—Kaela—

Mi garganta estaba seca, se me dificultaba la respiración, recordé cuando de pequeña y me daban ataques de pánico Liam me ayudaba a calmarme con respiraciones, jamás pensé que tendría que usar esto de nuevo.

Comencé a contar para mi uno, dos y tres a la vez que tomaba mucho aire y lo iba soltando, mi cuerpo temblaba totalmente, el miedo nunca se iba.

Escuche unos pasos y luego la puerta donde yo estaba se abrió, no podía ver nada, donde me tenían alojada era totalmente oscuro y con un ligero olor a cítricos. Los paso se acercaron más a mí, quise rogar pero no lo hice, debía mantenerme fuerte y no mostrar miedo, me prepare para lanzarme sobre quien fuera que habría irrumpido en donde me tenían pero de repente las luces se encendieron haciéndome caer al suelo para cubrir mi rostro.

—Apáguenla por favor. —pedí sintiendo mis ojos estallarían.

Mis ojos dolieron, la luz era muy fuerte y mi vista se había acostumbrado a la oscuridad.

—Lo siento señorita. —se disculpó una voz femenina. —las luces están programadas para durar unos treinta minutos encendidas, le he traído agua y algo de comer como se me indico por favor trate de hacerlo antes las luces vuelvan apagarse. —añadió.

Con molestia y cubriendo mire a la mujer que tenía una amplia bandeja en manos, era una morena de mirada tierna de algunos veinte y tantos años.

—Ayúdeme a salir de aquí por favor. —suplique.

Su mirada se ablando más, cerró la puerta tras de ella y miro a todos lados, se acercó a mí y coloco la bandeja en una pequeña mesa al lado de la cama.

—Tampoco quiero esto señorita, pero la sed de venganza de mi familia es muy grande, a confianza le digo que a usted no le pasara nada pero su novio...

Su silencio fue demasiado largo y su vista perdida me dijo demasiado, pero yo quería escuchar todo.

— ¿Mi novio qué? Dígame que están tramando, por favor dígales que él no ha hecho nada, ayúdenos, evite mas muertes, le suplico no deje que su familia caiga en desgracia. —exprese entre lágrimas.

Ella se acercó a mí y susurro un lo siento, un nudo en mi garganta comenzó a crecer a hacerse más grande, la joven salió de la habitación dejándome allí, mire la bandeja que contenía frutas, una botella de agua y un almuerzo, me ocasiono nauseas el solo hecho de pensar ellos creerían yo comería algo en esta situación.

Tome la bandeja para lanzarla lejos y se hiciera añicos pero los recuerdos me embargaron, me fui hasta una tarde donde estaba con mi hermano su esposa, los niños y Byron, veíamos una película donde la protagonista era secuestrada y le daban de comer y ella se negaba.

—Flashback—

—Los secuestradores son unos estúpidos, creen que las personas tendrían ganas de comer en esas situaciones. —dije cruzando de brazos.

—No, te equivocas cariño, estúpido seria quien está secuestrado y no se alimenta, un secuestrador difícilmente te daría algo con veneno, puede sí que te de sedantes, pero quien esta secuestrado su organismo está muy activo y necesita mucha energía de no hacerlo se va debilitando más, se deshidrata hasta tal punto que puede morir sin ser causa de quien te tiene encerrado, es más fuerte quien tiene el estómago con algo que aquel que lo tiene vacío. —indico Byron.

—Es algo estúpido Byron ¿Quién tendría hambre en momentos así? —pregunte.

—No es cuestión de hambre hermanita, es cuestión de supervivencia. —respondió Liam.

—Vamos a terminar la película y luego hablamos de supervivencia, sobrevivir y alimentarse después por favor. —ordeno Alexa.

Todos reímos ante el tono de su voz, había dado una orden pero haciendo vocecita de niña curiosa, mientras acunaba a su pequeña dormida en sus brazos.

Volví a mirar la bandeja y la re-coloque en donde estaba, respire profundo y tome las frutas, pude oler su aroma y empecé a comerlas sin ganas de hacerlo, Byron y Liam habían tenido razón en aquel entonces, sin ellos saber que esto ocurriría me dieron la fuerza de seguir adelante y de conservar energías, comí toda la fruta y tome algo de agua sintiendo como mi cuerpo se sentía diferente. Me senté en el suelo a pensar como Byron actuaria, temía en gran manera por lo que sucedería y alce una oración en silencio, el tiempo se hacía eterno para mí y siempre se repetía en mi mente aquel último momento con el hombre que amo, y mi pecho dolía.

—Flashback—

Desde adentro de mi casa vi el auto de Byron alejarse, permaneció en mí una sonrisa estúpida, fui a la cocina a preparar un poco de chocolate caliente para cuando Veira llegara la tomáramos juntas y hablásemos como en los viejos tiempo, fue entonces cuando sentí que algo iba mal, podía sentir que alguien me observaba, encendí las luces de la casa y saque mi teléfono, comencé a llamar a Veira pero no sonaba.

La frustración se apodero de mí y fue justamente cuando me di cuenta que había caído en una trampa, empecé a escuchar ruidos fuera y sentí mi cuerpo temblar como una gelatina, la sensación no era para nada comparada a lo que se veía en las películas o como se narraba en libros, era un miedo aterrador.

Comencé a hacerle llamadas a Byron pero no respondía, le escribí un texto rápido y fue recibido instantáneamente pero no leído, volví a intentar las llamadas pero de nada sirvió. Llame al 911 y la respuesta fue inmediata.

—9-1-1 ¿Cuál es su emergencia? —respondieron.

—Ha- hay alguien en casa, y tengo mucho miedo. —logre expresar.

—Bien señorita Kaela, como sabrá cada vez que recibimos una llamada estamos obligados a rastrear las llamadas y numero telefónicos, de esta manera sabemos quién nos habla y direcciones, en estos momentos la policía está patrullando su zona y está registrado que todo va bien, frente a su domicilio no se observa vehículos ni personas caminando por el área. —explico alguien tras la línea.

Me sentí más tranquila, pero su explicación no quito del todo la sensación que tenía.

—Muchas gracias, disculpe las molestias. —hable para luego escuchar más indicaciones antes de colgar.

Le di una última llamada a Byron volviendo a fracasar en comunicarme con él, comencé a hacer un video cuando confirme si había alguien aquí.

—Aquí está la dama por la que Byron daría su vida. —escuche decir.

El terror me invadió, tuve ganas de vomitar pero fui fuerte, lance el teléfono de modo que Byron lo encontrara y pudiera ver el video, no pare la grabación para que lograra escuchar quienes estaban aquí.

Moví mi cabeza a ambos lados tratando de borrar ese momento de mi cabeza, como fui arrastrada de mi casa, como destrozaban todo allá adentro, mis gritos desesperado. Tome aire y lo deje escapar, sonreí porque Byron estaría conmigo, debía esperar y permanecer bien.

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