Desde que Jungkook tiene uso de razón recordaba como su abuelito le contaba todo tipo de leyendas cada vez que lo iba a visitar en su casita a las afueras de Busan.
Aquel lugar tan cómodo y hogareño en el que podía pasar todo el tiempo del mundo.
El azabache simplemente adoraba escuchar con suma atención cada increíble relato, y para el anciano era algo que le daba total satisfacción, pues el rostro tan emocionado de su nieto simplemente no tenía precio.
Se había vuelto una preciosa costumbre, pero como siempre, todo lo bueno debe acabar en algún momento.
Y aquello sucedió cuando el mayor de los Jeon falleció.
Sin embargo, el Jungkook de quince años en ese entonces, siempre supo que todas esas historias vivirían grabadas en su mente y corazón.
Pero lastimosamente, la cotidianidad a veces puede hacerte olvidar gran parte de los que consideraste como los recuerdos más valiosos.
Y ese había sido el caso de Jungkook, que ahora a sus veintiséis años de edad, solo conservaba los fragmentos de esas historias que fueron su mayor entretenimiento en aquellos dulces tiempos.
Ya estaba graduado desde hace dos años, contaba con un muy buen trabajo, con el que se podía dar todos los lujos que quisiera, además de poseer una bonita casa y un vehículo de último modelo.
Pero nada era color de rosa.
Algo le faltaba, y eso era claramente una persona con la que pudiera compartir sus alegrías y tristezas. Aquello siempre le hizo mucha ilusión, a pesar de que últimamente no lo dijera en voz alta.
Aunque vale recalcar que tampoco lo consideró como algo indispensable para él, pues era de la idea de que en algún momento podría llegar ese ser tan especial, sin necesidad de buscarlo.
Pero para su mala suerte cada persona que llegaba le demostraba que el dicho de es mejor estar solo que mal acompañado era la más pura verdad. Siempre le restaban en lugar de sumarle, y eso quiera que no ya le había bajado las esperanzas a un punto que creía sin retorno.
El interés, la manipulación, las mentiras, y muchas otras cosas más habían sido el detonante para que Jungkook ya no quisiera intentar nada con nadie. Volviéndose alguien solitario y amargado, que ya ni siquiera consideraba el amor como una de sus prioridades, porque aseguraba ser feliz así.
Sin embargo, nunca imaginó que la vida podría sorprenderle de una manera tan mágica e irreal.
Trayendo de vuelta los recuerdos de las fascinantes leyendas de su abuelo. Y más específicamente aquel relato que le encantaba escuchar una y otra vez, pero que había quedado más que olvidado en lo profundo de su alma.
¿Podría ser capaz de volver a confiar y seguir a su corazón?
💙
El azabache estaba muy sumido en todos esos documentos procedentes a su trabajo, hasta que cierto joven de ojos gatunos con el que trabajaba decidió romper su concentración.
—Kook, pienso que deberías darte un descanso, ¿no crees?
—¿De qué hablas, Yoongi hyung? Estoy perfectamente bien.
El joven seguía pasando las páginas, mostrándose desinteresado por más que estuviera analizando cada palabra de su hyung, mientras hacía algunos apuntes que luego tendría que pasar en su ordenador.
—Yo no lo creo—el mayor suspiró con cansancio, masajeando el puente de su nariz.
Aquel chico frente a él era un trabajador compulsivo desde hace unos meses. Más específicamente desde que su relación amorosa con su novia de casi un año había terminado.
Y es que no era para menos comprender el hecho de que quisiera desconectarse de la desilusión amorosa que tuvo, pero esa no era la manera correcta.
Encerrarse en el trabajo jamás sería algo sano.
Pero supuso que una vez más aquel joven de sonrisa parecida a la de un conejo, podría superar esa mala experiencia y seguir con su vida como lo había hecho con sus anteriores parejas. Aunque ahora algo le decía que seguramente eso no sería posible como en ocasiones anteriores.
Sin importarle nada, Yoongi le quitó al menor uno de los documentos que tenía entre manos. Consiguiendo su completa atención.
—¡Hyung! —reclamó el menor, su ceño frunciéndose al instante, pero eso poco le importó al más pálido.
—Bien, ahora que tengo tu atención quiero que escuches la sugerencia que te voy a hacer.
—Pero....
—Nada de peros, Jungkook-ah.
