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▪️Capítulo III

" Hace muchos, muchos años una humana llegó al mundo de los dioses por medio del capricho de Anubis. Ella cumplió con su deber de satisfacer al dios y aunque quiso mantener su promesa, el amor logró romperla; aunque su cuerpo le pertenencia al dios Anubis, su corazón lo tenía Horus. Esto logró una disputa entre ambos dioses y por consecuencia, la humana murió...

Si la reencarnación que les prometía Anubis era cierta, ella podría volver a sus brazos pero... Jamás fue así, ninguna humana era como ella, por lo que poco a poco, el dios Horus perdió la esperanza.

Jamás encontró a la persona dueña de su corazón..."

—Últimamente estas muy decaído, Hawks — el dios, aunque aún mantenía su sonrisa de siempre, se veía extrañamente triste.

—¿Porqué dices eso? — Horus me miró con una sonrisa burlona. Yo frunci el ceño por aquella mentira e hice un puchero; aproveché para girar mi cuerpo hacia él y verlo a los ojos.

Como siempre estábamos en nuestro lugar favorito: mi balcón. Veíamos como el sol se ponía en un hermoso atardecer mientras hablábamos; después de haberle dicho del posible embarazo a Dabi, no había sabido nada de él, no me había visitado y... Ni si quiera estaba en su habitación. Debido a que ahora estaba sola, Hawks me ayudaba a pasar los tiempos de óseo, aunque él también se encontraba extraño

—No lo sé, estás divagando mucho últimamente — Horus bajó sus alas, irónicamente estas eran más expresivas que el dios mismo —. Será por... ¿Lo que sucedió hace unos días? No quiero que ambos se peleen por una simple humana como yo, mi vida es corta... Tarde o temprano me iré de aquí

—¡No digas eso! — su grito logró sorprenderme, pero él rápidamente tomó mis manos y apoyó su frente contra estas — Tu no eres una simple humana, jamás has sido una simple humana para mi...

—Hawks...

—Lo confirme con mi padre, él hizo que tu alma reencarnara, ¡eres tú!

—¿D-De qué hablas? — Horus sostuvo mis manos con fuerza, no quería soltarme, era como si no quisiera perderme por nada en el mundo

—Estuve pensando en si decirte o no, pero ya no puedo ocultarlo más... Me duele escuchar que digas que no eres importante, alguien pasajera, que como la arena en el desierto, una simple brisa puede desaparecerte... — las lágrimas de un dios eran realmente similares a las de un humano común y corriente, pero igualmente eran sorprendentes — Querida mía, han pasado décadas desde que volví a verte...

—H-Horus, por favor — no podía soltarme de su agarre, una parte de mi decía que debía permanecer con él y otra que me alejara y volviera con Dabi — Sigo sin entender, si Dabi vuelve y nos ve...

—No quiero dejarte, ¿Acaso no me recuerdas? ¿Nuestro amor? ¿Nuestros momentos juntos? — Hawks se acercó más a mi, soltó mis manos y esta vez me abrazó con fuerza. El dios escondió su rostro en mi cuello y aunque sentía sus lágrimas húmedas contra mí piel, él sonreía — No importa, haré que lo recuerdes

—Hawks, por favor. Debes estar confundiendome con alguien más, ¿n-no? — entendía lo que quería decirme, pero no podía recordar nada de lo que él decía. Y aunque lo hiciera, mi corazón ya era de otra persona...

—No, mi padre Osiris ayuda a Anubis a la reencarnación, él miró tu alma y era igual a la de ella — alzó su cabeza y colocó sus dos manos en mis mejillas. Su sonrisa y el brillo en sus ojos me decía que era verdad, que su felicidad había vuelto...

—¿Qué fue lo que pasó en mi vida pasada? — si todo era verdad, si había reencarnado, la historia que había dicho Hawks de su antiguo amor...

—Tu... Moriste

—Eso ya lo sé, ¿pero eso es todo?

—No — su expresión cambio por completo, esta vez, era sombría — Moriste por mi culpa

—¿Qué? — sus manos soltaron mi rostro, pero esta vez yo tomé sus manos con fuerza

—En ese tiempo, te hice la misma pregunta: "¿quieres venir conmigo?", tu dijiste que si, íbamos a escapar juntos pero... Dabi se enteró, mientras escapabamos él me disparó una flecha y... Te solté; estábamos volando muy rápido, si no te hubiera soltado, tu.. Tu...

Otra vez, lágrimas de dolor y sufrimiento salían de sus ojos. Se notaba alterado, asustado, se sentía culpable de aquel final, pero... No había sido su culpa.

Por un momento me sentí extraña, sentí que algo o alguien me abrazaba por la espalda y que poco a poco se fusionaba con mi cuerpo. Una sensación de dolor y felicidad llenó mi cuerpo, mis ojos se llenaron de lágrimas y para cuando me di cuenta, ya estaba hablando:

—Amor mio... — una sonrisa se formó en mis labios. Sentía que alguien controlaba mi cuerpo, pero era una sensación tan familiar, como si esa siempre hubiera sido yo — Sabes que no fue tu culpa...

—¿Qué...? — mi mirada llena de amor y calidez hizo que el dios sonriera levemente y me abrazara con mucha fuerza, igualmente yo le correspondi — Eres tu, sabía que eras tu...

—Keigo, por favor no llores — reí un poco — Tu ya estabas muy herido, simplemente no pudiste aguantar más... Dabi no es muy misericordioso

—D-Debi aguantar, no quería soltarte, debí mantenerte junto a mi, te lo había prometido...

—Anubis te disparó en el ala, además, recuerdo que fui yo quien te soltó — volví a sonreír, con mi mano derecha acaricié su cabello y limpié sus lagrimas con mi pulgar — Si seguías volando con esa flecha en tu ala, la podrías haber perdido. La única opción era que me soltaras, y sabía que tu no lo harías...

—No me importa haber perdido mis alas, tu eres lo más importante para mi

—Keigo.. — mis labios se acercaron a los de él, Horus no tardó ni un segundo en corresponderme al beso. Poco a poco él me fue recostando en la banca hasta que él terminó encima mío, sus piernas se pusieron a los extremos de mi cuerpo, pero cuando el momento se volvió más lujurioso y la situación se comenzaba a salir de mis manos, mi cuerpo volvió en sí.

La sensación de calidez desapareció y mis cinco sentidos volvieron en sí. Mi corazón aún sentía nostalgia y amor por Hawks, pero otra parte de mi hizo que lo apartara; mi mano fue a su pecho y lo empujé lejos de mí. El dios quedó en shock y en silencio por aquel gesto mío, pero se limitó solo a observarme

—¿Qué suce-?

—Hawks, estoy embarazada — habían cientos de cosas que podría haberle dicho, pero esta había sido la primera que vino a mente.

—¿Qué...? — el dios abrió los ojos de par en par. Por su expresión, me di cuenta que había pensando lo mismo que Dabi — Pero... Dabi no puede tener hijos

—Lo sé — toqué con cuidado mi vientre. Aunque aún era demasiado pequeño y mi estómago aún no crecía, algo dentro mío estaba vivo — Dabi está investigando sobre esto.

—Es... Realmente extraño

—Hawks, lo de antes... No fui yo — lo que había sucedido antes, ni si quiera yo tenia una respuesta. La sensación familiar me decía que si había sido yo, que la mujer que amaba a Hawks aún seguía ahí pero me era difícil aceptarlo — La mujer que amas..

—Aunque digas eso, se que estas ahí. Yo te amo y te daré todo el tiempo necesario para que vuelvas a mi...

Mi corazón era un mar de emociones: sentimientos de amor, nostalgia y odio se mezclaban dentro y causaban estragos en todo mi ser. La parte de mi que amaba a Hawk, odiaba a Dabi, y la que lo amaba, no sentía nada por Hawks. Era difícil aceptar quien de las dos era realmente yo, mi vida como princesa, mi hermano, mi padre... Todo era real, tan real como mi vida pasada.

Tenía que recordar mi pasado si quería afrontar mi futuro, quizás eso tenía relación con la situación en la que me encontraba: este embarazo no era algo que simplemente sucedió porque si.

—Veamos, Horus es hijo de Osiris e Isis... — mi cama era cómoda y lo suficientemente grande como para estar cómoda para pensar. Sabía bien de los árboles genealógicos de los dioses y sus poderes, quizás encontraría una respuesta — Osiris le ayuda a Dabi con la reencarnacion, ¿pero él tiene el poder como para... Hacer que me embarace?

Mientras estaba hundida en mis pensamientos, el sonido metálico de algo chocar contra el suelo me asustó. De un brinco me levanté de mi cama y con cuidado abrí la puerta de mi habitación, no había nada en el pasillo y decidí bajar las escaleras, por primera vez, después de muchos días, me había encontrado con Anubis...

—Dabi... — el dios estaba sentado, con ambas manos sobre su cabeza y su bastón en el suelo. Aunque estaba oscuro, la luz de la luna iluminaba su afligido rostro, su preocupación era evidente, y todo era mi culpa...

Me acerqué con pasos sigilosos hasta el dios y cuando me detuve a su lado, toqué su hombro. Él enseguida reaccionó y me observó detenidamente, su preocupación seguía ahí, pero también el cariño y amor.

—¿Qué sucede? Hace.. Mucho no te veo, te extrañé... — me puse de rodillas frente a él y terminé por sentarme en mis muslos. El gesto me permitió estar más cerca de él y así poder acariciar sus manos que ahora se encontraban entrelazadas con las mías

—Yo... No encontré nada — admitió, con una voz cansada — Fui a ver a cada una de las diosas de fertilidad y... Ninguna lo hizo, no se que más hacer

—Lamento molestarte con esto, si no fuera por esto...

—No, no... — él sujetó mi mano con más fuerza, pero sin lastimarme. Sus pulgares acariciaron el dorzo de mi mano mientras que sus ojos me veían con un cariño realmente reconfortante — Nada de esto es tu culpa. Siempre a sido la mía... Mis estúpidos caprichos causaron esto

—Dabi...

