Wirt se removió en su asiento, incómodo.Simplemente esperaba a que fuera anunciado su compañero de cuarto.

Si Greg y su padre no presionaran tanto a veces, él podría estar en casa, con Sara y su familia.

Se recargó en su asiento y sacó de su mochila un cuaderno y pluma.

Sábado 24 de Agosto del 2015

Querida Sara:

Las cosas van bastante lentas, llevo cerca de tres horas aquí y no me han dicho quien será mi compañero de cuarto este año.

Sigo sin entender la afición tuya y de mi familia por enviarme a estudiar a un nuevo estado.

Se que dicen que es por mi bien, que merezco esto porque en donde vivimos no hay suficiente cultura para mí, y lo agradezco. Aún así, no puedo esperar a que este semestre acabe para poder ir a verte de nuevo.

Esperaré aquí a ver a quien le tocará compartir cuarto con este gran tonto.

Hasta entonces, cuídate querida. No dejes que nada te pase.

Siempre tuyo:

-Wirt

Cerró el cuaderno y lo guardó nuevamente, justo a tiempo

—Wirt Cones—la voz del profesor resonó en toda la sala.

El castaño levantó la cabeza.

—¡Presente!—anunció.

El viejo asintió y se acomodó el puente de los lentes sobre la nariz antes de volver a checar tu lista.

—A usted le tocara con Dipper Pines—murmuró.

Nuevamente, volvió a llamar estudiantes.

Un chico castaño, de playera naranja, gorra y más o menos la misma edad se le acercó a Wirt.

—¡Hola! ¡Soy Dipper! ¿Tú eres Wirt, cierto? Porque si no... bueno... esto es incómodo—se presentó, sonriendo.

El más alto sonrió.

—Si, mi nombre es Wirt. ¿Dipper? Nunca había escuchado ese nombre antes—saludó, tendiéndole la mano al chico.

Dipper la estrechó con gusto y se rascó la nuca con la mano libre.

—Si, bueno, no es como si Wirt fuera un nombre también—contestó.

—¡Hey! ¡Yo no critiqué la validez de tu nombre, sino el nombre! ¡No te metas con el mío!—exclamó el otro chico.

—Ya, párele, hombre. ¡Dios! ¡Tienes diecisiete años y actúas como de tres! Oh, espera, ¿acaso tienes tres años y eres una anomalía o algo así?

—¡¿Qué?! ¡NO! ¿De dónde sacas eso?

Dipper se encogió de hombros.

—Te sorprendería lo que he visto. Aún así, me alegra haberte conocido. Ven, vamos a nuestro dormitorio.

Sábado 24 de Agosto del 2015

Querida Sara:

Las luces se han apagado hace ya más de una hora, aún así, mi compañero de cuarto y yo seguimos despiertos.

Él está concentrado, leyendo alguna novela policíaca de la cual en mi vida había oído hablar y yo estoy aquí, terminando de re-leer 'Como Matar A Un Ruiseñor' por millonésima vez y escribiéndote esta carta.

Estoy grabando otra cinta para ti, mi nuevo compañero tiene gustos musicales muy... inusuales, pero he encontrado entre sus cintas algunas buenas canciones que me gustaría que oyeras.

Actualmente estoy muy cansado, ¡ha sido un día agotador! Mi cuerpo demanda dormir y mis ojos se cierran a cada rato, así que te pido disculpes mi mala caligrafía.

Apagaré las luces en este instante, para dejar que esa nube me arrastre a la tierra de los sueños y darle a mis ojos algo de oscuridad.

Esperemos que mañana sea un mejor día para ambos.

¡Cuídate!

Siempre tuyo:

-Wirt