo—argumentó Taehyung, al menos hoy nos dormiremos con una buena nueva, y no preocupados por lo que sucede a nuestro alrededor.

—Así es, y creo que este momento es el más adecuado para tomar ese vino que la señora Choi nos regaló, ¿no lo crees?

—¿Cómo una pequeña celebración?

—Sí quieres llamarlo de esa forma, estaría genial, Taehyungie. Aprovechando que todavía tenemos algo en el estómago. Y si es que todavía sigues teniendo ganas de beber y compartir conmigo...

Jungkook esperó por una respuesta positiva, de un momento a otro le habían entrado ganas de embriagarse un poco con algo que no fuera la presencia del peliceleste que lo tenía perdidamente enamorado.

—Lo cierto es que ya me había olvidado de eso Kookie, pero acepto encantado—expresó el peliceleste con un semblante entusiasmado. Al fin después de tantos años bebería un poco de vino—. Iré a buscar unas copas en la repisa de la loza.

El peliceleste se levantó con dirección a la cocina.

—De acuerdo, yo iré a buscar la botella, por suerte todavía recuerdo donde la escondí—bromeó y no tardó en escuchar la melodiosa risa del mayor.

Ninguno de los dos sabía que el alcohol podría ser el más desastroso detonante para los sentimientos reprimidos.

Continuará...

Si no están contigo cuando estas enfermo, no es ahí, ojito con eso mis cielitos. Todos nos merecemos un Yoongi. Bueno, creo que pueden intuir la situación que está a punto de desencadenarse, así que de todo corazón espero les guste. Agarren las pelucas que se viene el momento más esperado por todo Latinoamérica unida, ok no. Me retiro, pero no olviden dejarme su estrellita, un comentario y por supuesto no se olviden de recomendar este fic.

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