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🖤 Capítulo 9. "Primera advertencia"

Espero que hayan pasado un feliz día del lector, mis corazones. Los amo y me disculpo por la tardanza. 💗

Luciale.

Mantengo a Tree detrás de mí, ella se sostiene de mí tras apoyar sus manos en mis hombros. Su respiración irregular llega a mis oídos, puedo sentir su desesperación y su miedo por la manera en la que se aferra a mí como si yo fuera su escudo protector, su lugar seguro, su refugio. Sus dedos tiemblan y el agarre se vuelve cada vez más fuerte.

Acerco una de mis manos a sus dedos sobre mi hombro derecho, los acaricio con delicadeza mientras Zhasira se cruza de brazos a la espera de una respuesta de nuestra parte. Por lo visto, le exaspera que mi esposa no confíe en ella, dado que según ella jamás le ha dado motivos para temerle. Yo no diría lo mismo.

Sé que la experiencia que tuvo con Zhasira Arino en el ritual de invocación para hablar con ella, su esposo y Shaperi, no fue de lo más agradable.

—¿Nos permitirás buscar a nuestra hija o la enviarás de regreso a Abdrion? —pregunto con tono firme, aunque por dentro me rompo en mil pedazos al pensar en el hecho de que mi niña no está con nosotras, no está con su hermana, sus abuelos, sus tíos y sus primos.

No está con nosotros, su familia, el amor más cercano con el que creció y al que espero que regrese siempre que se sienta insegura, asustada, perdida. Solo espero que sepa que siempre podrá volver a su familia si necesita nuestro apoyo, nuestras opiniones, nuestra compañía o lo que sea.

Solo quiero que sepa que la familia debería ser siempre uno de nuestros lugares más seguros y confiables. Y que la familia no se reduce a los lazos de sangre, que también puede encontrarla en sus futuros amigos, en su compañero o compañera de vida, en sus hijos gatunos, perrunos o lo que sea a lo que ella se aferre y considere parte de algo tan preciado como la familia.

—Pueden optar por la opción que consideren más apropiada para este momento —responde con lentitud, en un intento de enfatizar sus palabras para que veamos la seriedad de ello. Se acerca hacia mí, a lo que Tree da un pequeño paso hacia atrás, pero yo me mantengo inamovible. No permitiré que una Antigua Diosa sea capaz de ver mi temor otra vez, dado que no puedo darme el lujo de confiar en ella. Aún es una potencial amenaza—. Solo quería recordarles que Shaperi las perseguirá a dónde sea que vayan y que aquí, en Aldiwarah, sus habilidades están completas. No tiene restricciones dado que ninguna barrera le impide el paso. Ustedes sabrán que elegir y en quien confiar, majestades.

Su cabello rubio de mechones azabache se mece con el viento que azota el bosque marchito a nuestro alrededor. Algunas ramas de los árboles se rompen con violencia, incluso algunos troncos son arrancados por la fuerza del viento. Zhasira se altera al instante, sus cejas se alzan y sus labios se mantienen entreabiertos.

—Si llego a saber que mi hija tiene un solo rasguño, no temblaré ni sentiré remordimiento alguno al destruir tus amadas tierras a las que llamas Aldiwarah —sisea Tree, aún detrás de mi espalda, pero su voz ha adquirido un tinte más oscuro: suave, firme y segura de lo que hará. Es una pequeña advertencia hacia Zhasira.

Sin embargo, quien habla no es Tree, mi esposa, ninfa del sol, una persona que siempre desea resolver los conflictos de la manera más pacífica posible y con la menor cantidad de muertes. No tengo idea de que sucede y quién se ha apoderado del cuerpo del amor de mi vida —o tal vez sí—, pero ahora quién ha amenazado a la Antigua Diosa frente a nosotras es su bruja de sangre interior.

—Mi esposo y yo no somos las personas a las que deberían temerle, majestades. La principal amenaza se encuentra entre ustedes, solo que aún no se ha hecho presente. O tal vez ustedes se niegan a considerarle una amenaza, pero lo es. Es mucho más fuerte que nosotros y sus pequeñas demostraciones de poder son poco comparado a lo que es capaz de hacer.

