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Mina Ashido l

Mina Ashido era, sin lugar a dudas, el tipo de mujer capaz de robar miradas y acelerar corazones sin siquiera proponérselo. Su piel, de un color rosa suave pero vibrante, tenía una tonalidad única que evocaba la dulzura de un chicle recién abierto, resaltando una belleza exótica y cautivadora. Su cabello corto y alborotado, de un dorado rosado que parecía reflejar la luz de forma caprichosa, le daba un aire de despreocupación encantadora, mientras que sus ojos, enmarcados por un profundo tono oscuro, brillaban intensamente en un amarillo que parecía desnudarte con solo una mirada.

De personalidad alegre y extrovertida, Mina combinaba una actitud despreocupada con un toque coqueto y un sentido del humor pícaro que sabía cómo atraer la atención. Su risa, ligera y contagiosa, siempre llevaba un dejo de burla juguetona, como si disfrutara siendo el centro de cualquier situación. Su carácter era tan magnético como su apariencia: una mezcla de espontaneidad, confianza y un toque de provocación que la hacían inconfundible.

Físicamente, Mina poseía un cuerpo que parecía esculpido con precisión, reflejo de su vida activa y atlética. De complexión delgada pero definida, sus hombros delicados se complementaban con una espalda pequeña pero firme, que se curvaba armoniosamente hacia una cintura de avispa, estrecha y marcada con elegancia. Sus caderas bien formadas y glúteos redondeados denotaban fuerza y feminidad en igual medida, proyectando un atractivo natural que no necesitaba adornos. Su busto, generoso en proporción y perfectamente moldeado, era digno de admiración, una característica que inevitablemente despertaba envidia en unas y fascinación en otros.

Cada movimiento de Mina irradiaba una sensualidad innata, sutil pero evidente, que parecía grabarse en la memoria de quienes la observaban. Era una mujer que, sin esforzarse, lograba despertar la imaginación y los suspiros, dejando tras de sí un rastro de magnetismo imposible de ignorar.

En un centro comercial, rodeada del murmullo de las fuentes y el ir y venir de las personas, destacaba una joven cuya belleza era imposible de ignorar. Mina Ashido, fiel a su esencia atrevida y llamativa, lucía un atuendo casual que realzaba cada uno de sus encantos. Vestía una camisa negra con el estampado de una banda de rock que se ceñía suavemente a su figura, combinada con una chaqueta de cuero ajustada que le daba un aire rebelde y sensual. Una falda corta de cuero negro dejaba al descubierto sus piernas bien torneadas, mientras que unas botas altas del mismo color añadían un toque provocador a su apariencia. Sentada en una banca frente a la fuente, con la mirada fija en su teléfono, era el centro de atención de innumerables miradas, tanto de hombres solteros como de aquellos que, a pesar de estar acompañados, no podían evitar detenerse a admirarla.

Su postura era relajada pero llena de elegancia, y su presencia, marcada por un aire sereno y una feminidad magnética, convertía el lugar en un escenario donde ella era la protagonista. Sin embargo, lo que los demás veían como una imagen de confianza y perfección contrastaba con lo que sucedía en su interior. Mina estaba allí esperando una cita, y aunque su exterior reflejaba calma, su mente era un torbellino de pensamientos y emociones.

A pesar de su belleza, que parecía casi irreal, la joven enfrentaba inseguridades que pocos imaginarían. Miraba su teléfono repetidamente, repasando la conversación con la persona que esperaba, intentando calmar el nerviosismo que se apoderaba de ella. Aunque mantenía una fachada serena, pequeños detalles la delataban: su respiración ligeramente acelerada, el leve temblor de sus manos y la forma en que jugueteaba con un mechón de su cabello. Mina, la mujer que podía robar suspiros con sólo estar allí, también era vulnerable, mostrando que incluso la belleza más deslumbrante no es inmune a las emociones humanas.

Absorvida en sus pensamientos, Mina se encontraba sumida en la ansiedad de su cita, el nerviosismo abrumándola mientras repasaba una y otra vez en su mente cómo podría ir todo. Pero la voz profunda que la interrumpió la sacó de su ensueño, arrancándola de su pequeño mundo de dudas.

