Special Navideño 2/1
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✦Playlist. Cuarta Parte: Oye -Malú.
—Waua wa...~ —llanto de bebé.
—Es una niña preciosa. —anuncia la Dra. mientras la enfermera la agarra para limpiarla y ponerla en la incubadora.
—¿Cómo la llamarán? —pregunta la Dra.Kaito.
Tanto el esposo que veía a su esposa con lagrimas emocionadas esperando a caer al ver a su pequeña al fin entre ambos. La esposa enrulada lo ve con una dulce sonrisa, ya con lagrimas recorriendo las mejillas.
—Adelante, Shin-kun...
Una sonrisa que no era ni totalmente capaz de demostrar la plena felicidad que actualmente sentía el pelimorado, se plasmó entre sus labios.
—Se llamará: Panambi Pucca Hitoshi Stroessner.
—¿Pucca? Vaya que son una familia con nombres interesantes —añade divertida la Doctora.
Mas bien había quedado enternecida al ver cuando la familia Hitoshi al fin estaba estable, la pequeña y primera hija de los heroés de Japon al fin estaba en el cubijo familiar.
—Che Dios, che panami vera... (Mi dios, Mi mariposa radiante) al final es igualita de guapa que tu —dice Itaete con cierto cansancio.
—Sigue siendo parecida a ti, aunque me alegra que tuviera algo tan caracteristico de mi. —esbosa una sonrisa orgullosa, mientras que limpia a su vez las lagrimas de su esposa—. Gracias Itaete, por hacerme tan feliz, seré el mejor padre y esposo lo prometo.
—Ya lo eres, esposo mío, ya lo eres. —sonríe cansada la pelienrulada.
Observando así juntos a su pequeña hija, balbuseando entre que se amamantaba.
—Aunque ciertamente estoy celoso que toque lo que es mío —dice mirando con el ceño fruncido ante el gesto posesivo que su pequeña hija tenía con el seno de la madre.
Logrando que las risas de la doctora e Itaete inunden en ambiente mientras que Hitoshi Shinsou se avergonzaba y molestaba por la supuesta broma que no era del todo una, si, despues de unas cuantas veces haber hecho el amor con su novia, y poco despues de casamiento se había puesto mas posesivo por la Señora Hitoshi Itaete. Que cada día estaba mas hermosa para él.
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—Momo-san que alegría que vinieras, creí que Shoto-kun no te dejaría venir.—saluda Itaete mientras arrulla a su pequeña bebé en brazos.
Aun faltaban algunos días para que realmente Itaete pudiera salir del hospital, quería tener todo bien antes de dar de alta a ella y a la pequeña niña que por luchadora había salido unos meses antes de la bolsa por ya estar totalmente madura.
Causando leves problemas en la madre pero por suerte Hitoshi había sido rapido en actuar y evitó muchas controversias en el parto de su esposa. Con mucha tensión pero al final aliviado.
—Jajajaja Tranquila Itaete-san, Shoto-kun solo esta cuidadoso despues de todo tambien estamos esperando nuestro primer hijo. Por cierto, la pequeña es un retrato muy tierno de ambos, le traje un regalito ideal.—dijo Todoroki Momo, pasandole al crear un perfecto peluche con la forma del luisón.
La pequeña bebé pelimorada y de tez pálida, al abrir los ojos y parpadear unas cuantas veces al sentir los brillitos que el quirk de Momo al crear hacían, lograron despertarla y hacerla sonreír emocionada por lo que veía.
—Hola pequeñita, Soy tu tía Momo, te traje un regalito especial, ten...—sonríe la pelinegra con un vestido suelto dejando a ver su pancita de unos cuatro meses.
Siendo así que poco despues la pequeña Panambi Pucca, se encontraba durmiendo en su cuna con su peluche favorito.
—Gracias Momo-san. Espero este bebé sea el mas querido y vuestra luz. —desea con una sonrisa sincera.
Mientras que Momo se acerca para abrazarla emocionada por las tiernas palabras dedicada a ella. Eran casi como cuñadas, ya que Todoroki Shoto le consideraba a Itaete como su hermana.
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Quinta y Última parte-Final
✦Playlist: Navidad del Paraguay-Ivan Zabala.
Toda la familia se encontraba reunida en la casa en Paraguay, los amigos se fueron ya hace unas semanas para pasar con sus familias, pero dejaron los regalos para la pequeña Panambi, mientras que Todoroki la llamaba Papucca, a Momo le encantó el nombre de Pucca. Ochaco le llamaba Panambi, por el signficado bellisimo que portaba y Midoriya Pana-porque el resto no le salía y lo frustraba-.
Era ya un día 23 de diciembre el aniversario de la Union Hitoshi-Stroessner, por ende esta navidad sería una especial para la pequeña, esta de mas decir que era bromista la pequeña. Ahora se encontraba con toda la familia haciendo el famoso, Clericó.
Esta es una bebida tradicional del Paraguay, que se hace tanto en la epoca festiva como Navidad, Año nuevo y si sobra hasta para Reyes Magos. Consta de una combinación de frutas de acuerdo al agrado de cada familia con la compañía de Sangría de Uva con gaseosa de naranja. En esta familia, como tal se colocaba rodajas y pequeños trocitos de bananas, piñas, melon japones(regalo de la mamá de Shinsou), uvas, duraznos y un kilo y medio de azucar, o bien 8 cucharas de azucar. A gusto.
En cada navidad las familias paraguayas se reunían para fomentar a cada generación una linda costumbre que mantenía unida a todos los integrantes de la familia en una sola misión, hacer el clericó, por ende, cada uno tomaba la tarea de pelar, y cortar las frutas que les correspondía a cada uno.
Y para ser cliché con este nido de amor, Itaete se había salido con la suya ya que había pedido a su esposo Shinsou que pelara las uvas, quien entre receloso aceptó ya que ella se tomaba en serio en cortar los melones en cortes perfectos, y bueno tambien se las comía algunas, –era itaete de todas formas, la mas glotona–.
Daniel se encontraba picando y pelando con suma concentración, nunca antes vista en todo el año, al cortar las piñas de forma perfecta y uniforme.
Cameron, el rubio pelaba algunas bananas con ayuda de un pequeño rubio, que aveces perdía la atención observando a su prima, –este era una sobrino lejano de la familia que hace poco había quedado huerfano, y de cierta manera al Idol rubio le habían nacido los impulsos paternos de protegerlo, queriendolo como su clon perfecto-. Cameron a cada momento lo chistaba para que se concentrara en terminar que no quería que las bananas doradas perdieran su esplendor.
Y claro, parecido sensual de su belleza. Tipico pensamiento del rubio de ojos azules.
Mientras Benjamin y Sirius se encontraban ayudandose a paso lento, a hacer la cena, un matambrillo casero digno de chuparse los dedos. Pero con la pancita de cinco meses de la peliazul era algo lento el proceso. Por ende, Benjamín estaba atento a dos tareas importantes, que no se dañara su esposa y que la comida no quedara quemada.
Por otro lado, el mayor de todos Aaron se encontraba pensando fijando en la botella de vino tinto de uva, que debía abrir. Tenía que ser limpio y que no hubiera un blanco fijo al cual dañar.
Por ende, se preparó y con una fuerza algo delicada, quitó el corcho de la botella, peto no midió que la trayectoria fuera directa a la frente del rubio.
Escuchandose después un quejido, y risas divertidas del pequeño niño rubio de los nueve años aproximados. Que notaba como el radiante Cameron se encontraba desmayado en el suelo,con un chichon cual granito de grasa fuera.
Claramente el rubio no se había desmayado por el golpe, si no por la impresión de quedar horrible ante el intento de asesinato de su hermano mayor hacia él.
Sin embargo, la esposa de Aaron ya lo estaba regañando mientras su pequeño hijo chocaba los cinco a escondidas de su madre con su padre.
Todo aquello iba ajeno a una escena bastante dulce para la mirada de Itaete, quien a pear que se reía negando un poco por lo sucedido. Tambien quería saber si hoy su plan se llevaba a cabo finalmente. Igualmente se la veía aun muy concebtrada en cortar los trocitos de melon.
—¿Papá?
