capítulo 16
Desperté al lado de Liam, él estaba despierto mirándome y acariciando mi pelo.
—Buenos días dormilona. —pronuncio con voz ronca.
Sonreí pero no hable, su rostro tenía algo de preocupación.
— ¿Estas bien Liam? —le Pregunte.
— Si lo estoy, ¿Lo estás tú? —devolvió mi pregunta.
—Si claro. ¿Porque lo preguntas? —dije con cautela.
—Mientras dormías gritabas el nombre de Danna, decías que el dolor te mataría.
El trato de buscar mi mirada, pero yo aparte la mía, me estremecí, él me había contado su pasado, pero yo no tenía valor de hacerlo ¿oh si?, acaso no era yo la chica que no temía decir las cosas, o que no me dejaba intimidar. Si yo era esa chica.
—Danna era mi hermana menor.
— ¿Era?
—Sí, ella era especial. Sonreí para mí misma recordando la carita angelical de mi hermanita o su cara de sorpresa cuando jugábamos y yo hacía algo que le sorprendía.
— Entiendo. —contesto.
—Danna falleció, una vez que salimos en familia, yo tenía muchas tareas universitarias y en vez de disfrutar el momento con mis seres amados me hice afán de ignorar mi hermana.
Hice una pausa, tenía un nudo en la garganta, podría jurar que podía escuchar en aquel silencio mi corazón rasgándose a la mitad al recordar aquella tarde triste. Liam noto mi agonía, me atrajo hacia a él y susurro a mi oído "No pasada nada mi cielo, continúa".
—Mi hermana intento jugar conmigo pero la ignore, entonces no sabemos si fue que se lanzó al lago o que paso, pero la encontramos ahogada, su cuerpo inerte en el agua es algo que no olvidare, o como casi me ahogo tras ir a buscar su cuerpo.
— Oh Alexa, amor.
Liam beso mi frente y me abrazaba mientras me repetía "no es tu culpa".
Me solté de su abrazo, necesitaba un espacio, así que me fui a la ducha, abrí el grifo y deje caer el agua en mí, llore lo hice como nunca, y esta vez todo fue diferente, sentí el dolor irse de mí, sentí mi cuerpo vibrar y crecer en mi algo nuevo, sé que Liam tenía que ver algo con esto, su abrazo unió las partes rotas que había en mí, puso un nuevo palpitar, juro que pude sentir a mi hermana tocando mi rostro con sus suaves manos y entonces el dolor se fue.
Salí del baño y me puse algo cómodo, fui a mi habitación pero Liam no estaba allí, me dirigí a mi ventana a ver si su vehículo estaba frente a mi casa aun, respire al verlo allí.
— Alexa, te hice un café.
Me sobresalte escucharlo entrar así, sonreí, tome la taza de café, le di un sorbo y sí que estaba delicioso.
—Liam cariño puedes dejar la medicina y vivir de hacer café.
—Muy graciosa. Sabes eres especial.
— ¿Yo?
—No boba, la taza que tienes en las manos, por ¿Quien más?
Reímos como en casa momento que estábamos juntos, ambos éramos un desastre, yo era la tierra y el los movimientos que provocaban los derrumbes de emociones dentro de mí. Él era mi efecto mariposa.
—Liam....
No pude continuar hablando, el timbre de mi puerta sonó, yo no esperaba nadie hoy, aunque fui a abrir la puerta. Liam fue conmigo y cuando abrimos quedamos estupefactos.
—Joseph ¿Qué haces aquí?
Liam me miró con recelos, mientras que Joseph parecía avergonzado.
—Es que... Yo solo.
No comprendía como el primo de Liam sabia mi dirección. El pareció leer mi mente porque lo explico sin preguntarle.
—Helen me dio la dirección de tu novia, pues fui a tu casa y no estabas, necesito hablar contigo.
—No tengo absolutamente nada que hablar contigo.
Helen, esa secretaria rubia de farmacia de Liam, siempre dañando los momentos, pero prima de Dania no era de esperar. Joseph tomo mi mano.
—Por favor Alexa, ayúdame a hablar con mi primo.
Esa fue la gota que colmó todo, Liam golpeó a Joseph en el rostro tan fuerte que lo lanzó al suelo, sujete a Liam.
—Liam, por Dios, ¿Qué te pasa?
—No te atrevas a volver a tocar a Alexa me oíste Joseph, jamás.
Joseph era la viva imagen del arrepentimiento, me miró a mí y luego a Liam.
—Lo siento, espero puedas perdonarme algún día. Si la vida te está dando una nueva oportunidad de vivir y encontrar alguien te amé, te cuide, te valore no lo desaproveches, eres buen hombre primo.
Dijo esto y se fue, entonces comprendí que mientras Liam no perdonará a su primo su mente no estaría en paz, y que su pasado le iba a destruir su vida, mente y futuro.
—Liam ¿Aún nos lo has perdonado?
—Ellos no merecen el perdón.
Puse una mano en su rostro y le hice mirarme, lo atrae hacia a mí y lo abrace.
—Liam amor, todos merecemos ser perdonados, es el ejemplo que se nos ha inculcado, y no sólo eso, es lo libre que te hace ser.
—Tú que hablas de perdón Alexa y ni te has perdonado tu misma por algo que ni culpa tienes. No comprendo el mundo.
Soltó mi abrazo, entro en la casa, lo escuché terminar de vestirse para volver a salir.
—Gracias por escucharme y permitir me quedara aquí.
—Liam...
—No digas más, por favor. Solo déjalo así, discúlpame pero debo irme. Por cierto todo con Mia va bien, el martes será intervenida.
Liam se fue de mi casa dejándome con ganas de abofetearle, sí que era terco. No sabía que gracias a él hoy me había librado, me perdone a mí misma, y yo le ayudaría a hacer lo mismo.
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