Las grietas poco a poco se apoderan de la imagen que somos capaces de ver, de esta realidad que se presenta en forma de conexión entre almas de una misma especie y una ninfa del sol. Solo las ninfas del sol y legendarios son capaces de crear este tipo de realidades alternas, con paisajes semejantes a los que han visto con anterioridad, donde dos almas que se encuentran lejos tienen la posibilidad de hablar. Me han permitido aparecer aquí, Zhasira lo ha hecho de una manera consciente, pero Tree no. El hecho de que yo haya estado aquí fue un acto inconsciente de la emperatriz de mi vida.

Pronto las grietas han quebrado la figura de Zhasira, la palidez de sus rasgos desaparece. Es reemplazada por un tono azabache que indica que nos encontramos en la nada misma, en el limbo entre la vida y la dimensión de las almas en pena. He estado aquí antes, cuando Herafel me envenenó tanto con su magia que mi maldición estuvo a punto de matarme para siempre y sin la posibilidad de revivir o reencarnar.

En un efímero instante nos encontramos de nuevo en nuestra habitación, mi amor todavía se encuentra en mis brazos, solo que ahora la llevo aún más contra mi pecho. Ahora la abrazo todavía más y ella se aferra a mí como si su vida dependiera de ello. Puedo oír su respiración acelerada contra mi pecho, sus lágrimas humedecer mi hombro. Los sollozos escapaban de sus labios, me obligo a suspirar profundo para no romperme una vez más.

Alguien debe ser la cuerda, ¿No?

Intento mantenerme fuerte por ella, porque una de las dos tienen que mantenerse cuerda, porque una tiene que llegar hasta Vayannah y traerla de regreso. Intento no quebrarme por completo, Tree me necesita ahora mismo.

Los poderes como ninfa del sol de mi esposa se dispersan, con el pasar de los días pierde cada vez más el control sobre ellos. Ya no es capaz de discernir si lo que ve es real o es producto de su imaginación. Toma mucho de ella poder descifrar si una persona nos miente o no. Sus visiones se han convertido en sueños de los cuales no deberíamos fiarnos, pues hay algo dentro de ella que impide el correcto funcionamiento de sus habilidades sobrenaturales.

Mientras su parte de ninfa del sol muere, su bruja de sangre crece aún más y comienza a dominarla. No debería encontrarme aterrada por ello, y sin embargo lo estoy. No tengo idea a lo que me enfrento, pues por mucho que Tree sea mi esposa y mi compañera de vida, la madre de mis hijas y el amor de todas mis vidas, las brujas de sangre no son los seres más estables de este planeta.

—Tree, la encontraré —aseguro en un murmullo suave, la oigo inspirar profundo como si desear regular su respiración entrecortada—. Volverá a nosotras. Te lo prometo.

Cierro mis ojos con su cabeza aún apoyada en mi pecho, su cálida y serena respiración golpea contra esa zona. Sus brazos alrededor de mí logran calmar mi acelerado corazón, la paz fluye por mis venas y disuelve cualquier tensión que hasta hace unos segundos atrás se encontraba en mi cuerpo. Ahora somos una, con las respiraciones sincronizadas, con nuestros brazos rodeando a la otra. Decido acomodar unos mechones de su cabello hasta llegar a una de sus mejillas y rozarla de manera leve con mis uñas, sé que es un gesto que a ella le tranquiliza mucho —más en estas situaciones—. Sin embargo, no obtengo respuesta alguna por su parte.

Su llanto se ha ido, fue reemplazado por un silencio que se asemeja a una eterna soledad. Abro mis ojos con las cejas arrugas al percatarme que no logro escuchar su respiración contra mi pecho ni tampoco sentir sus latidos lentos. Mis brazos se entumecen al concentrarme en los más mínimos sonidos que ella podría emitir y comprobar que no existen en este momento.

No hay nada. Solo silencio.

Los latidos de mi corazón se aceleran, mi labio inferior tiembla en el instante en que bajo la mirada para encontrarme con una mirada agresiva, de profundos ojos rojizos con una pupila alargada similar a la de un felino.

