Prefacio
GÉNERO: Misterio, Suspenso, Romance a mi estilo.🔪
ADVERTENCIA DE CONTENIDO:
Temas oscuros🌑
Violencia💥
Contenido Sensible📛
Lenguaje inapropiado⚠️
+21
Y solo Dios sabe qué más, porque mi locura está en creciente desarrollo. Pero no se preocupen, iré avisando en cada capítulo si es necesario.
Leer bajo su propia responsabilidad, se recomienda discreción.👀
☠
Iglesia de la Inmaculada Concepción
14 de octubre del 2042, Chicago, Estados Unidos
Hora: 11:08 am
Una boda.
El día con el que la mayoría de las mujeres sueñan en su vida. Caminar hacia el altar, portando un largo vestido blanco y un ramo de rosas en su mano. Un velo casi tan largo como su propia altura. Y lo más importante, un hombre que las espere al final del pasillo con una sonrisa de oreja a oreja.
Ese día en que dos personas se unen para siempre y prometen amarse por el resto de sus vidas.
Un día lleno de alegría, amor, cariño, felicidad y muchas sonrisas.
Ahí me encontraba yo, en ese día.
La puerta de la iglesia fue abierta especialmente para mi entrada. Todos los invitados posaron su vista en mí, la chica con un vestido blanco y sonrisa angelical. Me sentía como una reina en aquel momento. Yo era el centro de atención.
Mi mirada se encontró con la del chico al final del recorrido. Aquellos ojos profundos, por los que me derretía, me estaban recorriendo de pies a cabeza. Era él, el hombre de mi vida. La persona que era mía desde el momento en que había puesto mis ojos en él.
Esta escena parecía sacada de un cuento de hadas...
Excepto por la chica que se encontraba a su lado, con la mano entrelazada a la de mi hombre.
Porque en esta historia, yo no era la princesa elegida por el príncipe, yo era la maldita villana.
— ¿Pensaste que podrías escapar de mí? — exclamé, frente a la puerta abierta de la iglesia.
Todos los invitados me miraron, totalmente confundidos. Podía escuchar murmullos como: ¿Hay dos novias? ¿Qué le pasa a ella? ¿Por qué está vestida de blanco? ¿Por qué viene en botas a una boda? ¿Y esa exageración de collares?
— ¿Qué te dije que pasaría si me llevabas la contraria de nuevo? — hablé mientras caminaba por el largo pasillo con la barbilla en alto.
— ¿Quién es ella? — escuché como la "novia", le preguntaba mientras fruncía el ceño.
— Sáquenla de aquí. — ordenó él. — Ella no es nadie en mi vida.
Dos hombres se acercaron a mí con la intención de llevarme afuera.
— ¿Se suponía que mi corazón tenía que romperse por tus palabras? — aclaré, irónica.
En un movimiento rápido, saqué la catana que llevaba en la espalda y acabé con la vida de los dos guardias que se disponían a tocarme. El lugar se llenó de gritos en cuestión de segundos. Las personas corrían en dirección a la salida, tratando de evitarme.
Miré mi vestido corto y blanco, manchado de sangre y formé un puchero con mis labios.
— Adoraba este vestido... — murmuré. — Por tu culpa se ha dañado. — exclamé hacia el hombre que me miraba con terror, mientras protegía a la chica que ahora estaba tras de él.
— ¡Amor! ¡Mira! — gritó horrorizada la novia, señalando a algo tras de mí.
Giré la vista y vi como todas las damas de honor se habían formando una al lado de la otra, y sacaban armas de sus vestidos; desde pistolas hasta bates de béisbol.
Les regalé un guiño a las chicas, y todas ellas arremetieron contra los invitados, evitando que alguno de ellos saliese con vida de aquella iglesia sagrada.
— ¿Qué...? — murmuró ella.
— Oh, eso. Me hice algunas amigas en la mafia. — declaré — ¿A qué son adorables?
— ¿Tenías que llegar tan lejos? — habló de repente, mi hombre.
— Tú no entendías a palabras, así que tuve que actuar. — demandé, encogiéndome de hombros.
Inesperadamente, la novia comenzó a alejarse de nosotros mientras corría hacia la salida trasera. Estaba completamente asustada.
— ¡FANI, NO! — él intentó detenerla, pero fue en vano. Sin pensármelo mucho, saqué una daga de mi tobillo y se la lancé a ella mientras huía.
— Upss. — sonreí viendo como la novia, caía al suelo desangrándose.
— ¡¿Qué está mal contigo?! — gritó mi chico, enfurecido.
Todo a nuestro alrededor era un caos de personas muriendo. Gritos, sangre, disparos, lágrimas. Ahí nos encontrábamos nosotros: la pareja más disfuncional que existía.
Le hice seña a dos chicas, para que se acercaran a dónde estábamos.
— Te dije que tú y yo, estamos atados de por vida. — hablé calmada mientras ambas chicas, lo empujaban hacia abajo por los hombros. Quedando él, acostado en el suelo sin poder pararse.
Levanté la catana y le lancé un beso, antes de bajarla en dirección a su cabeza. Él cerró los ojos, esperando el impacto. No obstante, clavé el objeto filoso en el duro asfalto junto a su rostro. Me acosté a su lado, con la catana entre nosotros; a la par que las demás chicas comenzaban a prenderle fuego al lugar.
— Eres mío, y no permitiré que nadie te toque. — mis palabras, provocaron que él abriera los ojos y girara el rostro hacia mí. — Así que no vuelvas a huir de mi lado.
— Mataste a mi madre, mataste a mi primera novia y ahora matas a mi mujer. — escupió con rencor. — No te imaginas cuánto te odio.
— ¿Me odias? — declaré — Eso suena como el inicio de una historia de amor, no el final.
— Púdrete en el infierno, Lucy. — gruñó.
— Oh, amado Dayfer. — ironicé — Yo nací en él.
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Pues... ¡Regresé mis amores! ☻
Me han pedido esta secuela desde hace años, y aquí lo tienen al fin. A pesar de todos los contratiempos, su asesina favorita está de vuelta.
Así aquí está la tan esperada secuela de Los chicos que no pude matar.🔪
Entonces... ¿Qué les está pareciendo? ¿Algunas teorías desde ya? ¿Qué creen que pasará? 🙈
¿Y los personajes?
¿Lucy?☠
¿Dayfer?👌
Espero sus comentarios, mis asesinos.😁
Se despide la asesina mayor.🔪
Leisy fuera.❤
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