
🖤 Capítulo 20. "La mujer que amaba a Shaperi"
Holisss, mis corazones lectores. 💗🫂
Sé que hoy no es el día de actualización de Lúgubre Alma, así que espero que puedan disculparme por la tardanza (de nuevo).
Últimamente estoy sufriendo de síndrome del impostor, a pesar de que ahora tengo controlados esos pensamientos, sé que en algún momento van a volver. Eso me provoca un bloqueo de escritor horrible, yo sufro cada vez que no escribo.
Más allá de eso, acá en Argentina está haciendo mucho calor y es un infierno escribir algo en el celular o la compu. Mi compu se recalienta un montón, lo mismo con el celular, y no quiero que se quemen o algo por el estilo :(
Gracias por la espera y perdón por la tardanza.
Los amo. Les agradezco mucho por alegrar mis días con sus comentarios, votos y lecturas. 💗
Rowan.
La imagen de una mujer joven de unos veinticinco años se atraviesa por mi mente. Despierta mi curiosidad su largo cabello hasta las rodillas de un tono turquesa, sus raíces brillan en un azul oscuro, un detalle tan simple que me indica que el color de su cabellera es teñido. Una práctica poco común entre los seres sobrenaturales.
En diez años que llevo viviendo en Lilium, me he cruzado con pocos ciudadanos que han decidido cambiar el color de sus cabellos. La mayoría considera que eso sería una ofensa para la Diosa Skara, ya que ella nos creó con mucho amor y devoción. La religión asegura que debemos amar las preferencias que tuvo nuestra creadora sobre nosotros.
Los ojos de dicha mujer son tan idénticos a los míos, con ese mismo brillo dorado, con esa tonalidad semi anaranjada que me describe según lo que me ha dicho Luciale.
No tengo dudas de que se trata de Khaleerissa, la mujer que amaba a Shaperi y que manchó su reputación por ella: alguien que nunca la mereció. Ni siquiera después de muerta.
Hacía tanto tiempo que mis habilidades como ninfa del sol no me permitían acceder a recuerdos de personas fallecidas con solo pensar en sus nombres. Desde que Ireena nació, mis poderes han comenzado a desaparecer poco a poco, y yo no me había dado cuenta.
Shaperi empeoró todo. Mi bruja de sangre interior anhela muertes con más frecuencia, lo único que desea es arrancarle la cabeza a mi esposa y beber de su sangre hasta que no quede nada de ella.
Y yo me odio por sentir eso. No son mis sentimientos, porque yo jamás odiaría a mi esposa como lo hace esa parte de mí. El amor de mi vida es lo mejor que me pasó en toda mi existencia, es la única persona con la que quiero estar el resto de mis vidas y solo quiero protegerla.
Protegerla de todos, incluso de mí misma.
—¿Tree? —mi amada Lu toca una de mis piernas con sus dedos para traerme de regreso a nuestra realidad. La figura regordeta de Khaleerissa se desvanece en cuestión de segundos—. ¿Qué sucede?¿Qué viste?
—Khaleerissa está viva, ha regresado junto al grupo de Dioses Antiguos y Olvidados de Lilium que escaparon de la dimensión que los retenía —revelo con la mayor tranquilidad posible, tomo la mano de mi mujer para entrelazar nuestros dedos. La calidez de su piel disipa la incomodidad que me abraza en estos momentos, no puedo vivir con la idea de que en cualquier instante mi bruja de sangre interior va a querer asesinar a mi Lu—. Desconozco su identidad, no he podido averiguar más. Su alma está demasiado protegida, sabremos más de ella solo si la vemos en persona.
—Zhasira y Kerathon ocultaron esa información —me recuerda mi amada con cierto recelo en su voz—. Nunca mencionaron que regresó con los demás.
—Tal vez solo quieren respetar que Khaleerissa quiera vivir en las sombras, olvidada por todos y por su más gran amor —murmura mi padre con cierta inquietud en su voz, él vio cosas que yo no. La historia de esa ninfa del sol es más dolorosa de lo que aparenta—. Sería una buena aliada en esta guerra contra Shaperi, pero tampoco podemos obligarla a participar. Ha decidido ocultarse por motivos desconocidos, es respetable.
—Lo importante es que hemos conseguido la lealtad del matrimonio más poderoso de los Antiguos Dioses —suspira mi esposa, con cierta resignación. Es consciente de que no podemos obligar a Khaleerissa a aliarse con nosotros—. Tal vez con el tiempo ella decida aparecer, ¿No?
—Lo dudo, hija. Esa mujer soportó las peores situaciones por estar junto a Shaperi —opina Vorkiov con pena—. No nos han dicho toda su vida, sin embargo creo que ella ahora tiene la paz que no tuvo cuando estuvo viva en el pasado. Fueron veinticinco años de sufrimiento para esa mujer khiatiana.
La Antigua Diosa de las ninfas del sol nació y vivió gran parte de su vida en Khiat, en la zona norte para ser más específicos —una de las zonas más ricas de dicho imperio—. Khaleerissa no es su nombre real, solo es el nombre de su alma y el que decidió tomar cuando comenzó a formar parte de la Corte de Dioses. Tal vez era parte de las familias más importantes de ese imperio, o quizá solo fue una mujer con suerte —por haber llegado a ser cercana con la Diosa Skara— y condenada a cruzarse con la desgracia todo lo que le quedó de vida después de nacer.
Como bien ha dicho mi suegro, sufrió durante veinticinco años. Murió tres días antes de cumplir sus veintiséis. No tengo idea de las circunstancias que rodearon su muerte, debo asumir que no han sido las mejores.
No me extrañaría nada que la culpable haya sido la mujer que amaba.
—Hay algo más que deben saber —dice mi amada Lu, su voz se torna áspera y distante—. Eilara Arino está viva. Fue resucitada para formar parte del Ejército de esclavos de Shaperi y sus compañeros.
La expresión de Vorkiov Meire se transforma en una cargada de recelo y resentimiento, mezclados con la tristeza que no lo ha abandonado desde que Eilara fue asesinada antes de comenzar la tan aclamada Guerra de Arino, una guerra por un trono que nunca tuvo sentido de ser. Pudo haberse evitado sin problema, si tan solo una de las princesas que peleaba por ser emperatriz hubiese rechazado su derecho de nacimiento.
Sé que el padre de mi esposa se siente más que culpable por no poder haber impedido el asesinato de la niña que consideraba una sobrina. La princesa Eilara Arino era tan querida por él, así como también por Dríhseida Arino, su tía.
Ninguno de ellos ha dejado de culparse por la muerte de esa alma inocente. Es un dolor que cargan desde hace cuarenta años.
—Hija, es imposible lo que dices. Hemos incinerado el cuerpo de Eilara para brindarle un eterno descanso junto a nuestra Diosa Creadora. Tu tía y tu madre estuvieron de acuerdo con ello —le recuerda, el dolor en su voz es notable si se presta la suficiente atención a como articula las palabras—. Tu prima no puede estar viva, cariño. No había cuerpo que resucitar.
—Vorkiov, recuerda que Nilu también fue incinerada y aún así lograron traerla de regreso —habla mi padre, tenso—. No comprendo cómo han podido, pero lo hicieron.
—Yo la vi, Vorkiov —aseguro firme, sus ojos reflejan un dolor indescriptible. Es lo último que él quería escuchar ahora—. Era ella. En cuerpo y alma. Ya no es una niña, ahora tiene dieciséis años y fue protegida por los Antiguos Dioses de las guerras.
Shaperi ideó todo un plan para utilizar los cuerpos de las personas que más queríamos en nuestra contra. En el caso de Dríhseida y Vorkiov, fue Eilara; para Nymra fue su madre; para mi padre, su esposa, Nilu Willekster. Las únicas a las que no pudo atacar fuimos nosotras, es decir, mi esposa y yo.
Todos los seres queridos de mi Lu están vivos, al igual que los míos. Si bien mi madre está muerta hace muchos años, nunca podrá encontrar su cuerpo. Se encuentra en la bóveda de los Ditnov, fue un pequeño pedido que le hice a Einer y Keatlyn hace algunos años dado que no tenía idea de dónde se encontraba enterrada la mujer que me dio la vida.
Shaperi Lairovst quiere destruirnos desde dentro y lo que no sabe es que nunca podrá cumplir su cometido. Somos más fuertes de lo que ella imagina, todos sus allegados pronto caerán. Ni siquiera su querida Khaleerissa la ayudará esta vez, ya ha tenido suficiente en vida.
—¿Cómo...? —murmura Vorkiov en aire dubitativo, suspira pesado—. ¿Cómo está?
—Ella está bien —decido hablar por mi esposa al notar lo pasmada que se encuentra—. Zhasira y Kerathon la cuidan junto a los niños que han sido resucitados por órdenes de Shaperi. Cuando todo esto termine, Eilara regresará a Abdrion. Eso es lo que acordamos con ellos.
—Seida no puede enterarse de esto —asegura en un murmullo—. ¿Podríamos mantener esto en las sombras por el momento? Será algo difícil de digerir para mi esposa. Ella amaba a Eilara como su hija.
—Soy consciente de eso, papá. No te preocupes, mamá no se enterará.
...
La imagen de la Diosa Antigua y Olvidada de las ninfas del sol no desaparece de mi cabeza. Sus ojos son tan parecidos a los míos, tan dulces, tan amables y al mismo tiempo, tan vacíos. Pareciera que veo a mi yo de hace quince años, una chica adolescente que estaba muerta en vida, sin embargo nadie parecía notarlo.
¿Quién fue Khaleerissa en realidad?¿Un miembro de la dinastía Polvest o solo una ciudadana común de Khiat?¿Por qué tantas ansias de ocultarse de todos?
Dudo que solo se deba a la presencia de Shaperi.
—Mami, ¿Se van a ir otra vez? —pregunta Ire al llegar a mi lado, disimulo el sobresalto que doy al escucharla de repente—. ¿Qué pasa? Tengo la edad suficiente para saber si estamos bien o no.
Le dedico una gran sonrisa antes de darle un abrazo sobreprotector, sus brazos me rodean de la misma manera antes de besar mi mejilla con cuidado.
—No nos vamos a ir, al menos no por ahora —le aclaro con tranquilidad, sus ojos grises me observan con cierta desconfianza—. Las cosas no están tan bien ahora, Ire. No te preocupes por ello, tu mamá y yo estamos trabajando para que la señora que se llevó a tu hermana no vuelva a molestar.
—Hace unos días la vi —me cuenta con confusión, trago saliva en seco y me congelo en el acto. No puede ser posible, la única que podía verla era Vayannah—. Estaba caminando por nuestro hogar. Tiene un vestido blanco muy bonito. Pero no parece mala, mami. ¿Es ella?¿O me estoy confundiendo?
Mi respiración se entrecorta por unos segundos, es extraño que Iri pueda ver a Sigrid si la única con esa capacidad soy yo. A pesar de que no me agrada que mi hija pueda apreciar los fantasmas que nos rodean, de cierta manera me alivia que no se trate de Shaperi.
La hermana menor de esa maldita no es una mala persona. Si lo fuera, ya me hubiese hecho daño la primera vez que nos vimos.
—No, mi cielo. No es ella —digo con la mayor calma posible—. La mujer que viste se llama Sigrid. Es un espíritu bueno, no puede hablar, pero no te lastimará.
—Ah, ahora entiendo porque se sentó a verme dormir —asiente repetidas veces—. Me quería cuidar.
Quiero imaginar.
¿O en realidad solo intenta avisar de la presencia de su hermana una vez más?
—Sí, mi tesoro —beso su frente antes de peinar su cabello con mis manos—. ¿Has visto a alguien más?
—No —niega con la cabeza—. ¿Puedo ver fantasmas? Creí que solo tú podías, mami.
—Yo también lo creía —rio un poco para restarle tanta importancia al asunto. No quiero que mi hija se alarme—. ¿Y cómo te ha ido en tus clases?¿Te gustó estar con tus primos?
—¡Sí! Ya extrañaba a Andy, ¿Puede venir más seguido a nuestro hogar? —pregunta con un rostro suplicante. Su sonrisa emocionada me lleva a asentir—. ¡Bien! Esperemos que su mamá se recupere y le preguntamos cuándo será la próxima vez que va a venir a visitarnos.
En el instante en que se da la vuelta para marcharse, le sostengo la mano para acercarla a mí y abrazarla con delicadeza. Vuelvo a besar la cima de su cabeza con amor, solo deseo quedarme eternamente en estos recuerdos felices. Quiero vivir toda la vida feliz con mi familia, con mis amigos, con el amor de mi vida.
—¿Qué pasa, mami? Estás extraña.
—No es nada, Ire. Solo las he extrañado mucho —beso sus mejillas antes de dejarla ir—. Más tarde hablaré con tu hermana, creo que la presencia de sus primos no le agradó mucho.
Ireena frunce las cejas.
—No creo, se la veía muy contenta cuando hablaba con Arin y Chrystina.
...
Luciale.
