CAPÍTULO 2
LUKE
Cuando recibí un mensaje de Lindsay pidiéndome que váyase a su habitación, pues me lo dudé por unos buenos instantes, al final decidí ir con el único propósito de hacerla entender de una maldita vez que ella y yo no podíamos seguir porque no éramos compatibles. Sin embargo, haber ido a su cuarto había sido un grave error.
En un principio, debo admitir que me llegó a gustar en serio, pero eso fue antes de que se volviese desquiciantemente posesiva y evidenciase sus endemoniados celos enfermizos. La chica dulce y tierna de la que había estado coladísimo había acabado por ser una obsesa del control en todos los sentidos de la palabra. Hace más de un mes que ya no estábamos juntos, dado que ella había desarrollado una gran dependencia emocional. En fin, había vuelto a las fiestas, cosa que no le hizo ni puta gracia a mi ex pero después de todo eso a mí no podía importarme menos.
No iba a las fiestas para enrollarme con tías. Porque a mí no se me daba lo de acostarse con tías sin siquiera conocerlas o, mejor dicho, sin tener una relación entablada. En ese aspecto, mi mejor amigo y yo éramos muy diferentes. Blake era un chico que prefería pasar de la "cursilería del enamoramiento", por lo que según él: era mejor disfrutar plenamente del sexo y dejar a un lado las chorradas de todo lo que conlleva el amor. Aunque, sabía que muy en el fondo mi amigo no estaba siendo sincero consigo mismo; sin embargo, era consiente de que nunca lo admitirá en voz alta porque él podía llegar a ser increíblemente reservado en algunos puntos.
Yo era uno de los pocos que entendía a Blake. Mi amigo para muchos podía parecer un completo gilipollas y es que actuaba tal cual. La forma en la que actuaba se debía a una sola causa, que sinceramente jamás me podría martirizar tanto cómo a él. Por eso, no pude evitar encarar a aquella mocosa de cabello marrón claro con estilo ondulado y de bonitos ojos azules cuando trató groseramente a mi amigo del alma cerca a un día tan doloroso para él.
Aquella chiquilla había empezado la bronca, porque nosotros ni caso pensábamos hacerle. Esa mocosa había entrado al cuarto de Octavia, con aires de altanería, parecía creerse superior a los demás. Era toda una problemática, es decir, ¿Qué demonios le pasaba a aquella chiquilla para hacer un embrollo por el simple hecho de que alguien rodase los ojos? Por fortuna, mi amigo le había puesto en su sitio dejándola claramente cabreada hasta la médula.
Cuando la problemática de cabello marón con extensiones guindas salió del cuarto, una tía monísima de cabello rojizo quien supongo era su amiga no tardo en ir a su atrás. No fue que no me volví a encontrar con la tía pelirroja sino hasta la noche del mismo día. Nuestro encuentro fue de lo más inusual, yo iba caminando con el móvil en la mano porque estaba por pedir un taxi por Uber cuando sentí un golpe en mi hombro. Ni cuenta me había dado de que había alguien a mi costado y cuando levante la vista para recriminarle a dicha persona descuidada me encontré con la mirada de la pelirroja, una mirada culpable.
Lo que me sorprendió no fue su presencia más bien fue la sangre que caí de su nariz. ¿Acaso el golpe que se había dado al chocar conmigo había sido tan fuerte para provocar aquel tipo de sangrado? Creo que no, ¿verdad?
Me sentía culpable, así que llamé a una ambulancia cuando ya habían pasado cinco minutos y el sangrado no paraba, pero la chica pelirroja de bellísimos ojos color verde esmeralda me dijo en tono calmado que la hemorragia nasal se detuvo y efectivamente así había sido, por lo que colgué la llamada a la línea de primeros auxilios. Luego, le pregunté cómo se llamaba por qué cuando me lo dijo no le había prestado ni la mínima atención, pero ahora sí me lo tenía grabado en la mente como la tinta de plumón indeleble.
Unos minutos después el taxi que pedí había llegado y me llevó rápidamente a la fraternidad en la que estaba metido debido a que cuando quise residir en el campus no habían dormitorios disponibles, por ello busqué una hermandad para quedarme ahí solo el primer semestre pero al final me terminó por agradar; así que decidí quedarme allí.
-Que milagro que llegues temprano.-me dijo mi amigo, Nate, le había dicho sobre la rave e inclusive lo había tratado de llevar, pero se negó porque iba a tener examen de una de sus materias que no le eran su fuerte al día siguiente.
-Yo tampoco. He venido de ver a Lindsay.-le dije haciéndole saber al instante que en este momento mi humor no era el mejor.
Nate hizo una mueca de disgusto al oír el nombre de mi ex.
-¿Sigue acosándote? .-me preguntó mientras yo sacaba un cigarrillo de un paquete que me tendió. Asentí a modo de respuesta.-Mírale el lado bueno, al menos no tienes que verla por las noches.-dijo intentado animarme.
¿Y que hay de lidiar con ella en las mañanas y gran parte de las tardes?
-Supongo.-dije encogiéndome de hombros, intentando despejar mi mente, a la par que me ponía el cigarro ya encendido en la boca.
Fui al segundo piso de la casa de la fraternidad, porque ahí estaba mi cuarto.
-Maldición.-dije sin pensar, expulsando el humo del cigarro de mi boca mientras me lanzaba de espaldas en mi cama, mi ex-novia Lindsay Thompson necesitaba urgentemente ir a un psicólogo.
El consejo de Blake seguía resonando en mi cabeza, <<Si te consigues una novia, entonces es muy probable que Lindsay no te persiga más>>, eso era lo que me había dicho pero lo más probable es que no lo haya dicho en serio o, al menos, no del todo.
Sin embargo, iba a seguir aquel consejo en el caso de que Lindsay no dejase de seguirme por todos lados.
Lo único que iba a necesitar era encontrar a una tía que aceptase hacerse pasar por mi novia por lo que queda del año, ¿Por qué nada más por ese tiempo? Pues, a mi ex solamente le quedaba un año para acabar su carrera y después no tendría por qué razón volver a la facultad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro