Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña,
en lo escondido de escarpados parajes. Muestrame tu rostro, hazme oír tu voz;
Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

Mi amado es mío, y yo suya.

       —Cantares 2: 14-16 — 

Cinco años mas tarde.

La brisa fría de la tarde ondeaba su vestido, mientras se cruzaba de brazos al ver a su esposo jugar con sus hijos, Liam Junior se soltó de la mano de su padre y corrió a sujetar la de Alexa.

—Mami ven vamos a nadar un poco. —dijo el niño con voz orgullosa.

Alexa tomo al niño en sus brazos y beso sus mejillas, el pequeño era la viva imagen de ella, mientras que Dana Rudi era más parecida a Liam.

—No vamos a nadar, debemos de volver está brisa helada les puede causar un resfriado.

Liam quien se había acercado con Dana Rudi cargada y hecha lloros le dio la razón a Alexa.

—Prometemos traerlos nuevamente otro día, su madre tiene razón y que yo recuerde ustedes odian les pongan inyecciones.

—Si papi lo odiamos, por eso Junior y yo seremos médicos para nunca enfermarnos y poner nosotros las inyecciones. —explico Dana.

Liam y Alexa rieron ante el concepto de su hija, la inocencia de los niños no tenía precio.

Subieron al auto de Liam, que ahora era uno dorado decorado con sticker de sus hijos y marcharon hasta su hogar en Providence.

— ¿Quieres que visitemos a RuDi? — pregunto Liam.

Ruth y Diego tenían algunos meses que se habían casado tras una ardua batalla entre ellos mismos su amor y entrega pudo más que todo lo acontecido en sus vidas.

—Claro amor. —respondió Alexa.

Liam dobló en U para tomar el desvío hacia casa de sus amigos, sus hijos gritaron a voces un sonoro -Yupi- al sentir el giro del auto, Alexa en cambio recostó la cabeza en su asiento.

—Perdona cariño, olvide que te causa mareos cuando doy ese tipo de vueltas. —se disculpó Liam.

Cuando llegaron al apartamento de RuDi aparcaron en el frente, Liam envío un texto rápido y salió del auto. Alexa se disponía a quitar el seguro de sus hijos y Liam a sacarlos del auto.

— ¿Te pasa algo Liam? —inquirió Alexa algo molesta.

Liam le miró con indiferencia y algo nervioso en lo que Alexa concernía, los niños le miraron algo curiosos.

—Pues no.

—Ya te traigo tu sermón Liam. —aseguro Alexa.

Alexa y Liam habían acordado no discutir ni mostrarse indiferentes antes sus hijos, querían enseñarles los valores, el amor, la entrega y la forma más eficaz era el ejemplo, así que Alexa se sentía algo incomoda por el cambio brusco en los ánimos de Liam.

Tocaron el timbre y Ruth abrió, era como si sabía que recibirá visita, Alexa achicó sus ojos pensativa. Liam fingió una tos detrás de todos.

—Pasen Alexa y Liam, ustedes vengan acá mis pequeños tía Ruth les tiene algo. —prometió a los niños.

Liam paso por el lado de su esposa indiferente y Alexa tomo una de sus manos y lo hizo detener, fue media brusca al hacerlo tanto así que la fuerza sobre este se invirtió y ella perdió el equilibrio. Los brazos de Liam la sostuvieron, quedando ella atrapada entre ellos, los ojos de Liam fueron hasta los labios de Alexa, y pudo sentir como su hombría reaccionaba.

Alexa también noto la dureza de Liam y sonrió llevándose un dedo a los labios moviéndolos, Liam soltó una carcajada y beso a su esposa.

—Sabes que eres mala hasta para recibir sorpresas. —explico Liam.

— ¿Perdón?

—Vamos adentro. —ordenó.

Una vez dentro Alexa se percató por qué Liam se había comportado de forma misteriosa, le había hecho una sorpresa, no era un día especial para ellos, pero esto nunca fue motivo para no tener momentos especiales.

—Eres terca Alexa. —musito Liam. —Si no te desesperas todo hubiera salido perfecto. —puntualizo.

—Créeme que todo esto es perfecto.

—Aun no has visto nada mami. —declaro Dana.

Alexa miro a su pequeña quien sostenía un pequeño violín y la miro con cara de pena, su pequeña hija por más que trato de tocar nunca le salía una melodía, y aunque sus hijos eran aún muy pequeños no demostraban le gustara la música.

—Toma asiento mami. —pidió Liam junior tomando a su madre de la mano.

