*ૢ Capítulo 21*ૢ
—Hola cariño.
Namjoon saludó animado al entrar a la habitación de su pequeño hijo Soobin, con la intención de buscar a su adorada pareja.
—Shhh... —Seokjin pidió con una suave sonrisa adornando su rostro orgulloso—. Está descansando...
El doncel al fin había conseguido que retoño se durmiera a buena hora, considerando el hecho de que se volvió un trabajo muy difícil desde que el infante comenzó a dormir solo en su propia habitación.
—Lo siento—el menor susurró juntando sus manos en modo de disculpa, lo menos que deseaba era meter en aprietos a su esposo.
El pelirrojo negó en silencio, incorporándose con cuidado de la cama en la que el niño de dos años descansaba plácidamente, sosteniendo un peluche de conejo debajo de su brazo.
Namjoon salió de la pieza con sigilo y Seokjin lo siguió casi de inmediato. Cuando el mayor finalmente cerró la puerta detrás de sí para que el ruido no molestara al pequeño Soobin, no perdió el tiempo para abalanzarse hacia su marido, quien lo recibió con los brazos abiertos.
—Hola mi amor, ¿cómo te fue en el trabajo? —preguntó con cariño, dejando un casto beso en los labios del moreno—. ¿Todo bien?
—Todo de maravilla—aseguró el hombre de traje, permitiendo que su boca se curvara en una sonrisa. —Gracias por preguntar, pero... ¿cómo te ha ido a ti con nuestro niño? Parece que te está dando una buena guerra.
—Un poquito, pero nada que tu hermoso esposo no pueda solucionar.
Seokjin derrochó su característica confianza, logrando hacer reír con suavidad al de cabellos cenizos. Amaba que su marido fuera así, su espontánea personalidad era una caricia en el alma. Porque podría estar bajoneado, pero de una u otra forma encontraba una manera para animarle.
—No veo la mentira. Gracias por tu dedicación Jinnie y lamento no ser de tanta ayuda—se disculpó, portando un puchero en sus belfos—. Pero si gustas los fines de semana podría ser yo el que ocupe tu lugar.
—No digas tonterías, Joon, haces mucho por nosotros. Aunque si gustas hacerlo no soy nadie para rechazar dicha oferta.
Y es que era cierto, el moreno todo un siempre se esforzó por darle una vida cómoda al pelirrojo, sin ninguna preocupación, muy a pesar de que el susodicho también ganaba su propio dinero y aportaba a los gastos que se debían cubrir mes con mes. Sin embargo, esto aumentó mil veces más desde que Namjoon se enteró del embarazo de Seokjin.
Su sentido protector se activó, por lo que se puso al pendiente de cualquier cosa que su amado hyung pudiera necesitar.
Por suerte, el mayor era diseñador gráfico por lo que trabajaba desde casa, facilitando las responsabilidades que tenía como amo de casa y con su precioso retoño.
Por ese motivo, admiraba mucho como Namjoon era tan responsable y dedicado cuando de su profesión se trataba, pues la mayoría de veces se quedaba hasta tarde en el trabajo, dando todo de sí mismo hasta terminar agotado. Investigando, leyendo, redactando, entre otras cosas.
No obstante, esa razón también lograba afectarlo en sobremanera. Porque cuando el más alto se ponía sensible o estresado, se lamentaba descansando en el regazo de Seokjin, mientras el susodicho acariciaba los cabellos cenizos, hasta que Namjoon se calmara, pues según sus propias palabras estaba perdiéndose del crecimiento de su hijo.
Algo en lo que su pareja no concordaba en lo absoluto. Por lo que ni corto ni perezoso le decía que no debía atormentarse con eso, ya que durante los fines de semana el tiempo perdido era recuperado con creces. Pues cuando el moreno realizaba alguna actividad junto al más pequeño de los Kim, ambos lo disfrutaban al máximo.
Para Seokjin, Namjoon era un padre excelente, y nadie, ni él mismo, tenían que ponerlo en tela de duda.
—Bien, entonces así será, mi amor.
El más alto abrazó a su pareja con fuerza, acortando la distancia entre sus cuerpos con el objetivo de enterrar su rostro en el cuello ajeno. Seokjin no tardó en sentir pequeños besos en esa zona tan sensible para él, por lo que se dejó llevar, cerrando sus parpados para apreciar mejor la estimulante sensación.
Adoraba con su marido se ponía tan mimoso luego de las largas jornadas que experimentan en el trabajo. Jamás se aburriría de su cariñoso accionar.
—Cariño...
—¿Mmh? —Seokjin quiso reír con ganas, su menor parecía no querer detener su dulce gesto por nada del mundo.
—Antes de que mi esposito se ponga más cariñoso, necesito hablar con él en su faceta de historiador...
Namjoon finalmente despegó sus labios de la tersa y blanca piel, encarando al de cabellos rojizos con un rostro que denotaba confusión.
—¿Sucedió algo, Jinnie?
—Es una larga historia, Joon.
El doncel suspiró cuando ambos se separaron, a lo que su esposo le regaló suaves caricias en su espalda baja para relajarlo.
—¿Quieres contármelo, amor?
—Debo contarte, es demasiado importante y tiene que ver con Jungkook-ah.
El semblante de Namjoon se llenó de sorpresa. ¿De qué se había perdido? ¿Qué tenía que ver el primo de su amado en todo esto?
—Oh, ya veo... Si hay algo que yo pueda hacer algo respecto, siempre estoy dispuesto a ayudar, mucho más si se trata de alguien tan importante para nosotros como Jungkook.
—Sí, por eso te comenté que necesitaba de tus conocimientos como historiador.
—De acuerdo, soy todo oídos. Vamos al comedor para que me platiques con calma mientras tomó un poco de té. ¿Te parece, Jinnie?
—De acuerdo, cariño.
La pareja no tardó en sumirse en una profunda conversación, donde el mayor contó a detalle lo que su primo le comunicó por mensaje, y por supuesto no pasó por alto comentarle lo que le respondió de vuelta.
El hombre que ejercía como historiador se quedó impactado por el relato que parecía sacado de una película de fantasía, pero que a la misma vez parecía tan cierto. Mucho más viniendo de parte de alguien como Jungkook que con el tiempo se volvió de todo menos creyente de cosas que pudieran describirse como fantasiosas o surrealistas. El azabache jamás bromearía con algo de ese calibre. Era imposible, su personalidad no se lo permitiría a menos de que se hubiera vuelto loco, aunque esa opción quedaba más que descartada.
—¿Qué piensas al respecto, Joon? ¿Crees que exista alguna solución para ese jovencito? —su esposo inquirió, a la par que tomaba una de las galletas que sirvió como acompañante del té que su pareja preparó para los dos.
—Tendría que buscar en todos los ensayos que pudieran tener la mínima relación con el tema y también en el archivo del lugar donde trabajo. Cualquier información podría ser de gran ayuda para este caso, Jinnie.
—Le prometí a Kookie que de ser necesario yo mismo te ayudaría.
—Lo apreciaría mucho.
El hombre de traje se desató la corbata, la cual sentía que le asfixiaba mucho más que de costumbre después de la increíble información que continuaba procesando en su mente.
—Lastimosamente no podría dedicarme por completo a esto, porque tengo otras cosas que hacer, por lo que, si pudieras recolectar y recopilar información por tu cuenta, estaríamos dando un paso gigante—Namjoon aseguró con confianza—. Y podrías aprovechar mis descansos para que me envíes los avances para ir revisándolos de a poco, al mismo tiempo en que te comparto lo que yo consiga por mi cuenta.
—Bien, eso estaría perfecto Joon. Es una pena que no tengamos más tiempo de nuestro lado, pero al parecer este cambio que Taehyung está viviendo fue de un momento a otro, y ni él, ni el propio Jungkook saben a qué se debe, porque es la primera vez que le pasa algo así.
—Sí, lo entiendo, y por esa misma razón es que a más tardar mañana debemos comenzar, porque el efecto también podría desaparecer antes de que las vacaciones de Jungkook terminen o en el peor de los casos, mucho antes que eso.
Seokjin asintió quedito, observando como su esposo bebía de un solo trago el té de jazmín.
—Será un placer trabajar contigo, amor mío.
—Lo mismo digo, Jinnie—Namjoon dejó la pequeña taza en su sitio, y alargó su mano por sobre la mesa con el objetivo de acariciar la que el pelirrojo le estaba ofreciendo—. Todo sea por ayudar a esos chicos que se encontraron envueltos en esta situación tan particular.
El mayor mostró una sincera sonrisa mientras sus ojos brillaban expectantes por las tiernas palabras de su pareja. Deseando de todo corazón que se volvieran realidad, gracias a la investigación que realizarían con suma dedicación.
Porque el que persevera, alcanza. Y ninguno de los dos se daría por vencido hasta conseguir un buen resultado.
💙
Poco después de que Jungkook terminara de conversar con su primo, llegó hasta la cocina donde encontró al peliceleste con la comida lista. Los cubiertos yacían ubicados en la superficie de la isla que aquel lugar poseía, por lo que debía esperar a probar los alimentos que el mayor había preparado con antelación.
—Eso fue muy rápido TaeTae. Huele increíble.
—El bibimbap es una receta fácil de preparar, y aunque no me lo creas te tardaste 20 minutos, lo que me hace suponer que fue algo importante.
—Ah sí, un compañero de trabajo me estaba pidiendo ayuda por mensajes, pero también me distraje un poco con las redes sociales.
Jungkook respondió con total naturalidad para que el mayor no notara la esperanza que había inundado todo su ser. Todavía era muy pronto para creer que ganó la batalla.
—Entiendo—Taehyung asintió despacio, terminando de poner los platos en la mesa—. Entonces siéntate Kook, y disfruta.
—Siempre.
El azabache sonrió ante la invitación del mayor que no tardó en imitar su acción. Tomando asiento para degustar esa característica receta de la gastronomía coreana.
Una hora y media más tarde, ya habiendo terminado de comer y limpiar todo lo que ocuparon para la cena, los jóvenes subieron al segundo piso donde se encontraban las habitaciones.
Tantas cosas sucedieron en un solo día que Jungkook y Taehyung se olvidaron de la vergonzosa posición en la que despertaron gracias a la señora Choi. El rubor no tardó en cubrir sus mejillas, por lo que a cada paso que daban, el peliceleste se replanteaba si considerar la idea de irse a la habitación que estuvo destinada para él desde un principio.
No obstante, si lo hacía sería muy obvio de su parte. Pues era una forma de hacerle notar al menor que se veía incapaz de compartir la misma cama porque le ponía nervioso.
Así que, haciendo uso de su ingenio, Kim jugó una carta que Jungkook no podría desacreditar.
—Kook, una vez más lamento haberte abrazado.
De la nada, Taehyung se disculpó haciendo una reverencia antes de abrir la puerta de la habitación del susodicho.
—No es necesario Tae, yo...
—Si lo es—lo interrumpió, cortando sus palabras—. Aunque fue error mío no prevenir mi descuidado accionar.
—¿Cómo así? —Jungkook interrogó confuso.
—Pues como ya te dije en la mañana, al dormir con mis hermanitos siempre estuve acostumbrado a abrazar algo de manera inconsciente.
—Oh, te referías a eso.
Aquello no había sido una mentira como tal, porque realmente lo hacía antes de ser víctima de su maldición, pero sabía que, dada la situación actual, lo más probable fuera que su ser inconscientemente haya deseado tener un poco de contacto con el atractivo azabache.
—Sí, entonces de antemano discúlpame si la situación volviera a repetirse.
—No pasa nada, ya estoy avisado. Así que no habrá problema para que continuemos durmiendo juntos.
—Ya sabes... Estamos reforzando la amistad, ¿verdad? —Taehyung sonrió contento por la resolución a la que habían llegado, mientras al menor sin pretenderlo se le abrió la boca por la impresión que le causó esa afirmación.
¿Había escuchado mal?
El peliceleste parecía no entender el significado oculto tras esas simples palabras.
—¿Perdón?
—Kookie, ¿acaso te estás quedando sordo? Dije que estamos reforzando la amistad.
—¿Dónde aprendiste eso, Tae?
—La vez pasada cuando estaba a tu lado observando lo que veías en tus redes sociales—explicó como si eso fuera lo más obvio del mundo—. Uy, una vez más te estás poniendo colorado, Jungkookie.
Su mano se acercó peligrosamente al rostro del menor con el objetivo de tomarle la temperatura. El pobre azabache se quedó inmóvil ante el repentino tacto. - Me enojaré contigo si me estuviste mintiendo con respecto a sentirte mal. - le regañó con suavidad.
No había duda de que este chico era un alma inocente y pura que no comprendía nada. Y con nada, Jeon se refería a las insinuaciones que sin querer hacía.
—Te lo juro... —susurró el menor cohibido por los ojos profundos con los que el contrario le estaba escudriñando.
—Está bien, me comprometo a estar pendiente de tus síntomas.
—Como gustes.
El mayor asintió de acuerdo, y nuevamente los jóvenes se sumieron en una charla tranquila que no tenía nada que ver con algo que pudiera ponerles incómodos de alguna forma. Media hora más tarde, ambos ya estaban acomodados en la cama con sus respectivos pijamas. No obstante, Taehyung sentía que la noche era mucho más fría que la anterior.
Le gustaba el frío, pero no tanto cuando no había forma para resguardarse correctamente de este.
Además, le daba cosa decírselo a Jungkook. El menor se mostró muy complaciente con él por lo que no quería abusar de su confianza. Sin embargo, por mucho que intentara conciliar el sueño, un ligero temblor se hizo presente en su cuerpo.
Detalle que no pasó desapercibido para el azabache.
El cual había estado mirando por unos minutos el ceño fruncido del peliceleste que trataba de conseguir calor corporal abrazándose a sí mismo.
—¿No puedes dormir?
—No te preocupes por mí, Kook, no es nada—le restó importancia abriendo los ojos, encarando al joven de ojos infinitos—. Duerme.
—Estás temblando. ¿Cómo no me va a importar? —cuestionó totalmente serio—. A este paso podrías sufrir una hipotermia.
—Estás exagerando.
—No seas cabeza dura Kim Taehyung—le regañó.
—¿Entonces que sugieres, Jeon?
La voz de Taehyung sonó molesta por la necedad del contrario. A su concepción, otro era el cabeza dura. Si él decía que no era nada, no era nada y punto.
—Si encuentras calor en mis brazos, úsame—soltó, ya superado por la terquedad del peliceleste. Jungkook creyó que lo pensó, pero lo expresó en voz alta y clara. Aquella tentadora propuesta salió de su boca por error.
"¡Qué vergüenza! ¿Qué carajos estoy diciendo?"
No obstante, cuando quiso aclarar la tremenda tontería que dijo, sintió como el peliceleste se acercaba a su anatomía. Colándose entre sus brazos, mientras le abrazaba con fuerza.
—Si esto era lo que querías, aquí tienes, necio. Lo único que quiero es dormir. Me siento cansado.
Oh sí, Jeon olvidó que Taehyung podía tener un carácter muy fuerte y dominante cuando quería.
Jungkook estuvo de acuerdo con un leve movimiento de cabeza. Le había dejado sin palabras. El menor apenas logró rodear esa fina cintura con su brazo, todavía sintiendo irreal aquel imprevisto contacto de su cuerpo con el ajeno.
Estar así con Taehyung era como revivir esa época de mocoso hormonal que no sabe ni como formular una frase sin trabarse en el intento. Pero, aunque solo fuera por esa noche, el azabache se daría el lujo de disfrutar de la sensación de la anatomía contraria que encajaba tan perfectamente contra la suyo.
Continuará...
Gracias por leer. Espero hayan disfrutado la escena del Namjin y la de nuestros queridos tortolitos enfrentando una nueva situación. ¿Acaso cederán a sus impulsos? Pronto lo descubrirán. Los quiero. Por cierto, hice un especial por navidad, lo encuentran en mi perfil con el nombre de Snow Luv (vkook), por si gustan leerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro