Mis piernas temblaban, hoy seria oficialmente la esposa de Liam, mi estómago rugió haciendo notar más mis nervios.

— ¿Oh por Dios donde está mi ramo de flores? —pregunte con histeria.

Mi madre, Mikaela, Kaela, Ruth, Emily y Mia se miraron entre ellas, parecía que estuviesen conteniendo una risa, hasta que Ruth exploto, siguiéndole las demás.

— ¿Se puede saber cuál es el chiste? —quise saber enojada.

Todas se quedaron serias, mi madre se acercó a mí besando mis mejillas presionando demasiado, bajo sus brazos y saco debajo de mi brazo el ramo de flores.

—Aquí está tu ramo querida, siempre lo tuviste tú.

Me sentí avergonzada, ahora quien se reía de sí misma era yo, tome el ramo en mis manos y mire el reloj, ya me di cuenta porque las novias siempre llegábamos tarde, los nervios nos hacía perder tiempo en cosas y problemas imaginarios. Pensé en mi vida tiempo atrás, yo era una mujer que no creía en estas cosas, no tenía ilusión alguna en vestirme de blanco y hoy estaba vestida de blanco, y aunque mi embarazo no dejaba mostrar mis atributos de mejor forma estaba orgullosa de enseñar las curvas en mi abultado vientre en honor a mis bebes, mi madre coloco una pequeña corona de flores en mi cabeza, no quería usar nada, pero ella misma se encargó de hacerla para mí así que accedí a llevarla, me volví a mirarme en el espejo, estaba espectacular.

Seguí pensando en cada momento junto a Liam, y en este preciso momento en cómo me sentía, mi felicidad era demasiado grande, y aunque esta era una representación, algo simbólico para mí era súper importante, muchos decían es una pantalla para el público hacer bodas, de hecho llegue a pensar así, a veces cuando no estamos en una situación no sabemos lo que se siente, por eso nos expresamos de la forma errónea, y esta era una experiencia que toda mujer tenía que vivir, claro toda mujer enamorada, pues no soy participe de bodas falsas.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de los violines anunciando la serenata nupcial, mi corazón quería salirse de mi pecho, las chicas se acomodaron para salir en sus turnos, la madre de Liam me abrazo y salió, ella debía de desfilar con Liam, habíamos alquilado un club frente al lago Kobuk en Alaska, en el mismo lugar donde Liam me había propuesto matrimonio la primera vez, decidimos ir al país donde habíamos recibido el regalo de ser padres, el club estaba preparado para que se pudiera observar toda la naturaleza a su alrededor, las chicas siguieron desfilando poco a poco y al fin llego mi momento. Las puertas se abrieron totalmente para mí y empecé mi caminata hacia mi casi esposo, todos los que estaban allí se pusieron de pies, y entonces mi vista se situó en Liam, me dedicaba la mirada más dulce que alguien puede dedicar, sus ojos estaban llenos de amor, y entonces lloro.

—Liam—

Estaba ansioso, el reloj no avanzaba, y cuando al fin lo hace Alexa decide retrasarse, mi chica puntual el día de nuestra boda decide tener pánico, en lo que para mí fue una eternidad, escuche la serenata nupcial, sentí tal nerviosismo que mi vista se quedó un momento en blanco, vi mi madre dirigirse a mí para llevarme al altar, sentí un poco de nostalgia porque tanto el padre mío como el de Alexa no verían este momento, el padre de Alexa había desaparecido de su vida hace mucho tiempo junto a una chica, tenía una nueva familia y mi padre era muy mayor y padecía demencia por lo que estaba en un hospital psiquiátrico.

Me encamine hacia a mi madre y juntos caminamos hasta el altar en espera de la novia más hermosa del mundo, la mujer con más luz que he conocido, sonreí al recordar todos los ataques de ira al no sentirse cómoda con ningún vestido, se decía así misma globo terráqueo, ella no comprendía que era hermosa, que en cada etapa que le había visto le amaba y me fascinaba.