—¿Tree? —paso mis dedos por su cabello para apartarlo de su rostro. Una palidez mortecina ha invadido sus mejillas teñidas de un color acaramelado, uno que tanto amé durante años.

Su mirada permanece fija en mi rostro, como si le intrigara quien soy o que represento en este mundo, como si yo fuera una desconocida. Frunce el ceño de manera ligera, casi imperceptible, sin reconocerme en lo absoluto. Jamás me había observado de esa manera. Ni siquiera el día cuando llegó a Abdrion.

—¿Tree?¿Qué ocurre? —pregunto alarmada al no obtener una respuesta de su parte, su respiración es tan baja que casi no la escucho. Pareciera estar en una especie de trance, en el cual no respira por alguna extraña razón que desconozco. Acuno su rostro entre mis dedos, la gelidez choca contra la calidez de mis palmas y el contacto se torna incómodo. Emana más frialdad de lo usual, ni siquiera los muertos han llegado a este estado—. Tree, dime algo, por favor. Soy yo, tu esposa, la madre de tus hijas, el amor de tu vida.

Un escalofrío recorre su cuerpo al parecer, pues se sacude en mis brazos al poco tiempo. Esbozo una sonrisa a medias al comprobar que todavía está aquí conmigo, solo que no logra verbalizar nada.

Entonces sale de su trance, mueve un poco su cuello como si hubiese estado años dormida y sintiera la necesidad de hacerlo crujir. Aparta mis manos con una brusquedad que me hiela al instante, sus movimientos son tan serios que me asustan. Se toma un momento para crujir varios de sus huesos, algo que me asusta, pues yo conozco a mi esposa y sé mejor que nadie que ella detesta ese tipo de sonidos. Siempre me dijo que no comprende porque la gente suele tronar sus extremidades, me agradecía porque yo no lo hiciera.

Entreabro mis labios para murmurarle algo, pero soy sorprendida con sus manos alrededor de mi cuello. Sus uñas se clavan en mi piel con fuerza, la presión que ejerce sobre mí es tan fuerte que no soy capaz de respirar con normalidad. El oxígeno no llega a mis pulmones, trato de tomar aire, pero es inútil.

—¿Tree? —mi voz se oye rota por la presión que ejerce sobre mi cuello, se me imposibilita hasta hablar con normalidad—. Tree... Soy... soy yo, mi estrella.

Mis manos tratan de apartar las suyas, no logro ejercer la suficiente fuerza contra ella. Temo lastimarla, no voy a utilizar mis poderes para apartarla de mí cuando sé que podrían herirla de gravedad. Sin embargo, el ardor que comienza a generarse en los lugares donde clavó sus uñas es insoportable, me impide pensar con claridad, hilar una idea coherente.

Agarra mis manos con una fuerza inhumana, las aprieta tanto que casi logra quebrar mis huesos. Su tacto quema mi piel a su paso, el dorso de mis manos adquiere una tonalidad oscura y el ardor se presenta en dicha zona, su mirada está fijada en mi rostro, como si deseara saber cuanto dolor puedo soportar.

Recupero el aire, mi respiración se agita en el proceso, pero no me importa. Quiero evitar mirarla a los ojos y resulta imposible para mí. Sus orbes, ahora rojizas, parecieran anhelar destruirme, torturarme y quebrarme por dentro. Y lo está logrando poco a poco. Inspiro hondo para no llorar, las lágrimas se acumulan en mis ojos, dificultan mi visión. Ahora solo veo una versión borroneada del rostro del amor de mi vida.

—Rowan, suéltame —ordeno en el instante en que ella comenzó a rajar la piel de mis manos con sus uñas que de la nada se han vuelto más largas y filosas que las mías. Acata mi orden, pues me suelta con una rapidez que pareciera que mi piel la quema—. Regresa a mí, Tree. Quiero a mi esposa otra vez, tú no eres ella.

La firmeza y frialdad en mi voz la asustan un poco, nunca creí que debería utilizar mi habilidad de hipnosis de nuevo. En el pasado le daba uso para doblegar a las personas y siguieran mis peticiones o se ejecutaran a sí mismos si yo no deseaba hacerlo. Con el pasar de los años, descubrí que era de las mayores razones de mi cansancio —al igual que mi maldición— y decidí prescindir de ella. Hoy, después de doce años, me veo obligada a usarla para evitar que mi esposa me asesine.

No logro retener mis lágrimas ni un segundo más. Caen de mis ojos por mis mejillas, humedecen mi piel, mis labios, parte de mi cuello y pecho. Mi garganta se cierra mientras intento contener los sollozos que buscan escapar de mis labios. Aparto mi mirada del rostro de mi esposa, mi campo de visión se distorsiona conforme las lágrimas huyen de mí, junto a la tristeza y desesperación que he guardado desde que Tree comenzó a despertarse por pesadillas en las noches, desde que mi hija fue secuestrada por Shaperi, desde que Shaperi comenzó a atormentarnos con su presencia y sus amenazas, desde que la paz que había en mi vida fue irrumpida por espíritus que buscan romper mi felicidad en pedazos para que yo no pueda reconstruirla.

Unos dedos cálidos y suaves palpan mis mejillas, mi frente, mi mentón. Se encargan de secar las lágrimas que aún viajan desde mis ojos hasta mi pecho. Percibo su conmoción al observarme de pies a cabeza, al detenerse en las heridas en mi cuello y en las de mis manos, en la sangre que brota de ellas y ha comenzado a manchar mi ropa de cama, las quemaduras que también se han adueñado de parte de mis brazos. Mi cuerpo se siente tan rìgido que me impide reaccionar ante su toque, ante sus caricias o ante el abrazo que me da.

Se aferra a mí, sus brazos me rodean a la altura de los hombros mientras intenta que yo reaccione, que hable, que le diga algo. Parpadeo para regresar a la vida otra vez -la verdadera vida y no aquella en la que te sientes muerta cuando aún respiras, como acaba de suceder- para bajar mi mirada hasta encontrarme con sus iris cafés, esas iris que tanto he amado y que amaré toda mi vida, que me recuerdan al café amargo que tanto adoro, que son uno de los motivos por los que existo, que han hecho de mi vida un lugar más feliz y seguro, que han sido mi rayito de luz en los momentos más oscuros. Y que también acaban de herirme.

Sus instintos como bruja de sangre fueron los culpables. Ellos quisieron quemarme, rajar mi piel, quebrarla, clavar sus uñas en mí. Sé que mi esposa, mi amada Tree, sería incapaz de herirme de manera consciente, sé que ella jamás me dañaría.

Es el alma más bonita que he conocido junto a mis hijas y Chrystel, ¿Cómo un alma bella podría dañar a alguien más?

—Lo lamento tanto, Lu. Dios mío, en serio discúlpame, yo... —balbucea mientras toma mis manos para apreciar mis heridas más de cerca. Mi piel se ha ennegrecido con el paso de los minutos, la suavidad en la manera en la que me acuna me reconforta un poco—. No sé que hice, no sé que pasó. Yo jamás haría esto, ¿Si? Perdóname, por favor. Te voy a sanar, pero quiero que sepas que nunca te haría algo así. No fui yo.

Habla tan apresurada que casi no logro comprender lo que dice, son más balbuceos que oraciones coherentes. La desesperación ataca su voz a tal punto que la quiebra, que un temblor la invade al momento de explicarse. Sus dedos temen presionar mis manos y provocarme más dolor, así que se encarga de sanarme desde una distancia prudencial de unos milìmetros para evitar el contacto entre nuestras pieles. No obstante, ella no sabe que no puede ocasionarme más dolor que el que ya siento en estos momentos.

—Lo sé, Tree —sonrío leve cuando nuestros ojos vuelven a encontrarse. Seca la lágrima que surca una de mis mejillas—. Sé que no fuiste tú. Te conozco, mi amor.

Una luz dorada se desprende de sus dedos y cubre mis manos hasta que las heridas desaparecen, aunque han quedado unas sombras un poco más oscuras que indican que en algún momento existieron cortes allí. El dolor desapareció junto a la sangre que brotaba de ellas.

Repite el mismo proceso con mi cuello, solo que esta vez debe presionar un poco el gran corte que hay en el por la magnitud de la herida. Su presión cálida y delicada me brinda paz, relajo mis músculos al ser consciente que ella, mi esposa, jamás me dañaría. Ella no. Al terminar de sanarme, deposita un suave beso en mi cuello antes de apartarse para contemplar mi rostro.

