Desperté y lo primero que vi fue a Kaela, estaba despierta y su vista estaba fija al techo, recordé todo lo que había pasado y mi corazón palpitó , giro su cabeza y me brindo una sonrisa, pero luego se quedó seria y salto de la cama y en un intento de mantener el equilibrio cayó de bruces al suelo. Yo en un intento de levantarme a ayudarle me enrede en las sabanas y acabe igual que ella.

Kaela se puso de pies y se quedó viéndome antes de estallar en risa, comenzó a señalarme con sus dedos mientras se doblaba para hablarme.

—Pareces una momia envuelto en las sabanas, sí que tienes mal dormir, mira nada más como estas.

—Tú pareces un saltamontes con ese salto que diste de la cama, me asustaste y mira como termino todo. —respondí.

Ella se volvió a quedar seria y empezó a caminar de un lado a otro, puso sus manos en su cabeza despeinándose más de lo que estaba.

— ¿Qué te pasa mi saltamontes? —pregunte preocupado.

La vi sonrojarse, y darme una mirada asesina, lo que ella no sabía era que se veía demasiado tierna así.

—Pues, es que, hmm, lo que hicimos anoche fue sin protección Byron y me aterra la idea de ser madre sin casarme. —Se quejó.

Medite brevemente en una vida con hijos junto a la mujer que amo, fue lindo ver unos cuatro pequeños que serían mitad ella y mitad mía, y lo desee aunque por el momento era imposible.

—No nos vendría mal algunos cinco o seis pequeños. —Sugerí —Seria de mi conveniencia así sabría que nunca me dejarías, algo te uniría mas a mí, corrijo algo nos uniría más.

No pudo disimular su cara de sorpresa, la atraje hacia a mí y me deje caer en la cama con ella en brazos, intento zafarse de mí, pero no la deje, comencé a acariciar su cabello, estaba suave y el aroma que salía de él era suave.

—No te preocupes por un embarazo por al menos un tiempo, cuando regrese aquí a ejercer medicina me inyecté. —explique.

— ¿Cómo que te inyectaste? —pregunto subiendo su mirada hacia a mí.

Tome un respiro y la abrace, quizás se iría después de escucharme, pero desde que nos alejamos prometí no mentirle más.

—Sí, me coloque la inyección anticonceptiva para hombres, sabes ya mi historial, te juro que cambie y que no te fallare, además lo hice cuando no te conocía aun, tampoco te preocupes por alguna enfermedad, usaba otros métodos. —afirme atemorizado.

Su silencio me hizo sentir demasiado temor, rápidamente se formó un torbellino de emociones y sentimientos encontrado en mí, ella se levantó y se colocó sobre mí.

—Aun con lo que hicimos no he decidido si debemos de volver Byron, solo te diré que si me entero que miras otras mujeres, le sonríes es más le das a demostrar que respiras, yo Kaela Johnson Reynolds me encargare de atarte a una silla, cortar tu miembro para cocinarlo y dártelo a comer. —dijo.

—Si estas tratando de intimidarme lo lograste, y te lo juro mi saltamontes que no lo haré, solo existes tú. —confesé y esta vez era real.

Ella se levantó y fue directo al baño, su teléfono comenzó a sonar, fueron innumerables llamadas, decidí ver quien le llamaba, vi en la pantalla era Liam junto a varios mensajes de texto. Fui en busca de mi celular y también tenía llamadas perdidas de Liam.

—Maldición Byron ¿Dónde te metes? Tengo horas tratando de comunicarme contigo y no respondes. —Fue el saludo que recibí de mi cuñado.

—Mi teléfono no tenía tono, lo importante es que ya nos comunicamos ¿Sucede algo? —Le pregunte.

—Unos primos de Miguel vinieron temprano al hospital pidiendo la historia clínica del mismo, están alegando que falleció por tu causa. —Dejo salir.

—Pero ese caso es fácil, todos sabemos lo que sucedió, su cuerpo no resistiría mas el abuso de las drogas. —afirme

—Yo lo sé, pero ellos dicen que tuviste problemas con Miguel y no pusiste de tu parte para que tuviera un tiempo más de vida, te llevaran a juicio con pruebas pertinentes. —manifestó.

—El hospital debe de tener pruebas también de que hice lo posible, ellos no pueden ganar. —aclare.

—No te preocupes, mientras tú estabas desaparecido reuní personal para que testifiquen a tu favor, dentro de ellos están la enfermera que opero contigo, la que es familia de Miguel y también la mujer más hermosa del mundo, mi esposa testificara a tu favor —expreso lo último con orgullo.

Había recibido una galleta sin manos, recibiendo ayuda de alguien que una vez quise considerar mi rival, una persona que me hacia la vida imposible solo porque salía con su hermana.

—No sabes lo agradecido que estoy, no es suficiente decirte gracias Liam. —comente

—Lo hago por mi hermana imbécil. —respondió antes de colgar.

Le di una media sonrisa mi teléfono, tenía que visitar la madre de Miguel, recordé las palabras de ella, quien sabía que no era mi culpa, sería difícil para ella pero era la mejor persona para ayudarme a salir de esta bronca.

— ¿Sucede algo mi chico momia? —pregunto Kaela detrás de mí.

—Nada importante, vamos a comer algo mi saltamontes. —exprese.

—Si vamos, así me dices lo que si pasa, te conozco bastante Byron. —puntualizo

Fuimos a la cocina y mientras ella preparaba de comer le explique todo lo sucedido, me fascino ver como escuchaba con atención a la vez que trabajaba en la comida.

—Tranquilo todo se va a resolver, lo mejor es que tu mente está tranquila, sabes que pusiste de tu parte, que el paciente no falleció por tu culpa, lo peor de todo hubiera sido que cargaras con ese peso en tu conciencia, eso sí que mata, nos corroe el alma y desintegra nuestro ser, así que solo nos queda luchar en contra de esas personas que nos quieren hacer daño. —Me sonrió al terminar de hablar.

— ¿Hacernos daño? —pregunte más para mí mismo que para ella.

—Ah que eres una momia tonta, o tonto, no sabes que cuando le hacen daño a alguien que amas también te lo hacen a ti, ahora ponte a comer y no digas nada. —aclaro introduciendo comida en mi boca.

Cada vez más amaba esta mujer, poco a poco tomaba más espacio dentro de mi vida y corazón.