Mirando su teléfono celular, Noah vio que había recibido un mensaje de su amigo, o mejor dicho, su único amigo, Carlos.

[Carlos: Heey amigo, ¿cómo estás?]

Siendo una persona solitaria, Noah nunca se molestó en hacer nuevos amigos, pero siempre valoró a las personas que realmente se preocupaban por él, y Carlos era una de esas personas. A pesar de que sabía que Noé era un Bendito Rango F y que Noé no tenía dinero, Carlos nunca despreciaba a Noé ni lo trataba mal por eso.

Carlos era parte de la población que no había despertado una Bendición, pero para él no importaba, ya que incluso si recibiera una Bendición de Rango C, su familia no le habría permitido invadir fortalezas para hacerse más fuerte. Tenían una empresa de automóviles; se podría decir que la mayoría de los automóviles en todo el país fueron fabricados por los padres de Carlos. Entonces, incluso si invadiera las fortalezas de rango C todos los días y sobreviviera, difícilmente podría ganar más dinero que dirigiendo el negocio familiar.

Pero a pesar de tener mucho dinero y un futuro prometedor por delante, Carlos nunca trató mal a Noah. Si no fuera porque Noah es demasiado terco, incluso se habría ofrecido a darle un salario a Noah y ayudarlo a pagar la cuenta de su hermana pequeña, pero nunca aceptó.

Noé sabía lo importante que era una verdadera amistad después de ver a innumerables personas darle la espalda cuando la Bendición que despertó era solo de Rango F. No quería que la amistad que desarrolló y construyó con Carlos terminara debido al dinero, por lo que nunca aceptó dinero de Carlos. La única posibilidad de que tomara dinero de su amigo sería si su hermana pequeña estuviera en peligro y él no tuviera el dinero para cuidarla, pero aún no había llegado a ese punto.

[Noah: Yo, ¿solo vas a visitar a Maggy, y tú?]

[Carlos: ¡oh, extraño visitarla, dile que le envié un abrazo!]

[Noah: Le diré, gracias. :)]

[Carlos: Mis padres están organizando una fiesta aquí en casa, pero sabes lo aburridas que creo que son estas fiestas, así que ¿cómo vienes aquí esta noche? Al menos contigo aquí puedo reírme. XD]

[Noah: Hoy fue un día estresante, tuve algunos problemas en la fortaleza, creo que salir por un tiempo será bueno para mí, puedes contar conmigo.]

[Carlos: ¡Genial! Puedes venir aquí alrededor de las 7:00 pm, si me necesitas, incluso puedo ayudarte con Woober.]

[Noah: Está bien, todavía tengo algo de dinero conmigo, puedo pagar un Woober yo mismo, nos vemos más tarde. O/]

[Carlos: ¡Mira ya!]

Cuando terminó la conversación Noah vio que la siguiente parada de autobús era suya, por lo que cuando se bajó del transporte público, estaba feliz de poder salir con Carlos por un tiempo para despejar su mente. A pesar de que estaba entusiasmado con el sistema que recibió y las infinitas posibilidades de lo que podría sucederle, Noé sabía que no era muy saludable estar solo después de ir a una Fortaleza donde más de la mitad de los Beatos del grupo habían muerto frente a él.

Una de las profesiones más solicitadas hoy en día era la profesión de psicólogo, ya que muchas personas bendecidas tendían a desarrollar traumas después de ver tantas muertes y pasar por tantas situaciones peligrosas. El peligro que enfrentaban físicamente era arriesgado, pero después de ver cuánta depresión estaba creciendo entre la población, el gobierno pasó a financiar a varios psicólogos públicos y desarrollar varios programas de incentivos para que las personas consultaran con psicólogos, especialmente los Bienaventurados.

Se puede decir que Carlos jugó el papel de psicólogo para Noah, ya que siempre hablaban de varias cosas. Además, cuando estaban juntos, siempre encontraban la manera de hacer desaparecer los problemas sin depender de la bebida o alguna sustancia tóxica.

Al llegar al hospital, las enfermeras reconocieron instantáneamente a Noah, principalmente porque era un visitante frecuente, pero principalmente por su apariencia, que siempre atrajo mucha atención cuando llegaba.

Cuando el asistente vio al hombre de 20 años acercándose a ella, con su corto cabello negro cayendo sobre sus ojos y ese atuendo apretado que definía extremadamente bien los músculos compactos de su cuerpo, no pudo evitar sonreírle y decirle con voz dulce: "¡Hola Noah! ¿Has venido a visitar a Maggy de nuevo?"

Al ver al amable asistente que siempre lo trataba tan bien, Noah esbozó una pequeña sonrisa y le respondió: "Sí. ¿Todavía está en la misma habitación?" Noé podía ser muy cruel con las personas que lo trataban mal, pero para las personas que lo trataban bien, se esforzó por tratarlos tan bien como él fue tratado.

"Sí, sí. Habitación 501. La doctora dijo que ella insistió en que la despertara cuando pasaron 5 minutos antes de que comenzaran las horas de visita para que pudiera pasar tiempo contigo nuevamente", dijo la enfermera mientras miraba a Noah con una sonrisa.

"Dios mío, voy a tener que tener otra conversación con ella sobre esto. Ella necesita descansar. Gracias por hacérmelo saber, Ellie". Noah le sonrió y saludó con la mano mientras se iba.

Al ver a Noah irse, la asistente llamada Ellie esbozó una sonrisa mientras lo veía caminar elegantemente hacia los ascensores para visitar a su hermana pequeña.

Fue contratada en el hospital hace 3 años, y desde que fue contratada, todas las semanas había visto a ese joven venir a visitar a su hermana al menos un par de veces. "Oh, si fuera un poco más joven ..." Suspiró.

"No eres la única que quería ser más joven gracias a él, Ellie". La otra asistente soltó una pequeña risa mientras señalaba con la cabeza hacia las otras personas que miraban en el pasillo del hospital.

Ellie miró a su alrededor y no pudo evitar reírse cuando se dio cuenta de que había al menos 10 personas siguiendo a Noah con una mirada de decepción en sus ojos mientras se alejaba. El propio Noé se había acostumbrado a esas miradas con el tiempo, por lo que instintivamente ignoró todas las menos importantes.

Caminando por el camino familiar, Noah saludó a todas las caras familiares de las personas que lo saludaron cortésmente hasta que llegó a la puerta de la habitación 501.

Mirando hacia adentro, Noah vio a una hermosa niña de 6 años sentada en la cama mientras miraba por la ventana. Tenía el pelo completamente negro y lacio como el suyo. Su piel estaba muy pálida, no porque fuera naturalmente tan blanca, sino porque no había salido de esa habitación en años. Como la ventana estaba frente a la puerta, Noah no podía ver su rostro, pero sabía muy bien lo linda que era y estaba seguro de que tenía una mirada ansiosa en su rostro mientras miraba hacia afuera, probablemente con la esperanza de vislumbrar su llegada.

Sabiendo que estaba distraída, Noah se acercó a ella en silencio y se acercó mucho a su oído antes de decirle en voz baja. "¿A quién estás buscando por ahí?"

Habiendo escuchado una voz tan cercana a ella, Maggy estaba tan asustada que si su cuerpo no estuviera tan débil por su enfermedad, seguramente habría saltado de la cama al instante.

Cuando se asustó, Maggy miró hacia atrás con miedo, pero cuando vio que era Noah frente a ella, esa mirada se convirtió en una mirada de felicidad extremadamente linda. "Noaaaah!!!!", gritó mientras envolvía sus pequeños brazos alrededor de su cuello para darle un abrazo a su hermano. "¡Te estaba buscando!"

Noah en ese momento también tenía una gran sonrisa en su rostro mientras abrazaba a su hermana pequeña. Verla tan débil ya le dolía el corazón, más aún después de verla gastar tanta energía solo porque estaba emocionada de que él viniera a visitarla, a pesar de que la visitaba varias veces a la semana. "Cálmate; no puedes gastar mucha energía. De lo contrario, ¿cómo podemos hablar y jugar hoy?"

Al escuchar lo que dijo Noah, Maggy estuvo indecisa por un tiempo sin saber si valía la pena o no dejar de abrazar a su hermano tan fuerte, pero después de unos segundos finalmente lo soltó, emocionada de poder hablar con él y escucharlo contar sobre las aventuras que vivió.

Por supuesto, Noé nunca le contó las cosas peligrosas y aterradoras que sucedieron en las Fortalezas; solo contó las mejores y más emocionantes partes, como si fuera un libro de cuentos.

A Maggy le encantaba escuchar todo lo que su hermano tenía que decir, y esta vez no fue diferente. Cada palabra que noé dijo, Maggy le prestó atención como si fuera un decreto real. Y así, los hermanos pasaron unas horas sin preocupaciones, solo hablando y jugando algunos juegos pequeños.

Mirando a Maggy durmiendo con la cabeza apoyada en su regazo, Noah habló en voz baja. "No te preocupes, Maggy. Te cuidaré; Te sacaré de aquí sano en poco tiempo ..."