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*ૢ Capítulo 17*ૢ

El azabache dio por finalizada la tarea de lavar y secar los platos en veinte minutos exactos, el tiempo suficiente para que Taehyung regresara de cambiarse el pijama por ropa casual, tal y como Jungkook se lo pidió con anterioridad.

Cuando el peliceleste se dispuso a avisarle que cumplió con lo pedido, antes de que si quiera pudieran cruzar miradas, el menor salió disparado de la cocina con la intención de responderle con algo muy puntual. 

"Está bien, yo también iré a cambiarme. Si gustas puedes ver algo en la tv mientras tanto".

Taehyung asintió con lentitud, todavía confundido por la actitud del contrario. Pues una vez no pudo ignorar como Jungkook le trataba de una manera tan fría. Sin embargo, quería convencerse de que tal vez solo eran ideas suyas. Tampoco sabía muy bien que hacer estando en dicho lugar, por lo que era obvio que estuviera al pendiente de cada cosa que el azabache le recomendara.

Hacerle caso a Jungkook era lo mejor de lo mejor, ya lo había comprobado en carne propia.

Porque si nunca lo hubiera hecho, jamás estaría al tanto de que en la dichosa televisión pasaban canales que se dedican en su totalidad a los temas culinarios. Los cuales no tardaron en captar por completo la atención de Kim, quien contaba con muchísimas ganas de aprender algunas recetas interesantes.

No importaba si eran postres, entradas, ensalada, sopas o platos fuertes.

Taehyung estaría satisfecho con lo que fuera, disfrutando de la comodidad que le brindaba estar en esa sala, mientras en la gran pantalla veía como gente demasiado talentosa compartía su conocimiento con el mundo.

Media hora más, Jungkook descendió por las escaleras, sintiéndose luego de darse un refrescante baño que contribuyó a relajarlo aún más. Se estaba comportando como un idiota por no saber cómo frenar lo que sentía, y Taehyung no debía ser quien pagara por los platos rotos.

Así que con eso en mente y queriendo enmendar su actitud infantil, Jungkook fue en búsqueda del mayor para dedicarle su absoluta dedicación como estuvo haciendo con el pasar de los días. Y es que Jungkook también lo necesitaba en demasía, porque compartir tiempo ameno con el peliceleste se convirtió en el bálsamo para su solitaria alma.

Solo Kim era el único capaz de entregarle un poco de color a sus días que llevaban siendo grises desde hace tanto tiemplo. Solo Taehyung podía hacerlo sonreír con su divertido sentido del humor. Solo él reparaba su alma cada vez que descubría una nueva faceta en su personalidad.

Sí, solo él podía volverlo un tonto enamorado otra vez. No obstante, la diferencia radicaba en que Taehyung le demostraba que era demasiado bueno para este mundo a pesar de cualquier circunstancia que le presentara. Y por más que Jungkook tuviera pequeñas crisis existenciales sobre su comportamiento con su persona, como sucedió minutos atrás, en el fondo sabía que el peliceleste no tenía culpa de nada, pues jamás podría hacerle daño a nadie siendo consciente de ello.

El joven de sonrisa cuadrada no era así, se negaba a creer en esa posibilidad. No después de todas las veces que le habló con el corazón en la mano, afirmando el dolor y desesperación que tuvo que pasar gracias a su terrible maldición. Él jamás le desearía el mal a nadie, ni a su peor enemigo. Mucho menos heriría sabiendo las consecuencias que podría provocar.

Sí, con facilidad podría poner las manos al fuego por Kim. 

Taehyung era puro de alma y corazón, cualquiera sería capaz de fijarse en cómo sus ojitos brillantes irradiaban la sinceridad que poseía, además de que cuando hablaba lo hacía con total educación.

Tan diferente a la mayoría de personas que habían entrado a su vida, y que Jungkook siendo el mayor terco de la historia, fue tan idiota cómo para creer que alguna vez podrían cambiar. 

A pesar de ser tan consciente de las banderas rojas que simbolizaban actitudes mal intencionadas como las del interés, la mentira, la hipocresía, la infidelidad, entre otras más que prefería no volver a recordar.

El peliceleste era como una de esas joyas tan raras de encontrar en la actualidad. Y aunque por un mínimo instante, Jungkook creyó que Taehyung era demasiado hasta para alguien como él, no quería rendirse sin antes haber luchado como debía.

