Lujuria: The Lust
La noche es lenta como el dolor en su pecho que persiste en quedarse allí sin importar cuántos tragos de whisky beba. La ebriedad no lo rescata de la realidad y por más que beba sigue estando en el mismo sitio donde todo es un caos.
Sentado en un pequeño sofá, sus brazos cuelgan de los apoyabrazos y en un mano puede sostener aquel vaso de whisky vacío sin una gota de este líquido que hace maravillas cuando se encuentra triste pero esta vez no surge efecto.
Su cabeza esta hacia abajo mientras sus ojos cerrados son ocultos por los mechones de su cabello azabache que cae en su frente y solo puede ocultar su otro rostro melancólico. El que le provoca pena enseñar.
Su vaso cae de su mano cuando su mirada se mueve hacia el fuego de su chimenea y puede apreciar que dos llamas bailan entre ellas. Se tocan, se acarician y se abrazan prometiendo no soltarse jamás.
Le muestran a Lujuria el futuro de sus próximos días pero el azabache no tiene idea lo que las llamas le explican hasta que el sonido de pisadas que se adentran en su casa arruinada y hecha un desastre de objetos rotos en el suelo de madera pero también algunos cuadros destrozados.
Todo era un completo desastre ante los ojos de ese rubio. Jarrones antiguos, cuadros, muebles, sillas y luego Jeongguk, todo era completo desastre roto desde todos los puntos de vista posible.
La puerta de la casa se encontraba abierta porque algo de en el intuía que ese humano podía seguirlo. Nada acabó en esa cena todavía.
Tragó duro cuando los pasos lentos de ese rubio se adentraron aún más en la casa y se aproximó al sofá dónde no se movió ni un segundo para observarlo.
La distancia volvió más estrecha y Jimin se colocó de cuclillas para luego apoyar sus manos sobre las rodillas de Jeongguk, intentando observar su rostro detrás de todos esos mechones que ocultaban sus lindos ojos.
—¿Por qué te comportas de esa manera con mi ex-esposo? Creí que serías diferente, un hombre diferente a mi ex-esposo.
El susurro bajo de Jimin tiene pinchos porque cada palabra que le dice lastima su corazón ilusionado.
Las llamas del fuego se elevan y es mucho intenso como el calor de este es extraño pero abundante porque puede captar la atención del rubio, quien le echa un vistazo rápido y luego sus labios se separan un poco asombrado.
Pero su mirada regresa a Jeongguk cuando este tiene valor para platicar después de todo el dolor con el que carga su mente.
—No me digas que tú ex-esposo te agrada de regreso porque yo mejor que nadie se que tu no eres feliz con el. — Y enseña un sonrisa divertida.
—¿Eso es importante para ti? Crei que solo importa nuestra amistad.
—¿Amistad? ¿Pedí tu amistad? Tus palabras me dolieron.
El brusco movimiento del azabache asombró a Jimin cuando su rostro se aproximó al de él con rapidez mientras sus colmillos eran enseñados.
Los ojos del humano le enseñaron el asombro y el poco temor que poseía en su cuerpo al ver tal imagen de Jeongguk por primera vez. El rubio apretó sus labios y se alejó solo dos centímetros del rostro del contrario para observar mejor sus colmillos combinados con su perfecta dentadura.
—No eres el mismo Jeongguk que conocí. —
Él negó junto a sus palabras expulsadas y intentó escapar lejos pero su brazo fue tomado por la mano de ese hombre, que ya no era más que un extraño con un nombre que solía ser Jeongguk. Solo quiera olvidar que lo conoció alguna vez en este pueblo y pedile a su ex-esposo regresar a la ciudad cuando supo que venir aquí fue la peor opción.
—¿Me abandonas? Gracias a mi eres libre de ese hombre. ¿Acaso tienes miedo de sentir otro hombre contra tu cuerpo?
—El es diferente a ti. Estoy seguro que no tiene colmillos como tú.
El rápido movimiento de Jeongguk al ponerse de pie provocó que el brazo de Jimin finalmente sea libre de su agarre pero se asustó cuando el cuerpo del azabache se puso de pie rápidamente con un tono rudo en sus palabras.
—¡Eso es! ¿Es porque es humano y yo no? Tenía que suponerlo. Primero tú y luego mi caballo, no tengo más que dolor pero quizá tú presencia aquí sane mi dolor.
Jimin retrocedió sobre el suelo con ayuda de sus manos y pies que lo impulsaba sobre su trasero para alejarse de Jeongguk con sus ojos algo miedosos porque podía observar con cautela como el contrario daba un paso hacia él y luego otro como si fuera una bestia intentando atrapar a su presa con esos colmillos que se ven atractivos en esa sonrisa lasciva con sed de lujuria.
En una situación de miedo, su cuerpo no se detiene y retrocede con ayuda de sus manos pero también sus piernas con cada paso que esa bestia da hacia él.
—No tengas miedo.
Su tono es cambiante porque puede cambiar de uno rudo hace minutos a uno completamente seductor ahora mismo mientras le pide que no le tema.
Pero es imposible cooperar, su mente y su cuerpo son diferentes personas en un mismo cuerpo cuando cada uno desea algo diferente. Su mente le pide que corra lejos mientras que su cuerpo quiere sentir el miedo recorrer por toda su piel y sentir la adrenalina de sentirse una presa.
Jeongguk sonríe mientras le extiende su mano para que la tome. Le da dos opciones, puede escapar y ser cazado a la mala o simplemente aceptar estar junto a él esta noche.
El rubio traga duro cuando sus ojos se desvían de su sonrisa hacia su mano abierta y dispuesta a ser tomada con gentileza pero realmente no cree que sea todo fácil. Nada sera fácil para Jeongguk como él creía.
Un paso hacia el humano y aún su mano se encontraba extendía con el objetivo de sentir la mano del contrario estrechandola pero sus ojos que alguna vez fueron dulces hacia Jimin cambiaron completamente con una mirada oscura cuando el nombrado se colocó de pie rápidamente mientras negaba con quedarse un minuto más allí.
Su cuerpo se colocó de pie rápidamente y corrió hacia la puerta pero cuando deseo salir de la casa, la puerta se cerró completamente con una fuerza sobrenatural sin que nadie colocará una mano sobre esta. Por si sola se cerró destruyendo su oportunidad de escapar y salir con vida.
Se giró hacia Jeongguk y pego su espalda contra la puerta intentando mantener su cautela en ese azabache que bajo su mano extendida con rapidez mientras sus ojos observaban por debajo de sus pestañas.
Su respiración agitada se notaba cada vez que su pecho se eleva combinado con sus labios separados intentando ayudar a sus pulmones respirar aún más cuando su nariz no era suficiente.
Pero nunca será suficiente si de un momento a otro su corazón late más rapidez contra su pecho cuando el azabache se aproximó a él con pasos rápidos y sintió como ambos cuerpos podían tocarse mutuamente a través de sus torsos pegados.
Puede sentir el calor que desprende el cuerpo del azabache contra el suyo, puede sentir su aliento sobre su oreja, puede sentir como el corazón de ese hombre golpea fuerte en su pecho y contra el de Jimin cuando sentirlo tan cerca es el motivo de reanimar su corazón.
Jimin puede sentir como el contrario es una llama en forma de cuerpo completo y sus manos pueden tomar su delgada cintura. Esas manos son perfectas como cinturón en su cintura cuando se amoldan tan bien a su medida.
Puede sentir como, con la diferencia de alturas, algo duro presionar su abdomen cuando ambos cuerpos se encontraban demasiado cercas y comprendió como hombre de que se trataba.
Entreabrió sus gruesos belfos al sentir el aliento caliente en su oreja y sus ojos no pudieron evitar cerrarse al disfrutar como el azabache utilizaba esas manos en su cintura dando un masaje en ese sitio como intentando saciar su curiosidad del cuerpo de Jimin.
Quiso detenerlo, quiso resistir cuando pensó por un milisegundo en su ex-esposo y sus palabras que le provocaban razonamiento cuando se trataba de Jeongguk pero todo se fue a la borda cuando el azabache puede jugar fácilmente con su cuerpo con tan solo un toque poderoso.
Porque realmente puede susurrarle suavemente al oído «quédate esta noche, quédate conmigo.» y finalmente puede que su mente se de por vencida aceptando lo que su cuerpo le pide pero también rogar que le dejé sentir.
Quiere escapar, quiere intentar saber que puede ocurrir si intenta escapar esta vez y sus manos toman una rápida acción de empujar al azabache lejos pero ese error era el que deseaba que ocurriera cuando el contrario se volvió apegar a su cuerpo y lo presionó contra la puerta con su fuerte cuerpo.
Sus labios finos se posaron en su oído nuevamente y sus manos abandonaron su cintura para tomar el cabello rubio de su presa para luego jalarlo levemente hacia atrás en busca de sus besos que esos labios creados solamente para el pueden brindarle esta noche.
Y quiere volver a intentar ser difícil, resistirse y rechazar el posible beso que ese azabache intenta darle cuando sus finos belfos quieren aproximarse a los suyos pero un jadeo de escapa de sus labios cuando siente como la pierna de Jeongguk se entromete entre sus piernas, las separa y sin descaro frota su miembro por encima de sus ropas.
Oír su primer jadeo provocó una sonrisa ladina en el rostro del azabache mientras jugaba con los mechones dorados entre sus dedos mientras tomaba el perfecto momento para apoderarse de los labios de ese rubio sin dejar de mover su pierna lentamente de atrás hacia adelante provocándole un poco de placer y despertando su deseo sexual.
Ese deseo que alguna vez creyó perder hace mucho tiempo desde que su matrimonio con ese hombre empezó y ahora acababa de romperse por otro hombre que le prometía fuego sin palabras pero si con simples toques que le decían todo.
Las manos del humano se aferraron a la camisa del azabache en la parte de su espalda y formaba puños con la tela de esta para poder aún mantener su cordura sobre la delgada línea entre la lujuria y el deseo sexual de su cuerpo.
—No eres humano, déjame irme está noche, prometo no decirle a nadie. — Entremedio de un beso que se convertía poco a poco en hambriento, el rubio intentó hablar pero el contrario solo sonrío en el beso.
—¿No quieres saber quien soy en realidad? ¿Por qué dejar ir una oportunidad como esta?
Jimin lo observó a los ojos y luego sonrío burlón ante sus preguntas confundiendo al contrario.
—¿Ahora tienes delirios? Déjame irme, solo te comportas extraño.
Realmente después de ese pequeño placer que sentía hace segundos, tuvo la rudeza y empujar nuevamente lejos de su cuerpo al cowboy sin importa que este aumente su nivel de dominancia sobre el humano.
—¿Por qué debería dejarte ir? No tengo motivos para dejarte ir y tú no tienes motivos para escapar de mi ahora.
Ese susurro que sus delicados labios pueden susurrar a su oido pueden derretir su cuerpo y puede volver a sentir las manos de ese vaquero en otra parte de su cuerpo como debajo de su ropa superior. Sus delgadas manos pueden tocar la piel de su espalda lentamente y erizó todo centímetro de piel que tocaba con sus suaves dedos.
Sus manos suben acariciando su espalda debajo de su ropa y no puede evitar soltar otro jadeo cuando su pecho se presiona contra el pecho de ese hombre que se resiste dejarlo irse esta noche.
𝐋𝐔𝐉𝐔𝐑𝐈𝐀: 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐄𝐑𝐈𝐄𝐒
Porque son sus manos son calientes. Sus ojos son diferentes pero lo hace más atractivo en la forma que combinan con su mirada dominante y superior junto a cada toque que le da a ese humano.
Besos tras besos mientras ambos cuerpos se encuentran recostados sobre la alfombra roja frente a la chimenea mientras el fuego de esta se intensifica cada vez más con el brote de lujuria que existe en el ambiente.
Un cuerpo desnudo contra otro aún vestido por sus suaves telas de ropa.
La mano de ese vaquero baja desde el abdomen del rubio hacia su miembro y lo rodea con su mano para moverla luego en un vaivén de arriba abajo, provocándole placer cada vez más rápido mientras los belfos mutuos de ambos se besan como sus cuerpos al presionarse entre si.
