Capítulo 6
—Byron—
Pensar en lo sucedido con Kaela me avergonzaba hasta tal punto que apague mi teléfono, estaba abrumado y confundido, al fin había llegado el momento de hacerla mía y no tuve una erección, la deseaba con locura, así que no se que rayos me pasa.
¿Va algo mal conmigo? Tenía que averiguarlo, cerré mis ojos y volví a recordar cuando toque sus senos, y volvía la lujuria de hacerla mía, pero nada mi miembro seguía como si no estuviera recibiendo ningún estímulo. Volví a encender mi auto y conduje hasta la casa de Veira.
Llegue no sin sentir remordimientos por lo que haría en este momento, toque el timbre y Veira abrió de una vez, como si me estuviera esperando.
—Parecía que esperabas por mí. —dije observando sus senos.
—Siempre espero por ti. —respondió.
Empezó a retroceder quitándose el diminuto vestido que tenía puesto, mostrándome que no llevaba ropa interior, me encantaba su figura, y como sus senos llamaban la atención dado a su tamaño en comparación con su contextura, seguí sus pasos y cerré la puerta detrás de mí. Como por arte de magia mi miembro cobró vida, volví a tener una erección. Veira al ver que me quede de pies sonriéndole a mi amiguito de toda la vida se acercó a mí y me beso, comenzó a quitar los botones de mi camisa uno a uno.
—No me gusta hacer preguntas en momentos como estos pero ¿A qué se debe tu emoción? —preguntó.
—Pues hace un momento salí de la casa de mi novia, y no pude hacer nada con ella no tuve una erección. —explique antes de besarla.
Veira no devolvió el beso como siempre lo hacía, me hecho lejos de ella y se doblo a recoger su vestido, se lo coloco y se cruzó de brazos.
—Ahora tienes novia, mira que bien. —dejo salir mirándome fijamente.
—Sí y nunca te ha importado. —mencioné
—Porque nunca has dicho la tienes, eres un descarado sin alma, y entonces al ella no causarte la reacción que deseas vienes donde mí que te quite tus sucios deseos. —puntualizó ella.
Me acerque y la bese con fuerza, ella siguió rígida, no sé de donde saco tantas fuerzas para empujarme lejos de ella, paso por mi lado y abrió su puerta invitándome a salir.
—Sal de mi casa y no vuelvas más, uno de los dos debe respetar a tu chica, y como no lo haces tú lo hare yo, espero no volver a saber de ti, no vales la pena aun sepas como satisfacer a una chica.
Eso fue un golpe bajo para mí, la mujer que creía que era mi amante o bueno una de ellas me rechaza por proteger a alguien que aún no conocía, estaba cuidado a alguien que se supone yo debía proteger, encendí mi celular y lo primero que vi fue un mensaje de Kaela.
《Y cuando necesites alguien en quien apoyarte, sea hoy o mañana, allí estaré para ti.》
Con amor Kaela.
Todo estaba en mi contra y no lo estaba disfrutando, era caótico no poder hacerle el amor a la mujer que amas, pero aún más saber que le fallaba, peor también mirarla a los ojos, con los míos llenos de mentira y engaños, mientras ella se empeñaba en amarme, y apoyarme.
Me fui al hospital, me tocaban los turnos de cirugía esta noche, así que fui más temprano, me puse mi pijama y mi bata y procedí a rondar las salas, verificando cada paciente, para mi suerte Liam estaría en el área pediátrica, él era cirujano pediátrico y yo en cambio era cirujano general e internista, sonreí ante esta ironía ya que ambas carreras tenía sus choques, pero tenía ventaja ser ambos.
Me di cuenta que había una nueva enfermera, nuestras miradas se cruzaron, ladee mi cabeza para mirarla mejor, era de tez clara y su pelo estaba envuelto, así que no podía ver si era corto o largo, ella preparaba medicina para algunos pacientes, así que me acerque a ella.
—Buenas noches. —salude.
—Hola Doctor. —respondió.
Note sus mejillas sonrojarse y le sonreí, ya sabía que esta seria mía, tome una ampolla de medicina y la lance al aire, ella miro asustada, le guiñe un ojo antes de atrapar la capsula, me fui a la cafetería a comer algo ya que moría de hambre.
—Un sándwich de pavo por favor. —pedí.
Me dieron un ticket para que volviera en unos minutos, me senté en una mesa solo, con mis brazos cruzados, y eme sobresalte cuando la que atendía la cafetería dejo caer el plato con mi pedido en mi mesa.
—Le dije que en cinco minutos su orden estaría. —manifestó.
Mire mi reloj y habían pasado diez, no los note porque mi mente se había quedado en blanco. Tome unas servilletas y empecé a comer lo que tenía en frente. Y justo antes de terminar recibí una llamada, pedían mi presencia en quirófano, y de vuelta a realidad me puse de pies para ir a donde me necesitaban.
Notas del autor:
Espero les este gustando la historia, dejen sus cariñitos votando y comentando, seguiré actualizando seguido mis amores, pero todo estará lleno de intriga así que no me maten, les amo.
Un enorme beso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro