Jimin camino por las desoladas calles de suiza hacia su casa, observado a la gente pasar, empezó a notar parejas a donde fuera que mirase.

Parecían amarse demasiado, conocerse de toda la vida.

Por alguna razón estaba viendo cosas que antes no, Jimin no era de los que celaba a los omegas con alfas, no era de los que notaba a parejas siendo cariñosas en la calle.

Sin embargo en ese preciso momento parecía que todas las parejas de suiza se habían puesto de acuerdo para atormentarlo.

Y recordarle que el escapo de su alfa.

Jimin soltó un largo suspiro mientras hacia fila para comprar un perro caliente en algún puesto que se encontró en el camino.

Tenia mucha hambre, lo supo cuando empezó a sentir dolor en su estomago, como si su omega le estuviese reclamando por comida.

Espero largos minutos hasta que por fin fue atendido, un dulce beta le atendió.

—¿Que se siente? —Indagó aquel sujeto, observando con ojos muy brillantes a Jimin.

—¿De que habla?. —Pregunto Jimin de igual forma, el beta hizo una rápida seña, apuntando a la marca de Jimin. —Ah eso. —Susurro bajando la vista hacia las salchichas que soltaban vapor.

—Debe ser increíble ser marcado por un alfa, pensar en eso me hace enloquecer, algún día también quiero experimentarlo. —Hablaba con tanto entusiasmo en sus palabras mientras mantenía su vista fija en la marca de Jimin, y este pudo observar un brillo en los ojos del beta. —Deben amarse demasiado, para dar ese gran paso. —Termino de hablar, entregándole el hot dog a Jimin.

—Por que creen que pueden interferir en mi vida. —Bufo en apenas un tono entendible para el mismo, todos parecían poder opinar de su vida.

Un tonto alfa acaba de marcarlo, y ahora un estúpido beta le daba lecciones de amor.

Como si no supiera que significa estar marcado, lo que es tener un lazo con un alfa.

“Se supone que debemos amarnos”

Pensó, antes de volver su vista al beta quien sostenía el hot Dog frente a Jimin, mantenido una sonrisa.

—Gracias. —Respondió Jimin, antes de pagar y marcharse.

Todo el recorrido a casa pensó en aquellas palabras del beta, “Deben amarse demasiado, para dar ese gran paso”.

—Puff si apenas y se su nombre. —Murmuro, cuando visualizo el edificio donde se encontraba su departamento, a unas cuantas calles.

Jimin termino su hot Dog antes de entrar a su edificio, entonces le vio parado frente al ascensor.

Su increíble y sexi vecino.

Jimin peino sus cabellos hacia atrás, trato de cubrir su marca antes de acercarse. —Hola. —Saludó, en cuanto llego a su lado. —¿Como estas SeokJin? —Indagó observando el bello rostro de su vecino.

Si Jimin creía que alguien podría superar al alfa que lo había marcado en cuanto belleza, ese era su alfa ocasional SeokJin.

En cuanto aquel pensamiento paso por su mente, volvió a sentir un rasguñó en su interior.

Al parecer su parte lobo, no opinaba igual.

YoonGi regreso a la habitación unos treinta minutos después, reprochando en cuento cruzo la puerta. —Perdón, perdón, el estúpido chico de la pizzería confundió mi orden y tuve que esperar mas tiempo de lo esperado. —Explicó adentrándose a la habitación, mientras buscaba a Jimin con su mirada, fallando en el intento. —¿Dulzura? —Llamo, a la vez que su alfa empezaba a desesperarse al no encontrar rastro alguno del aroma de Jimin. —No es divertido, puedo sentir que mueres de hambre. —Volvió a hablar.

YoonGi se sentó al borde de la cama, soltando leves suspiros, pues cayo en cuenta que su plan de marcar a Jimin y vivir felices por siempre no había funcionado pues él se había marchado.

—Solo quería hacer las cosas al revés. —Murmuro, comiendo una rebana de pizza.