Con la única intención de demostrarle que se volvería el mejor hombre por él y para él.

Sí, esa era una de las mejores motivaciones con las que podría contar en su día a día. 

Cuando llegó a la sala, Jeon se encontró con una estampa que logró enternecerle y terminar de despejar su mente de los pensamientos que lo atosigaban. A unos cuantos metros de distancia, sentando en el sofá más amplio estaba un Taehyung hipnotizado por lo que veía en la pantalla de la televisión de la sala.

Sus ojos avellanas se mantenían bien abiertos, sus labios curvados en una leve mueca de concentración. Demostrando que cada uno de sus sentidos se encontraban despiertos cómo para registrar la información que recibía de manera visual.

A lo que Jungkook se preguntó si algún día podría comerse a besos su preciosa carita, la cual era única al poseer esa encantadora expresión.

—¿Estás entretenido? —preguntó el menor con una leve sonrisa adornando su bonito rostro.

Con rapidez Taehyung desvió la mirada del televisor hacia el azabache que iba aproximándose a su dirección con el objetivo de sentarse en el sillón que estaba frente suyo.

El joven de mirada infinita parecía estar con su semblante de siempre, sí, tal vez solo fueron ideas desatinadas de su muy productiva cabeza, ya que amaba crearse historias que no existían. Sin embargo, a pesar de ser consciente de que las personas no todo un siempre podrían estar con el mejor humor del mundo, se sentía contento al apreciar una vez más es tierna sonrisa de conejito en el rostro de Jeon. 

—S-Sí, encontré un programa de cocina que me distrajo mucho—explicó con tranquilidad, usando ese tono de voz que parecía hecho de terciopelo—. Si no me hablabas no hubiera notado tu presencia, Kookie...

—Ya veo. Yo estaré revisando un rato mi móvil, por favor continúa. No te contengas por mí.

—Muchas gracias, Koo.

Cuando el chico al fin tomó asiento en el lugar que escogió, Taehyung no ignorar el hecho de que Jungkook mantenía su cabello mojado. Lo más seguro es que había aprovechado la ocasión para tomarse un baño rápido. La imagen de algunas gotitas traviesas resbalándose por las hebras oscuras consiguieron embobarlo, en conjunto a la atractiva ropa que portaba. La cual era conformada por una camisa suelta que no dejaba mucho la imaginación, pues era de un blanco translúcido que permitía apreciar con claridad sus tonificados abdominales, sin dejar atrás a los pantalones de chándal grises que marcaban sus gruesos muslos.

"Dios, ¿por qué me haces esto?". Fue lo que el mayor se preguntó antes de apartar la mirada, tratando de concentrarse en ese programa de cocina que deseaba pudiera alejar todo tipo de pensamientos indecorosos.

Ah, que pecado estaría pagando como para tener esas vistas tan de cerca sin poder tocarlas.

Castigo o bendición, jamás lo sabría.

💙

Habían pasado dos horas exactas desde que Jungkook y Taehyung se encontraban concentrados en sus propias cosas. El azabache continuaba con la vista pegada en su dispositivo móvil, como si fuera lo más interesante del planeta, mientras el mayor ni parpadeaba gracias al contenido tan interesante que se mostraba en la pantalla plana. 

Cada quien se encontraba en su mundo.

Y para sacarlos de ahí, solamente tendría que pasar algo de fuerza mayor, ¿verdad?

El teléfono inteligente vibró entre las manos de Jungkook, alertándolo sobre una respuesta que había llegado a su bandeja de mensajes. Curioso por descubrir quién fue el primero en responder a cualquiera de los mensajes que envió temprano en la mañana, Jeon no demoró en cerrar la aplicación en la que estaba para abrir la de mensajería.

La ganadora fue nadie más que la Señora Choi.

El azabache ingresó al chat, repasando la respuesta que la mujer le había dado luego de pedirle ese favor, encontrándose con una afirmativa que le tranquilizó en demasía. La mujer le aseguraba no tener problema con ello, sin embargo, el menor sintió su pulso acelerarse cuando leyó la última parte de aquel mensaje.

Su cara se puso rojísima como si el sol le hubiera quemado en una tarde de verano y la temperatura en su organismo no tardó en elevarse para completar el bochorno que estaba molestándole en ese preciso instante. 

