Me sentía aterrada Liam se había afanado en hoy darme una terapia a mi fobia y con el solo hecho de pensarlo me provocaba mareos, pero ya que, debo poner de mi parte.

—Bien Alexa yo no soy psiquiatra para ayudarte totalmente, pero sé que tampoco querrás ir hasta que tengas más confianza en ti misma.

—Oh pareces adivino.

Me miro con seriedad, este hombre cuando estaba serio hasta miedo me da, le vi sacar su botiquín y ponerlo sobre mi mesa.

-Tu fobia te hace privarte de hacerte chequeo rutinarios importantes, te recluye, solo piensa que tú que amas los niños, al momento de tu tener los tuyos ¿cómo podrías hacerlo?

Me sentía tan tensa que mi respiración la sentía pesada, de hecho no exageraba al decir que hasta mi vista estaba borrosa, todo lo que Liam decía era tan real, debía de seguir adelante debía de luchar.

—Sí, tienes razón, el problema es que no sé cómo actuar.

—Para eso estoy yo, ahora te vas a recostar y te vas a imaginar lo que te diré. Estas en un centro comercial, y ves una chica de algunos quince años que se hiere con el cristal de una puerta que de vidrio que tiene un agujero y sobresalen vidrio.

Deje mi mente vagar, irse lejos imagine todo lo que Liam me decía, vi la chica herida en una mano, la sangre goteaba por su herida mientras su rostro avergonzado le hizo poner su mano en su pecho, sentí mi corazón latir más rápido y clave mis uñas en las palmas de mi mano. Mi mente empezó a distorsionar la chica sangraba de todas partes de su boca, nariz, ojos.

—Alexa abre los ojos, por Dios nena todo está bien.

Abrí los ojos y allí estaba Liam con su cara de preocupación y algo de decepción.

—Disculpa, pero la chica empezó a sangrar de todos lados, iba a morir delante de mí. —Explique alterada.

—Amor piensa que si eres la única persona allí solo tú podrías ayudar la chica, así que vamos a volver a intentarlo confía en mí. —Dijo intentando calmarme.

Liam volvió a la simulación la chica, pero esta vez me controle, iba haciendo como el me indicaba, me acerque a la chica y cuando estuve cerca de ella abrí mis ojos, Liam había dejado de hablar y me miraba con curiosidad.

— ¿Hice algo mal?

—No para nada, al contrario, te ganaste un beso.

Liam me beso, cuando le iba a devolver el beso se apartó de mí, me guiño un ojo y continuo.

—Ves hasta te estoy dando recompensa.

—Pues vamos al siguiente paso, quiero más.

—Ahora vamos a irnos a algo que sé que me odiaras un poco pero es necesario.

Liam saco unas jeringas de su botiquín y las puso sobre mi mesa, inmediatamente aparte la vista de allí.

—Liam estás loco, guarda eso.

—Cálmate nena, primero escúchame, primero que nada esta jeringa puede salvarte la vida, es algo tan simple, y no te diré que los pinchazos no duelen, porque si lo hacen pero es algo momentáneo. Quiero que la toques.

Lo hice sencillo, sin mirar la jeringa la toque rápidamente con un dedo y lo mire con una sonrisa más fingida que la de una actriz ante la cámara. Liam giro su rostro mirándome como diciendo ¿qué carajos? El tomo la jeringa en sus manos, sujeto mi mano.

—Tranquila señorita Gilbert, no te pasara nada. Solo mírame.

Nos miramos a los ojos, mi mente perversa pensó otras cosas, pero entonces el dejo la jeringa en mi mano, temblé al sentirla, pero a fin de cuentas la sentí como un objeto más. Liam me indico que bajara el rostro y la mirara, y así lo hice, sentí temor pero me fui relajando.

—Ahora ábrela.

—No, no y no Liam, ya es mucho por hoy.

—Cariño si estuvieras en una terapia cualquiera ya te hubieras ido del consultorio.

Mire de mala forma a Liam, sin mirar saque de su envase la jeringa, en la quito de mi mano.

—Ves no muerde, ahora mira esto, voy a hacerme una punción, y la próxima vez lo haré contigo.

—No Liam, no te hagas daño por favor.

—No me pasara nada amor descuida.

Liam saco la jeringa y se hizo una punción, no podía soportar más, me puse de pies y empecé a caminar hacia atrás, Liam también se puso de pies, yo solo veía la gota de sangre que salió del invisible puntito donde había estado la jeringa. Él se cubrió, pero era tarde, tenía taquicardia, mareos y los demás síntomas de mi fobia.

Liam me tomo entre sus brazos, me abrazo, mientras susurraba que me calmara, beso cada centímetro de mi rostro, haciéndome sentir relajada.

—Está bien por hoy cariño, vamos a tomar algo. —Sugirió levantándose.

Nos dirigimos a la cocina y Liam me preparo una limonada, mientras lo hacía pensé en mi vida antes de él, aunque me sentía plena no podría decir que era feliz del todo, con Liam me sentía completa, estaba siendo víctima del amor, todo con Liam era distinto, me ha enseñado a amarme a mí misma y también amarlo a él, no quería admitirlo del todo pero ya lo amo, y rehúso comprometerme.

Mi alma volvió a la vida, mi piel, mi piel de porcelana tomó un brillo que no conocía, comprendí que me había enamorado, que se comienza por el amor propio y luego te llega ese alguien que hace vibrar tus entrañas y hace que tengas un nuevo amor, más lejos de todo para emprender un nuevo vuelo e intentarlo.

—Osita ¿Qué piensas?

Liam volvía a tener esta mirada curiosa en su rostro, me sonroje, me había ido lejos pensando, divagando en mis propios versos.

—Pues en nada o en muchas cosas, pero no importa, gracias Liam por ayudarme.

—No me des las gracias, es un placer ayudar a quienes me importan, y tú mi querida Alexa me importas más de lo que imaginas.

Nuestras miradas se encontraron, él me estaba dedicando esa mirada que le dedican los chicos a su amor en las películas, oh por Dios debía de dejar de ver tantas cosas, sonreí y me acerque a Liam, quería abrazarlo, y lo hice.

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Partes de este capítulo me inspiró mi amiga del alma LeinyPCastillo dejándome su escrito para editarlo en esta parte "Y su alma volvió a la vida y su piel recobró el brillo perdido. Comprendió que se comienza por el amor, pero no por buscar amor en los demás sino por el suyo mismo ese que le ayudaría a emprender un nuevo vuelo para intentarlo". Gracias por leerme, comentar y votar. Nos leemos pronto.