— Aún no puedo creer que no me hayas dejado verme, tengo curiosidad, Luka

— Si te dejo observarte ya no sería sorpresa, ahora solo relájate, princesa, que cuando sean las doce te sorprenderás — Marinette llevaba el cabello atado en una trenza francesa por lo que no podía ver el resultado del cambio de look que le había propuesto Luka

— ¿Las doce?, ¿pero qué hay de especial? — Ante su comentario el joven rió, aquella chica no había dejado su vieja costumbre de olvidarse fechas especiales

— Lo sabrás en cinco, cuatro, tres, dos, uno y... — Chasqueó lo dedos, y como si ese fuese la palanca, los chorros de agua empezaron a salir por los rociadores y junto a ello aparecieron fuegos artificiales alumbrando el hermoso cielo de París — ¡Feliz cumpleaños Marinette!

— ¿Cumpleaños? — La azabache meditó un rato la situación — ¡Mi cumpleaños!, lo olvidé por completo, ¡Dios!, soy un caso perdido — El joven rio ante la expresión de la azabache

— Eres un caso perdido, que a mi me gusta encontrar a cada momento, princesa — Luka miró a la chica y entonces tomo la trenza de ella y la soltó, dejando caer sobre los hombros de ella su cabello estilizado con mechas rosas

— ¿Se ve bien? — Fue lo que preguntó Marinette al de mechas azules

— Se ve incluso mejor que cualquier modelo del mundo, ¿un recuerdo? — Luka sacó de su bolsillo su teléfono móvil con el que planeaba tener un recuerdo muy dulce y grato, pasó uno de sus brazos por la espalda de la chica sujetándola por un hombro y apegándola más a él, quería sentirla cerca, y su sonrisa fue más clara al ver que ella pasó su brazo por enfrente de su pecho enredándolo en su cuello — ¿Lista?, uno, dos y ... - Marinette se acercó a él y posicionó sus labios en la fría piel de Luka, sin percatarse, un flash apareció dando señal de que la foto había sido tomada, ahora poco le importaba esa foto, tomó la mejilla de la azabache y la dirigió a sus labios, ella no puso resistencia, pues su corazón y su mente le decían que aquello sería el inicio de su nuevo cambio

— Así que me hiciste mechas rosas — Marinette sonreía mientras se acurrucaba en los brazos del chico

— Sí, ¿te gusta el resultado? — Preguntó Luka mientras le mostraba la foto que había sacado con su móvil

— Me gustaron todos los resultados, Viperion — Cuando Marinette la llamó por aquel nombre volvió al tiempo en donde fue uno de los super héroes de París y en donde después de conocer a Ladybug descubrió que era ella, la chica que él amaba y hasta el día de hoy tiene en su corazón

— Igual a mi Buganette — Ahora la sorprendida era Marinette, ¿él sabía su antigüa identidad?

— ¿Có...cómo lo sabes?

— Cuando conocí a Ladybug como una compañera me recordabas a Marinette, estaba convencido de que eras ella aún sin confirmarlo, poco a poco me iba dando cuenta en los detalles, tu estilo de cabello, tu voz, tus valores, tus habilidades, hasta tus desapariciones, fue cuando un día un akuma atacó y te vi correr en dirección de un callejón, una luz roja desprendió el lugar y la del traje rojo salió, no hay que ser demasiado inteligentes para darse cuenta de la verdad desde ese panorama

— ¿No te decepcionaste? — Cuestionó Marinette cabizbaja

— Te dije que yo mismo saqué mi conclusión antes de saberlo, ¿por qué me decepcionaría?, al contrario, me llenó de felicidad que fueses tú mi mechas rosas — La azabache miró al joven guitarrista y le regaló una sonrisa

— Hice una buena elección contigo mi mechas azules, sin duda eras el mejor para ser Viperion el portador del prodigio de la serpiente