Capítulo 5
Me levante más temprano que de costumbre, mis sobrinos me tenían con ojera, me compadecí de Alexa. Fui a revisar los pequeños y dormían plácidamente, mire mi reloj, eran las 4: 30 am, así que decidí volver a dormir, tire una colcha al suelo de la habitación de los niños y me recosté. Hoy Liam y Alexa volverían de su viaje, y deseaba mucho que lo hicieran, yo tenía cuentas pendientes con Byron.
A las seis de la mañana ya L. Junior y Danna estaban jugueteando sobre mí, sonreí antes su ingenio, por más que bisque formas de que no se salieran de su cuna lo seguían haciendo. Me levante y bese sus frentes, los cambie y lleve a la cocina a darles desayuno. Fue un desastre total, observé a ambos niños y resoplé haciendo que mi flequillo se moviera sobre mi frente, la niña había manchado el vestido que le había comprado para recibir a sus padres y que decir de L.J, mejor ni describir como estaba el, la alarma en mi teléfono sonó, dejándome saber que en veinte minutos Alexa y Liam llegarían a casa.
Tome ambos niños y entre al baño, volví a bañarlos y los cambie tan rápido como pude, le puse una cinta en el pelo a Danna y ya estaban listos nuevamente, cuando intente sentarme ya agotada escuche el timbre, baje con los niños y abrí la puerta, y una enojada Alexa entro, aunque su semblante cambio al ver sus hermosos pero traviesos pequeños, más atrás venia Liam conteniendo una risa.
— ¿Qué le pasa a Alexa? —pregunté en voz baja.
—Pues no le dije que usara filtro solar, y ya puedes ver que está bien quemadita. —explicó estallando en risas.
—Hola Kaela, disculpa te pase por alto, vi a Danna y L.J tan monos y no pude evitar abrazarlos, espero no te molestarán mucho. —se disculpó Alexa.
—Descuida cuñada, y los niños se portaron de maravilla. —mentí
—Y en cuanto a ti Liam, me voy a vengar. —amenazó.
Liam fingió no escuchar lo que dijo ella, se acercó y abrazo a los niños y se puso de pies frente a su esposa, se acercó despacio a ella y le dijo un te amo en voz baja, ya me iban a dar diabetes con sus cursilería, aunque no negaba que deseaba tener algo así.
—Pues aún estoy aquí, y sus bebes les ven, y yo ya me voy. —me despedí.
—Gracias Kaela por tu ayuda, te traje un presente, te encantara, ya lo llevare a tu casa cuando desempaque. —dijo Alexa desde los brazos de Liam.
Subí a mi auto y fui a mi casa, entre en la ducha, aun tenia restos de comida en mi cuerpo y pelo, mientras me bañaba recordé los besos de Byron, me sentí húmeda, quería volver a sentir sus labios sobre mi cuello, y que la próxima vez llegue más lejos, que recorra todo de mí y yo todo de él.
Después de ducharme fui a preparar un jugo de avena, cuando lo tuve listo salí al balcón a tomar aire fresco y para mi sorpresa Byron estaba delante de mi casa, recostado de su auto hablando con mucha emoción por su teléfono, achique mis ojos tratando de adivinar quién podría ponerlo tan feliz e imagine lo peor al ver su rostro cambiar de parecer cuando me vio observándolo, de hecho no fue solo idea mía que casi dejo caer su celular.
—Vaya, tu conversación sí que esta buena. —mencioné.
—Hmm solo hablaba con unos colegas, ya sabes un paciente con un objeto extraño donde no debería. —dijo nervioso.
—De ser ese tu tema no me lo dirías, sé que está prohibido divulgar informaciones de pacientes Byron. —espeté.
—Mira Kaela, estamos bien, no busques problemas por una estupidez. —dijo enojándose.
Lo mire pensativa, el escondía algo e iba a averiguarlo, lo invite a pasar sin saludarlo, tampoco debía de hablarme así, yo era transparente para él, en cambio era todo un misterio.
—Hice jugo de avena ¿Gustas un poco? —quise saber.
—Claro que sí, pero primero ven aquí. —ordenó.
Me quede de pies mirándole, no iba a obedecerle, él se levantó y sonrió, paso por delante de la ventana de la sala de estar, y los rayos del sol resaltaron su piel morena y sus ojos miel, su mirada en mi me hizo entender que no planeaba nada bueno, si quizás era bueno, pero no niego que a veces le temía.
Se detuvo frente a mí y con su pulgar toco mis labios, cerré mis ojos ante su roce, su pulgar fue sustituido por su boca, y me llevaba a mundos desconocido, puso sus manos en mis nalgas y las apretó acercándose más a mí, me levanto haciendo que le abrazara con mis piernas, para mi sorpresa no pude sentir lo que esperaba, Byron no estaba teniendo una erección, y creo que él también se dio cuenta, rompió el beso y se quedó mirando a lo lejos.
— ¿Sucede algo? —pregunté preocupada.
—Estoy algo cansado, quizás no es el momento para demos este paso, tampoco el lugar. —Explico mirando mi retrato junto a Liam el día de su boda.
También mire el retrato, Liam se veía protector a mi lado como siempre, se creía mi padre y sonreí, ese día todos estábamos tan felices, y mi Byron como siempre huyendo de él, Liam debía dejar de tratarme como una niña, ya no lo era, mire a mi novio, nunca lo había visto tan pensativo en mi vida, fui a la cocina y le lleve algo de tomar.
—Parece que has visto un fantasma. —le susurré.
Byron se sobresaltó, ahora que pasaba con él, más misterios para mí, se volvió a poner de pies tomándome de sorpresa me volvió a besar, lo hizo esta vez diferente, siendo brusco, introdujo una de sus manos en mi blusa acariciando la piel de mis senos. Y sin más rompió el beso y salió de mi casa, no me dio explicación, mucho menos se giró ante mis llamadas a él.
Para preocuparme más el apago su teléfono así que no tenía ningún tipo de contacto con él, estaba loca por llamar a Liam, pero si lo hacía se daría cuenta que algo sucedía. Subí a mi habitación y lloré, mi frustración crecía cada vez más.
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