C
onforme al tiempo fue pasando, su bella mariposa, la creación de amor de ambos ya poseía en su esplendor unos 7 años. Su cabello tan enrulado como la de su madre, la piel delicada cual mupeca de porcelana, los ojos de Itaete brillosos y anunciando diversión en ellos. Pero la que si resaltaba en ella era el color de cabello morado.
—¿Qué pasa traviesa Panambi?
Preguntó mirándola de reojo, mientras cortaba con suma medición las uvas, las pelaba dejando paso a que sus manos mismas se tiñeran de un tono morado, cada vez que lo hacía tenía una leve sospecha de lo que su esposa había confabulado con él aquel día.
—Las uvas son moradas, lilaceas...¿Verdad?—pregunta la pequeña niña abrazando por detras a su padre, desde la espalda, reposando un poco su cabecita y cabellera con la de él.
—Así es, ¿cuál es tu duda Panambi? —pregunta sintiendo un leve presentimiento ante la inocente pregunta de su hija.
—Entonces... Quiere decir que... ¿Tu eres una uva papá? ¿Al igual que yo?—pregunta la pequeña pelimorada con un cierto brillo en sus ojos.
Mientras que en el fondo se escuchaban un par de risas amortiguadas, y entredientes, tras los pequeños roces de los cuchillos chocar con los platos utilizados como soporte al cortar las frutas.
La ceja derecha del pelimorado empieza a tener un leve tic nervioso, pero se las arregla para colocar la sonrisa mas tranquila y evitar que demuestre que le ha picado aquella comparación. Claro que en un sus tiempos de juventud aquella comparación no le molestaba porque se lo decía Aoi Inu, su amada y que actualmente era su esposa, por ende lo avergonzaba, pero durante los años de crecimiento de su niña, sabía que esa cachorra tramaba algo con el moreno de Daniel.
—Eso me dijo el tío Dani. —añade mientras se acurruca mimosa hacia su padre, la pequeña Panambi.
—Ja.. si pequeña, somos con las uvas, deliciosas y bien sexys —añade con toda la galantería posible en su ser, quería acabar con las bromas—¿Me ayudas a cortas las uvas para que sean mas deliciosas?
—¡Si, papi!
Y fue allí cuando las risas comenzaron a inundar el ambiente, avergonzando por completo a Hitoshi Shinsou, mientras su pequeña hija lo veía curiosa y divertida.
—Eres una tramposita, mi pequeña Panambi Pucca—le pellizca el pelimorado padre la naricita, logrando que la nombrada se carcajee divertida.
—Uhm, casi ya te has vuelto mi uva favorita, dulce y hasta ahora autoproclama —dice Itaete que levanta la ceja divertida y picarona— Sexy también. ajajajahaja Ay!
Chilla de sorpresa al sentir que el pelimorado suelta lo que hacia y la mancha con el resto de uvas que lo manchaban.
—Shinsou...—se queja engomada.
—¡Ahora mamita tambien es una uva como nosotros!—exclama feliz Panambi.
—Así es, no lo podtía haber dicho mejor, mi pequeña mariposa. —se carcajea divertido el pelimorado.
Logrando que ahora la sonrojada sea su novia, quien lo miraba con dulzura especial y divertida.
—Solo por esta te salvas.
Siendo así como pasaba la familia grande unos días antes de navidad, en familia.
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25 de diciembre, Navidad del Paraguay, al fin había llegado y con ello venían sorpresas junto con situaciones que iban a dejar aun mas insaciable que antes.
Actualmente Hitoshi Shinsou se encontraba en un dilema, su hija no se quería dugnar a ayudarlo para que este lista y preparada para esperar la navidad y con ello el poder abrir todos sus regalos de sus tíos y tías, aunque los regalos de navidad que mas le daban miedo eran de Denki Kaminari y Tokoyami, justamente esos eran los compinches mas apegados a su preciosa mariposa.
—Pucca, ven a bañarte.
—Nooo, papi, no quero.
Chilla corriendo de él con una sonrisa, al verlo tras de ella con una toalla.
—Panambi, si te agarro te bañaré sin espumas. —pronunció corriendo para agarrarla.
Una vez dicho eso, en la pequeña niña que iba corriendo de su padre, paro su escapada con un ceño fruncido, no quería quedarse sin burbujitas ni hacerle tener a su padre una barba tan blanca como el de Papá noel, sin embargo, no supo cuando exactamente fue atrapada por su padre con la toalla, encontrandose con el rostro de su padre al mismo nivel que la de ella.