Cuando al fin llego su momento, en ese preciso instante mi corazón se detuvo, me sentí más que afortunado agradecido, estaba enamorado de la mujer que se encaminaba hacia a mí, el salón completo se levantó dando merito a mis pensamientos, Alexa era la viva expresión de la ternura, belleza, elegancia y delicadeza, nuestras miradas se encontraron, y ya no podía más mis ojos se llenaron de lágrimas, los limpie con mis manos y Salí a su encuentro, se escucharon murmullos de sorpresas y cuando me acerque a Alexa la bese, me adelante a todo los acontecimientos pero no me podía aguantar, ella era mía, siempre lo fue, El club retumbo en aplausos. Tome el brazo de mí en pocos minutos esposa y caminamos al altar.

No sé si a Alexa le paso lo mismo que a mí, pero no escuche más nada que sus votos matrimoniales y su sí acepto, hasta llegar al momento de —Puede besar a la novia—. En ese justo momentos nuestras vidas estuvieron unidas para siempre. Desfilamos hasta la salida y justo en la puerta Alexa se detuvo.

—Chicas se pueden poner en posición, creo que ha llegado la hora de tirar el ramo. —afirmo sonriendo.

Quedo de espalda al círculo de mujeres allí, todas se habían quitado sus tacones altos, Diego y Byron quien había estado saliendo últimamente con mi hermana sin yo estar muy de acuerdo, ambos se situaron a mi lado.

—Espero que ningunas de nuestras chicas atrapen el ramo. —dijo Byron.

Le di un codazo ante su comentario, no entendí porque ni Byron ni Diego querían dar el paso, aunque Byron tenía la certeza que si dejaba a mi hermana o la hacía derramar una lagrima lo mataría.

—1, 2, 3... —Empezó a contar Alexa.

Y bajo un suspenso lanzo el ramo de novias, el ramo hizo algo extraño, talvez Alexa lo preparo para que hiciera esto, quizás sí o no, porque ¿Cómo explicar? Que el ramo se dividió en dos partes iguales y callera una mitad en manos de Kaela y la otra en manos de Ruth. .

Todos guardamos silencio, Alexa se giró y nos miró a todos Byron tenía la boca abierta y los ojos de Diego parecía que se saldrían de sus orbitas.

—Si. —grito Alexa haciendo salir a todos allí de su asombro.

Todos volvieron a aplaudir y Kaela y Ruth fueron hasta donde sus parejas celebrando, Alexa me tomo de las manos y salimos de allí.

Al día siguiente regresamos a nuestra casa, no habíamos tenido luna de miel, los bebes nacerían pronto así que la pospusimos para nuestra segunda boda.

Dos meses después.

Estaba en el parque central de providence, hacia frio pero debía de caminar ya solo faltaba una semana para que nacieran Danna Rudi y Liam Junior, Diego se encontraba allí algo distraído mientras tiraba comida a las pocas palomas que frecuentaban el lugar.

—Hola Diego. —Le hable.

Su vista se posó en mí, y en mi vientre, si así se quedaban todos al verme, sorprendidos en vez de parecer tenía dos bebes parecía que tenia seis.

—Alexa, no deberías de andar sola. —dijo ayudándome a sentar.

Era cierto, pero mi Doctora me había dicho que debía de caminar así que salí, además si sentía cualquiera incomodidad solo le marcaria a Liam y el llegaría en tiempo record.

— ¿Cómo están tú y Ruth? —pregunte preocupada por la situación de ambos.

—Amo a tu amiga con mi vida, pero no quiero precipitarme, sabe compre un anillo de bodas para ella, pero tampoco quiero que nadie me esté controlando.

Diego era algo machista, quería hacer las cosas cuando él quería, era un buen hombre pero debía de moldear su carácter.

—Bueno, Ruth te ama, y desea compartir su vida contigo, ella es una excelente mujer así que no esperes que sea tarde para dar el gran paso. Y juro que si rompen los mataría a ambos ¿Cómo le explicaría a Danna Rudi la parte de Rudi?..