Desvió la mirada de su móvil a Taehyung para comprobar que no fue consciente del brusco cambio en su semblante. Y para su buena suerte el susodicho continuaba más que perdido en la majestuosidad del arte de la cocina. Porque no existía excusa válida que fuera lo suficientemente buena como para distraerlo de lo obvio.

Volvió a leer el mensaje, y negó suavemente con la cabeza. Esa mujer podía ser un poquito imprudente cuando se lo proponía.

Aquellas palabras resonaban en su mente con fuerza, y los emojis que puso tampoco ayudaban mucho. Joder, ¿qué cruel castigo era este?

Claro que sí Jungkook-ssi, ese día te los llevo. Parece que la visita de tu novio ha sido tan de improvisto que por eso se olvidó de algo tan importante, pero no te preocupes, para eso estoy yo. (o)

Y si gustas, puedo sumarle un paquete de preservativos a tu pedido, porque Taehyung-ssi en serio parecía estar muy entusiasmado y decidido a pasar tiempo contigo. Sería un regalo para ustedes, en agradecimiento por haber contratado este servicio. 

Ya que estoy siendo fiel a lo que les dije, porque ustedes son jóvenes y tienen el derecho de disfrutar del otro, sin olvidar que la seguridad siempre debe estar primero. (¬¬)

Todavía no has hecho uso de alguna cortesía de nuestra parte durante estos días en los que has estado de vacaciones, así que podrías tomarla sin problema. Porque no creo que Hoseok-ssi no te haya informado sobre esto, ¿cierto?

Bueno, piénsalo y me avisas, pero si se da el caso de no ser necesario (porque tienen suficientes) igual les llevaré algo aparte y eso no está en discusión. 

¡Nos vemos pronto! Adiós :D

Oh Dios, claro que Hoseok se lo había contado. Lo hizo por mensaje, y fue antes de que su vida estuviera patas arriba gracias a ese peliceleste al que no le costó mucho romper la coraza que portaba su corazón. Jeon tenía pensado utilizar aquel beneficio para que la mujer le trajera algún puzzle con el que distraerse en los días que les quedaban.

No obstante, una vez más lo que planeó no salió tal y como quería. Lo había olvidado por completo, pasando a segundo plano gracias a lo distraído que se encontraba. Sin embargo, no se quejaba o se sentía mal por ello, porque todo el tiempo que compartió con Taehyung fue el más memorable en años, así que eso era lo de menos.

Hubiera continuado en su etapa de negación, tratando de eliminar cualquier imagen mental que su creativa mente pudiera crear, pues ese simple comentario movió tantas cosas dentro suyo, de no ser porque puso todo su esfuerzo para ser lo suficientemente fuerte como para concentrarse en escribir una respuesta coherente. Una que no delatara su nerviosismo y que sobre todo fuera una sutil negación a la oferta inesperada por parte de la Señora Choi.

Cuando estuvo contento con lo que había escrito, levantó su cabeza, despegando la vista del aparato para encontrarse con un ceño fruncido a tan solo unos cuantos centímetros de su rostro. Tan jodidamente cerca.

En serio, ¿Qué pecados estaba pagando para tal encantadora tortura?

—¿Qué te pasa, Kookie? Te desconectaste por completo de este mundo. No me ponías atención a pesar de que estuve llamándote por tu nombre por un buen rato—el peliceleste le regañó con seriedad, sentándose en el mismo sillón en el que Jungkook estaba. Sus cuerpos parecían no conocer la distancia pues en ese preciso instante se encontraban uno a lado del otro—. Pensé que me ignorabas a propósito, pero parecías tan distraído en algo que merecía acaparar toda tu atención.

—Oh... ¿E-En serio? P-Perdón—tartamudeó su disculpa—. ¿Qué sucedió?

—A mí nada, solo que ya se acabó el programa que estaba viendo—anunció con obviedad—. ¿A ti qué te sucede? ¿Qué estabas haciendo?

—¿Yo? Solo estaba respondiéndole a la Señora Choi un mensaje sobre las cosas que tiene que traer en su próxima visita—la fija mirada avellana lo ponía más nervioso, pues parecía que estuviera leyéndole la mente—. N-Nada fuera de lo normal, lo siento por no escucharte, estaba concentrado redactando el mensaje.

—Mmm... Ya veo. Te creeré—respondió poco convencido y un tanto pensativo—. Pero hay algo que no comprendo, Kookie.

Ahí estaba su innata curiosidad. Era una de las cualidades que más admirada del mayor, pero a la misma podía llegar a ponerle en aprietos al aparecer en los momentos menos esperados.

—¿Qué cosa...?

—¿Por qué estás tan rojito? No me digas que...

La cara de susto de Taehyung terminó asustando también a Jungkook.

—¡Te está dando fiebre! —se acercó al azabache de forma peligrosa, apoyando una de sus manos en los muslos del contrario, mientras la otra iba directo a la frente del menor—. Estás muy caliente—aseguró con preocupación. 

Jeon tragó duro por la cercanía. 

—Dios mío, hace mucho que no cuido a alguien que esté enfermo.

El recuerdo de sus hermanos se hizo presente con mucha facilidad, en el pasado ellos siempre estuvieron a su cuidado—. Espérame, te voy a hacer unas ricas gachas. Aprovechando que recuerdo donde guardé cada ingrediente, además de que no es muy difícil de preparar.

—¡N-no es necesario, Tae! —Jungkook experimentó otro gay panic, cortesía exclusiva del peliceleste que parecía querer robarle toda su estabilidad emocional. Era increíble y digna de admirar la facilidad con la que podía alterarlo.

—¿Cómo qué no? —Taehyung quitó su mano y se alejó del cuerpo contrario solo para ponerse de pie. - No seas orgulloso, Jeon, déjate cuidar por mí. Ya decía yo que no debías salir al frío de la mañana, así como así. 

Kim le cuestionó con severidad como un buen hyung haría y Jungkook supo en ese instante, que no existía forma de evitar que sus mejillas siguieran sonrojándose con fuerza. No después de esa actitud que el mayor le mostró—. Porque por muy abrigado que estuvieras, siempre tienes que taparte el rostro hasta que tu cuerpo se acostumbre al cambio de temperatura en el ambiente.

—Pero Tae... Te juro que no estoy resfriado.

—Te prometo que te haré las gachas más deliciosas que hayas probado—ignoró sus palabras, ya lo tenía decidido—. Son de las pocas cosas que se me da bien preparar. Confía en mí, ¿sí?

—No es que no confíe en ti, lo hago, pero no me siento mal.

—¿Entonces por qué estás tan rojo? —inquirió con duda y Jungkook suspiró. ¿Por qué justo ahora tenía que ser tan terco?

"Mi mente voló muy alto gracias a la Señora Choi, lo siento por eso". Fue lo que quiso decirle. Sin embargo, prefirió hacerse el desentendido.

—Me dio un poco de calor, te juro que no es nada. Pero si la oferta sigue disponible, aunque no me encuentre mal, de verdad quisiera probar esas gachas—le sonrió con suavidad y el ceño fruncido desapareció de inmediato del rostro del mayor.

—Bien, tú ganas porque te las prepararé de todas formas—Taehyung volvió a tomar asiento, solo que esta vez estaba a una distancia considerable de aquel azabache que le observaba fijo—. Tal parece que no puedo enojarme contigo...

—Aprecio mucho tu preocupación.

—No es nada—con un ademán le restó importancia al asunto, para luego preguntarle—. ¿Quieres que vaya ahora, o...?

—Primero veamos una película juntos y luego puedes hacer eso, no tengo hambre todavía.

—De acuerdo, pero yo elijo ¿sí? —pidió juntando sus manos, ya contaba con algunas sugerencias interesantes—. Por fis, por fis.

—Como gustes.

Luego de su respuesta, no tardó en escuchar una exclamación llena de emoción por parte de Taehyung, mientras lo veía tomar el control remoto para poder escoger un film en Netflix. Ya podía manejar a la perfección dicho aparato, por lo que estaba satisfecho con ello y seguro se estaba acostumbrando con mucha facilidad gracias a su uso diario.

Jungkook jamás podría decirle que no por más mínima que fuera la petición.

Continuará...

Otro capítulo lleno de tensión entre los lindos tortolitos. Esto sin querer se está volviendo una comedia romántica, pero no se preocupen, más pronto que tarde llorarán un poquito. Háganme saber su opinión en comentarios o con sus estrellitas por favor.

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