—Esta no a sido la primera vez, pero siempre termino arruinando todo — una sonrisa amarga se formó en sus labios. Si Hawks no me hubiera contado todo, no habría entendido sus palabras, pero ahora...

—La primera vez... No te odio por eso — el dios alzó la cabeza y me miró confundido — Hawks me contó todo y... Creo que esta no es la primera vez que nos vemos, Anubis...

—¿Qué...? Tu... ¿Enserio eres tu? — Dabi intentó soltar mis manos, pero yo las sujeté con fuerza para que no me soltara

—Si, y aunque no recuerdo todo con detalles, no te odio por eso

Tanto para él como a mi, había sido difícil de asimilar todo esto, pero él lo manejó mucho mejor que yo. Dabi se bajó de la silla y se puso de rodillas frente a mí, algo que jamás creí ver sucedió frente a mí: lágrimas de dolor salían de los ojos del dios. Realmente no podía entender como una humana como yo había logrado que dos dioses realmente poderosos lloraran por ella...

—Pero... No puedes decir eso tan a la ligera — su mano fue hacia mi cabello y lo acarició — Yo te maté, ¡no tienes que ser tan buena y decir que no me odias!

—No estoy mintiendo, Dabi — coloqué mi mano por encima de la suya y sonreí — Quizás porque te amo es que me hace ser tan ciega, pero no te odio

—Ja... — aunque seguía llorando, él sonrió un poco — Tu... Eres realmente increíble.

Dabi acercó sus labios a los míos y los unió en un cálido y tierno beso. Al momento en que nos separamos, su expresión cambió a una de tristeza

—No quiero perderte...

—No lo harás

—No lo entiendes, la razón por la que no quiero que tengas al bebé... Una humana normal no puede tener un bebé de un dios, no importa si es mio o de quien sea. No soportarás el parto..

—¿Q-Qué...? — su expresión decía que estaba diciendo la verdad. Tener un hijo de un dios no era algo de todos los días, por lo que tener un bebé me supondría un riesgo tenía sentido

—Morirás si tienes al bebé, no quiero perderte otra vez. No se cuanto tiempo pasará hasta que volvamos a vernos

—Yo... — volví a pensar en la posibilidad de que los padres de Horus supieran algo, no perdía nada en decirlo — Quizás... El dios Osiris sepa algo, Horus me comentó que él te ayudaba con la reencarnación

—Bueno, quizás lo tenga — murmuró —. Él lleva las almas a sus próximos cuerpos para iniciar una nueva vida, quizás esto es obra suya

Dabi se puso de pie y me extendió la mano para que yo la tomara. Al ponerme de pie, sacudí el vestido que llevaba y observé al dios, el cual volvía a tener esperanza y ese brillo en los ojos

—Vamos a verlo, no hay tiempo que perder

Una audiencia con el dios Osiris debía ser difícil de lograr, pero cuando se hablaba del dios Anubis, la cosa cambiaba. Justo ahora nos encontrábamos en el centro de la habitación, esta era conformada por un trono en el centro, una ventana a su derecha y columnas decoradas con jeroglíficos.

—Ya veo... — la voz del dios, retumbó por todo el lugar —Pero lamento decirles que no tengo nada que ver en esto. Fui yo quien te llevó a tu nuevo cuerpo para reencarnar, pero no te ortegue ningún don o poder como para lograr esto.

—¿Qué...? — la leve luz de esperanza que habíamos creado con la idea de que él lograría darnos una respuesta, se había ido.

—¿¡Entonces quién fue!? Sabes perfectamente que no puedo crear vida de la nada — Dabi era el más molesto aquí, la forma en que apretaba los puños hasta que los nudillos le quedan a blancos, era preocupante

—No he sido yo, pero se quien pudo haber sido — respondió —. Temo que esto no es más que una jugarreta de mi esposa Isis

—¿Isis? — repetí

—Por favor, siganme — el dios se puso de pie y con ayuda de su bastón, señaló la puerta de la habitación continua —. Los llevaré con mi esposa para que... Aclaren sus dudas

La diosa era igual de magnífica que el mismo Egipto, su elegancia y porte eran signos de la realeza y por eso era representada así, con un trono como corona. El dios Osiris nos había sugerido que quizás era su esposa la responsable de esto, ella era una poderosa maga y capaz de revivir a los muertos así que era una gran posibilidad.

—Isis, sabes a que venimos — pese a que Osiris, Isis y Horus estaban en la habitación, Anubis se atrevió a hablar con descaro.

Hawks estaba junto a su madre, sentado en el suelo y ella recostada sobre un diván. El hermoso jardín que conectaba a la habitación en la que estábamos hacía la atmósfera relajante y serena, aún cuando estábamos en crisis.

—¿Vinieron por la humana? — Hawks se limitó a observarnos en silencio mientras su madre hablaba.

—Vaya, has adivinado — Dabi frunció el ceño — ¿Tu fuiste la responsable de que quedara embarazada? Todos saben que eso no debería ser posible y ahora que sabemos que Osiris no fue, tu eres la única que queda

—Excelente deducción, dios Anubis — la diosa se puso de pie y con elegantes movimientos se acercó a nosotros — Fui yo quien hizo que la humana fuera capaz de tener bebés y lo más importante: que no muera durante el parto.

—Pero... ¿Porqué? — me alegraba saber que estaba fuera de peligro, que la diosa había sido la que ocasionó todo esto, pero aun así...

—Mi hijo... Estaba devastado después de tu muerte — la diosa observó a Hawks de reojo. Este se puso de pie y dio unos pasos hacia nosotros — Así que cuando mi esposo iba a hacer tu reencarnación, a escondidas te di el don de ser capaz de concebir los hijos de un dios. Si algún día volvías a él, serían felices...

—Madre, eso es...

—Lo que no contaba, es que Anubis te encontrara primero... — su mirada fue al dios. Se veía lo molesta que estaba, ya que sus esfuerzos habían sido en vano

—Debiste especificar de quien sería capaz de concebir — una sonrisa burlona se formó en sus labios. Se notaba la rivalidad entre aquellos dioses, pero ambos eran igual de poderosos y no ganaban nada con luchar

—Tengo un regalo más para ti, humana — la diosa dio otro paso hacia mi. Yo alcé la mirada para verla a los ojos y ella colocó su dedo índice en mi frente — Devolveré tus recuerdos de la vida pasada, lo que hagas con ellos y a quien elijas es tu decisión.

Su dedo comenzó a brillar sobre mi frente, luego una intensa calidez rodeó mi cuerpo y me hizo volver a sentir esa sensación familiar. Mi cabeza se estaba llenando de aquellos viejos recuerdos: mi llegada al mundo de los dioses, mi estadía con Dabi, mis encuentros con Hawks y finalmente... Mi muerte. La cabeza me comenzaba a dar vueltas por culpa de todos esos recuerdos, sentía que todos me daba vueltas y que iba a estallar en pedazos

—Aagh... ¡Aaah! — caí de rodillas y coloqué ambas manos en mi cabeza.

—¿¡Qué le hiciste!? — Dabi se puso de rodillas a mi lado y colocó sus manos en mis hombros

—¡Has que pare, madre! — Horus dio un paso hacia mi y se colocó entre Isis y yo

—No puedo hacerlo. Ella está recordando todo, cualquier humano se volvería loco al recordar dos vidas

Mis recuerdos se detuvieron en el punto donde mi cuerpo golpeaba la dura tierra y moría, ese había sido el último. Pero cuando creí que por fin podría descansar, un dolor punzante golpeó mi cerebro y fue lo suficientemente fuerte como para hacer que me desmayara de dolor. A lo lejos lograba escuchar las voces de ambos dioses diciendo mi nombre, exclamando lo preocupados que estaban, pero estas se hacían cada vez más y más lejanas hasta que solo fueron un sueño para mi

Ahora mantenía dos vidas en mis recuerdos, pero ya no dolía, ambas coexistian dentro mío sin eliminar a la otra. Mi cerebro ya no dolía como antes, mis ojos ya no pesaban y cuando por fin pude abrirlos me encontré con la agradable escena de ambos dioses a mi lado

—¡Despertaste! — Hawks que estaba a mi derecha, se levantó de golpe y sonrió — Es un alivio, estaba muy preocupado

—¿Te sientes bien? — Dabi, a mi izquierda, apoyó su mano derecha en la cama y se acercó a mí — Dormiste mucho

—Yo... ¿Qué sucedió? — me acomodé y me senté con cuidado sobre la cama. Me sentía realmente bien, aún después de lo ocurrido — Keigo, Dabi... — miré a cada uno con una sonrisa

—Tu.. — el nombre "Keigo" era algo preciado entre él y yo, y simplemente por haberlo mencionado, Hawks se daba cuenta de la situación

—Te desmayaste después de que Isis usara su magia en ti; maldita loca... — Dabi expresó su molestia soltando un gruñido, pero yo puse mi mano sobre la suya

—No te preocupes, ella solo me devolvió mis recuerdos, ahora entiendo todo... —Hawks tomó mi otra mano y la rodeó con las suyas —Estoy feliz de estar con ambos ahora.

—Yo también me alegro — Hawks besó con suavidad mi mano y apoyó su mejilla sobre esta

—Yo... Me preocupaba volver a perderte... — Dabi aun seguía siendo malo para expresarse, pero con mi conocimiento de esta vida, sabía perfectamente que esta era la manera en la que me decía que me amaba

—Los amos a ambos, chicos — acerqué mis labios a los de Hawks y lo besé, él me correspondió con delicadeza y luego me separé. Repetí el proceso con Dabi, pero su beso fue más rudo y necesitado, al separarme de él volví a sonreír y acaricié el cabello de ambos

—Ven aquí... — Dabi colocó su mano en mi nuca y me hizo volver a besarlo con pasión. Poco a poco me volvió a recostar sobre la cama, ignorando por completo el hecho de que Hawks seguía ahí; él al vernos en aquella situación tan vergonzosa, se sonrojó y tragó saliva

—H-Hawks — aparte un poco a Dabi para poder hablar — No puedo decidirme por ningún de los dos, los amo a ambos. Se que quizás es mucho pedir pero... ¿Podríamos... Estar juntos, los 3? — tomé la mano de él y la coloqué en mi pecho — Hace mucho no me tocas, Keigo

—P-Pero... ¿Y el bebé? — preguntó con nerviosismo

—Todavía es muy pequeño, no habrá problemas — Dabi se apresuró a hablar. Con malicia sonrió de lado y volvió a besarme, pero esta vez en mi cuello — ¿Qué sucede, Hawks? ¿Te molesta compartir?

—No es eso. Sólo estaba preocupado — él frunció el ceño y sin más que agregar, su mano apretó mi pecho, lo que me sacó un jadeo — Pero si quieres parar...

—Tranquilo — respondí entre jadeos

Horus se acercó a mi y aprovechando que Dabi besaba mi cuello, él besó mi boca. Su beso era cálido y gentil, diferente al de Dabi pero cada uno tenía su propio encanto. Anubis no se quedó conforme con solo besar mi cuello, él bajó hasta mi otro pecho y me apartó el tirante del vestido, así pudo acceder con facilidad y chupar mi pezon. Al sentir eso, mi gemido quedó atrapado contra los labios de Horus, algo celoso de esto, Horus decidió profundizar el beso para que mi atención volviera a él.

Esto se resumía en una pequeña pelea entre ambos dioses por ver quien era el que me hacía sentir mejor. Era difícil decidir quién era el mejor: Hawks se esforzaba en el beso, metiendo su lengua y jugando con una de sus manos en mi intimidad, mientras que Dabi jugueteaba con mis pezones y los mordía de vez en cuando. Ambos me hacían sentir como en las nubes y me era difícil escoger entre ambos; se que es egoísta, pero amaba a ambos y no podía abandonar a ninguno.

—Ven aquí — Keigo me tomó de la cintura e hizo que me levantara. Dabi se molestó un poco por esto pero no lo detuvo; la intención de Hawks era cambiar de posición, de modo que yo quedara en 4, desde este lugar él podría acceder a mi zona baja con más libertad.

Dabi no perdió el tiempo y se puso delante mío, con una sonrisa burlona se levantó la parte inferior de su ropa y sacó su miembro con una mano. Sus ojos llenos de lujuria miraban fijamente los míos, diciéndome simplemente con su mirada el que quería que hiciera. Yo no pondría mucha resistencia a esto, mi cuerpo también me exigía que lo hiciera: abrí mi boca y con mi lengua de fuera, metí su miembro a mi boca, rodeándolo con la lengua y llenándolo de saliva, pronto el primer gruñido de Dabi salió y con su mano libre acarició mi cabello.

Hawks que se encontraba viéndonos tampoco se quedó atrás, sus manos se detuvieron en mi trasero y abriéndolo con cuidado, obtuvo una mejor vista de mi intimidad que para este punto ya estaba algo húmeda; lo primero que sentí fue su lengua pasar por todo lo largo de mi vagina y detenerse en mi clitoris, el fuerte gemido que solté al sentir que pellizcaba con sus labios ese botón fue contenido contra el miembro de Dabi. Metí todo este de golpe para callar el gemido, pero las lágrimas de placer salieron.

—A-Agh...— Dabi enredó con más fuerza sus dedos entre mi cabello después de sentir aquello. Al parecer, todas las emociones y sensaciones que sentía uno, era transmitidas a todos, era como una reacción en cadena.

—Mhg~ — los sonidos lascivos que emitía Hawks cuando lamia aquella húmeda zona también hacían eco en la habitación, todos estábamos disfrutando de este momento, el primero del que parecían ser muchos más.

Horus metió su lengua dentro de aquel orificio en mi vagina, luego sentí como la movía en círculos y simulaba las embestidas que tanto me volvían loca y por si no fuera suficiente, metió dos dedos que hacían la perfecta compañía a su lengua. Y aunque era difícil no volverme loca por el roce de Hawks, Dabi logró distraerme: con la mano que sostenía mi cabello, empujó mi cabeza para que metiera más rápido y más profundo su miembro. Entraba y salía con fuerza, rozando la entrada a mi garganta y causándome arcadas, incluso lo mantenía ahí unos segundos y cuando sentía que me ahogaba, lo sacaba. La saliva que caía de mis labios junto a los fluidos que caían de mi vagina eran excesivos, me volvía loca por tantas sensaciones a la vez y a este paso llegaría a mi orgasmo pronto.

Mi mente quedó en blanco por un segundo y para cuando volvió a funcionar, ya me estaba viniendo. Otro fuerte gemido salió de mis labios cuando todo mi orgasmo salió y cayó directo en los labios de Hawks; era vergonzoso haberlo hecho en su boca, pero por la forma tan ansiosa en que lo bebía, me hacía creer que le gustaba. Podía escuchar claramente cuando tragaba y procedía a lamer lo que había escurrido por mis muslos, mis piernas estaban temblorosas para este punto y había dejado de lamer el miembro de Dabi. Pronto, Hawks se apartó y se limpió con el dorzo de la mano la boca y miró sonriendo a Dabi, orgulloso por haberme hecho correrme.

—Espero que aún puedas continuar — él volvió a acercarse a mí zona íntima, pero esta vez subió un poco y acarició mi ano con sus dedos. Un escalofrío recorrió toda mi columna y me hizo levantar la parte superior de mi cuerpo, aún si mis piernas temblaban por el reciente espasmo, obtuve la fuerza suficiente como para voltear a verlo

—K-Keigo... — mis mejillas estaban rojas de vergüenza, incluso mis voz temblaba

—¿Qué sucede? — preguntó con tono burlón. Su dedo índice recorría el orificio y de vez en cuando intentaba entrar — Si quieres estar con ambos necesito preparar este también  — su lengua lamió el pequeño orificio y finalmente la metió. Mis manos fueron directo a encajarse en las sábanas de seda y abrí los ojos como platos, se que esto era solo su lengua pero... Era mi primera vez desde ese lugar

—No te olvides de mi — Dabi hizo que volteara mi cabeza, tomándome por mi mentón y acercó su miembro a mi boca — Abre la boca y lame

Siguiendo las órdenes del otro dios e intentando no prestarle mucha atención a Hawks, volví a meterlo. Dabi movió mi cabeza, controlando los movimientos para darse placer y finalmente, tras un rato donde Hawks estuvo preparando aquel orificio y Dabi moviendo mi boca, sentí el sabor de su pre semen. Primero comenzó con una pequeña gota y finalmente un chorro llenó mi boca; Dabi aún sentía esos espasmos en todo su cuerpo por haberse venido y como su mano seguía empujando mi cabeza contra su miembro, tuve que beberme todo para no ahogarme, era algo salado y fuerte, pero adictivo.

—Mhg... Mierda... — balbuceó Dabi. Finalmente soltó mi cabeza y pude respirar con tranquilidad

Ahora, ya que estaba libre de distracción, Hawks detuvo aquellas lamidas y se acomodó detrás mío. Sus manos volvieron a mi cadera y se sostuvo con firmeza, su miembro estaba más que listo e incluso goteaba un poco de pre semen.

—Por fin estas preparada ahí, así que entraré — su miembro se frotaba contra mi ano, empujando la punta contra este e intentado entrar. Era verdad que se había dilatado un poco, pero seguía siendo pequeño a comparación de su miembro, pero al parecer esto no era importante para él —Aquí voy...

Con algo de dificultad y esfuerzo, el dios comenzó a meter la punta, un grito de dolor y placer escapó de mis labios conforme él entraba y cuando finalmente lo hizo, dejé caer la cabeza hacia adelante y dejé que mis lágrimas quedaran sobre las sábanas

—M-Mierda... Está muy apretado — jadeó. Sus uñas se encajaron en mi trasero y volví a soltar un quejido; Dabi únicamente acarició mi cabello para tranquilizarme mientras reía un poco

—Dejaré que tu empieces para que se acostumbre, no quiero que se agobie cuando nos sienta a los 2 dentro — su mano derecha fue a su miembro y para evitar que bajara, él comenzó a masturbarse

Yo me encontraba muy ocupada teniendo a Hawks ahí detrás, y aunque aún no se moviera, podía sentir como palpitaba ansioso ; al pasar el tiempo, por fin él comenzó a moverse, primero lento y con dificultad ya que mi propio interior le dificultaba moverse. Pero conforme él se movia y abría mi interior, le costaba menos. Ahora él podía moverse casi con facilidad, entrando y saliendo, golpeando su pelvis contra mi trasero y provocando los sonidos de aplausos

—A-Ahh... Ahh... Keigo... K-Keigo — me contaba decir algo coherente, únicamente sonidos sin sentido y su nombre era lo que salía de mis labios

—T-Tranquila, solo déjate llevar — con una sonrisa tranquilizadora, Keigo comenzó a moverse más rápido. Sentía que mi interior era golpeado con fuerza, pero no dolía, se sentía muy bien —Mhg... ~ ah... S-Si...

—¿Te gusta? — con delicadeza, Dabi alzó mi mentón para así lograr que nuestras miradas se encontraran. Mi rostro era un desastre total: desde el cabello despeinado, el sudor que hacía que se pegara a mi rostro y las lágrimas que salían de mis ojos llenos de lujuria eran unas de las varias cosas que él podía ver — Tu rostro dice que si — dejando de masturbarse, llevó dos de sus dedos a mi lengua, la atrapó y me hizo sacarla — Una  "humana" con dos dioses... Creo que este es mucho mejor destino que renacer como una noble, ¿no crees?

Sus dedos comenzaron a jugar con mi lengua, la saliva caía de mi boca y terminaba en mis pechos. Dabi parecía disfrutar de mi lamentable expresión, en cambio Hawks, disfrutaba de embestir con fuerza aquel pequeño orificio. Sus embestidas eran fuertes y profundas ahora que tenía completo acceso ahí, pero para este punto el dolor ya se había ido y dado lugar al placer. Mis gemidos resonaban en toda la habitación, aún si Dabi sostenía mi lengua, eso hacía aún más lasciva la escena.

—Creo que es hora de que me una, ¿qué opinas? — relamiendose los labios, Dabi dejó mi lengua y me hizo ponerme de pie. Hawks dejó de moverse unos segundos para acomodarse a la nueva posición: estábamos los 3 de pie, apoyándonos sobre nuestras rodillas. Dabi delante mío y Hawks por detrás, desde esta posición ambos podrían entrar, sería algo difícil pero realmente placentero — Ahora abre las piernas para mi~

Con su rodilla, separó mis piernas y se acomodó entre ellas. Su miembro chocaba contra mí húmeda intimidad y amenazaba con entrar; Dabi sonrió de manera maliciosa cuando vio como me temblaban las piernas pero esto solo lo incitó a seguir provocandome. Él, muy lentamente rozó y entró en mi vagina, primero separando los labios y luego entrando; su glande abrió mi interior y dio paso al resto de su miembro, al mismo tiempo un gemido escapó de mis labios y un gruñido de los de él. Desde aquella posición seguramente era muy apretado y difícil moverse siendo solo uno, pero ahora, que Hawks también se quería unir, haría las cosas más difíciles.

Keigo se sujetó de mi cintura y de ahí se impulsó para volver a meter su miembro, era como si estuviera muy llena, recibir a ambos era algo difícil y algo doloroso, pero ninguno de los dos se movía, esperaban a que me acostumbrara.

Dejé caer mi cuerpo hacia adelante, apoyándome en el pecho de Dabi. Mis brazos también rodeaban su cuello y él mis caderas, su sonrisa me decía que mi expresión era divertida para él: observar como trataba de no desgarrarme por tener a ambos dentro era su placer, pero para mí no del todo. Detrás mío, Hawks acarició mi espalda con suavidad, causandome escalofríos que me pusieron la piel de gallina, luego sentí unos besos en mis hombros, provinientes de Dabi. Ambos dioses se concentraban en hacerme sentir bien, y aunque amaba este tipo de atención, quería hacerlos disfrutar a ellos también.

—Y-Ya pueden moverse — retiré mi rostro del pecho de Dabi y miré a Keigo con una pequeña sonrisa. Tanto Dabi como Hawks comenzaron a moverse lentamente, primero Dabi embestia y luego Hawks, convirtiéndolo en un no parar, no tenía tiempo de respirar ya que cuando uno salía, el otro entraba.

—Te amo — susurró Hawks en mi oído mientras sus caricias recorrían desde mis caderas y subían hasta mis pechos

—Ven aquí — Dabi sujetó mi mentón y juntó nuestros labios en un apasionado beso donde él metió la lengua y jugó con la mía — Esta vez, jamás te dejaré ir

Como si no pudieran controlarse, ambos comenzaron a moverse mucho más rápido, golpeando zonas muy sensibles y profundas. Y aunque mis gemidos era los que más se escuchan en toda la habitación, los gruñidos y jadeos de ellos se escuchaban y me excitaban. Saber que ellos también disfrutaban de esto y que lo demostraban con esos ruidos y sus expresiones de placer... Me hacía sentir muy bien

Para este punto ya me había acostumbrado un poco y aunque seguramente para ellos aún podía sentirse apretado, era mucho mejor que al inicio.

Sentía que estaba cerca de mi límite, obviamente al ser dos, apresuraban mi orgasmo. Mis uñas se encajaban en la espalda de Dabi, me volvía loca y apretaba aún más los miembros de ambos con cada embestida que daban.

—A-Ahhh~ esperen... Esperen... M-Me vengo ~ — dije entre gemidos. Al contrario de lo que les había pedido, ellos aumentaron la velocidad; Hawks dejó un chupeton en mi hombro mientras Dabi volvía con aquel acalorado beso

Tras unas cuantas embestidas, solté un fuerte grito de placer, anunciando que me corría. Aquel orgasmo se sintió realmente bien, todo mi cuerpo sentía espasmos y mi interior palpitaba de calor. Junto a una pequeña sonrisa y el rostro sonrojado, me dejé caer sobre el cuerpo de Dabi, ambos seguian dentro mío y aunque se habían detenido para darme un respiro, sus miembros pedían más.

—Tu vagina no deja de palpitar — Dabi sonrió burlon. Aquella sonrisa maliciosa me decía que aún quería más y que no se detendría para darme un respiro; al poco tiempo, él comenzó a moverse nuevamente, Hawks le siguió el paso poco después, volviendo a hacer aquel vaivén de meter y sacar.

—Ngh... Lo lamento, yo tampoco quiero seguir esperando — susurrando eso en mi oído, Hawks aprovechó la cercanía para morder mi oído y lamerlo. Otro escalofrío recorrió mi piel, logrando que me volviera a excitar

Los movimientos de ambos fueron constantes hasta que se volvieron iguales, de modo que ambos entraban y golpeaban mi interior al mismo tiempo. Yo seguía sensible de mi primer orgasmo y no ayudaba tener a ambos como locos, dentro mío.

El tiempo pasó y está vez, yo no era la que se veían aún; las embestidas de Hawks se habían vuelto irregulares y algo lentas a diferencia de las de Dabi. Su respiración agitada y la forma en la que encajaba sus uñas en mi piel, me decía que estaba por correrse.

—Y-Ya no aguanto... — apoyó su pecho contra mi espalda y apresuró todo lo que podía sus embestidas, tras unos cuantos minutos llegó al límite y soltó un gruñido conforme se venía. Su semen llenó mi interior y cuando terminó, lentamente salió de mi.

Hawks había quedado exhausto, pero aunque uno ya había terminado, aún faltaba Dabi de terminar. Al ser el único, me recostó en la cama, levantó mis piernas y las colocó encima de sus hombros, desde aquella posición aumentó la velocidad de sus embestidas hasta que finalmente, se corrió. Al mismo tiempo yo volví a tener otro orgasmo, estaba exhausta y con la mente en blanco, mi cuerpo temblaba y aún sentía espasmos que recorrían toda mi columna.

Los tres nos dejamos caer en la cama, yo en medio y ellos dos a mis lados. Una tranquilidad llenó mi interior, aún si estaba cansada y con la respiración agitada, pero estaba feliz; tener a los dos amores de mi vida pasada y actual era el mejor destino que podía tener y no lo cambiaría por nada.

—El hijo que llevas en tu vientre te a dado una oportunidad aquí —Isis señaló mi vientre con su dedo índice —. No puedo dejarte ir ahora...

Mi vientre para este punto ya había crecido un poco, ya llevaba unos cuantos meses aquí y poco a poco la vida que crecía dentro mío se había hecho más notoria, así como los rumores entre los demás dioses.

—No me mal entiendas, solo me preocupo de mi hijo y no quiero que vuelva a quedar lastimado... — observó de reojo a Anubis, algo molesta — También no quiero que mi nieto crezca sin una madre así que...

—¿A qué quieres llegar, madre? — Horus dio un paso hacia ella

—Iré al grano: no permitiré que ella renazca otra vez, en lugar de eso, te convertirás en una diosa al igual que nosotros

—¿Q-Qué..? — aquellas palabras.. ¿Eran ciertas? No tenía palabras para expresar mi sorpresa. Jamás se me había pasado que me convertiría en una diosa solo por tener un hijo de un dios... Creí que lo primero que harían serían matarme o deshacerse del bebé pero..

—A partir de ahora te llamarás Bastet, diosa de la Luna y encargada de proteger los nacimientos.. Creo que es algo adecuado para ti, ¿no crees?

—E-Eso es... — yo incliné mi cabeza y luego hice una reverencia — Se lo agradezco mucha, diosa Isis

—No agradezcas, solo tranquiliza a estos dos dioses — soltando un suspiro, volvió a su trono junto a Osiris, quien la relajó un poco con una sonrisa

Yo miré a ambos dioses, aún sorprendida pero con una pequeña sonrisa en los labios.

Pronto me convertiría en una diosa al igual que ellos, jamás creí que terminaría así: pensé que cumpliría mi tiempo aquí, moriría y renaceria como el resto de las chicas aquí pero... Ahora tenía el amor de dos dioses, estaba embarazada, pronto sería una diosa y podría estar con los dos y mi hijo el resto de mi vida...

×~×~×

Y así, damos fin a la historia de Anubis. Esta es de las que más me han gustado escribir por la temática egipcia, siempre fui fan de ella.

Ahora, unos cuantos datos curiosos:

1-Tenía planeado que únicamente fuera Dabi×TN, no con Hawks. Pero como muchas querían que hubiera trío, tuve que adaptar un poco la historia

2-Originalmente yo iba a hacer que Dabi tuviera celos por Hawks y que de ahí derivaría la obsesión que tenía por la protagonista para finalmente convertirse en amor. Pero para que tuviera sentido lo del trío, hice que rayis fuera una de las reencarnaciones de la mujer que amaba Hawks para que tuvieran una razón para amarse.

3-En la vida pasada de TN, donde estaba enamorada de Hawks, Dabi no es que la amara, era una simple obsesión. Estaba molesto que Hawks le arrebatara algo que era suyo, su propiedad y de nadie más; ahora, en el presente, él si se enamoró de TN y por eso se sintió culpable de haberla matado en su vida pasada, aún si no la amaba.

4-DABI Y HAWKS SON DE TAMAÑO NORMAL, POR FAVOR NO ME TRAUMEN HACIÉNDOME PENSAR QUE PODRIAN MEDIR 5 METROS ;~;

5-Era la primera vez que escribía trío, así que espero haberlo hecho bien (?

Y dicho esto, espero les haya gustado y nos vemos pronto ~

-Cinna

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