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09

El reloj marcaba las doce del medio día, y SeokJin aun seguía aferrándose al cuerpo de su alfa, soltando leves gruñidos cuando Namjoon intentaba ponerse de pie, había pasado tanto tiempo desde que sintió a su alfa, que ahora luego de vencer su orgullo no pensaba alejarse de él.

Además Namjoon tampoco intentaba alejarse de Jin, se sentía feliz, pleno y lleno de una hermosa sensación en su pecho desde que cruzó la puerta de su ahora hogar.

No podía dejar de verle, de apreciarlo, su rostro delgado y suave, sus carnosos labios rojos, sus mejillas levemente sonrosadas, sus ojos aunque estuviesen cerrados eran hermosos, su cabello brillante, incluso los suaves ronquidos de Jin eran adorables para Namjoon, su alfa se sentía emocionado, al fin podría cumplir su papel como tal, cuidando de SeokJin.

Jin seguía soltando feromonas incluso dormido, intentando marcar a su alfa con su aroma, a la vez que se dejaba consentir por los mimos de Namjoon.

La luz del día, se colaba por la ventana provocando que Jin comenzara a abrir los ojos luego de una larga y tranquila noche.

Pese a que durmió entre los brazos de su alfa, no había sido besado, o tocado por el, cosa que lo entristecía, su omega deseaba sentir a su alfa hacerlo suyo, y por otra parte Jin adoraba lo caballeroso y amoroso que resulto ser ese alfa desconocido, pues no había hecho otra cosa que darle cariñitos en la espalda, y dejar castos besos en su cabello.

—Tengo hambre. —Murmuro Jin, a la vez que se aferraba al cuerpo de Nam, escondiendo su cabeza en el cuello del mismo, deleitándose con su aroma.

—Si voy por comida, ¿Esta vez no escaparas? —Bromeo Namjoon, mientras descobijaba ambos cuerpos.

—Creo que esta vez no, ya me tienes. —Jin confeso, sintiendo sus mejillas sonrojarse y su corazón acelerarse al ver la sonrisa disimulada que soltó Namjoon.

Incluso su omega sintió la felicidad de Nam al escuchar esas palabras.

—Entonces no debiste escapar la primera vez. —Murmuro, intentando ponerse de pie y fallando en el intento.

—Me pagaste por sexo, luego me marcaste, es justo que escapara, hiciste algo muy estúpido. —Bufo Jin, abrazando a Namjoon con sus piernas, juntando su frente con la de Nam, sonriéndole coqueto. —¿Señor Kim NamJoon requiere contratar mis servicios esta vez?

—¡Idiota, como te atreves! ~... —La puerta fue abierta bruscamente dejando ver a un chica de cabellos oscuros, una piel bastante pálida. —A... no asistir... al trabajo. —Termino, entre tartamudeos mientras observaba curiosa aquella escena frente a sus ojos.

Namjoon observo atónito a su hermana menor, a la vez que sentía sus mejillas sonrojarse, tal adolecente siendo atrapado mientras tiene sexo en casa de sus padres.

—Estoy ocupado. —Respondió luego de varios segundos en silencio, para después arrojar una almohada hacia su entrometida hermana.

—¿Es él? —Indagó la chica, observando a SeokJin, quien no se inmutaba a soltar a Namjoon.

—¿Soy yo? —Indagó de igual forma Jin, observando el sonrojado rostro de su alfa.

—Es él. —Respondió Namjoon, observando a su hermana, para luego tomar las mejillas de Jin, observándolo detenidamente manteniendo una sonrisa. —Eres tu.

—Puedes tomarte unos días, le diré a los directivos que tienes asuntos personales por resolver. —Explicó rápidamente dándose media vuelta. —Por cierto es mas lindo de lo que decías. —Sonrió antes de salir de la habitación. —Soy tu cuñada por cierto. —Grito una vez estando afuera de la habitación.

Yerim sonrió sintiéndose feliz por su hermano quien no paraba de hablar de cierto omega que dejo en suiza, y era jodidamente hermoso, tierno y sexy a la vez, que derramaba encanto, y que era suyo.

Recuerda con exactitud como se iluminaba el rostro de Namjoon al hablar de su omega, sin embargo cuando ella preguntaba por que Jin no estaba, Namjoon solo gruñía cambiando su rostro por uno mas apagado y soltando un simple.

"Él vendrá pronto".

Yerim sonrió, una última vez antes de salir de casa de su hermano.

—No es estúpido SeokJin, es amor. —Confeso Namjoon, volviendo a lo que Jon decía antes de que su hermana les interrumpiera. —Vamos a desayunar.

El aroma de Jin cambio por uno de alegría y emoción.

¿A caso le estaba confesando sus sentimientos?

¿Desde cuando Kim namjoon se había sentido atraído por SeokJin?

¿No fue en un arranque de lujuria?

¿En verdad es amor?

Tenia tantas preguntas, sin embargo calló, manteniendo una gran sonrisa, sus ojos se cerraron al sonreír formando apenas dos medias lunas, su omega se encontraba brincando y maullando de felicidad.

—Puedo sentirlo. —Hablo Namjoon, poniéndose de pie, mientras buscaba sus pantuflas. —Póntelas. —Sentenció usando su voz de mando, sometiendo al omega de Jin en un instante.

—Dios, me encanta. —Soltó en apenas un balbuceó entendible para sus oídos.

Namjoon termino de ponerle sus pantuflas a Jin, tomándolo de la mano a la vez que lo dirigía por la casa hasta la cocina.

Jin observaba detenidamente la casa y cada una de sus habitaciones mientras caminaba hasta la cocina, dejaba salir su aroma en un intento de llenar la casa con su esencia mezclándola con la de Namjoon.

—¿Qué se te antoja? —Pregunto Namjoon una vez estuvieron en la cocina.

Un color blanco con amarillo adornaba las paredes, junto a los gabinetes color café, dando un toque rustico y hogareño a la casa.

—¿En estos momentos?. —Indagó Jin, aun siendo sujetado por la mano de Namjoon, sus dedos se encontraban entrelazados, SeokJin se sentía cual adolecente enamorado pero Namjoon se sentía como un recién casado.

—Si en estos momentos. —Respondió, soltando la mano de Jin, abriendo la nevera dejando ver algunas cosas en ella.

—En estos momentos, me apetece un beso, me apetece sentir los labios de mi alfa sobre los míos, me apetece que MI ALFA me haga suyo. —Explicó con voz totalmente embriagada en seducción, haciendo un pequeño puchero al final, abultando sus labios. —Pero quizá panqueques esta bien.

—Mierda SeokJin, estas provocándome...

—¿Lo estoy haciendo?. —Interrumpió Jin, a la vez que mordía su labio inferior. —No es mi intención. —Sonrió inclinando su cabeza hacia la izquierda dejando a la vista su cuello, con aquella marca algo vieja en él, paso su dedo índice sobre su propio cuello, hasta la marca sin dejar de observar a Namjoon.

—Sigues haciéndolo. —Habló con voz un poco mas ronca, pero sin dejar de sonar tranquilo.

—Sigue sin ser mi intención. —Se burlo Jin, para después soltar una débil risa y sentarse en el comedor.

Namjoon se dio media vuelta, abriendo un par de gabinetes uno a uno en busca de la harina para panqueques.

—Namjoon... pidamos comida y mientras llega vamos a la habitación, quiero que renueves mi marca.

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