Llegué a casa en silencio, me inundó el aroma a pavo horneado, mi oído se endulzo con la melodía que tarareaba Kaela.

ㅡMami ¿Porque papi aún no llega?ㅡpregunto nuestra hija.

Pude escuchar sus pasos al correr en la cocina, y la suave sonrisa de mi esposa.

ㅡClaro que llegó ¿No sientes su perfume?

No era era de sorprender, en realidad con el tiempo te acostumbras tanto a quien amas que sientes su aroma cuando está cerca de ti.

ㅡ¿Verdad que sí amor?ㅡme pregunto Kaela elevando su voz.

Todo el cansancio que tenía abandono mi cuerpo al escucharla hablarme.

ㅡSí, ya estoy aquí cariño.ㅡrespondí llegando a la cocina.

Mi hija corrió a mis brazos con tanta felicidad, parecía una copia de Kaela, sólo que tenía mis ojos.

ㅡTe he extrañado todo el día papi, ahora que tengo cuatro años soy más alta y inteligente ¿Verdad que sí?

Asenti a mi pequeña besando sus mejillas, Kaela nos miraba con alegría. Con los años se había vuelto más hermosa, y seguía causando en mí esa sensación de cosquilleo en el estómago y sobresalto en mi pecho cada vez que la veía o la pensaba.

Se acercó y me besó haciendo que Camila se cubriera el rostro.

ㅡCamila amor, ven, vamos a dejar que papi se tome una ducha y luego cenamos juntos.ㅡindicó.

Camila asintió y se fue a sus brazos, Kaela me dio una nalgada y me empujó a subir a ducharme. No quería alejarme de ellas, bastante había tenido tras cuarenta horas de jornada en el hospital, al menos tuve a Liam todo el tiempo molestandome.

El agua tibia ayudó a mi cuerpo a relajarse. El agua corría por mi piel, mientras una sonrisa se situó en mis labios, era muy feliz, jamás en la vida pensé que Dios le daría las bendiciones con las que ahora contaba.

Tenía una buena carrera, claro no era fácil ser médico, pero a pesar de todo era una carrera hermosa, tenía buena salud, una esposa que me amaba y a la que amaba más que nada en el mundo, y que decir de Camila, fue una bendición desde el día que cayó en el vientre de Kaela. Ellas eran mi vida.

Recordando el pasado y todo lo que habíamos recorrido, lo que pasamos, me hacía amarla más.

ㅡCariño.ㅡla voz de Kaela me sacó de mis pensamientos.

Estaba de pies en el baño con sus manos en la cintura, llevaba un vestido de flores a la rodilla y su pelo ahora largo como la primera vez que lo vi la hacían parecer un ángel, como lo que era.

ㅡCamila está desesperada por que salgas y vengas.

ㅡSí papi, la cena se enfría y yo ayude a mi mami.ㅡhablo mi hija poniendo sus brazos en su cintura imitando a su madre.

ㅡYa salgo.ㅡrespondí.

Busque con la mirada el albornoz y me di cuenta no había tomado uno.

ㅡToma querido.ㅡKaela me tendió lo que buscaba.

En la mesa cenamos en armonía, como siempre, Camila dejó en tenedor y corrió fuera de la mesa.

ㅡCamila ven a terminar.ㅡgritó Kaela.

ㅡCreo que ya no quiere más.ㅡcomenté tomando un poco de vino.

Ella regresó con una cajita y Kaela salto a quitarsela.

ㅡCamila, entregame eso.ㅡordenó mi esposa.

ㅡ¿Qué es eso?ㅡpregunté con curiosidad.

ㅡEs una sorpresa que...

ㅡTendré un hermanito papi.ㅡgrito Camila.

Me paré de golpe de la mesa y mire a Kaela, quien estaba sonrojada, ni vista fue hasta su copa, hasta ahora no me ha ia percatado que no estaba tomando vino, sino zumo de naranja.

ㅡCamila, te dije que yo le diría.ㅡse quejó mi esposa.

Yo estaba en estado de shock, esto era un milagro, cuando Camila nació el obstetra nos dijo que difícilmente pudiéramos tener más hijos, ya que Kaela tenía serios problemas para concebir, tras varios intentos fallidos nos olvidamos de eso, y ahora aquí tenía en mis manos una sonografia confirmando que volveríamos a ser padre.

No sé en qué momento di la vuelta a la mesa y abrace a Kaela, justo cuando pensé no podía ser más feliz una noticia de alegría me invadió

ㅡ¿Estas llorando?ㅡme pregunto Kaela tomando mi rostro entre sus manos.

Asenti sin poder articular palabras.

ㅡAl fin tendré alguien con quien jugar, porque mi primo Liam Júnior y Dana casi no vienen.ㅡcomentó Camila.

ㅡY usted señorita se debe ir a dormir, así que a lavar tus dientes y a la cama.ㅡle dijo Kaela.

La niña se cruzó de brazos, hasta que al final obedeció, dejándonos solos a mi y a Kaela.

Sus brazos se envolvieron en mi cuello, sonreí porque tuvo que subir a una silla para alcanzarme mejor, su frente se apoyó en la mía.

ㅡQuizás no te lo diga siempre, puede ser que los días me hagan omitir algo que debería repetir constantemente, pero te amo, Byron te amo tanto, que duele.

ㅡNo necesitas decir palabra alguna cuando los hechos hablan por sí solos, y también te amo, como no creí posible, eres mi vida y mi mundo, y lo serás siempre.ㅡrespondí.

Besé sus labios y la abracé,  una risa sonó detrás de nosotros, Camila estaba allí grabandonos.

ㅡ¿Qué te dije señorita?ㅡKaela se cruzó de brazos.

Abracé a mi esposa por la espalda y apoyé mi cabeza en sus hombros.

ㅡDéjala amor, que vea cuanto sus padres se aman, así cuando crezca tenga esto a recuerdos, y sobre todo cuando tenga su propia familia sepa que lo mejor es vivir en armonía, sobre todo con mucho amor.

ㅡLos amo papi y mami, ahora voy a dormir.

Kaela y yo reímos ante las ocurrencias de ella. ¿Qué más le podía pedir a la vida?

Nada, simplemente era feliz.

Fin.

***

¿Qué más pedirle? Pues que salgan de la historia y nos amén así jeje.

Infinitas gracias por acompañarme en estas Lujurias, este es el fin de otra historia más. Pido disculpas de rodillas por no actualizar cuando lo prometí, no tengo excusa valida por perderme, pero aquí estoy, y espero me disculpen.

Les amo inmensamente.

Nos leemos en otras historias, Lujuria Adictiva estará bajo corrección y edición, puede que tengan capítulos extras y así, me tomaré mi tiempo para moldear la historia.

Hasta la próxima.