Ambos reímos por un buen rato y seguimos hablando, hablamos sobre Mia y su nueva familia, algo que nos sorprendió fue que después de tanto tiempo llegara una prima de ella en busca de mi pequeña, vivían algo lejos de mí pero siempre nos manteníamos en contacto, Mia estaba feliz con sus familiares, y si ella estaba bien yo me sentía feliz.

Sentí uno de los bebes patear y lleve mi mano a mi vientre acariciándolos, a la patada me llego un ligero dolor, distinto al que había recibido tras todas las falsas alarma, y supe que había llegado el momento.

—Diego, dijiste que no te gustaba que te controlen, pero es momento yo lo haga. —Le dije poniéndome seria.

— ¿Qué? No entiendo. —expresó  confundido.

—Los bebes vienen en camino busca tu auto ahora mismo. —Le grite.

Diego no dijo nada y se puso de pies, y fue bastante rápido en llegar a mí, me ayudo a levantarme y me coloco en el asiento de copiloto.

—Diego, te diré algo date rápido si quieres sobrevivir a esto—Le dije mientras trataba de controlar mis respiraciones.

Le envié un mensaje a Kaela para que llevara mi bulto al hospital, y luego llame a Liam, él debía de esperarme en la emergencia y avisar a Emily.

—Amor, ahora estoy en consulta, te llamo en unos minutos. —Me explico.

—Unos minutos ni que nada, tus hijos van a nacer hoy y esto no es una falsa alarma. —mencioné  rápidamente.

­­­­—Voy a buscarte. —respondió emocionado.

—No vengas, voy de camino con Diego, avisa a Ruth y espérame fuera. —ordene.

Llegamos al hospital tan rápido como pudimos visualice a Liam andando de un lado a otro, inmediatamente vio el auto de Diego corrió hacia a nosotros, un camillero también lo hizo arrastrando una silla de rueda, abrí mi puerta doblándome ante otra contracción, cada vez eran más insoportables, con la ayuda de Liam me senté en la silla y fuimos dentro y de una vez entramos a la sala de parto, estaba preparada para que nacieran de forma natural, pero Liam Junior tenía el cordón umbilical envuelto en el cuello por lo que fui sometida a cirugía.

Mis labios temblaban, tenía frio y estaba ansiosa, no podía esperar para ver mis bebes, Liam estaba allí nervioso también, sostenía mi mano y me dedicaba miradas repletas de amor, otra de las tantas sensaciones inigualables eran estas, y para mejorar el momento escuchamos dos llantos distintos, habían nacido, Liam Junior y Dana Rudi estaba aquí ya.

—Papi y mami aquí están sus bebes. —dijo Emily detrás de su mascarilla.

Liam cargo ambos bebes y los acomodo sobre mí, ambos llorábamos de emoción, si casi no pude describir las emociones de mi boda, estas si no había palabras para describirlas, no había un amor tan puro como el de los padres a los hijos y en ese instante lo descubrí.

Y esto era el inicio de algo nuevo, una nueva etapa en nuestras vidas, llena de altas y bajas, pero sobre todo una promesa por mantener, un amor que cultivar, una familia por la cual seguir adelante, Liam y yo podíamos juntos, dos corazones con un mismo sentir, un mismo propósito, esto apenas empieza.

Hola aquí vengo a saludarles, este es el capítulo final de esta historia, claro aparte del epilogo, y los votos de amor de Liam y Alexa, me da nostalgia terminar esta historia, pero bueno todo tiene un fin, pronto estaré haciendo las partes sobre RuDi , además del amor entre Byron y Kaela, espero contar con su apoyo también, estaré dando la información en el grupo de Facebook de cuando empezare a publicar, además de hacerlo por aquí, el grupo de Facebook se llama igual que la historia para quienes no se integran aun. Pronto subire los dos capítulos faltantes, los amo de verdad, muchas gracias por acompañarme hasta aquí en esta gran aventura ha sido un placer, cada uno con sus votos y comentarios hacían mi día.