El susodicho suspiró, quitándose los lentes y dejándolos en su escritorio, haciéndole compañía a los demás documentos y a su ordenador de última tecnología, con la única intención de concentrarse en el hombre de tez pálida.
—Te escucho, hyung—le incitó a hablar y el mayor con una sonrisa asintió, comenzando a expresar su sentir—. Verás, realmente estoy muy preocupado por ti.
—Lo que me parece algo injustificado, porque estoy muy bien.
—Claro que no, eso es lo que tú nos quieres hacer creer, Jungkook—Yoongi aseguró y el mencionado rodó los ojos, aburrido. Su hyung podía ponerse muy intenso cuando quería.
—Ya hyung, pero... ¿Cuál es el punto de todo esto? Estaba muy concentrado trabajando por si no lo habías notado.
—Lo sé, y eso es algo que me gusta mucho de ti, porque siempre te he reconocido que todo lo que haces, es espectacular.
Jungkook asintió y susurró un "gracias" como contestación—. Sin embargo, lo que te voy a pedir es algo muy, pero muy sencillo. Y que si lo hago es porque estoy tomándome las ventajas de ser el novio del jefe.
—¿Qué tiene que ver Jimin hyung en esto?
El azabache inquirió confundido por la repentina mención del doncel de labios rellenos, pero sintió más intriga cuando vio una pequeña sonrisa llena de complicidad en el pelinegro—. Me estás asustando hyung...
—Pues... —hizo una pequeña pausa antes de soltarle algo que lo dejó en el más puro estado de estupefacción—. Disfruta de tus próximas vacaciones, mocoso.
—¿Qué? ¿De qué hablas hyung?
—Pues eso mi querido amigo, a partir de mañana no te queremos aquí durante un mes.
—Debes estar de broma—Jungkook quiso reír un poco, pero la cara seria del mayor le hizo saber que aquello no era ningún chiste—. ¿No era broma entonces?
—Claro que no, tienes vacaciones acumuladas así que no le veo el problema—Min afirmó desbordando seguridad—. ¿Acaso mi cara dice que estoy jugando?
—No, ¿pero por qué? —inquirió levantándose de golpe de su asiento, indignado por lo que parecía ser una decisión que no podría declinar—. Eso no es nada ético de tu parte, hyung—le regañó serio, volviendo a fruncir el ceño.
—Lo sé, pero es por una buena causa, pues como el buen hyung que soy, ya te hice saber que estoy muy preocupado por ti. Vienes a la oficina, trabajas, te regresas a tu casa y sigues adelantando trabajos.
Yoongi comentó desde su perspectiva el comportamiento del menor que conocía desde hace unos cinco años atrás, más específicamente desde que era su superior en la universidad.
—Eso no está nada bien.
—Pero hyung... Yo me siento bien haciendo eso, no me parece justo que lo hagas.
—No te diría nada si no supiera la razón por la que lo haces—el azabache lo observó incrédulo, esperando a que le diera la dichosa razón—. Es como tu escape para lo que te paso con tu ex y no lo puedes negar.
Jungkook simplemente estalló en carcajadas a la vez que el pelinegro le observaba extrañado como si le hubiera crecido otra cabeza, sin comprender el motivo de su risa.
—No entiendo la razón por la que te ríes, Kook. ¿Qué es lo gracioso? ¿Tengo cara de payaso o qué?
—Hyung...Yo ya superé esa relación—se limpió una lágrima imaginaria, mientras el mayor lo escudriñaba con la mirada. Ese muchachito podía ser muy osado cuando se lo proponía—. Ya me había hecho a la idea de que me iba a decepcionar en algún momento como con todos los demás.
—¿Entonces por qué motivo comenzaste a encerrarte en el trabajo?
—Es fácil, simplemente decidí renunciar a la idea de compartir mi vida con alguien, porque todos me han terminado dejando más malos ratos que buenos momentos—musitó con una sonrisa fingida, de esas que Yoongi detestaba que Jungkook usara. Porque no le gustaba que actuara como una persona falsa—. Y como los seres humanos somos tan tontos, siempre le damos más peso a lo malo que a lo bueno. No obstante, seré más inteligente, y evitaré desastres.
—En pocas palabras, ¿te quieres quedar soltero toda la vida?
—Sí, y no hay nada de malo con eso. Y mientras más trabaje, menos tiempo tendré para poder quedar con alguien—el joven de piel nívea explicó con calma y el mayor comprendió de mejor manera su punto.
—Claro que no lo hay, y ahora que lo dices, no me parece una mala estrategia lo que estás haciendo, pero eso no le quita lo preocupante. Porque a pesar de todo las personas siempre merecerán tener un pequeño descanso de lo que hacen durante el día, así sea durmiendo, saliendo a algún lado, practicando un deporte o recreándose con un hobby.
—Puede que tengas razón, pero así estoy mejor, nunca me volveré a enamorar.
—Igualmente te recomiendo que nunca digas nunca, pues eso es algo en lo que tú no tienes poder de elegir mocoso.
—¿Por qué no? Es sencillo si me lo propongo, solo hay que tener fuerza de voluntad.
—Bueno... La vida siempre es la que tiene la última palabra, por lo que si esta lo quiere, pondrá a alguien en tu camino de la forma más inesperada. Y por más que te resistas, terminará poniendo todo tu mundo de cabeza.
—Si tú lo dices, hyung- respondió en un tono irónico, que hizo soltar un bufido al hombre de mirada gatuna—. Te creeré, no me cerraré y lo esperaré con ansias.
—Está bien jovencito sarcasmo—Yoongi utilizó el mismo tono de voz para contestarle al menor—. Si de un momento a otro me estás dando la razón es porque confiarás en mi palabra, ¿verdad?
El azabache asintió y el mayor continúo con la plática
—Entonces me gustaría aconsejarte que desde mañana que comienzas tus vacaciones, abras tu corazón nuevamente y dejes entrar a quien creas que sea el indicado o indicada.
—Bien, lo prometo, pero no será nada fácil.
No le quedó otra opción más que usar una mentira blanca para que su amigo lo dejara en paz con el tema. Sin embargo, estaba hablando con Min Yoongi, una persona capaz de notar cuando le mentía gracias a los años compartidos.
—Dios, dame paciencia—suspiró masajeando sus sienes al notar la mirada incrédula del contrario—. De acuerdo, por esta vez me iré y haré esto por ti.
—No solo por mí, Kook. Hazlo también por ti. Usa este tiempo para que te encuentres contigo mismo, despejes tu mente, busques lo que realmente quieres. Pero sobre todo que te diviertas un poco y te alejes de tu faceta de trabajador compulsivo.
—Lo intentaré, hyung—Jungkook se lo aseguró una vez más y el mayor se quedó más tranquilo con eso.
—Bien, entonces ya le notificaré a Mimi que ya te di esta información, para que pueda poner a buscar desde ya a la persona que se encargará de tu trabajo mientras tanto.
—De acuerdo, espero que Jimin hyung también se quede tranquilo con esta decisión tuya. Se va a descansar uno de sus mejores subordinados.
—Claro que sí, te aprecia mucho por ser mi amigo y por ser la gran persona que eres, a pesar de que últimamente eres demasiado serio.
Yoongi resaltó sus cualidades y Jungkook negó con un poco de diversión, porque, aunque él no creyera que fuera el gran cambio en su personalidad, al parecer para otras personas no era lo mismo.
—Y también por ser uno de los mejores jefes dentro de su empresa. Así que ve esto como algo muy bueno para ti y tu salud mental. Ya que cuando vuelvas podrás seguir con la mejor energía para continuar haciendo un excelente trabajo.
—Lo aprovecharé entonces. Gracias, hyung.
—No hay de qué, mocoso—el mayor le extendió el puño, y Jungkook lo chocó en un gesto amistoso. Porque a pesar de su descontento inicial sabía que Yoongi actuaba movido por el cariño que le tenía, así que eso era lo que más le agradecía.
Y aunque todavía creyera que nada podría cambiar su pensamiento, no se negaría a aprovechar la oportunidad para descansar.
Continuará...
Espero les haya gustado, esta historia será muy suavecita, sin mucho drama, ya que luego de que se me ocurriera esta idea tan fantasiosa, simplemente quise desarrollarla de una forma en la que solo disfruten y se dejen llevar por la lectura.
Como siempre me apoyan un mundo dejando sus comentarios y estrellitas, y si gustan pueden recomendarla para llegar a más personitas. Si veo mucho apoyo actualizaré lo más rápido que pueda. Gracias por leer.
-Shiro🌙
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