"Disculpa, ¿eres Mina?" La voz, suave y cálida, la sorprendió.

Mina levantó la vista, buscando el origen de la voz, y se encontró frente a un joven cuya presencia era difícil de ignorar. Él tenía el cabello verde, brillante como la hierba fresca, y unos ojos de un verde intenso, casi hipnótico, que parecían capturar la atención de cualquiera que tuviera el privilegio de cruzarse con ellos. Su piel clara y su figura imponente revelaban una complexión atlética, de gran altura, con músculos que, aunque disimulados bajo una ropa sencilla, se notaban firmemente definidos. Su espalda ancha, su torso bien esculpido y su porte seguro lo hacían destacar entre la multitud.

Vestía una camiseta blanca que se ajustaba perfectamente a su figura atlética, un pantalón negro que completaba el conjunto, y unas zapatillas del mismo color. Aunque su atuendo era simple, su presencia era arrolladora. Sonrió de manera suave, casi nerviosa, mientras se sentaba junto a ella, esperando una respuesta.

Mina tardó unos segundos en procesar lo que acababa de suceder, y sin darse cuenta, mordió su labio inferior mientras un leve rubor coloreaba sus mejillas. No pudo evitar admirar la figura atlética de su cita, claramente sorprendida por lo bien que se veía en persona, mucho mejor que en las fotos que había visto en la app de citas. Un ligero sacudón de cabeza la hizo volver a la realidad, y ofreció una sonrisa algo torpe, con el rostro aún ligeramente sonrojado.

"Jajaja, sí, soy yo. Y tú debes ser Izuku, ¿no?" Dijo Mina, mirando al chico de arriba a abajo con una mirada curiosa, mordisqueando su labio de forma sutil, sin poder evitarlo.

"Sí, perdón si me veo algo desarreglado, tenía prisa para llegar... Lamento que te haya hecho esperar." Izuku rió suavemente, algo avergonzado, mientras la miraba con una sonrisa sincera.

"No te preocupes, no fue mucho tiempo, solo unos 7 minutos. No es para tanto," respondió Mina, adoptando un tono despreocupado mientras estiraba los brazos, una leve sonrisa jugando en sus labios al ver la actitud tranquila y encantadora de Izuku. "Pero ya que estás aquí... ¿hay algo que te gustaría hacer?"

Mina lo miró fijamente, esperando su respuesta. Izuku permaneció en silencio por un instante, observándola a los ojos antes de sonreír de nuevo.

"Me gustaría ir por un helado. ¿Te parece bien?" preguntó, su sonrisa suave y genuina, mientras su mirada no dejaba de estar centrada en la de Mina.

Antes de que Mina pudiera responder, sintió cómo la mano izquierda de su cita se posaba suavemente sobre su pierna derecha. Un leve agarre la hizo estremecer mientras la mano de él comenzaba a deslizarse con firmeza y suavidad sobre su piel, recorriendo de manera inquietante.

Antes de que pudiera reaccionar o decir algo, una descarga eléctrica pareció recorrer todo su cuerpo, y un escalofrío la envolvió, haciéndola sentir débil, más vulnerable... más sensible. Su piel se erizó y, en cuestión de segundos, su ser parecía transformarse bajo el toque del chico.

"Entonces... ¿quieres un helado?" preguntó él, su voz suave, mientras mantenía su mano sobre su pierna.

Mina era una chica extrovertida, llena de vida, pero también sabía ponerse límites y no toleraba que nadie sobrepasara sus espacios. Aquella presión en su pierna, que hace solo unos momentos la incomodaba, ya no parecía molestarla. Incluso, en ese momento, no podía evitar sentir que algo en ella respondía a ese toque, como si el simple contacto hubiera alterado su ser. Un rubor apareció en sus mejillas, una sonrisa tímida se formó en sus labios.

"Sí... vamos por un helado~" murmuró, con voz débil y algo desorientada, mientras su mirada se encontraba con la de él, quien le sonreía con esa misma expresión tranquila ante su repentina transformación.