—Papi, por favor no me quites las burbujitas.
Hitoshi Shinsou sonríe levemente de ternura ante el tono y el pucherito de su pequeña hija.
—Esta bien, si nos vamos ahora, tal vez las tengas por un ratito.
—Sí, papi.
Pero antes de moverse para ir al baño y prepararla, el pelimorado beso con dulzura la cabecita de su hija, haciendola sonreír.
—Rohayhu(te quiero), Papi.
—Rohayhutee, che panambi verá.(También te quiero, mi brillante mariposa)
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Ya entrando a la tardecita de aquella tarde del veintitrés de diciembre, Itaete ya vestía con pequeño y holgado vestido rubí pálido que llegaba hasta sus rodillas, mientras que cada uno de los hermanos poseía una remera de su color favorito sin mangas, con un short sport Elegant, mientras que Aaron con un traje sport Elegant, junto a su esposa que iba vestida muy campestre al igual a su pequeño hijo, que iba correteando con la pequeña panambi, que llevaba un vestido blanco con estrellitas pegadas al mismo.
—Estoy tan feliz con la familia que tenemos, Itaete. —murmuró al oído de su mujer.
Quien esboza una pequeña sonrisa al sentir cosquillas, y dejaras abrazar por su esposo.
—Estoy feliz de que tu seas parte de mi familia, Shinsou sin ti, esta Navidad no sería igual. —se da la vuelta lentamente la pelienrulada abrazando a su pelimorado y esposo sexy.
—Te amo, Itaete Hitoshi Stroessner Seruki.
—Te amo más, Shinsou Hitoshi, mi amado esposo.
—¡Y yo los quiero mucho más, papitos! —exclamó rompiendo el momento cursi de sus padres, metiendose en el medio de ambos, queriendo también el amor de ellos.
Aunque la verdad fuese otra más simpática, ya que había ensuciado sin querer a su tío Cameron al estar tomando un poco de gaseosa, al estar corriendo con su primito, y casi ser atrapada por Eros en medio del caos, su mejor escapada era meterse entre sus padres, para refugiarse, sonriendo lasciva y divertida de haber conseguido escapar.
—También te queremos mucho más, mi pequeña Estrellita lejana, tampoco te olvides de nosotros eh? —dicen al unísono los demás tíos.
Logrando que todos rían a carcajadas al ver las mejillas sonrojadas de la pequeña.
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Lase explosiones de los fuegos artificiales empezaron a sonar en el ambiente al aire libre, emocionando a los niños que rápidamente se acercaron a la ventana a ver los vistosos y hermosos colores de los fuegos artificiales que anunciaban que la Navidad había llegado y como si fuera de un botón, todos empezaron a decaer en ánimo, a por uno de somnolencia, acercándose a sus padres buscando donde quedarse a dormir siendo que el único solitario del lugar era Eros, quien pedía un deseo, que el próximo año ya no se sintiera tan solo.
Mientras que todos los hermanos que estaban sin brazos ocupados se daban un gran abrazo de oso. Felicitándose por un nuevo año navideño especial.
—¡Feliz año nuevo, familia! —exclama riendo entre susurros.
Al ser regañados por Itaete ya que no quería despertar a los niños que al fin habían quedado dormidos, y tiempo ya era.
Siendo así, como todos empezaron a comer el peseto con el matambrillo y diversas salsas acompañando del clericó. Lo bueno era que todos se quedarían en la casa de los Hitoshi para dormir y evitar que algunos de los borrachos mayores cayera en mal.
Una familia como esta, es y siempre será la que guardará sus apoyos, a todos que fueron acompañandolos en este gran año y en los demás, siendo recordados por siempre y con mucho cariño justamente a todos detrás de estas pantallas, porque solo gracias a ustedes, ellos pudieron tener un final feliz como este.
Muchas gracias por todo, y feliz Navidad les deseamos a todos, con cariño, y así finalizando por fin la historia, todos nosotros les deseamos Feliz Navidad y próspero año de felicidad.
Nos leemos pronto en otra historia, ¡Hasta pronto!
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