Capitulo 35.
Desperté al lado de la mujer que amo, con la cual pasare el resto de mi vida, sonreí ante esto, me senté en la cama para darle un beso a mi amada cuando note lo pálida que estaba, puse mi mano en su frente, estaba sudando y fría, quite sus sabanas y la cama estaba cubierta de sangre.
Sentí mi vida detenerse en un instante, creo que experimente la fobia que Alexa venia teniendo de toda su vida, me paralice, comprendí mas que nunca porque los médicos no podemos tratar a nuestros seres queridos, mis pensamientos me pedían entrar en razón, pero mi cuerpo no reaccionaba, Alexa parecía estar teniendo un aborto, mi alma se rompió en pedazos al pensar en esto, y más que nada que le pudiera pasa, reaccione y empecé a moverla.
—Madre. —grite desesperado.
Tome a Alexa entre mis brazos, quien despertó cuando llame a mi madre, su cara de horror hizo mis nervios aumentaran. Conté hasta tres en mi mente, eso hacia cuando mis sentidos se desbordaban.
—Oh por Dios. —exclamo mi madre.
—Llama a emergencia rápido. —ordene.
Mi madre procedió a llamar mientras yo acunaba a Alexa en mis brazos, coloque una toalla entre sus piernas, tratando de evitar continúe sangrando, todo se empeoro cuando Alexa se desbordo llorando, su vestido blanco ahora estaba tintado de rojo, era una pesadilla.
—Liam los bebes. —sollozo.
—No te preocupes por nada mi cielo, todo va a salir bien. —mentí.
Una ambulancia se detuvo en mi casa, de tantas experiencias malas que he tenido esta ha sido la peor, en ese momento donde pones en una balanza el dolor físico y el emocional y te das cuenta que duele más ese nudo en la garganta, o ese peso en tu conciencia a que te disparen a quema ropa.
Para todo paso en cámara lenta, los paramédicos entraron en mi casa, con una camilla y sus aparatos médicos. Me puse de pies para decir los datos de Alexa y ayudar a acomodarla en la camilla.
—Paciente femenina, portadora de tipo de sangra A positiva, embarazada de dieciocho semanas, no es alérgica a ningún tipo de fármacos, embarazo múltiple, presento hemorragia en las últimas horas de la mañana.
Los paramédicos quedaron un rato mirándome sin entender cómo podía hablar así, deduje eran nuevos y no me conocían.
—Maldición soy médico, vamos al hospital Flower From the Sky.
Junto a los paramédicos preparamos a Alexa, lagrimas rodaban por sus mejillas, cada vez estaba más pálida, sus labios habían perdido. Sujete sus manos mientras le colocaban una intravenosa. Cuando llegamos al hospital se llevaron a Alexa impidiéndome el paso a las áreas restringidas, me sentí frustrado, yo era médico, no podían permitirlo. Vi a la Doctora Knife correr en dirección a donde estaba Alexa, me hizo señas que entrara con ella, sin pensarlo dos veces le seguí, dándole una mirada hostil a quienes me habían prohibido el paso.
—Alexa necesita de ti en estos momentos.
—Gracias Emily, por favor no permitas que nada les pase. —le rogué.
—Hare cuanto pueda, solo no interfieras en nada.
Alexa estaba recostada en una cama, cubierta con sábanas blancas, tenía una intravenosa y del otro lado le estaban haciendo transfusión sanguínea. Me situé a su lado y tome una de sus manos entre las mías, bese sus mejillas, y ella apretó sus ojos como tratando de borrar todo lo que estaba sintiendo.
—Alexa, hemos detenido la hemorragia, pero ahora debo de hacerte una sonografía para ver el estado del embarazo, por favor trata de relajarte. —indico la Doctora Knife.
La doctora empezó el procedimiento, sentía como que mi mundo se derrumbaba en espera de lo que pudiera pasar o mejor digo pudo, o que paso, colocamos a Alexa en posición para el procedimiento, sus labios estaban tomando color otra vez, sentí alivio, si los bebes se perdían podíamos intentarlo nuevamente, pero si yo la perdía a ella el proceso haría que yo me perdiera también, haría que me hundiera en un abismo del que no podría salir jamás.
El momento que estaba viviendo se hacía eterno, cuando Knife empezó escuché algo que me hizo volver a la realidad, caí de rodillas llorando, apoye mi rostro en el cuerpo de Alexa.
—Sus bebes están bien, ambos niños están vivos, eso que escuchas Alexa, son sus latidos, un poco débiles pero están bien.
Knife puso una mano en mi hombro y asintió, le di un abrazo fuerte en agradecimiento, ella había actuado a tiempo deteniendo la hemorragia y medicando a la mujer que amo, le estaría en deuda toda mi vida.
—Les dejare un momento a solas. —dijo mirando su reloj. —No tardes mucho y lo que está en la jeringa se lo pones al salir, debe de descansar, te espero afuera para que hablemos.
—Gracias, no tardare.
Me senté al lado de Alexa, esta vez lloraba de felicidad acariciando su vientre, dirigió su esperanzada vista hasta a mí.
—Están vivos.
—Sí y menuda forma de enterarnos son varones. —le respondí tratando de bromear.
Alexa sonrió, sus labios temblaron, cubrió su rostro con sus manos, no valió le abrazara, bese su frente repetidas veces, tome la jeringa e inyecte en su intravenosa el sedante.
—Te amo. — susurre antes que se sumiera en un sueño profundo.
La acomode y arropé correctamente, y salí de allí, estaba cubierto de sangre y ahora lo había notado, Knife estaba esperándome fuera.
—Liam, tuvieron suerte de venir a tiempo, pudo haberse desangrado, lo importante es que todos están bien, olvide decir que sus bebes, son una hembra y un varón.
No dejaba de sorprenderme Dios me había enviado la parejita en un solo golpe, quise saltar de felicidad, pero me contuve, estaba en mi área de trabajo y debía comportarme.
—Diferentes factores causaron el sangrado, Alexa estuvo sometida a un estrés fuerte con tu accidente, toda esa carga sobre ella sola le hizo mucho daño, además tiene una infección, deben de seguir mis indicaciones al pie de la letra.
—Pues claro Emily, sabes que soy muy responsable, y más cuando se trata de los que amo. —asegure.
—No lo digo por ti, Alexa debe estar todo un mes en reposo recostada, comer saludable y sobre todo NADA DE SEXO. —añadió enfocando sus últimas palabras.
—Si la capte todo. —respondí evitando mirarle.
Emily sonrió enganchándose a mi brazo mientras caminábamos saliendo de allí, Alexa estaría bien solo debíamos de cumplir todo y ella dejar de ser tan perversa al menos hasta que pudiéramos hacer el amor.
—No te sonrojes Doctor, soy la médico de tu prometida, también somos amigas, así que se algunos de sus secretitos, ahora ve a la sala de espera allí están tus familiares y los de Alexa.
Me sorprendí que Emily dijera familiares de Alexa, me encamine a la sala de espera para encontrarme con quienes estuvieran allí. Mi madre, Kaela, RuDi y una señora mayor esperaban juntos. La señora fue la primera en acercarse a mí.
— ¿Alexa está bien? —pregunto más preocupada que el resto.
—Sí, está bien por el momento solo debe de descansar.
Sentí a todos allí soltar tensión de su cuerpo, Ruth abrazo a Diego, Kaela aplaudió suavemente, mientras que la señora me abrazo fuertemente, sin importar que estuviera cubierto de sangre, con lo que dijo me hizo comprender que pasaba.
—Gracias por cuidar de mi hija, gracias por no permitir nada le pase. —sollozo la señora.
Aunque no había tenido la oportunidad de conocerla antes, tome la confianza de abrazarla fuertemente, asegurándome se sintiera bien.
—Alexa —
Había pasado exactamente un mes y quince días desde que pasamos un gran susto con nuestros bebes, cada día que pasaba era una nueva oportunidad, sentirles moverse dentro de mí era tan especial, Liam había enloquecido cada vez que sentía sus pataditas, tenía montones de videos de esos momentos.
—Deja que me levante Liam, vamos a llegar tarde a nuestra sesión de fotos de la boda. —le dije empujando a Liam de mi lado.
Liam se quedó serio un momento, se cruzó de brazos mirándome algo extraño, se inclinó hacia a mi antes de hablar.
—Creo que tú y yo tendremos serios problemas cuando nazcan los bebes. —Comento.
— ¿Y cuál es la razón? —quise saber.
—Es que no me gustaría saber que cuando nuestra bebe crezca quizás sea una perversa como tú. —dijo señalándome.
Mordí el dedo con el que me apuntaba y él lo retiro rápidamente, ambos reímos y compartimos un ardiente beso, aun no podíamos tener relaciones y era una tortura, aunque no impedía que yo calentara a Liam.
Me levante con ayuda de Liam y nos preparamos para hacernos la foto de la boda, había planeado hacer dos bodas, una estando embarazada y otra cuando los bebes estuvieran en edad de participar. Debíamos apresurarnos porque ya casi se acercaba el gran día del nacimiento de nuestros retoños.
Las fotos habían quedado de maravilla, RuDi estaban un poco tensos porque al parecer Ruth quería boda también, pero Diego aún no estaba listo, mi madre y Mikaela vivían peleándose quien pasaría más tiempo con los niños.
—No deben de pelearse por eso, ambas compartirán con los niños, de hecho hasta pueden vivir juntas y así no tendrán diferencia, no quiero que se estén peleando, no me gusta, además ¿Qué ejemplo les darán a sus nietos? — les pregunte haciéndolas meditar.
—Mi hija tiene razón Mikaela, ¿Te gustaría jugar a las cartas? —añadió mi madre
—Por supuesto, cuando te gane iremos de compras, tengo ganas de hacer pastel.
Mi madre y Mikaela se fueron a jugar, ahora me quedaba el asunto de RuDi, pero se quedarían para después, tenia deseos de dormir, estaba algo agotada así que decidí acostarme con Liam, quien dormía plácidamente alejado de todo, sonreí y me situé a su lado, me encantaba dormir con la mitad de mi sobre él, siempre se quejaba que pesaba mucho y que un día lo asfixiaría pero qué más da, es mi posición favorita y a mí era a quien debían de complacerme, pues yo era una pecera con dos bebes dentro, me dormí imaginando ya el momento en que tendría a mis hijos en mis brazos.
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