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Tras ese breve episodio, ambos caminaban hacia una heladería, charlando animadamente. La conversación fluía con naturalidad, y Mina parecía disfrutar de la compañía del chico. Sin embargo, en su mente, aún resonaba lo que acababa de suceder. No entendía bien qué había ocurrido en ese instante. El toque, que usualmente habría provocado incomodidad y molestia, ahora se había transformado en algo inesperado. Una sensación extraña, una mezcla de tensión y una corriente de placer, la había invadido por completo. No sabía cómo explicarlo, pero el cuerpo le respondía de una forma que no reconocía.

Mina nunca se consideró una persona fácil, siempre se había defendido de aquellos que intentaban verla solo como un objeto de deseo. Pero lo que había experimentado en ese momento... Era algo diferente. Aunque no quería admitirlo, en su interior comenzó a aceptar, aunque de manera inconsciente, que le había gustado.

La chica sacudió su cabeza, decidiendo que no iba a perder tiempo en esos tontos pensamientos y que iba a disfrutar su cita, ya con la mente fría podía pensar mejor lo que había pasado.

"Entonces eres estudiante para ser un héroe, eso es genial" Comentó el chico mirando a la chica con una sonrisa, viendo como la chica se apenaba y desviaba la mirada con una sonrisa orgullosa.

"Jaja, si Pero no creo que sea algo tan importante" Dijo la chica fingiendo modestia, aunque no era una persona soberbia, no podía mentir que el hecho de que las personas la halagan era algo que ella con mucho gusto aceptaba, aún más si se trataba de su sueño de ser una heroína.

"Por favor, no tienes que ser modesta, es increíble, no pensé que una chica tan hermosa como tú fuera un prospecto de héroe y mucho menos de la u.a" Hablo el chico emocionado, como un fanático de los superhéroes aquella información hizo que el chico sacará su lado niño interior.

Mina por su parte se sonrojo por le comentario de Izuku, algo que no era normal en ella, algo era extraño en la figura de aquel chico, por una razón que ella aún desconocía su mera presencia era algo que era lo suficiente para que su persona se comportará diferente, incluso ella que era conscientes de estos cambios estaba... ¿Feliz?

"Por favor, no creas que un halago tan simple hará que te ganes algo" Dijo en un tono de burla mientras miraba a otro lado con sus mejillas teñidas en un sonrojo notorio.

Mientras la chica miraba a otro lado para que el chico no pidiera ver su reacción, acción que fue inútil, cuando los ojos de la chica no estaban posado en el chico este esbozo una sonrisa, pero a diferencia de las demás está se puso ver más como una sonrisa maliciosa junto su vista hacia la chica se transformo de ser una gentil y amable a una más intensa y dominante. Extendiendo su brazo izquierdo hacia la chica abrazandola sin previo a aviso mientras una sonrisa encantadora se formana en los labios del chico.

"Me halagas, pero yo mismo sé que esa clase de cumplido no lograría nada con una mujer tan hermosa como tú"

Mina fue tomaba por sorpresa por el repentino agarre del chico, antes de que pudiera decir algo, pudo sentir la misma sensación que hace no mucho había sentido, no, está vez era mucho más intenso la cual paralizó su cuerpo, de un momento a otro igual que la vez anterior, con una respiración ajetreada volteo hacia Izuku mirándolo a los ojos. No sabía cómo explicarlo pero... Era tan atractivo, en la mente de Mina al ver la figura de Izuku su mente fue incapaz de hacer otro pensamiento que no fuera ese, cada parte de su cuerpo se encontraba sensible y débil llegando a tal punto que estaba tambaleándose usando como punto de apoyo el cuerpo del chico.

"T-te parece bien tomamos un descanso? No me siento muy bien" Dijo con un tono débil la chica mientras respiraba de forma ajetreada.

"Claro, ¿te sientes mal? Si te sientes mal podemos terminar la cita y te puedo llevar a tu casa"

"NO" Contesto Mina de forma inconsciente.

La chica vio la forma casi automática en que dió la respuesta, algo que incluso ella misma se sorprendió y como si fuera un reflejo después de dar esa respuesta tan repentina dirigió su mirada hacia el chico el cual la miro con una cara de desconcierto.