Los niños de Astenont al parecer se han adaptado con mayor rapidez de la que esperábamos. Me serena saber que ellos están bien, no imagino lo angustiante que debe ser estar lejos de sus madres, aún más si una de ellas ha sido herida casi de manera mortal y el último recuerdo que tienen con ella es uno donde se la ve sufrir. Espero que Keatlyn solucione pronto el tema de la salud de Einer, sé que no aceptarán la ayuda de Chrystel o mi esposa.
A pesar de que hoy en día mantenemos una buena relación, en el fondo del corazón de Einer Ditnova, no quiere debernos nada. No importa si está muriendo, su orgullo no le permitirá aceptar la ayuda de Abdrion.
Suspiro profundo para despejar mi mente de todos esos pensamientos negativos que la han invadido desde que supimos que la salud de Einer Ditnova es delicada. Temo que abandone esta vida antes de lo esperado, es una mujer joven que aún tiene toda la eternidad por delante.
Firmo la carta que le enviaré a Scarlett Zaridi. La tinta negra se corre un poco sobre el papel, y a pesar de que me molesta ese detalle, no tengo tiempo ni ánimos para escribir otra. Se quedará así. Además, dudo que le importe.
Leerralde, capital del imperio de Abdrion, Lilium.
A su majestad, la Reina del Infierno: la actual Lucifer, Scarlett Zaridi.
Me complace anunciarle, su majestad, que hemos podido llegar a un acuerdo con los Antiguos Dioses de las guerras: Zhasira y Kerathon Arino. Nos han prometido su lealtad a cambio de nuestro favor en situaciones personales que no vienen al caso.
Una vez que hayamos cumplido con nuestra parte de este trato, usted hará lo suyo. No olvide que he perdonado todos los desplantes de su madre en el pasado con esto que hemos acordado.
Espero que su esposa tenga una pronta mejoría. Sé lo que se siente estar noches en vela por la mujer que amas y verla consumirse día con día. Usted ha dicho que su tía, Agnes Miller, ha podido sanar a su esposa. A mí no me engaña, su majestad, la vida de Emma Red sigue en riesgo como antes.
Gracias por su atención. Hablaremos a la brevedad por cartas.
Atte.
Luciale Meire, emperatriz de Abdrion por derecho de nacimiento y Diosa de la oscuridad y crueldad en Lilium.
Al plan que comencé a idear durante todos estos años le ha llegado su hora. Nada puede salir mal, yo misma analicé quienes podrían ser nuestros aliados dentro de los Dioses Antiguos y Olvidados.
Yo fui quien contactó a Scarlett. La primera vez fue hace nueve años para ser precisa, supe que heredó el reino de su madre y que era más accesible que su progenitora. Le comenté todo lo que podría ocurrir y los beneficios de tener mi lealtad, ella al principio no me creyó, pero cuando extraños sucesos afectaron las vidas de sus familiares decidió confiar en lo que le decía.
Tenía indicaciones de aparecer cuando todo se descontrolara. Solo fingimos que nunca antes nos habíamos visto el día que hablamos Tree y yo con ella.
Siempre tuve el presentimiento de que algo andaba mal, de que mi amada esposa se vería afectada y no me equivoqué. Las intenciones de Shaperi estuvieron claras desde un inicio.
—Has estado extraña estos últimos días, Luciale —habla de repente Vinavina desde el umbral de la puerta.
Me sobresalto al oír su voz, alzo la mirada en su dirección sin decir nada antes de continuar con lo que hacía. Cierro el sobre con el sello de cera de los Meire.
—Tengo mucho por hacer en este tiempo —respondo con tranquilidad antes de chasquear los dedos para que la carta se esfume en el aire. En pocos minutos llegará al lugar donde se hospeda Scarlett Zaridi—. Pero por fortuna, nuestros planes han salido a la perfección. Lo único que se sale de mis manos es lo que sucedió con Einer.
—Asumo que eso significa que su reunión con los Antiguos Dioses de las Guerras ha resultado más que beneficiosa —afirma antes de cerrar la puerta con el mayor sigilo posible—. ¿Qué era ese sobre?
—Una carta para nuestra reciente aliada —me limito a responder, sus ojos azules me analizan en silencio—. ¿Sucede algo?
—¿Normelt volverá? Kraya no deja de preguntar por él, dijo que no volverá a su trabajo ni a su mansión hasta que él regrese y sepa que está bien —habla un tanto cabizbaja. Hay algo que no me está diciendo.
Cambiamos de idea cuando llevamos a Normelt a la mansión donde residen los Arino en el Valle Infernal. Preferimos fingir que su madre lo ha cuidado durante estos días y que los hechizos de Chrystel han sanado parte de sus heridas internas para no levantar sospechas. Aún no es momento de que mi mejor amiga sepa que su madre fue resucitada.
—En unos días lo tendremos en el Palacio, su madre lo cuida por lo de mientras —explico sin perder de vista que ha cruzado sus brazos y presiona su pecho para darse tranquilidad—. ¿Qué es lo que no me dices, Vinavina? Te conozco lo suficiente como para saber que algo sucede y no me lo has dicho.
No responde a mi pregunta, se limita a caminar hasta una de las sillas frente al escritorio para luego dejarse caer sobre ella con una expresión que mezcla la resignación y el cansancio. Creo intuir por dónde se dirige esto.
—¿Cuánto más vamos a mentirle a mi esposa? No es tonta, Luciale. Ha preguntado más de la cuenta sobre Normelt y ya no tengo idea de que decirle —dice derrotada, se lleva las manos al cabello para apartarlo de su rostro—. Esta mentira va a afectarle y temo por nuestra bebé.
—¿Dijiste nuestra? —pregunto perpleja.
—Sí, la Diosa Skara nos aseguró que vamos a tener una niña. Aún no hemos pensado el nombre, tenemos varios meses para hacerlo.
—Estoy sorprendida y al mismo tiempo feliz por ustedes. Me alegra verlas emocionadas por esta nueva etapa en sus vidas.
Su rostro adquiere una máscara de seriedad al pensar en mis palabras, veo como sus ojos azules se tornan filosos conforme transcurre el tiempo y el silencio se apodera de esta habitación.
—No respondiste a mi pregunta —señala con cierto desagrado.
—No sé, Vinavina. No lo sé, es todo lo que te puedo decir —manifiesto, un deje de irritación tiñe mi voz—. Discúlpame, la situación está acabando conmigo. Ahora no solo resulta que Nilu está viva, Eilara Arino también.
Llevo la mano a mi frente para acariciarla como en un intento de tranquilizarme, mas mi pierna tiembla de forma constante sin que pueda detenerla.
Cuando le dije a mi padre que no le revelaría a mi madre el estado actual de su sobrina más querida, no llegué a comprender en su totalidad la dimensión de una mentira como esa y de lo que ocurre. No es nada normal este plan ideado por Shaperi solo por la obsesión que siente hacia mi Tree.
Estas acciones rompen las leyes que rigen Lilium y su galaxia. Shaperi Lairovst se ríe en la cara de nuestra Diosa Creadora, porque más allá de esta locura que siente por nosotras, estoy más que segura que desea ocupar el lugar de Skara.
—¿Cómo?¿Eilara Arino? —se asombra Vinavina, sus labios terminan entreabiertos y sus ojos de par en par—. ¿Quién mierda es Shaperi que tiene tanto poder en sus manos?
—Una Lairovst. Y la Antigua Diosa de la Oscuridad y la Crueldad.
...
¡Buenas, buenaaas!
¿Cómo andan? Yo sé que tendría que haber subido el cap el viernes pasado, pero tuve problemas técnicos (y emocionales también)
A veces me agarra el síndrome del impostor, aunque ya estoy de regreso. No se preocupen 🫂
Luciale diciendo que Einer es una mujer joven y ya anda por los cuarenta y cuatro años JAJAJAJAJ
Sí, Lu, es re joven la Einer
¿Quién creen que sea Khaleerissa?
¿Creen que va a ayudar a nuestras diosas?
El drama que se va a armar cuando Dríhseida y Chrystel se enteren Eilara y Nilu están vivas 🤡🤡🤡
¿Ustedes dicen que hay amistad entre Vayannah, Arin y Chrystina?
Vayannah con ellas: me la estoy pasando bien raro 🧍🏻♀️
JAJAJAJAJA
Es que Vay es muy Luciale
¿Teorías de lo que se viene, chiquis?
Porque este fue un capítulo muy tranquilo, no piensen que todos van a ser así 👁️👁️
Nos veremos muy pronto en el capítulo de Corona Roja (el atrasado), en el cap del viernes de Lúgubre Alma y en el del sábado de Corona Roja
Sin más que decirles, nos vemos mañana y dentro de unos días. Besitos y abrazos a todxs 💗🫂
Lxs amooo <3
Bienvenidos a los nuevos y a los lectores viejos, ¡Gracias por quedarse! Tengo muchas historias para escribir y que ustedes lean (si quieren). El universo de Lilium todavía no termina
💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro