▪️Capítulo II
Aunque permanecía en un sueño eterno dentro de esa prisión, en mis sueños permanecía y rondaba ese último recuerdo de él: la escena donde Compress me daba aquel anillo y me proponía... ¿Matrimonio? En esta situación no sabia si era exactamente una proposición.
Aquel enigmático hombre me hacía dudar de mí estabilidad mental, me había secuestrado y encerrado en esta prisión, me había reclamado como suya varias veces y ahora... Me decía que me amaba; siempre quise creer que me había secuestrado por ser la única que conocía su rostro, y que con el pasar del tiempo, quiso usarme para otra cosa, quería buscar una manera de odiarlo y que ese odio me mantuviera cuerda, pero mis sentimientos volvieron a flote cuando me dijo : Te amo
En mi sueño, la imagen de Compress tomando mi mano y colocando el anillo apareció. Él me miró directo a los ojos, sin usar aquella máscara y sonrió, mi yo en aquel sueño podría ser más sincero que yo misma, tenía curiosidad de saber lo que mi subconsciente respondería cuando movió los labios. Necesitaba escuchar que es lo que diría, eso me ayudaría a resolver los misterios de mi corazón, pero justo cuando abrió la boca, no escuché nada. Algo o alguien me impidió escuchar la respuesta, intenté golpear con fuerza la pared invisible que dividía mi sueño de mi cuerpo, como si con solo romper aquella barrera me ayudaría a escuchar.
Golpeé con fuerza hasta que está se rompió en mil pedazos, pero justo cuando creí que entraría, mis ojos se abrieron de golpe. Mi cuerpo salió de la prisión y me levanté con rapidez, completamente agitada y confundida; al instante miré hacia ambos lados y luego al frente, encontrándome con Compress
—Oh, ¿tuviste alguna pesadilla? Estas muy agitada — era cierto, mi respiración era agitada y tenía sudor en la frente. Maldije por dentro a Compress, el causante de haber interrumpido mi sueño en el peor de los momentos
—No, no era una pesadilla... —aclaré, luego a parte la mirada. Mi mirada fue directo a mi mano izquierda, la cual aún consevarba el anillo que me había dado.
No sabía cuánto tiempo hacía pasado desde la última vez que estuve fuera, solo podía darme una idea al observar a Compress y a mi entorno: ya no estábamos en ese almacén abandonado, ahora estábamos en una especie de casa algo descuidada. La ropa de Compress estaba sucia y con manchas viejas de sangre, su rostro estaba igual de herido, pero aún conservaba su sonrisa misteriosa
—¿Me contarás lo que sucedió en tu sueño? — se sentó a mi lado
—¿Me contarás que fue lo que sucedió?
—Tan audaz como siempre — dijo, soltando una carcajada. Por la forma en que presionaba su pecho con el brazo, me di cuenta que estaba lastimado y adolorido, quizás no había pasado mucho de su última batalla — Hace unos días... Dimos un gran espectáculo, debiste vernos...
—Perdón por no estar en primera fila, estaba encerrada — mi voz era fría y directa, era facil ver lo molesta que me encontraba. Compress me miró de reojo, con una expresión seria
—¿Acaso sigues molesta? — alzó una ceja
—¿Además de mago, eres adivino? — rodé los ojos — Compress, ¿¡cómo quieres que me sienta!? ¡Me tienes encerrada por años ahí, luego me dices que me amas ¿y propones matrimonio?! Perdón por no poner atención a tu estúpido acto de villano
Su mirada seria e inexpresiva me enfurecia más, solo me miraba sin decir o hacer nada, su estúpida cara me molestaba. Quería golpearlo, quería vengarme por todo lo que me había hecho pero...
—Esta bien
—¿¡Esta bien, qué!?
—Te dejaré libre
—¿Qué...? — mi ira se pauso de golpe y lo miré estática. Estaba a punto de explotar hace unos segundos, pero ahora solo me encontraba confundida
—Dije que te dejaré libre — con algo de dificultad, él se puso de pie y aun manteniendo su mano en su estómago, me extendió la otra para ponerme de pie. Con algo de duda la tomé, tenía miedo de que volviera a usar su truco en mi, pero decidí confiar en él aunque sea por un momento.
—Pero eso es... — me puse de pie y lo primero que hice fue soltar su mano. Él observó su mano vacía con algo de tristeza pero luego sonrió suavemente, volviendo a mirarme a mi
—Pensé lo que dijiste y tenias razón. Ya no puedo mantenerte así, si quiero demostrar que te amo... Debería dejarte libre, ¿no? Además... Cada día se vuelve más peligroso este show, no quiero que te pase nada
—C-Crei que eso no te importaba, después de todo este tiempo...
—Bueno, siempre me preocupaste. Tengo miedo de que... Si muero, mi quirk desaparecerá y tu podrías salir en medio de la batalla y salir herida, o si la canica se rompe... Jamás podría traerte de vuelta
Con el tiempo, había aprendido a de vez en cuando adivinar lo que él pensaba o sentía. En este momento, sabía que él decía la verdad, estaba preocupado por mi. Odiaba a Compress, odiaba la forma en que confundía mis sentimientos con tanta facilidad, aunque también odiaba lo estúpida que podía ser ya que lo amaba y eso nublaba mi juicio.
—¿Entonces me dejarás? ¿Cómo se que no es una mentira? — apreté mis puños con fuerza, luego sentí como el anillo se encajaba contra mí piel y el recuerdo del matrimonio volvió a mi mente
—Cree lo que quieras — Compress se dirigió a una silla de madera cercana a la ventana y se sentó. Dejó caer su peso sobre el respaldo y soltó un quejido a la vez que cerraba ambos ojos — No volveré a aprisionarte, puedes hacer lo que quieras pero... Me aseguraré de que no te veas en vuelta en este caos. Debes irte lejos de este lugar, no soportaría ver que terminas herida...
¿Porqué? ¿Porqué tenías que ser así? Si tan solo te hubieras portado así desde el inicio, nada de esto hubiera pasado.
Me acerqué al hombre y me puse a su lado, me di cuenta que no había tenido atención médica adecuada. Aún con el ceño fruncido, lo miré fijamente
—No soy una enfermera, pero al menos déjame ayudarte. Después de que te recuperes me iré
—Esta bien — una pequeña sonrisa se formó en sus labios y asintió
—Necesito ir por medicinas, ¿tienes algo de dinero?
—Eh... No, pero puedes ir con Tomura para que te de un poco, yo me quedaré aquí... A... Descansar los ojos
—Aún tienes esa mala costumbre de dormir donde sea — me quejé — Primero recuestate en ese sofá — hice que apoyara su brazo sobre mi hombro y lo ayude a caminar hacia el sofá. Una vez ahí, él se recostó; le ayudé a quitarse los zapatos, le desabotone el chaleco y le quité la corbata que llevaba. Estar así de cerca de él me ponía nerviosa y seguramente mis mejillas estaban sonrojadas, él me seguía atrayendo físicamente y aunque ya lo había visto desnudo unas cuantas veces, aún no me acostumbraba
—Ah... Creo que podría acostumbrarme a esto, quizás debería lastimarme más seguido... — dijo con su actitud burlona de siempre
—Idiota — gruñi — Ya vuelvo.
Salí de la cabaña en busca de la persona llamada "Tomura" ; Compress me había hablado un poco de ellos, sabía que él era un chico de cabello azul grisaseo, tenía unas cuantas marcas en su rostro y siempre llevaba manos en su cuerpo.
Tan solo al salir de la casa, me encontré con un agradable aroma a comida, lo que me abrió el apetito, pero tenía que acabar con esto rápido. En el centro había una fogata, a su alrededor estaba una chica rubia, un chico con marcas extrañas y muy alejados de ellos, dos personas más: Tomura y una extraña chica.
Con algo de nervios me acerqué a la fogata, recibiendo las miradas de los dos chicos; la chica parecía ser normal, pero el de las marcas extrañas me daba algo de miedo. Avancé lo más rápido que pude hacía Tomura, él se encontraba charlando agradablemente con una chica de más o menos mi edad; al verme, ambos se detuvieron y miraron con curiosidad
—¿Tomura? — dije con nerviosismo
—Debes ser la chica de la que nos habló Compress — murmuró — ¿Qué quieres?
—N-Necesito algo de dinero
—¿Porqué te daría eso?
—¡Tomura! Deja de ser tan malo con ella — se quejó la chica. Tomura hizo una mueca y se quedó en silencio, al parecer, ambos se llevaban bien pues al tener ese grado de confianza... — Tranquila, él te lo dará. ¿Para que necesitabas el dinero?
—Necesito comprar medicinas para él
—Ya veo... Yo te ayudo, además si vas a ir a la ciudad, necesitas ropa nueva — bajé la mirada hacia mi ropa y me di cuenta que aún llevaba la ropa de asistente de magia, de ahí las miradas curiosidad de los otros chicos y la rápida forma en la que Tomura se dio cuenta de quien era — Sígueme.
La chica se puso de pie y tomó mi mano con gentileza, ella me llevó hacia otra cabaña abandonada y de ahí sacó dinero que estaba dentro de una bolsa. Luego, se dirigió a un armario y me entregó ropa normal y limpia, yo me sentía realmente agradecida por recibir ropa normal por primera vez en mucho tiempo.
La tomé con alegría y mientras me dirigía a una esquina a cambiarme, la chica habló:
—¿Eres la pareja de Compress? — su pregunta me sorprendió y lo único que hizo fue hacerme sentir nerviosa
—Y-Yo... No lo sé, no se que tipo de relación tenemos
—Ya veo... Llevo poco tiempo aquí y no conozco todas sus historias, ¿cómo lo conociste?
—Bueno... Antes era su asistente de magia — me quité el body y las medias — Luego... Me secuestró y ahora me encuentro aquí
—¿¡Qué!? — inconscientemente reí por su grito — Bueno, me alegra no ser la única en esa situación...
—¿Qué? ¿No eras parte de la liga? — me puse el pantalón y la camiseta
—No, me secuestraron para curar a Tomura
—¿Curar? — me puse la chamarra y subí el zipper
—Si, mi quirk era regenerar y sanar heridas
—¿Entonces también podrías ayudar a Compress? — saqué el cabello que estaba por debajo de la ropa y coloque algunos mechones detrás de mi oreja
—Me encantaría hacerlo pero... No tengo entrenamiento profesional y solo puedo sanar a una persona por día, y al ser Tomura el líder, tengo que cuidar de él explícitamente
—Ya veo, es una lástima — eso podría haber solucionado muchos de mis problemas, pero era demasiado fácil para ser verdad — Parecías llevarte muy bien con Tomura
—Oh, eso... — sus mejillas se sonrojaron y su dedo índice fue a rascar su mejilla — Aunque no lo parezca, es alguien muy amable
—Si... Amable —dije con sarcasmo. Aunque quizás estaba igual que ella, el amor podría cegar a las personas. Yo veía a Compress como alguien amable, si quitabamos su lado loco, quizás las otras personas no lo veían así, pero yo si — Terminé, gracias por ayudarme
—No te preocupes, seguro seremos muy buenas amigas — me entregó el dinero y sonrió de oreja a oreja
—Gracias, pero... ¿Segura que estas bien aquí?
—Por supuesto, no tienes que preocuparte por mi. Solo soy una simple médica...
La ciudad había cambiado en todos estos años que estuve encerrada, las personas, los edificios, el tipo de ropa que usaban; rápidamente una pregunta venia a mi mente, ¿mis padres estarían buscándome? Después de haberme independizado no tenía tiempo para hablarles, quizás ellos creían que simplemente hice mi vida sin ellos, o quizás si estuvieran buscándome...
—Deja de pensar en eso y concentrate — negué con la cabeza y miré hacia el frente otra vez. Mientras caminaba, un local con teles en el mostrador llamó mi atención: una escena donde la liga de villanos luchaba contra los héroes apareció, parecían estar discutiendo acerca de esa última pelea, en la cual, también aparecía Compress. Eso explicaba el porqué estaba tan herido
Por suerte, la farmacia a la que siempre iba antes seguía ahí. Tuve que comprar medicamentos simples: diclofenaco para desinflamar, paracetamol para el dolor de cuerpo y por si le daba fiebre, algunas vendas, alcohol... No tenía receta para comprar mejores cosas así que esto serviria por ahora.
Con la bolsa en manos me dirigí al bosque devuelta, se me hacia difícil de entender porqué no escapé si tengo la oportunidad... Era tonto volver por voluntad propia, pero aquí estaba; en momentos como este deseaba seguir dormida, así podría descubrir que respuesta le daría mi subconsciente a Compress. Una sola palabra podría cambiar mi futuro: un no, significaba mi libertad y que abandonaría todos los momentos que pasé con él, mientras que un si... Significa que me quedaría con él, el fugaz sueño de tener una familia con él se volvería realidad.
¿Debería negarme? ¿Debería aceptar? Mientras me debatía mentalmente en que responder, ya me encontraba de pie frente a la cabaña donde estaba Compress; al entrar, me di cuenta que él seguía en el sofá, dormido. Las heridas debieron dejarlo exhausto con apenas energía como para moverse, yo caminé hacia él a pasos lentos y silenciosos para no despertarlo, al estar frente a él, me senté en el borde del sofá y saqué los medicamentos.
—Atsuhiro... Siempre me dejas las cosas difícil — solté un suspiro mientras sacaba las vendas.
—Hace... Mucho no decías mi nombre — sus ojos se abrieron con pesadez y sonrió
—Creí que te gustaba mantenerte en tu papel, así que dejé de hacerlo — saqué algunas pastillas y le entregué la botella de agua que había comprado de camino aquí
—Contigo siempre es la excepción — con dolor se puso de pie, sentándose en el sofá.
—Solo toma la medicina... — mis mejillas se pusieron algo rojas, pero traté de hacerme la difícil. Compress tomó las medicinas y tras beberlas, sonrió un poco — Necesito que te quites la ropa
—Oh, ¿tan pronto quieres volver a hacerlo?
—¿¡Q-Qué!? N-No, deja de hacer esas bromas — sus constantes burlas y chistes subidos de tono me volvían loca, no hacía más que ponerme nerviosa
—Claro~ — obedeciendo mis palabras, se quitó la camisa que llevaba junto al chaleco y me mostró la espalda llena de moretones y rasguños.
Apliqué algo de alcohol en las heridas, algo de ungüento y luego las vende. No era una doctora experta como podría llegar a ser la otra chica, pero aunque sea esto lograría calmar un poco su dolor. Al terminar me alejé un poco de él, pero Compress tomó mi mano y me detuvo, estábamos mirándonos a los ojos, inconscientemente me sonroje un poco pero frunci en ceño
—¿A-Ahora que? — él me miró sin decir nada, solo con una pequeña sonrisa en sus labios.
La mano que había sujetado era la izquierda, la que aún contenía el anillo. Con su pulgar acarició el anillo y se le quedó viendo fijamente, como si pensara en todo lo que podría suceder si ambos decidiamos conservarlo
—Aún lo llevas — dijo finalmente
—Lo olvidé, con todo esto no he podido quitármelo — no iba a admitir que aún lo conservaba debido a que lo estaba pensando. Me la había pasado todo el día debatiendo en si quitármelo o no, y al final de todo... Aun lo llevaba
—Pudiste escapar, pero volviste — me miró. Esta vez me puse nerviosa y ya no supe que responder — Me sigues amando, ¿verdad?
—D-Deja de...
—Por favor, se sincera. Yo también lo seré, así que por favor... Quiero escuchar esas palabras de ti — detuvo el movimiento de su pulgar, pero aun no me soltó
—Atsuhiro... — solté un suspiro y bajé mi mirada hacia nuestras manos entrelazadas — ¿Y qué ganas escuchando que aún te amo? Si, aún te amo, pero no se que hacer
Una sonrisa de felicidad apareció en su rostro, incluso sus ojos se iluminaron. Me acercó más a él, quedando nuestros rostros a escasos centímetros; Compress acarició mi cabello con una mano y luego mi mejilla
—Eso es suficiente para mi — aclaró. Sin agregar más, acercó nuestros labios y los unió en un apasionado beso; primero comenzó como un simple beso, luego abrió mi boca y juntó nuestras lenguas. Mis mejillas para este punto era un tomate, pero por más avergonzada que estaba, no me separé de él ni por un segundo. Cuando el aire nos faltó en los pulmones, nos separamos; un hilo de saliva unía nuestras lenguas, pero pronto se vio roto cuando él sonrió — Me hace muy feliz que digas eso, significa que aún... Puedo arreglarlo
—Aunque puedas arreglarlo, no significa que te perdone — aclaré. Su sonrisa aún me daba a entender que mi comentario solo le causaba risa, que gracias a sus encantos me haría cambiar de opinión fácilmente
Y quizás lo lograría...
—¿Segura? Siempre tuve el don de "encantar" a la gente — su comentario me había tomado tan por sorpresa que incluso una risa escapó de mis labios. Al instante cubrí mi boca y frunci el ceño
—Idiota
Si, era difícil no caer ante sus encantos diariamente. Al principio me resistí un poco; ignoraba sus comentarios, me enojaba, o incluso tiraba los regalos, pero ahora... Mis mejillas se sonrojaban cada vez que lo veía y ahora ya no me molestaba en rechazar sus regalos o halagos.
—Buenas noches~ — Compress me saludó con su habitual sonrisa y tomó mi mano. Sus labios besaron suavemente el dorzo de mi mano y luego me miró — ¿Qué te parece ir a comer algo?
—¿Comer? — repetí. No creía que salir a un lugar público junto a un villano sería la mejor opción
—Por supuesto; si estás preocupada por mi "reputación", tranquila. Nadie a visto mi cara sin la máscara, así que podemos estar tranquilos.
—Supongo que... ¿Está bien?
—¡Excelente! Compré algo de linda ropa para ti, te daré un tiempo para que te pongas más hermosa de lo que estás, ¿si? — con aquellas dulces palabras se retiró
Mis mejillas quedaron rojas, ya no podía calmar mi corazón y para este punto creía que ya no era necesario. Volvía a enamorarme de él; quizás esto era un plan de él: me liberaría para luego enamorarme otra vez y que así no me fuera. Esa podía ser una posibilidad pero... Ya no me importaba, quería dejarme hechizar por él una vez más.
Observé las ropas que dejó frente a mi sobre el sofá: un lindo vestido, escotado de arriba, holgado de abajo y que me llegaría por encima de las rodillas. El vestido era elegante, incluso de mi color favorito; me sorprendía que Compress aún recordara esos detalles míos, aunque conmovía mi corazón.
Decidí colocarmelo de una vez, luego me dirigí al espejo del baño; ahora entendía porque la "doctora" -la amiga o ¿novia? De Tomura- me había traído maquillaje en la tarde, con la excusa de que quería probarlos conmigo más tarde. Me coloqué una ligera capa de base, algo de delineador, rubor, máscara de pestañas y un poco de labial. Hace mucho no me maquillaba, siempre lo hacía para los shows de magia, pero ahora había perdido un poco la práctica.
Al mirarme al espejo y peinarme un poco, me sorprendí por lo diferente que me veía con tan solo arreglarme un poco. Supongo que esto si que subía el autoestima.
Me coloqué unos zapatos bajos y me dirigí a la puerta. Al principio no vi a nadie pero tras unos momentos, Compress apareció frente a mí, con un traje elegante, corbata y sin su habitual máscara. Con su cabello peinado hacia atrás, una sonrisa encantadora y aquel perfume que me hacía volver loca...
—Te ves hermosa, aunque siempre lo eres — se acercó a mi y me entendió su mano para que yo la tomara
—Tu también te ves muy bien... — murmure. Mis mejillas estaban rojas pero jamás aparte la mirada de él
—¿Enserio? Muchas gracias — dijo sonriendo. Tomados de las manos, como príncipe y princesa, avanzamos rumbo a la ciudad.
Con la ayuda de Kurogiri, llegamos en cuestión de minutos. Nos detuvimos frente a un restaurante que parecía ser muy elegante, él abrió la puerta y me dejó entrar a mi primero, tras una breve charla con el mesero, nos dejó entrar y nos presentó nuestra mesa junto a la ventana. Desde ahí se podía ver la hermosa noche y aunque la contaminación de la ciudad impedía ver con claridad las estrellas, la luna seguía ahí.
—Toma asiento — movió la silla y yo me senté en ella, luego él se fue a sentar — Elige lo que tu quieras, odio cuando eligen por ustedes. Hasta yo quedaría con hambre... — levantó el menú
Reí un poco y agradecí ese gesto. Tenía mucha hambre como para que me pidieran una ensalada; en el menú habían muchas cosas deliciosas, por lo que me di el lujo de pedir algo de carne y algo de tomar. El mesero llegó, tomo nuestras órdenes y nos dejó solos nuevamente
—Gracias por traerme aquí, es muy lindo de tu parte — Compress me sonrió y solo negó
—No agradezcas, siempre quise salir contigo así — tomó mi mano por encima de la mesa y la acarició con el pulgar — Una cita, tu y yo... Sin preocuparnos de nada
—Comp- Atsuhiro — me mordí la lengua para evitar decir su nombre de villano — Yo también quise tener una cita así, contigo...
—Me alegro — sonrió
—Yo siempre... Quizás es algo tonto, siempre deseé estar así contigo, casarnos, ser una familia... — mientras hablaba, bajé la mirada con vergüenza, admitir todos esos deseos era vergonzoso
—¿Enserio? — volvió a reír un poco, pero no burlándose, si no más bien de felicidad — Es un muy lindo sueño, así que si me dejas, y si quieres... Podríamos hacerlo realidad
Esta vez, sentí como si mi cerebro diera un cortocircuito y mi corazón brincaba de emoción, ¿sus palabras eran ciertas? ¿Enserio quería tener una familia conmigo? ¿Enserio deseaba eso?
—Yo...
—Te amo
Era de noche y no podíamos volver hasta la mañana siguiente cuando Kurogiri abriera un nuevo portal para nosotros. Compress decidió llevarme a un hotel donde pasaríamos la noche y seguiríamos con nuestra cita; podía darme cuenta de a donde llevaba esto, pero con todo lo que había sucedido anteriormente... Ya no me molestaba
Compress cerró la puerta tras de sí y se acercó hasta mi hasta el punto en que nuestros labios se juntaron en un acalorado beso. Yo le correspondi sin oponer resistencia, tanto él como yo lo necesitábamos; antes había estado molesta con él, pero lo había perdonado, por más tonto que sonara. Me había tenido atrapada algunos años, usándome como su juguete pero... Lo amaba; y en retrospectiva, las veces que lo habíamos hecho... Habían sido muy buenas.
—Mi querida musa, ¿qué te parece recrear nuestra primera noche de bodas? La primera de muchas, por supuesto — extendió su mano hacia mi, la cual tomé y él sonrió. Me llevó hasta la cama y me senté en el borde de esta
—Claro, me gustaría — la sonrisa de él se agrandó y continuó.
Hizo que me recostara en la cama, él se colocó encima mío y mientras que con una mano se apoyaba sobre la cama, con la otra se aflojó la corbata y se la quitó. Sus ojos permanecían sobre los míos mientras se quitaba el resto de la ropa: primero el chaleco y luego la camisa. Al terminar, su torzo estaba desnudo y era mi turno de quedar desnuda
Sus ágiles manos fueron al cierre del vestido y lo bajaron lentamente, levante un poco mi cuerpo para que el vestido bajara y una vez lo hizo, Compress deslizó la tela, rozando sus dedos con mis muslos y causando un leve escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. Finalmente lo quitó y yo quedé únicamente en ropa interior y con los zapatos, Compress admiró mi cuerpo casi al desnudo, lo que me causó vergüenza y que mis mejillas se sonrojaran.
—Tan hermosa como siempre, permiteme admirarte un poco más
—Atsuhiro... — murmure con vergüenza. Aparte la mirada, enfocándome en el objeto más cercano o cualquier otra cosa que me impidiera pensar en él
—Mírame — tomó mi mentón y me hizo verlo — Mientras hagamos esto quiero que me veas, ¿harías eso por mi?
—Está... Bien — me costó aceptar esa petición, pero finalmente lo hice y él sonrió en respuesta
Sus manos acariciaron mi pecho, luego bajaron hasta mis estómago, vientre y terminaron en mi zona íntima. Con suavidad se metieron entre mi ropa interior y acariciaron los labios de mi vagina, un escalofrío recorrió de mis piernas hasta mi columna y solté un suave jadeo.
Compress soltó una risilla por la facilidad con la que había logrado arrebatarme un gemido, yo solo frunci el ceño un poco. Él continuó con sus caricias, primero acariciando por fuera y luego metiendo los dedos, acarició mi clitoris, lo que me hizo soltar un gemido más fuerte que el anterior; sus ágiles dedos sabían donde tocar y me hacían ponerme húmeda con facilidad, por lo que cuando los metió, fue muy fácil por lo mojada que estaba.
—Oh, mi querida ____, estas disfrutando mucho esto, ¿no es así? — soltando una carcajada, Compress movió sus dedos en círculos, nuevamente me arrancó más gemidos con facilidad y únicamente se burló de mi — Amo tus expresiones, no haces más que "hechizarme" con ellas.
Odiaba que él me hiciera sentir así de bien sin si quería esforzarse, pero igualmente lo amaba. Aquel hombre no hacía más que darme placer, amor y siempre hacerme sentir bien, aún con todo el pasado que teníamos. Ahora que éramos sinceros con nosotros mismos y habíamos admitido lo que realmente sentíamos, ya no tenía caso pensar en lo demás, queríamos ser felices. Lo necesitábamos.
—S-Si... — admiti, aún si había herido un poco mi orgullo. Compress alzó una ceja por la sorpresa de mi reciente confesión, pero no se derivo.
Parecía feliz de haber logrado sacar ese lado pervertido de mi, uno que no le decía que se detuviera, uno que lo incitaba a seguir y a darle más de ese delicioso placer. El hombre recorrió mi cuerpo con su otra mano robotica, y aunque su tacto era frío, igualmente podía sentir el placer que me daba cuando tocaba mis pechos; unos minutos pasaron hasta que Compress sacó sus dedos de mi vagina y yo lo observé algo molesta
—Es mi turno de que me hagas sentir bien, ¿no crees? — Atsuhiro se sentó en la cama, sobre sus muslos y al ya no tener nada que cubriera su entrepierna, pude ver a la perfección aquella erección que palpitaba ansiosa por atención.
Con vergüenza me levanté y fui gateando hacia él; su miembro volvió a palpitar y al acercarme a este, el calor que emitía junto al aroma, me hizo tragar saliva. No era la primera vez que hacía esto, se podría decir que ahora tenía bastante experiencia, pero... Las circunstancias ahora eran diferentes, muy diferentes.
Lo tomé con mi mano derecha mientras que la izquierda masageaba sus testículos y luego, al bajar la capa de piel que protegía el glande, lo acerqué a mi boca. El sabor y el tamaño me eran familiar, todo en él me hacían sentir como en casa; amaba al hombre delante mío, jamás pude deshacerme de ese sentimiento y jamás lo haría.
Movi mi boca con más rapidez, metía y sacaba su miembro y masageaba el resto de este con mis manos, todo su miembro estaba lleno de mi saliva, lo que lo hacía más fácil de manejar y más excitante para él. Y para rematar, mientras hacía todo esto, no apartada la mirada de Atsuhiro; su adorable expresión de lujuria, aquellos ojos entrecerrados y la boca ligeramente abierta por la cual escapaban gruñidos y jadeos. Él era muy atractivo, aún si llevaba aquella máscara, su elegancia y personalidad no podían ser cubiertos, pero sin ella... Su rostro, sus expresiones, aquella sonrisa que me enamoraba... Me volvía loca.
Continúe con ese vaivén unos minutos más hasta que sentí como el líquido pre seminal comenzaba a salir, Compress tragó saliva y mientras acariciaba mi cabello y lo sostenía en una coleta con su mano, me miró :
—Esta vez puedes hacer lo que quieras, no te obligare a tragarlo como antes ~ — su sonrojo se hacia cada vez más evidente y le costaba controlar sus expresiones.
Finalmente él iba a venirse, y como había dicho, yo podía hacer lo que quisiera aquí abajo. Quería darle el gusto por primera vez, así que cuando se corrió, comencé a beber aquel espeso líquido; la expresión de Compress cambió por completo a una aun más lasciva, su miembro se volvió a poner duro, aún si acababa de correrse y sonrió un poco
—Maldición... Cuando lo haces por tu propia voluntad es... Me encanta — Compress no tardó en volver a ponerme contra la cama, con la única diferencia de que me puso boca abajo y con el trasero levantado.
Su mano recorrió mis muslos, mi vagina y se detuvo en mi trasero, me propició una nalgada y luego con la otra mano, sujetó mi cadera para sostenerse e impulsarse de ahí.
—Es hora de pasar al show principal — su miembro se frotó contra mí vagina y sin más que agregar, entró de una sola embestida
Mi cuerpo se impulsó hacia adelante, mis pechos dieron un rebote y para evitar gemir muy fuerte, mordí la almohada más cercana a mi. Atsuhiro intensificó aquellas embestidas hasta el punto en que la habitación se llenó de los ecos que producían los aplausos de su pelvis golpeando mi trasero. No se detenía por más que el respaldo golpeara la pared, o por más que rechinara la cama, no se detenía.
Yo no paraba de gritar y decir su nombre, para este punto la almohada ya no servía de mucho. Lágrimas de placer salían de mis ojos y nublaban mi vista, se sentía bien, sentía que estaba en el mismo cielo cada vez que golpeaba mi interior o mi punto más sensible.
Compress acercó su boca a mi hombro y comenzó a dense chupetones por todo el lugar : hombro, brazos, espalda... Cualquier lugar que fuera visible para todos; todos en la liga de villanos sabían que era su pareja, no había necesidad ni de preguntar, pero Compress parecía de aquellas personas que era muy posesivas. Aunque no me molestaba ahora, yo no planeaba ir con alguna otra persona que no fuera él, y esperaba lo mismo de Compress.
—Mhg... Ahh~ — Compress volvió a aumentar la velocidad, sacándome más gemidos y un lado en mi que no conocía.
Mi orgasmo estaba por llegar, con lo bueno que era, me sorprendía lo mucho que había logrado aguantar hasta ahora. Yo encaje las uñas en las sábanas y volví a morder la almohada que esperaba contuviera el gemido que estaba a punto de soltar
—Atsuhiro, Atsuhiro, ¡me vengo~! — y así, sin poder aguantar más, mi primer orgasmo llegó.
Mi interior apretó el miembro de Compress, como si no quisiera soltarlo jamás y comencé a venirme. Gracias a eso, mis piernas quedaron temblorosas y mi cuerpo exhausto, pero había algo que faltaba...
—Oh~ al parecer te veniste antes que yo, ¿cómo podrás compensarlo? A mi todavía me falta mucho — una sonrisa traviesa se formó en sus labios, no estaba molesto porque me hubiera venido primero, al contrario, estaba feliz de pensar que castigo me daría.
Con dificultad me puse de pie e hice que Atsuhiro se recostara en la cama, yo me coloque encima suyo y apuntando su miembro hacia mi vagina, lo volví a introducir. Mi interior estaba muy, muy sensible por mi reciente orgasmo, Compress pudo sentirlo gracias a como mi vagina lo apretó y le impidió moverse con facilidad ahí dentro.
—Mh... Estas tan... Oh~ — dejó caer la cabeza hacia atrás y se mordió el labio — Como aprietas, ¿Estás tan feliz de tenerme dentro?
Sin responderle, comencé a moverme lentamente. Me costaba dar aquellos saltos con mis piernas temblorosas, pero hice mi mejor intento; no se parecían en nada a las embestidas que él me daba, pero por la forma tan ruda en que metía su miembro, dejándome caer, lograba arrancarle algún que otro gemido.
Esa era mi más grande satisfacción: hacerlo hacer expresiones vergonzosas. Aún si era por un corto tiempo, amaba ver ese lado de él
—T-Te diviertes mucho, ¿no? Que traviesa~ — sus dos manos fueron a mis caderas y con su ayuda, mis saltos se volvieron más rápidos y feroces. Me costaba seguir su ritmo, pero al ser él quien cargaba mi peso y movía sus caderas para impulsarme, me ayudaba.
—C-Compress... Ahh~ — dejé caer mi cuerpo sobre el suyo, únicamente él movía mis caderas para seguir consiguiendo aquel placer.
Encaje ligeramente mis uñas en su pecho y aguanté todo lo que pude mis venidos, pero no pude más. Compress comenzó a cansarse, sus embestidas se volvieron irregulares y el pre semen volvía a salir; estábamos llegando finalmente a nuestro orgasmo. Yo no quería aplazarlo más, me vendría en cualquier momento, y si tenía suerte, Compress también.
Ambos dimos nuestro último esfuerzo y durante la última embestida, ambos nos corrimos. Mi útero quedó lleno de su semen y sus piernas de mis fluidos; el cansancio nos hizo dejarnos caer en la cama, con las respiración agitadas y el corazón latiendo a mil por hora. Observé de reojo a Atsuhiro, tenía una pequeña sonrisa en los labios y sus mejillas estaban teñidas de rojo
—¿Te sientes bien? — preguntó, al sentir mi mirada fija en él
—Eso creo, mañana no lo sé... — dije en broma. Con todos estos chupetones, embestidas y piernas temblorosas... Esperaba estar bien mañana.
—Lo siento, ser gentil... No es parte de mi — tomó la cobija más cercana y nos cubrió con ella, luego giró su cuerpo hacia mi e hizo que recostara mi cabeza sobre su brazo — Descansa por ahora, mañana volveremos a la base y... Creo que estaremos muy ocupados desde mañana.
—¿Porqué lo dices? — lentamente fui cerrando mis ojos, escuchar su corazón era como una canción de cuna para mi
—Bueno, tenemos que planear nuestra boda, ¿no crees? — acarició mi cabello y conforme lo hacia, mis ojos se iban cerrando más y más
—¿Boda? Eso suena... Fabuloso — sonreí un poco y en acurruque aun más en su brazo — Eso me hace... Muy, muy feliz, en serio te amo... Atsuhiro
—Y yo a ti, mi musa...
×~×~×
Por fin! OneShot terminado.
Originalmente solo iba a tener una parte, pero como muchas me pidieron una segunda, me llegó algo de inspiración y decidí darle un final más adecuado
Y bueno...
Estoy esperando su alma, vamos.
Espero les haya gustado, nos vemos luego ~
-Cinna
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