—Soy un peligro para ti y para nuestras hijas —murmura con la voz quebrada. Sus orbes cafés se cristalizan—. Casi acabo con tu vida, ¿Y si no eras tú y era una de las niñas?¿O Chrystel? No sé que sucede conmigo, he sentido estas ansias de sangre y de un momento a otro ya no pude controlar mi cuerpo.

—Buscaremos ayuda, ¿Si? —paso uno de mis brazos por sus hombros y beso la cima de su cabeza—. Es evidente que está situación que vivimos te afecta de sobremanera. Buscaremos a alguien que te ayude a encontrar una manera de calmarte en este tipo de momentos o cuando estés a punto de perder el control sobre tu cuerpo.

No dice nada más, se limita a apoyarse contra mi pecho y yo peino su cabello entre mis dedos. De nuevo, nos encontramos en otro pequeño momento de paz, donde solo somos ella y yo. Dónde ambas nos transmitimos paz, que no tenemos hace bastantes días.

—Cuando dijiste que traerías de regreso a Vayannah... ¿Lo decías en serio? —pregunta un tanto asustada, el temblor regresa a su voz.

—Sí, mi amor —asiento con lentitud. Ella me observa con seriedad—. Iré por nuestra hija. Conozco algo sobre el quinto imperio, así que sabré como conducirme en esas tierras. No quiero que te expongas a más peligros, mi estrella. ¿Puedes quedarte aquí, por favor?

Entrecierra sus ojos, piensa bastante en mis palabras hasta que al fin asiente.

—Está bien. Shaperi me busca a mí y si lo que Zhasira dijo es cierto, allá Shaperi tendría más poder del que ya tiene —susurra con cierta resignación. Suspira profundo—. No quiero que estorbe en la búsqueda de nuestra niña. Sé que tú podrás hacerlo sola.

—De todas formas no sé si iré sola —acuno su rostro en mis manos y beso sus labios por un corto tiempo—. Hablaré con tu padre, quizá acceda venir. Él posee casi los mismos poderes que tú, me ayudará bastante.

—Siento mucho no poder ir —se lamenta en un murmullo.

—Te necesito aquí, por lo que sea que pueda llegar a pasar, ¿Si? —ella asiente y vuelvo a besarla.

Corresponde al beso, lo profundiza. Se acerca más a mí para tomar mi mentón y obligarme a mantenerme quieta. El tiempo parece detenerse cuando compartimos momentos así, cuando sus labios están sobre los míos y el único sabor que siento es el del té que ella suele beber. Canela, miel y limón. Una extraña combinación que a mí también me ha empezado a encantar, solo porque ella la ama.

...

Me siento a desayunar junto a Tree. La mesa se encuentra un tanto vacía luego de que Laissa y Paularah se marcharan hacia su hogar, al igual que Kraya. Normelt está ocupado con sus deberes. Martz es el único que nos acompaña luego de las presencias de Vinavina, Chrystel, Ver Dreim y mis padres.

Nilu Willekster no se encuentra aquí por obvias razones. Griseynna se ha encargado de llevarla al Valle Infernal, será vigilada de la misma forma que Rheilla Varsiova. No puedo permitirme que la madre de Chrystel esté aquí, no cuando su hija no tiene ni idea de que han intentado utilizar a su madre como cuerpo para poseer.

Hay un silencio entre nosotros. Kraya y Normelt solían ser los que animaban esta mesa, lo mismo hacían mis hijas. A veces me gusta pensar que ellas sacaron esa capacidad de hablar sin parar de ellos dos.

Hoy solo compartimos este espacio como si fuese una obligación, o eso me parece ver en la manera en la que Ver Dreim come con lentitud, mis padres se encuentran pensativos con la vista fija en el plato y Vinavina admira a su esposa sin poder comer nada.

—Familia —habla Chrystel para mi sorpresa, me percato de su voz titubeante como si se encontrara nerviosa. Juega con unos mechones de su cabello blanquecino antes de llevarlo hacia su espalda. Relaja sus hombros tensos en un rápido movimiento, sonríe emocionada—. Vinavina y yo queremos anunciarles algo.

