La terapia con Liam me dejo un tanto agotada, así que quise soltar un poco de estrés, entre a mi habitación y tome mi violín, me deje llevar por la música, oh si la música, esa forma de hacer volar nuestras mentes y hacernos sentir con melodías, empecé a tocar, crear música y junto a balanceados movimientos deje vagar mi mente y mi cuerpo.

Empecé con melodías suaves y alegres, fui aumentando el ritmo. Me llego una idea a la mente, Liam no sabía que yo tocaba, quería que fuera parte de este momento, así que hice una pausa para poner a grabar mi teléfono. Sonreí a la pantalla y volví a adentrarme en la música, dejándome llevar nuevamente por los sutiles movimientos que me exigían la melodía de cada nota.

Cerré los ojos y deje sentir más y más lo que hacía, amaba tocar. Cuando termine le tire un besos a la pantalla y le envié el vídeo a Liam.

Aproveche mi tiempo para llamar a Ruth y verificar que todo con Mia estuviera bien, además revise la solicitud de una pareja que quería adoptar a un niño, al fin Michael tendría una familia, después de verificar todo los llame y concerté una cita para terminará con el papeleo.

Mi teléfono empezó a sonar, cuando revise eran montones de mensajes de Liam.

—"Alexa, por Dios eres perfecta, no sabía que tocabas".

—"Nunca preguntaste querido, soy una caja de sorpresas".

—"Quiero verte en vivo, y eres mi caja de sorpresa."

—"Cuando quieras gatito".

—"Tengo una idea, recuerdas la canción que bailamos en la fiesta en mi casa.".

—"Si claro, jamás la olvidare".

—"Pues quiero que me sorprendas con esa canción, y mi hermosa dama, hablamos más tarde".

Liam se despidió, su trabajo le llamaba. Decidí tomar lo que restaba del día para ir a visitar a mi madre, tenía un tiempo sin verla, me había alejado de mi familia luego de lo sucedido con mi hermana, me recluí sola al sentirme culpable y aunque ellos nunca me culparon yo si lo hice.

Mi madre vivía a tan salo cuarenta minutos de mí, así que me vestí y le llegue de sorpresa. Cuando llegue se emocionó tanto que casi se desmaya.

—Alexa mi niña, dichosos los ojos que te ven.

—Madre, me verás más a menudo.

Entramos a su casa, tenía como siempre un estante lleno de fotos tenia algunas recientes mías de las que le enviaba, también había de mi hermana y de todas.

Mire a mi madre y aunque los años la habían golpeado fuerte ella permanecía hermosa y radiante, tuve una larga platica con mi madre, me di cuenta que la extrañaba, prometí no volver a alejarme y le invite a mi casa, también le hable de Liam.

—Hija no dejes ir a este chico, aparte de que es muy apuesto y por lo que me dices es buen hombre, quiero que sepas que todos a final de cuenta necesitamos de alguien que esté allí para nosotras, la soledad no es buena y al final de los días es mejor vivir con alguien que solo.

Mi madre tenía razón, a fin de cuentas siempre seremos el apoyo de alguien y alguien nuestro apoyo. Mi madre me pidió nietos ¿Quién lo diría? Y yo sin estar lista para niños. Salí de casa de mi madre y antes de llegar a mi hogar hice parada en un Dunkin'Donuts, moría por un café.

Cuando entre en la tienda me encontré allí a mi Liam, su mirada se iluminó al verme, llegue dónde él y deposite un beso en sus labios, le quite el café de sus manos y lo tome.

—Sabes que tu día terminará bien cuando entras a comprar un café y al rato entra por la puerta la mujer que te vuelve loco.

—No es para tanto.

—Sí que lo es, iba a ir a tu casa, pero ya veo que no te iba a encontrar.

—Ah fui a visitar a mi madre, por cierto le hable de ti y quiere conocerte.

— ¿De mí?

—No tonto de Harry Potter y las reliquias de la muerte, porque de quien más.

Liam se atragantó con su café, la risa le hizo ahogarse entre tos y su carcajada, me miró con cara de querer asesinarme.

—Alexa, sabes que estás loca.

—Sí, si lo sé, es que tuve que decirte así, pues de quien más le hablaré.

—Repito, contigo la vida nunca me será aburrida. Pero tendré que ver a tu madre dentro de una semana, me iré a un congreso de una semana.

Me decepcione un poco, entendía que él tiene obligaciones, pero Dios una semana sin verlo, sin hacer el amor o pasar ratos con él, no podía no.

—Entiendo. Me limite a decir.

—Si osita, quiero que vengas conmigo, prepara todo y mañana nos vamos de compra para lo que llevaremos, no acepto un no por respuestas.

— ¿Quien dijo que diría que no?

—Sabía dirías algo así.

—Solo una cosa gatito, yo compare mis cosas. —Le asegure.

—Para nada, no dejaré mi dama ande comparando cosas para salir conmigo, déjame hacer mi trabajo, aunque se no necesitas nada aquí soy yo el hombre y te comprare todo lo que necesites, el congreso será en Alaska.

Este hombre sí que sabía cómo ser posesivo, me encantaba se pusiera así, me excitaba como loca. Me fui a mi casa y él fue a su trabajo nuevamente, iría a Alaska con Liam y esto sí que era una buena aventura.

*

Me paso un error escribiendo está parte, se me borro totalmente pero bueno trate de recobrar la idea, espero les guste, gracias por seguir la historia, por compartirla, votar y comentar, son especiales y parte de la historia tod@s.