Alexa se conmovió ante el gesto de quienes amaba y se sentó en una silla que habían preparado para, hecho a un vistazo a su pequeña y quedo petrificada, por primera vez la niña sostenía el violín de la forma correcta.

—Esto es para ti mami, y para ti papi los amo.

Dana empezó a tocar dejando a Alexa con la boca abierta, sus melodías eran perfectas, su vista se nublo por las lágrimas, Ruth le extendió un pañuelo mientras reía junto a Liam, quienes para nada estaban sorprendidos. Cuando culmino la melodía Alexa se puso de pies y abrazo y beso su pequeña hija. Liam se situó detrás de Alexa y la hizo levantarse.

—Sorpresa amor mío. —susurro besando su esposa.

—Dios, me han sorprendido bastante, ¿Cuándo aprendió Dana a tocar así?

—Siempre supe hacerlo mami, solo que me lo guarde para esta ocasión. —Explico orgullosa la niña.

—Ahora si me permites mi amada esposa, tengo que decir que oficialmente nunca te he propuesto matrimonio a excepción de aquella vez en Alaska. —hizo una pausa para sacar algo de sus bolsillos. —Así que ahora a cinco hermosos años de vivir a tu lado, de compartir mi vida contigo y nuestros hijos quiero pedirte que te vuelvas a casar conmigo, como prometimos dos bodas y no hemos cumplido la segunda con nuestros hijos.

Aplausos resonaron en la habitación, Alexa beso los labios de su esposo y lo abrazo tan fuerte como si fuera la última vez entre sus brazos, Liam Junior y Dana fueron y abrazaron las piernas de sus padres, era un circulo feliz.

—Por supuesto que si querido, me volveré a casar contigo cuantas veces sea necesario.

Un mes más despues.

—Mami no se vale, hiciste trampa, yo también quería casarme. —exigió Dana haciendo pucheros.

—Tranquila nena, ya llegara tu día.

—Sí, cuanto tenga cuarenta. —interrumpió Liam detrás de mí.

El rostro de Dana brillo al ver a su padre, salto a sus brazos y el la alzo para depositar un beso en sus mejillas.

—Ya estamos listos. —informo Liam

Alexa y Liam habían hecho una representación de su boda algo pequeño en familia y amigos cercanos, RuDi habían decidido quedarse diez días con Liam Junior y Dana para que los recién casados se fueran a pasar una merecida luna de miel a Republica Dominicana.

—La próxima vez que visitemos este país debemos hacerlo con los niños, les encantara.  —afirmo Alexa.

—Sí, concuerdo.

Se habían instalado en una cabaña en Jarabacoa, y amaban la vista desde allí, tenían paz y se estaban el uno para el otro, el clima era agradable, justo lo que necesitaban. Alexa y Liam hicieron el amor como si fuera la primera vez que se pertenecían, dejaron sus cuerpos unirse uno al otro con ansias, despacio y a la vez rápido, sus cuerpos temblaban bajo el deseo, ambos saciaron sus deseos de lujuria, eran adictos el uno al otro.

Liam se encontraba en el patio mirando el horizonte con sus manos dentro de sus bolsillos, Alexa salió y miro a su esposo, seguía admirando su trasero, se acercó y palmeo sus nalgas haciendo Liam diera un pequeño saltito, después le abrazo.

—Cuidado amor, déjame abrazarte no sea que salgas volando. —bromeó Alexa.

—Muy chistosa.

—Sabes Liam, no sé qué hiciste o porque te amo, siempre busco razones y no hay una en específico, y es bueno, pues cuando amas a alguien y no sabes porque, es simplemente debido a que ese amor es real. —razono Alexa con su corazón palpitando más rápido que un caballo de carrera.

—Yo solo me arrepiento de no haberte conocido antes, creo que desperdicie mucho tiempo fuera de ti, pero ahora nos tenemos el uno al otro, hemos tenido días feos, en los que he temido perderte, pero solo te asegurare algo, prometo y juro que aun tu encuentres miles de estupideces por la cual dejarnos o abandonar esto, yo encontrare millones para hacer que funcione, porque te amo y mi vida se define a lo que paso después de tenerte a ti y mis hijos, por cierto debemos tener más.

Ambos rieron ante lo último de Liam, el siempre dejando salir lo romántico de él y ella siendo le amo más y rogo en silencio a Dios sus días fueran duraderos, para así poder cumplir sus promesas y votos, además de tener más hijos en el futuro, si es que ya no venían en camino.

—Te amo Liam, eres mi luz en medio de la oscuridad, la estrella que Dios me envió para darle luz a mis pasos.

"El era ese caos, esa  gracia  sublime de efectos que enloquecía mi paz"

Fin.