Vinavina toma la mano izquierda de Chrystel para entrelazar sus dedos y la apoya sobre la mesa con delicadeza. Sus anillos de bodas relucen a la luz de los candelabros. Aún recuerdo su boda y lo felices que fueron mientras hacían la tradición del ramo, una costumbre bastante famosa en la Tierra. Fue idea de Tree y Chrystel estaba muy encantada con ello.

—Nos hubiese encantado anunciar este suceso tan importante con todos en la mesa, pero dadas las circunstancias no puede ser así —comienza Vinavina con un leve temblor en su voz. Tartamudea un poco, imagino que por los nervios. Uno de sus ojos tiene un pequeño tic que la obliga a parpadear repetidas veces—. Ayer pudimos confirmar que una personita más se unirá a esta familia, como primo o prima de las Meire-Becker y como hijo o hija de las Arino-Dreim.

Chrystel sonríe tanto que me contagia su manera de sonreír. Parpadeo varias veces con incredulidad, aunque tras comprender las palabras de Vinavina, soy invadida por una emoción y felicidad inexplicables.

—Van a ser tías —nos dice Chrystel en un pequeño gritito de felicidad—. No se preocupen que cuando Ireena y Vayannah estén aquí, vamos a repetir este momento. Ellas no se pueden perder de esto.

—No puedo creerlo, ¡Felicidades a ambas! —chilla Tree antes de ir a abrazar a Chrystel, quien le corresponde un poco aturdida—. Saben que estamos aquí para lo que sea que necesiten.

—Felicidades —le sonrío a Vinavina quien me responde de la misma manera—. Serán unas excelentes madres. No tengo dudas de ello.

—Eso esperamos —me dice con un leve temor en sus ojos azules.

Mis padres tardan un poco en reaccionar, imagino por el estado de asombro que les debió provocar la noticia. Ambos se acercan a Chrystel para abrazarla y darle besitos en las mejillas, como los padres orgullosos que son y cómo los preciosos abuelos que serán del futuro bebé de ellas.

Ver Dreim se levanta de su silla con cierta pesadez e inseguridad, se acerca a su hija cuando todos se alejan de ella. Ambos se ven en silencio por unos segundos, Chrystel lo mira con cierta confusión.

—Felicidades, Chrystel —dice con cariño—. Sé que serás preciosa como madre y lamento no haber estado durante la mayor parte de tu vida. No soy una persona de tu confianza, sin embargo, quisiera que tengas presente que puedes solicitar mi ayuda o buscarme si necesitas algo.

—Gracias —habla mi mejor amiga con sinceridad y notable gratitud. No veo en ella esa incomodidad o rencor hacia su padre como he podido avistar en otras ocasiones.

...

¡Buenas, buenaaas!

¿Cómo se encuentran?

¿Alguien más se emocionó con ese anuncio? VAMOS A TENER UN BEBÉ DE CHRYSTEL Y VINAVINA 😭😭😭✨

Todavía no sé el nombre ni el género, eso lo veremos pronto

Por cierto, en la historia de ellas tendremos más detalles sobre la boda y omg, no saben lo icónica que fue. Está casi al nivel de la boda de Rowan y Luciale 🛐

¿Qué opinan de eso que pasó entre Luciale y Rowan?¿Fue Rowan o no?¿Fue su bruja de sangre?¿Fue Shaperi?

¿Lloraron con esa escena? A mí me costó escribirla, sentí tanto la desesperación y miedo de Luciale que me bloqueé y no sabía cómo sacarla de ahí :(

¿Será que alguna de ellas muere? Ahre

Muchas preguntas y pocas respuestas, ahre

Prepárense que ahora se vienen los plot twist 👁️👁️
Y algunitas muertes, pero algunas son necesarias

Chrystel y Ver se perdonaron 🥹
Bueno, no sé si decir que se perdonaron, pero las palabras que se dijeron significa que Chrystel ya no siente tanto rencor por él

¿Ustedes le creen a Zhasira?

Sin más que decirles, nos vemos la próxima semana 🫂💗

Besitos y abrazosss

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