Ese azabache intenta no recostarse demasiado o aplastar con su cuerpo el cuerpo de abajo del humano mientras le brinda placer con su mano al mismo tiempo que lo besa mientras su otra mano libre toma y jala del cabello rubio hacia atrás para unir mucho mejor sus belfos.
Sus caderas entre sus piernas abiertas dispuestas a darle la bienvenida para que de su cuerpo haga lo que desee. Poco a poco no puede creer que entrega su cuerpo a la lujuria.
El azabache deja tocar su miembro y muerde levemente el lóbulo de su oreja de forma juguetona. Sus dos dedos se dirigen hacia otro sitio para después introducirlos lentamente en su entrada y luego desvía su mirada hacia el rostro del humano. Abre sus labios levemente cuando el rubio también lo hace producto de la futura preparación de su cuerpo en camino al placer.
Sus dedos se introducen un poco más y juegan dentro de su interior. Puede ser doloroso en el comienzo pero poco a poco puede sentir como un agradable calor en su abdomen bajo le provoca placer junto a esos dedos en su interior que logran encontrar su punto de placer. Jamás esperó que de sus belfos se escapara un gemido agudo y luego escuchó una pequeña risita, venir de ese azabache, en su oreja.
El rostro de ese hombre que lo conduce al placer poco a poco se posa frente al suyo y mientras lo observa a los ojos puede sentir como sus dedos lo penetran en su interior con una velocidad que aumenta a cada segundo.
Su respiración se agita y su pecho desnudo lo indica. Sus ojos no se sienten tímidos cuando puede mantener el contacto visual con ese hombre arriba suyo y poco a poco puede contemplar el cambio de color de sus ojos diferentes. Color morado oscuro en estos.
Quiere besarlo cuando sus ojos morados lo observan por tanto tiempo mientras siente como su interior es un caos sensible con cada choque de sus dedos en su punto sensible en su interior y no puede esconder ningún gemido.
Incluso morderse los labios es imposible hasta que otro dedo más se une a los dos restantes y su espalda se arquea un poco mientras su mano tomaba la muñeca del azabache cuando siente que está cerca de tener su primer orgasmo con solo ser preparado para lo que le depara luego a su cuerpo.
Debería sentirse avergonzado por ser el único en estar desnudo pero en una situación así, su mente ya no ayuda porque también está consumida por el placer y todos sus sentidos están nublados.
La expresión ruda del rostro del azabache fue acompañada de una última embestida con sus dedos en su interior antes de sentir que podía llegar al orgasmo en cualquier minuto pero no fue así aunque estaba cerca, el contrario pudo sentirlo y rápidamente retiro sus dedos.
— Aún no termino.
En cada segundo que le habla cerca de los labios, solo le provoca delirios como ahora cuando siente como ese hombre vaquero juega con sus ganas de besarlo cuando solo rozan labios mutuamente.
El fuego de la chimenea puede que este algo cerca de ambos pero no puede dañarlos cuando las llamas de ese fuego son como una cámara de la que observa envidia desde la casa de Jimin, sentado en el sofá frente a la chimenea observando como el rubio se atreve a correr a los brazos de Lujuria y ahora disfruta junto al azabache pero no con él.
Quiere romper el vaso de whisky de su mano cuando Lujuria se arrodilló entre las piernas del rubio pero estás se colocaba sobre sus muslos fuertes y aún vestidos. Sus manos acariciaron los muslos del humano mientras sus ojos contemplaban la hermosa vista que siempre soñaba por las noches que fuera real.
Soñó aquel rubio, sin compromisos y libre de matrimonios como tanto deseo, desnudo en su propia casa y frente al mismo fuego que sus cuerpo pronto sentirán. Su respiración agitada lo llama como todo su cuerpo que pide ser tocado nuevamente pero con manos diferentes cuando siempre esa piel fue tocada pocas veces por su ex-esposo.
Creyó que podía seguir contemplado su cuerpo pero los brazos del rubio se extendieron hacia él y sus manos tomaron su camisa para rasgarla con tanta fuerza que nunca supo como el humano pudo hacerlo tan fácilmente. Se asombró cuando esa fuerza fue suficiente para dejar desnudo su torso completo para luego ser su espalda y brazos los siguientes en no tener nada de tela que los oculten.
El humano tenía deprisa por sentirlo, sus manos ahora se desviaron hacia sus vaqueros y desprendió su cinturón para seguir luego con bajar su cremallera pero el azabache sonrío juguetón cuando quien realmente quien se encontraba desesperado no era él pero si el contrario.
Las piernas del contrario rodaron su cintura y lo intentaban atraer a su cuerpo pero Lujuria tenía otro plan mientras bajaba un poco su vaquero junto a su ropa interior para sacar su miembro duro dispuesto a lo que debía hacer para sentirse bien de una vez.
Lo alineó en su entrada y luego lo introdujo lentamente pero mientras se tomaba unos segundos de concentración en ello, el rubio tomó su cinturón y luego rodeó con este el cuello del azabache para formar una especie de corea para dominarlo.
Jalo del cinturón atado a su cuello y lujuria se asombró por no esperar eso del humano cuando siempre creyó que este era demasiado sumiso pero también pasivo. Su cuerpo cayó sobre el cuerpo de abajo suyo y rápido con una mano libre tomó en un puño el cabello rubio del contrario para jalarlo hacia atrás intentando demostrarle quien tenía el mando pero el rubio no quería ser sumiso. Ex-esposo nunca soportó que él fuera diferente a otros hombres cuando deseaba ser siempre el pasivo dominante.
A los hombres les asusta un pasivo que puede dominarlos pero este hombre sobre su cuerpo era diferente porque parecía ser que ambos intentaban dominarse mutuamente.
Lujuria le enseña los colmillos amenazando con dominarlo pero el rubio muerde su labio inferior ante la visión de ese hombre caliente con colmillos intentando mostrarle su lugar.
Pero no puede demostrarle ningún lugar cuando es el humano quien lo impulsa a embestirlo de una vez cuando sus piernas rodean ahora sus caderas y lo atrae a su cuerpo con fuerza. Ambos hombres sueltan un gemido al mismo tiempo cuando sienten el mismo placer.
Con una mano jala del cinturón amarrado a su cuello y con otra rasguña su suave espalda por el placer que las caderas del contrario no temen provocarle con cada vaivén agresivo que hace contra su cuerpo.
—No me domines.
Parece que lujuria se encuentra algo molesto pero el humano solo jala de su cinturón cuando el contrario se alejaba un poco de su cuerpo y un azote en el trasero del azabache hizo que su caderas se muevan más rápido contra él, sacándolo muchos gemidos agudos mezclados con algunos ahogados.
El vaquero se resiste a ser jalado como una bestia cuando su mano toma el cinturón pero el placer que las paredes del rubio le brindan lo hacen olvidar que es dominante cuando siente como ese humano lo domina con solo darle placer con su cuerpo.
Su mano es ruda cuando toma del rostro al humano para besarlo demasiado fuerte acompañada de muchas embestidas con sus caderas en vaivén agresivo y rudo que el rubio no puede evitar gemir en medio del beso cuando lo siente.
Todo es un entorno de fuego, las mismas llamas de un fuego se sienten entre ambos cuerpos cuando el calor se intensifica cada vez y ambos se niegan a dejarse ir el uno del otro. Sus brazos rodean mutuamente sus cuerpo y no quieren separarse cuando es tan cerca del primer orgasmo juntos.
Su cabello rubio es jalado hacia atrás por un beso más intenso mientras su cuerpo es penetrado de manera ruda y su espalda se desliza sobre la almohada de arriba abajo con cada choque de cuerpos.
No puede soportarlo más, es este el momento en el que desea montar a ese vaquero de una vez y ambos cambian de posición sobre la alfombra gracias a la fuerza del rubio, quien se encuentra sobre el mientras comienza mover sus caderas en círculos mientras su mano jala del cinturón de su cuello para que también mueva sus caderas.
Lujuria cumple con lo que el humano le pide sin emitir ninguna palabra y sus caderas se encontraban con el trasero del contrario cuando las sube para embestirlo.
Mientras el humano se encuentra en un paraíso de placer, el vaquero lleva su dedo anular a sus labios para luego morder este con el objetivo de que brote sangre de la herida que acaba de hacerse con sus colmillos para algo que tenía en mente.
Movió su mano hacia el suelo y movió un poco la alfombra para encontrar la madera de este con el objetivo claro en su mente. Solo colocó su dedo herido con sangre brotando de esta y dibujo un círculo del tamaño de su mano sin quitar sus ojos del rostro lujurioso del humano sobre él.
Con un círculo de sangre ya dibujado en el suelo, sonrío malicioso cuando tuvo en mente la imagen de la casa de Jimin y supo que podría hacer ahora. Solo tuvo que dibujar dentro del círculo, otro círculo aún pequeño y luego repitió algunas palabras perfectas para lo que estaba tramando.
“Yo te maldigo, te demuestro el infierno en vida mientras tu cuerpo yo veré arder y mientras las llamas te queman en carne viva, yo podré devorar pronto tu carne chamuscada en festín de victoria.”
Decir la maldición junto al humano fue un éxito. Pero antes de que la maldición se extienda a la casa de rubio, debía protegerlo de esta en cuanto su mano se aleje del círculo dibujado. Solo terminó de sellar la maldición con una estrella en el centro de ambos círculos y luego movió su mano de regreso a sus labios para morder su otro dedo pero esta vez su dedo meñique.
La sangre de su dedo meñique broto furiosamente y luego lo movió hacia la espalda desnuda del rubio mientras este se apoyaba con sus ambas manos en el pecho del azabache para poder seguir moviendo sus caderas en círculos intentando obtener ese orgasmo que cada vez se sentía más lejos porque Lujuria solo retrasaba este para poder hacer la maldición.
Pero con la maldición ya sellada, la protección era la siguiente. Fue así que dibujó en la espalda del rubio una línea vertical, después un círculo en el comienzo de la línea y luego una línea horizontal sobre la línea vertical casi al final de esta.
El símbolo brilló unos segundos por producto de la sangre y por la protección.
El humano pudo sentir como su orgasmo estaba apunto de ser realidad y cuando lo sintió en carne viva no pudo evitar reprimir un grito agudo de placer mientras soltaba el cinturón y se jalaba su propio cabello rubio cuando pensó que estaba enloqueciendo por lo fuerte que fue su orgasmo por primera vez con un hombre diferente.
Los ojos morados oscuros del vaquero lo observaron con malicia y diversión mientras su sonrisa ladina se dibujaba en su rostro cuando finalmente obtuvo lo que tanto deseó desde que vio por primera vez al rubio frente a sus ojos.
Su cuerpo se volvió débil luego de tanto placer y cayó sobre el cuerpo del contrario mientras respiraba agitado pero poco a poco recuperaba el aliento cuando se sentía tan cansado que deseaba dormir ahora mismo.
Mientras tanto, envidia se encontraba en peligro cuando ninguna puerta se abría en aquella casa y poco a poco el fuego de la chimenea se extendía por toda la casa rápidamente buscando su objetivo. Porque su objetivo nunca era esa casa pero si el cuerpo del ex-esposo de Jimin y cuando las llamas lo atraparon, la casa comenzó a destruirse rápidamente hasta que todo fue una simple casa destruida.
Jeongguk no podía evitar no sonreír cuando el círculo dibujado, sobre la madera del suelo, comenzaba a perder su color rojo por la sangre y se volvía oscuro indicando que la maldición ocurrió de la forma en la que deseó.
Los labios de Jimin besan su mejilla y eso lo quita de sus pensamientos malignos. Solo sonrío feliz cuando ese rubio se recostaba a su lado y lo abrazaba para obtener un poco de calor.
Jeongguk extendió su brazo para tomar una cobija del sofá cerca de ellos y luego la extendió sobre ambos cuerpos para tener un poco más de calor mientras Jimin se acurrucó con el azabache debajo de la cobija.
El vaquero extendió su brazo sobre la alfombra hacia el lado del rubio para que este recueste su cabeza allí y utilice su brazo como almohada. Luego dobló un poco su brazo para acariciar su cabello rubio y suave con su mano.
Pensó en cerrar sus ojos como Jimin para dormir junto a él con sus rostros mutuamente cerca del uno del otro pero la confesión del contrario lo sorprendió un poco.
—Mi fantasía se cumplió, finalmente tuve sexo con Lujuria. — Dijo el rubio con una sonrisa cálida sin abrir sus ojos poco a poco fue abrazado por la inconsciencia del sueño.
Jeongguk sonrío nuevamente luego de salir de su estado de asombro y acarició con su otra mano la mejilla suave del humano para luego colocarla sobre esta para contemplar su rostro dormido.
Creyó que podía repetir su sueño y poder dormir junto a él está noche pero el sonido de un relincho de un caballo fuera de su casa capta su atención y no puede evitar dejar solo a Jimin por unos minutos para investigar de que se trataba.
Se coloca sus ropas y se ajusta su vaquero antes de caminar hacia fuera de su casa con una expresión de confusión cuando creyó que ya no encontraba ningún caballo más en su establo.
En su rostro no puede evitarse no dibujarse su expresión de asombro y una sonrisa algo emocionante cuando puede contemplar como tantos caballos se encuentran fuera de su casa observándolo salir de esta.
La lluvia no es motivo para arruinar el momento que su mente no puede creer cuando todos esos caballos de color negro relinchan en forma de saludo y se inclinan sobre sus patas delanteras en una reverencia al azabache cuando rápidamente lo toman como su próximo rey.
Sus pies se acercan un poco más con cada paso que da hasta que deja de caminar cuando sus ojos se desvían de todos esos caballos oscuros que poco a poco se mueven del camino de un caballo blanco que se aproxima a Jeongguk poco a poco.
Aquel caballo blanco relincha cuando vuelve a encontrar a su dueño después de la muerte junto a otros caballos y deja que el azabache lo acaricié en el rostro mientras puede ver cómo las lágrimas de emoción brotan por sus ojos hasta caer por sus mejillas.
—No volveré a dejarte solo de nuevo. — Dice el azabache hacia aquel caballo blanco mientras sus manos acarician su rostro.
Pero cuando intenta regresar dentro de la casa, unos brazos lo rodean por la espalda y sabe que se trata de un Jimin cubierto por esa misma cobija mientras observa al caballo blanco con una sonrisa.
—No volveré a dejarlos solos, nunca más.
El humano soltó una pequeña risilla cuando el azabache se tomó unos segundos en girar hacia el para tomar su rostro y depositar un beso en sus labios.
Mientras ambos reían en medio de un beso apasionado en esa realidad, en otra realidad existía una anciana que podía verlo todo y ahora mismo se encontraba frente a la casa de Jeongguk, aquella casa que alguna vez tenía una iluminación por dentro y la madera no se encontraba en un estado deplorable.
Porque mientras ambas realidades existían al mismo tiempo, ambas personas podían ver cosas diferentes.
Los ojos de esa anciana jamás fueron de una anciana cuando poco a poco su cuerpo de mujer adulta cambio y una bella joven mujer de cabello azabache largo apareció en su lugar.
Lilith desde un comienzo deseo que su hijo, Lujuria, obtuviera siempre la oportunidad de amar como era debido en una realidad en la misma línea del tiempo que el resto pero invisible para que nadie pueda molestarlos.
Sonrío cuando su trabajo con aquella tirada de tarot fue lo que ella deseaba desde la distancia y cuando regresó hacia la cabaña del anciano, ella le ofreció juventud eterna por advertirle lo que envidia había provocado.
Sin embargo, ella deseaba que las almas en penas encuentren la verdadera historia de un amor sin sufrir demasiado para obtenerlo pero si debían luchar para que al final del día ambos puedan abrazarse mutuamente.
Fue ella quien se encargó de quemar la cabaña de ese anciano junto a las cartas de tarot y finalmente decidió en casarse con el anciano que alguna vez fue anciano pero gracias a su juventud eterna, ese hombre se convirtió en un bello joven hombre.
Mientras ella festejaba su matrimonio en el Inframundo, su hijo, al que acepto que se llamará Jeongguk, también se encontraba casándose con ese rubio y pronto dejaría que ese humano se convierta en un demonio como él.
Las palabras rojas del libro de tu ex-esposo que alguna vez has leído, fueron mis palabras hacia a ti, prométeme que no olvidarás de ellas.
JG para PJ.
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