"Segura? Creo que sí no te sientes bien puedes ir a descansar, no me gustaría que sientas la obligación de estar aquí" Dijo el chico fingiendo interés en el estado de la chica.

Mina no sabía porque pero la sola mención de terminar la cita hacia que sintiera una gran incomodidad, la chica solo suspiro intentando recuperar la composyura.

"Hagamos esto, que te parece si tú me llevas a los helados y vamos un lugar más privado" Hablo en un tono cansado mientras suspiraba

"Claro, quieres sentarte? Yo voy los helados"

"Está bien, te puedo esperar sentada en una de esas bancas" Señalando unas bancas las cuales no estaban muy lejos de ellos.

"Me parece una buena idea"

Ambos fueron a las bancas donde Mina, ella no sabía que le estaba pasando, nunca antes le había pasado algo similar, como era posible de que tuviera esos ataques en los cuales sentía una oleada de placer los cuales la dejaban sin aliento cuando Izuku la tocaba, debía haber una explicación, no podía asumir que era por culpa del chico de que tuviera esas reacciones tan violentas, No era posible que el fuera el responsable, ¿cierto?

Mientras ella se cuestiona el porque se aquellos repentinos ataques las cuales o tenían una respuesta aparente, ya se había recuperado las fuerzas o la gran mayoría. En eso ella pudo ver como el chico había regresado con dos conos de helado.

"Ten cómo te gusta un helado de vainilla" Sonriendo

"Gracias, perdón por asustarte, no se que me ha pasado el día de hoy jajaja" Hablo algo apenada comenzando el comer helado

"No te preocupes, esas cosas no es que te te avisen, cierto?" Dijo mientras se sentaba

"Y de qué es tu helado?" Pregunto con curiosidad la chica

"Es de chicle"

"Te gustado el helado de chicle?" Pregunto algo curiosa la chica.

"Si, desde que era pequeño siempre me ha gustado, me gustaba mirar ver el hermoso color rosado y lo delicioso sabor" Contesto mientras seguía comiendo su helado.

"Entonces te gusta el color rosa? Entonces te gusto yo?" Dijo la chica con una sonrisa algo pícara y burlesca intentando sacar una reacción del chico.

"Si, me gustas" Contesto el chico sin mostrar algún tipo de duda.

Mina miro al chico y escucho su respuesta, mientras un rubor se formaba en sus mejillas, no esperaba que el chico llegase a ser tan directo con ella y no mostrar ninguna reacción de vergüenza o pena, reacciones las cuales ella estaba buscando.

"Muy directo, no crees?" Se alejo la chica apenada

"Tu preguntaste, además, por qué debería mentir?"

Mina miro de reojo al chico mientras ponía una sonrisa, no sabía porque pero solo jee al chico dándole una sonrisa era más que suficiente para haber que ella pusiera una sonrisa inconsciente.

"Vaya que te tienes confianza, qué tal si te digo que tú me gustas y solo me voy?" Dijo la chica fingiendo indiferencia mirando de reojo la reacción del chico.

Izuku solo sonrió y al igual que hace unos momentos la rodeo con su brazo derecho y la atrajo hacia el, acto que tomo desprevenida a la chica haciendo que ella se pasará en su torso. Para Mina aquello fue una sorpresa agradable, a diferencia que las otras dos veces, está vez no sintió una oleada de placer caer de golpe sobre ella, pero pudo sentir como todo su cuerpo se sentía muy bien al estar al toque el chico, la chica levantó la mirada hacia Izuku y sintió como si estuviera a merced del chico y con la mirada de que el le daba, ella sabía que el sabía el poder que el ahora tenía sobre ella.

"Por qué me mientes? No te han dicho que te ves más hermosa cuando dices la verdad?" Dijo el chico con una sonrisa llena de confianza.

"P p por qué piensas que estoy mintiendo?" Pregunto la chica intenajdo salir sin exito del agarre del chico.

"Entonces dimelo a los ojos" Dijo con una sonrisa

Mina miro a los ojos a Izuku, y un sentimiento tomo su cuerpo, ver al chico cara a cara, para ella era incapaz de decir aquellas palabras, podía sentir como su cuerpo pedían a gritos estar con el chico, como aquel momento donde el la tenía rodeado era uno el cual ella no quería que se acabará.

"tienes razón, si me gustas" Dijo en un tono débil mirando a los ojos de Izuku casi como si estuviera hipnotizados por los ojos del chico.

Izuku sonrió, al ver como estaba la chica sabía que en ese punto ya no había vuelta atrás para ella, había caído en su trampa, de repente la sonrisa de Izuku se convirtió en una llena de confianza mientras su mirada era dominante y firme. Con una de sus manos pasaba por la espalda de la chica hasta llegar hasta sus glúteos posando su mano encima de loa redonda y firme retaguardia de la chica.

Mina piso sentir todo momento el toque del chico pero a diferencia de otras ocasiones ella no dijo nada, pudo sentir todo el momento como el toque del chico pasaba por todo su cuerpo y ella lo estaba pidiendo, quería que el la tocara, no le importaba que esybieea en un lugar público, para ella al sentir el agarre de una de sus manos en sus glúteos sintió un extraño placer, con una respiración pesada y una mirada expectante hacia el chico el cual sonreía miraba a Mina.

"Te gusta?"

"Si me gusta" Dijo la chica en débil y sumiso

"Mírame los ojos"

La chica miro los ojos de Izuku y un color verde esmeralda comenzó a brillar de los ojos del chico, Mina quedó perdida mirando los ojos del chico, como si una parte de ella estuviera atrapada en la vista chico, estando en un estado hipnótico.

"Te gusta ser tocada en público, no?" Dijo mientras comenzaba a manosear la retaguardia de la chica, algo que pudo sentir la chica dando gemidos ahogados.

"Siii~" Dijo un tono débil

"Cómo se siente ser manoseada en público? Te gusta, no?" Sonriendo

Mina pudo sentir como el chico comenzó a masturbarla, Mina gemia intentaba ahogar sus gemidos mordiendose los labios.

"Dime cómo sientes que todas esas personas te están viendo?"

De un de repente la chica sintió cuentas de miradas sobre ella, no sabía de dónde pero sintió como miles de miradas estaba en ella y un sentimiento de vergüenza y exitacion de apoderó de ella, aquellas miradas venían de la mente de Mina pues en la realidad todos estaban ignorando lo que estaban haciendo aquellos.

"Se siente increíble~" Hablo una exitada Mina la cual tenía una postura mas sumisa ante la figura de Izuku

"Dime, quien es el que manda aquí?"

"Tu, tu solo mandas aquí ~"

Izuku sonrió al ver como la chica estaba reaccionando, Esbozando una sonrisa este hablo.

"Dime, qué es lo que quieres hacer?" Pregunto con mientras sus ojos brillaban en un verde esmeralda intenso.

Mina estaba perdida en los ojos del chico, la mente de la chica estaba completamente nublada en lo cual el único pensamiento el cual podía formular en esos momentos era complacer al chico que estaba delante de el, su cuerpo se estremecía ante el simple toque del chico, cada parte de su piel rogaba por el toque del chico.

En un movimiento repentino Mina se pondría encima del chico para darle un beso desesperado, el chico no puso resistencia poniendo sus manos en los glúteos de la chica, el mero toque de sus manos en su parte baja era más que suficiente para que ella tuviera la necesidad de ser tomada por el chico.

Después de unos segundos ambos se separaron del beso, Mina suspiraba ajetreada con un sonrojo intenso tiñiendo en un lila sus mejillas mirando los ojos del chico que esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.

"Qué te parece si vamos a un lugar más privado?" Apretando su agarre en los glúteos de la chica.

Mina dió un leve gemido mientras ponía una sonrisa torpe.

"Claro~" En un tono cansado pero exitado.
























Espero que les guste está historia, si les gusto por favor les pido que me dejen una estrellita y me den sugerencias.

Opiniones.

Después de Mina cual otro chica les gustaría ver? Los leo

Sin más que decir, me despido.

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